Por Ignacio Estrada ///
En las últimas semanas dos hechos pusieron la lupa sobre las condiciones de nuestro país para atraer inversores extranjeros. El primero fue un informe publicado por la Embajada de Estados Unidos en Uruguay, preparado por el Departamento de Estado del país norteamericano. El informe trata sobre el Clima de Inversiones de Uruguay, información que es de gran utilidad para empresas o personas de Estados Unidos interesadas en ingresar en nuestro país. Si bien el informe destaca varios aspectos positivos de nuestro país – por ejemplo como centro de distribución para la región – también habla sobre la preocupación de muchos inversores por los conflictos laborales y las ocupaciones. De este aspecto laboral comentaron varios medios, y también se generaron numerosos comentarios en redes sociales.
El segundo hecho fue la confirmación por parte de UPM de que construirá una nueva planta de celulosa, una noticia que tuvo reacciones de protagonistas del sistema político, economistas, ambientalistas y demás.
Estamos en tiempos de complicación en materia de empleo. Más allá de fluctuaciones mensuales, los promedios anuales de desempleo muestran un deterioro sostenido. La consultora Deloitte afirma que la Tasa de Insuficiencia de Empleo llega al 18%, casi uno de cada 5 compatriotas que están desocupados, desalentados o subempleados. Por eso las noticias sobre nuevos proyectos en el país, que implican nuevos puestos de trabajo, generan enormes expectativas e interés de parte de personas que ven una luz de esperanza que se enciende.
Sabemos que precisamos de la inversión extranjera para generar nuevos proyectos de desarrollo en el país; así ocurrió por ejemplo con la energía eólica, que fue uno de los motores de la inversión hace unos años, y donde tuvieron gran participación empresas del exterior. También sabemos que la inversión extranjera es muy fluida; puede cambiar rápidamente de un país que sea la estrella en un momento, a otro. Más aún en estos tiempos donde la globalización, la tecnología y hasta el amplio uso del inglés permiten a las empresas tener una gran variedad de opciones a la hora de elegir nuevos destinos.
Precisamos que vengan inversores pero ¿Cómo nos ven desde afuera? Los rankings internacionales nos dan una pista. Cuando observamos cómo compara nuestro país con el resto del mundo, vemos grandes desafíos. En el ranking del Banco Mundial de facilidad para hacer negocios (el informe “Haciendo Negocios (Doing Business) 2019”) estamos en el puesto 95 en el mundo. Países como México (54), Chile (56) y Perú (68) nos superan. En el ranking del Foro Económico Mundial de Competitividad, estamos en el puesto 53 en el mundo, con puntajes muy bajos en aspectos como Infraestructura. Sabemos que estos rankings pueden tener subjetividades, pero su importancia como herramientas de marketing es innegable. No es lo mismo estar entre los primeros 20 que estar del 50 para abajo.
Tenemos entonces un gran desafío por delante. Precisamos generar nuevos puestos de trabajo, y parte de ellos con nuevos proyectos. Precisamos aumentar la inversión extranjera, y para ello precisamos generar un mejor clima de negocios. Propuestas concretas para esto las podemos encontrar en los programas de gobierno, en este año electoral. Pienso que más allá de las propuestas concretas, debemos hacer un gran esfuerzo para atraer empresas de sectores como el tecnológico, que con su dinamismo y crecimiento global son motores de empleo. Un ejemplo desde afuera: Amazon en Costa Rica.
Amazon abrió sus puertas en Costa Rica en el año 2008, con 75 empleados. En marzo de este año, la empresa empleaba a 7 mil costarricenses. Para el 2019, la plantilla se incrementará en 2 mil. El joven presidente de Costa Rica Carlos Alvarado, reconociendo la importancia de Amazon para su país, visitó la sede de la empresa en Seattle este año, y habló con altos ejecutivos Amazon, sobre ser socios de la empresa en su crecimiento, afirmando el apoyo de su gobierno a la expansión de Amazon en el país. Este no es un ejemplo aislado; en Irlanda Google comenzó a funcionar en el año 2003 y hoy emplea a más de 8 mil personas.
¿Podremos convertirnos en un gran imán de proyectos, de inversiones extranjeras, sostenibles en el tiempo? Apuesto a que sí.
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Emitido en el espacio Tiene la palabra de En Perspectiva, lunes 31.07.2019
Ignacio Estrada (Montevideo, 1977) alterna su trabajo en una empresa de energías renovables con la actividad política. Estudió administración de empresas en la Universidad de Indiana (Estados Unidos) y completó un Master Ejecutivo en Energías Renovables en Madrid. Trabajó en Wall Street, en Endeavor Uruguay, fue emprendedor y también integró organizaciones sociales como el Liceo Jubilar.
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