Tras la publicación esta semana de nuevos datos del mercado de trabajo por parte del Instituto Nacional de Estadística, la consultora Deloitte divulgó en el día de ayer un informe de análisis del mercado de trabajo, que tiene como título “Crecimiento sin creación de empleo”. En este informe Deloitte introduce una serie de indicadores nuevos, elaborados por la misma firma en base a las estadísticas del INE. Estos indicadores pretenden, según dice el reporte, brindar “un análisis más amplio” del desempeño del mercado de trabajo en nuestro país.
Emiliano Cotelo (EC) – Con ese informe en mano, les proponemos analizar los últimos datos del mercado laboral y estos nuevos indicadores presentados por Deloitte, junto con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
Romina Andrioli (RA) – Tamara, para entrar en tema te propongo que repasemos brevemente las últimas cifras que el INE publicó esta semana ¿Te parece?
Tamara Schandy (TS) – Bien. El INE informó que en setiembre el desempleo en el total del país se ubicó en 7,6% de la Población Económicamente Activa, bajando unas dos décimas respecto al registro de agosto. Esa baja ligera del desempleo se dio además en un marco de suba del empleo, que más que compensó el incremento de la tasa de actividad respecto a agosto. Concretamente, la tasa de empleo subió de 56,8% de la Población en Edad de Trabajar en agosto a 58% en setiembre… y eso permitió contrarrestar, como decía, el aumento de la tasa de actividad, que fue de poco más de un punto en relación a agosto.
Hay que recordar que para que uno sea definido como desempleado debe manifestar estar buscando activamente empleo y por eso la evolución de la tasa de desempleo en cada momento del tiempo no sólo depende de qué pasa con el empleo sino también de lo que sucede con la tasa de actividad, en donde se incorpora la cantidad de gente que busca trabajo.
RA – Tamara, en base a lo que estabas comentando recién, el de setiembre fue un buen dato respecto a la evolución del mercado laboral…
TS – Sí. Los datos mostraron una mejora respecto a los de agosto, cuando se había visto un deterioro importante respecto a meses previos. Sin embargo, como siempre advertimos, las cifras mensuales tienen mucha volatilidad y por eso, a nuestro juicio, no se puede concluir todavía que estemos en presencia de una tendencia firme de caída de la desocupación.
De hecho, las series Ciclo-Tendencia que estimamos en nuestra firma, que procuran eliminar los componentes estacionales y la volatilidad sin mayor significación económica de los indicadores mensuales que publica el INE, muestran una realidad bastante diferente. Por ejemplo, en ciclo-tendencia, la tasa de desempleo muestra una ligera baja en los últimos meses, pero se ha mantenido cercana al 8% en los últimos dos años…Y tanto la tasa de empleo como la tasa de actividad han tendido a caer en los últimos tres años… A lo sumo podemos decir que el empleo ha tendido a mostrar cierta estabilización más recientemente, pero permanece en los menores niveles de los últimos 9 años.
RA – ¿Qué implica esto en términos de personas? Decías que estamos con los menores niveles de tasa de empleo en 9 años… ¿Pero cuántos empleos se perdieron en los últimos años?
TS – Si comparamos con los niveles pico de 2014, por ejemplo, se han perdido algo más de 30.000 empleos. Es cierto que esos empleos se perdieron sobre todo durante el estancamiento que tuvo la economía uruguaya entre mediados de 2014 y mediados de 2016, pero no deja de llamar la atención que el mercado de trabajo no ha logrado revertir ese deterioro en los últimos trimestres, incluso cuando la economía está teniendo una reactivación muy notoria. Ya llevamos tres trimestres con un crecimiento en torno al 4% interanual y, sin embargo, el mercado de trabajo, como decíamos, no ha mostrado mejoras muy claras. Por eso, Romina, como adelantaba Emiliano, el título del informe que elaboramos apunta justamente a que estamos en un período de crecimiento económico, pero sin creación de empleo…
RA – Tamara, antes de entrar en los nuevos indicadores que presentan en el informe, una de las cosas que destacan es que los niveles de desempleo que tenemos actualmente en Uruguay resultan altos en una comparación internacional… ¿podemos repasar algunos ejemplos?
TS – Sí. Muchas veces se enfatiza que un desempleo de 8% es bajo en una perspectiva histórica y eso es cierto porque Uruguay ha mantenido históricamente niveles de desocupación elevados… Durante toda la segunda mitad de los 90 el desempleo estuvo en torno al 10% y llegamos a tener picos de casi 20% en la crisis de 2002. Ahora, en la comparación internacional, un 8% de desempleo luce alto…Uruguay no debería de ninguna manera conformarse con estos niveles de desocupación. Estamos muy por encima de lo que se observa en la mayoría de las economías desarrolladas y en niveles comparables o superiores a los de varias economías de la Eurozona, que está saliendo de una severa crisis.
RA – Está claro. Vamos ahora sí a los nuevos indicadores que presentan en el informe. El primero que introducen lo llaman “Tasa de Desempleo Amplio”. ¿Podes comentar un poco en qué consiste este nuevo indicador?
TS – Claro. Como marcábamos antes, la tasa de actividad ha tendido a caer en los últimos años y eso al menos en parte tiene que ver con que el mercado de trabajo está ofreciendo menos oportunidades y eso desalienta la búsqueda de empleo en un mayor número de personas. Tomando en cuenta esto, definimos este nuevo indicador que llamamos “Tasa de desempleo amplio”. Sin entrar en detalles técnicos de la metodología de cómputo, la idea justamente es agregar a la desocupación abierta que computa el INE una estimación de la población “desalentada”, es decir aquella que hoy no está buscando empleo pero que lo hizo en el pasado reciente. Según nuestra estimación, este indicador de desempleo amplio se ubica actualmente en 9,3%… Eso es casi tres puntos porcentuales por encima de los niveles mínimos de ese indicador en la fase alcista del ciclo económico (en 2013-2014) y en niveles comparables a los de 2006, cuando la economía no se había recuperado totalmente de la crisis de 2002.
RA – Tamara, también presentan un segundo indicador, llamado “Tasa de Insuficiencia de Empleo”. ¿Qué se considera en ese caso?
TS – Más allá de la problemática de la desocupación, en momentos de deterioro del mercado de trabajo también tiende a aumentar la problemática del subempleo, es decir, de las personas que tienen menos horas de trabajo de lo que desearían. El INE publica todos los meses una tasa de subempleo, que mide aquella porción de la población ocupada que está trabajando menos de 40 horas semanales y que manifiesta querer trabajar más horas (y estar disponible para hacerlo). Esta tasa de subempleo ha tendido a aumentar en los últimos dos años y en setiembre se ubicó en 9,7% de la población ocupada.
Con la intención de contemplar conjuntamente las dos problemáticas (trabajadores desalentados y subempleados), definimos la Tasa de Insuficiencia de Empleo, que incorpora el subempleo a nuestra estimación de desempleo amplio. De acuerdo a nuestros cálculos esta Tasa de Insuficiencia de Empleo se ubica actualmente en 17,4% de la Población Económicamente Activa (incluyendo dentro de la población activa la estimación de trabajadores desalentados que comentábamos antes).
RA: ¿De cuántas personas estamos hablando?
TS: Ese 17,4% quiere decir que hay unas 315.000 personas que tienen actualmente problemas de insuficiencia de empleo en nuestro país (o sea, que están desempleadas en el sentido estricto de la estadística del INE, que están subempleadas –porque tienen trabajo pero quisieran trabajar más- o que han buscado trabajo recientemente pero ahora están “desalentadas”).
RA – Para terminar, Tamara, en el informe ustedes marcan que incluso cuando se prevé un crecimiento económico de más de 3% en 2018, las perspectivas para el mercado de trabajo no son claras. ¿Cómo están viendo concretamente la evolución del mercado laboral en los próximos meses?
TS – Cómo decís, nos parece que las perspectivas para el mercado de trabajo en los próximos meses son todavía inciertas. En setiembre se vio cierta mejora, pero dada la volatilidad que tienen las cifras mensuales, habrá que esperar nuevas mediciones para ver si eso se profundiza y se traduce en un cambio de tendencia o si por el contrario se revierte nuevamente. Y la verdad, Romina, que los resultados de nuestra última encuesta de expectativas empresariales no nos permiten ser muy optimistas… ¿Por qué digo esto? Porque si bien más del 40% de los ejecutivos consultados esperan un mayor nivel de actividad en sus empresas en los próximos doce meses, apenas el 11% planea aumentar el empleo y el 24% espera reducirlo… Esto a nuestro juicio tiene mucho que ver con que las empresas están enfrentando fuertes presiones de costos (con salarios que han venido creciendo por encima del PBI en los últimos dos años) y buscan que la mayor actividad se logre con más productividad.
El año que viene vence la mayoría de los convenios colectivos de salarios y la divulgación de nuevas pautas de negociación por parte del Poder Ejecutivo va a ser un hito clave. A nuestro juicio, hay una necesidad clara de privilegiar la ocupación por sobre subas adicionales del salario real. Una moderación adicional de los salarios nominales no sólo contribuiría a generar mejores condiciones para la conservación y generación de empleos, sino que además generaría espacio para una mayor suba del tipo de cambio en los próximos años, tan necesaria para recomponer nuestros niveles de competitividad.