Desde que Tabaré Vázquez y Nicolás Maduro anunciaron la firma del convenio para la exportación de alimentos a Venezuela en julio de este año, la industria láctea y otros sectores involucrados vienen siguiendo con expectativa los avances en torno a su implementación, que se demoró bastante más de lo pensado inicialmente. Análisis de la economista Florencia Carriquiry de la consultora Deloitte.
Análisis económico
Viernes 13.11.2015
Desde que el presidente Vázquez y su par Nicolás Maduro anunciaran la firma del convenio para la exportación de alimentos a Venezuela el pasado mes de julio, la industria láctea y otros sectores involucrados (como el complejo arrocero y las avícolas) vienen siguiendo con expectativa los avances en torno a su implementación, que se demoró bastante más de lo pensado inicialmente.
En los últimos días fueron lográndose algunos pasos clave… La semana pasada se concretó la firma de los contratos entre algunos empresarios lácteos y la Corporación Venezolana de Comercio Exterior y esta semana se conoció que el gobierno venezolano depositó los primeros US$ 50 millones en el Bandes.
¿Qué perspectivas se plantean en relación al intercambio comercial entre ambos países? ¿Qué importancia tiene este acuerdo comercial con Venezuela para la industria láctea de nuestro país? Para conversar de este tema estamos en diálogo con la economista Florencia Carriquiry de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Florencia, este acuerdo de exportación de alimentos a Venezuela se anunció por parte del gobierno a inicios de julio… quizás valga la pena comenzar por describir brevemente en qué consiste el convenio firmado por los presidentes en aquel momento…
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC) —Bien. Para ponerlo en términos sintéticos, básicamente lo acordado fue que Ancap cancelaría por adelantado una deuda que tenía con Petróleos de Venezuela por la importación de crudo, y, a partir de ese pago, se lograría, por un lado, la cobranza de deudas importantes que algunas entidades oficiales venían acumulando con empresas exportadoras uruguayas y, por otro lado, se abriría un espacio para nuevas exportaciones a ese país.
Concretamente, la cancelación de la deuda suponía el pago por parte de Ancap de unos US$ 267 millones, que ya fue realizado en setiembre. Con ese dinero Venezuela se comprometió, como decíamos, a pagar lo adeudado a algunas empresas uruguayas (Conaprole y Granja Tres Arroyos sobre todo), a la que se les debía unos US$ 40 millones aproximadamente y, también, a la creación de un fideicomiso en el banco Bandes de Uruguay para garantizar el pago de futuras exportaciones de alimentos. De hecho, dentro del acuerdo se concedió a Uruguay cupos para exportar a Venezuela unas 235.000 toneladas de alimentos, incluyendo unas 44.000 toneladas de leche en polvo, unas 12.000 toneladas de quesos, unas 80.000 toneladas de soja, 90.000 de arroz y 9.000 toneladas de carne de pollo.
RA —Sin embargo, pasaron casi cuatro meses de la firma del convenio por parte de los presidentes y hasta el momento no está totalmente operativo, ¿verdad?
FC —Es cierto. Y eso empezó a generar bastante nerviosismo a nivel de algunas empresas, sobre todo de la industria láctea… La semana pasada había trascendido que varios industriales queseros habían viajado a Venezuela para la firma de los contratos y que la Corporación Venezolana de Comercio Exterior había puesto también su firma y en estos días se confirmó que el gobierno venezolano envió al Bandes los primeros US$ 50 millones para el pago de exportaciones. En relación a esto, la otra novedad que trascendió en los últimos días en relación al mecanismo acordado, es que no se va a enviar todo el dinero de una sola vez sino que Venezuela iría enviando el dinero al Bandes de a partes, en la medida en que se vayan realizando los embarques.
En ese sentido, aún no está del todo claro cómo van a repartirse estos primeros US$ 50 millones… de hecho aún hay deudas impagas por exportaciones realizadas durante 2014 y, de los cupos de alimentos acordados en este convenio, Conaprole ya realizó embarques a Venezuela en los últimos meses por unas 16.000 toneladas de leche en polvo… esos envíos se hicieron antes de que estuviera en el Bandes los fondos que garantizaban su pago y de hecho, según noticias de prensa, los contenedores no habrían sido aún desembarcados en Venezuela justamente a la espera del pago. Con lo cual, aún quedan incertidumbres relevantes en relación a cómo se irá alimentando ese fideicomiso en el Bandes (a qué ritmo va a ir enviando el dinero el gobierno venezolano) y cómo se irán repartiendo los fondos entre quienes vayan realizando exportaciones hacia allí…
RA —Ahora, más allá de estas demoras y dificultades iniciales, desde la mirada de los sectores de actividad involucrados los volúmenes que se manejan abren una perspectiva interesante, ¿no es así?
FC —Claramente. Como decía recién se trata de 235.000 toneladas de alimentos, por un valor total que se estima cercano a los US$ 300 millones… es una cifra bien importante, sobre todo en un contexto de enlentecimiento de la demanda mundial y caída de precios de los alimentos en el mundo.
En particular, para algunos rubros, como los lácteos y las avícolas, Venezuela venía siendo un mercado clave en los últimos años… Quizás no era un mercado tan relevante para rubros como el arroz o la soja, pero en el caso de la industria arrocera, estamos en un año con mayores dificultades comerciales (en un marco de competencia fuerte en el mercado internacional), con lo cual lograr realizar esos envíos acordados al mercado venezolano se torna hoy bien importante también.
RA —Uno de los sectores que ha estado más expectante de toda esta situación es sin dudas la industria láctea, dado que, como decís, Venezuela se había transformado en un mercado clave para este sector. ¿Podemos comentar algunas cifras en ese sentido? ¿Cuán importante había llegado a ser el mercado venezolano para el sector lácteo de nuestro país?
FC —Sin dudas, la industria láctea ha sido una de las más afectadas por estas dificultades para la exportación a Venezuela. De hecho, Venezuela se había tornado en el principal destino de exportación de lácteos en los últimos años. En 2013 se llegaron a exportar unos US$ 300 millones de productos lácteos (un 35 % del total)… En 2014 ya se exportó algo menos (unos US$ 285 millones aproximadamente) pero igualmente siguió siendo el principal mercado… Y si miramos las cifras de este 2015, estamos con exportaciones por menos de US$ 26 millones… es un freno muy abrupto, que evidentemente se ha hecho sentir en las cifras de este sector.
En este contexto, los volúmenes acordados, si efectivamente se logran concretar las ventas, son bien relevantes. Estamos hablando, aproximadamente, de un 40 % del total exportado de leche en polvo en el ejercicio 2013/2014 (previo a que comenzaran a verse las mayores dificultades en los negocios con Venezuela) y de casi el 30 % del total colocado de quesos en el mismo ejercicio.
RA —Florencia, un elemento que hacía particularmente atractivo al mercado venezolano para el sector lácteo eran los precios que pagaba, ¿verdad?
FC —Sí. Es cierto. Durante 2013 y 2014, el precio promedio de exportación de leche en polvo a Venezuela se ubicó entre 10 % y 15 % por encima de lo los valores promedio de venta a otros mercados, y esa diferencia fue incluso mayor a nivel de los quesos… Y justamente, este diferencial de precios en Venezuela permitió a la industria láctea uruguaya mantener valores de venta muy superiores a los que se estaban viendo en el mercado internacional en general, en momentos en los que vimos bajas muy fuertes de la cotizaciones a nivel mundial… Mientras la referencia internacional de Oceanía para la leche en polvo cayó casi 60 % entre los picos de setiembre de 2013 y finales de 2014, los valores de exportación de la industria local prácticamente no bajaron hasta que empezamos a ver las dificultades en Venezuela en los últimos meses de 2014…
Ya sin ese soporte del mercado venezolano, desde finales de 2014 y en el transcurso de 2015 hemos visto bajas bien significativas de los valores de exportación de la industria láctea local (de más de 40 % en el caso de la leche en polvo), que derivaron en un ajuste muy fuerte del precio de la leche al productor… Y esto se conjugó, además, con una sequía muy dura en la primera parte de este año que supuso costos importantes para los productores lecheros y afectó las perspectivas de producción en esta primavera… Con todos esos elementos, el ejercicio 2015/2016 que estamos transcurriendo va a estar marcado por un ajuste muy fuerte de los márgenes en la actividad lechera. De allí la expectativa con que toda la cadena láctea aguarda la eventual reanudación de un flujo de ventas más dinámico al mercado venezolano.
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Foto en Home: Tambo en Cerro Largo, 26/05/2011. Crédito: Ricardo Antúnez/adhoc Fotos.