En entrevista con En Perspectiva el ministro de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Ernesto Murro, destacó la importancia de desarrollar políticas para mejorar la cultura del trabajo y dijo que estas son fundamentales para que Uruguay pueda seguir creciendo.
EN PERSPECTIVA
Viernes 29.5.15, hora 8.14.
EMILIANO COTELO:
Desde el 1.º de marzo pasado, los cargos de dirección del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) están ocupados por referentes del mundo de los trabajadores y del ámbito empresarial.
La idea parece bastante arriesgada, al punto que, según cuenta el propio ministro Ernesto Murro, varias personas le han preguntado si estaba convencido de ella. Por ese camino Murro busca generar consensos para promover la “cultura del trabajo”, un concepto que ha marcado como estratégico en su gestión.
¿De qué se trata? ¿Qué es eso de la “cultura del trabajo”?
De ese y otros temas vamos a conversar con Ernesto Murro, ministro de Trabajo y Seguridad Social.
Habíamos conversado mucho con usted como presidente del Banco de Previsión Social (BPS), esta vez lo hace como ministro. ¿Fue una sorpresa para usted? ¿Desde cuándo cabía la posibilidad de que llegara al gabinete?
ERNESTO MURRO:
Tabaré me habló en agosto del año pasado.
EC – En plena campaña electoral, en el comienzo de la campaña.
EM – En aquel momento me planteó la posibilidad, conversamos por setiembre, nos pusimos de acuerdo en algunas cosas fundamentales, y el 2 de diciembre, a las 48 horas de ganar las elecciones, se hizo el anuncio. Y el 2 de diciembre empezamos a trabajar intensamente con el equipo del ministerio que se fue conformando, hasta hoy.
EC – ¿Qué fue primero: el criterio bipartito para designar los directores del MTSS o la decisión de impulsar durante su gestión como ministro la “cultura del trabajo”?
EM – Un poco todo eso.
EC – ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?
EM – Después de la experiencia de 23 años en el BPS, con las convicciones que tengo, las opiniones que tengo, que me he ido formando a lo largo de la vida, soy firme partidario de la gestión pública con participación social. Creo que las cosas buenas que se pudieron hacer en el BPS son parte de muchas cosas, entre otras de la participación social en la gestión pública.
EC – Alude a cómo está conformado el directorio del BPS.
EM – A la conformación del directorio del BPS, que fue una experiencia social. Estuve allí la tercera parte de mi vida.
EC – ¡Es impresionante eso!
EM – Como director por los trabajadores, luego renuncié por propia decisión para tratar de aprender un poco más, de perfeccionarme un poco más, de rotar en el cargo, porque llevaba nueve años de director por los trabajadores, pero permanecí, quedé dentro del equipo de representación de los trabajadores en el BPS. Luego en el primer gobierno de Tabaré, en 2005, se nos designó presidente y en el gobierno de Mujica se nos confirmó en ese cargo. Fueron unos 10 años en la presidencia del BPS.
Esa experiencia de participación social en la gestión pública para nosotros es sustantiva, sobre todo como se fue haciendo en el BPS, una experiencia muy representativa, muy profesional, no corporativa –esto último lo destaco particularmente–, el muy buen equipo gerencial –10 años de presidencia sin conflictos en el directorio–, con un apoyo importante de los trabajadores del BPS, siempre dijimos que la mayoría de los trabajadores del BPS tenían la camiseta puesta, y eso es muy importante. Esa experiencia naturalmente deriva en esto, en esta cosa atrevida. Por ahora estamos muy contentos y nos está yendo muy bien. Debe de ser un caso raro en el mundo esto de que un ministerio de trabajo y seguridad social tenga en su dirección referentes provenientes del sector de los trabajadores y del sector de los empresarios.
EC – Utilizó el término “atrevido”, una idea atrevida. Ya había manejado ese término hace poco, hablando en la Cámara Nacional de Comercio, porque a su vez así se lo habían comentado varias personas. Y en el discurso de asunción admitió que había recibido preguntas sobre si estaba convencido de eso. ¿Quiénes le preguntaron, quiénes tenían dudas?
EM – De los distintos sectores sociales y políticos.
EC – ¿El PIT-CNT…? ¿Las cámaras empresariales…? ¿Quiénes tenían reservas?
EM – Distintos sectores. Porque el MTSS siempre fue un ministerio de poca importancia en el país, de hecho es un ministerio muy pobre, presupuestalmente, en sus recursos, en sus cosas. Tenemos el gran desafío de potenciarlo, de desarrollarlo.
EC – Cada tanto hay conflictos dentro del MTSS, sectores de funcionarios que reclaman por sus salarios o por sus condiciones.
EM – Hoy estamos en muy buenas relaciones.
EC – Pero ha pasado eso.
EM – Estamos en muy buenas relaciones con los sindicatos internos: el sindicato fundamental, la Asociación de Funcionarios del Ministerio de Trabajo (Afmit), el sindicato de los inspectores y el sindicato del Instituto de Alimentación. Estamos en muy buenas relaciones con ellos, nos hemos reunido ya varias veces, estamos trabajando muy bien.
Volviendo a su pregunta, no solamente tenemos esta integración de referentes del sector sindical y del sector empresarial en las direcciones del ministerio, sino que además hemos conformado el Grupo Asesor del Ministerio, que hemos llamado así, que empezamos a reunir antes de asumir, hicimos la primera reunión el 13 de febrero. Allí tenemos referentes de primer nivel de las principales cámaras empresariales del Uruguay, del mundo sindical, del mundo académico, de organismos internacionales como la OIT y la Cepal, que nos están ayudando. Ahora estamos trabajando en este tema estratégico de la cultura del trabajo para el desarrollo, pero la idea es que el grupo siga funcionando permanentemente y vayamos tratando allí otros temas.
La gente fue invitada y seleccionada por nosotros para integrar esos cargos, pero quiero destacar que cuenta con el aval o el visto bueno de las cámaras respectivas. Consultamos a las cámaras: “Me interesa que tal persona integre el equipo del ministerio, que tal persona integre el Grupo Asesor”. O al revés: “¿Ustedes a quién podrían acercar para estas cosas?”. Así se conformó eso. Y también conversamos mucho con el PIT-CNT. Entonces es una gran satisfacción tener este diálogo permanente.
EC – Usted dice que al principio recibió comentarios de perplejidad, de desconcierto, incluso de falta de confianza en que eso pudiera funcionar, pero inmediatamente, o rápidamente, terminó teniendo respaldo, apoyo, para conformar el equipo de esa manera.
EM – Hasta ahora, muy buen apoyo. Otra frase que a veces decimos: “bienvenidas las diferencias”. Hay diferencias, hay contraposición de intereses, hay intereses opuestos. El tema es ver cómo encontramos la justicia, el resultado justo, la acción justa, teniendo en cuenta esas diferencias. Por ahora, estamos en los primeros tres meses, nos está yendo bastante bien, hay un apoyo muy importante de los diversos sectores, mantenemos un diálogo muy fuerte.
EC – En esa misma línea, en ocasión del 1.º de mayo usted propuso una cadena de radio y televisión en la que participaran conjuntamente el gobierno, dirigentes de las cámaras empresariales, sindicalistas y representantes de los jubilados. Una idea que finalmente no cristalizó. ¿Por qué había intentado eso?
EM – Queríamos hablar de esta estrategia principal del ministerio que es la cultura del trabajo para el desarrollo, que hoy ya es una medida del gobierno, está entre las 10 medidas principales que todo el gobierno ha tomado.
EC – Pero el 1.º de mayo es el Día de los Trabajadores, no el día del empresario…
EM – No tenía nada que ver con eso. A esta altura eso que sucedió es un hecho menor, pero lo que pretendíamos era que eso apareciera, porque está funcionando de esa manera. La cultura del trabajo para el desarrollo debe ser algo de todo el país. Estamos convencidos de que Uruguay, para seguir desarrollándose, necesita muchas cosas. Necesita un sistema nacional de competitividad, necesita un sistema nacional de cuidados y necesita desarrollar una cultura del trabajo.
Somos 3 millones y pico, está estimado que vamos a ser unos 4 millones al 2050; hoy somos 1.600.000, 1.650.000 personas trabajando y tenemos 100.000 desocupados. Hay que seguir preocupándose por la integración de esos 100.000 desocupados y hay que preocuparse, entendemos que prioritariamente, por esos 1.600.000 que estamos trabajando, en mejorar la calidad de nuestro trabajo. Que los gobernantes seamos mejores gobernantes, que los periodistas sean mejores periodistas, que los empleados públicos sean mejores empleados públicos, que los empresarios sean mejores empresarios, que el trabajador por cuenta propia también lo sea, que el albañil pueda revocar mejor una pared… en fin.
Para eso se necesita un sistema de formación profesional permanente, un sistema de capacitación permanente. Se necesita un sistema de acreditación de saberes, hay mucha gente que sabe hacer cosas. Yo me he encontrado, por ejemplo en el periodismo, con prestigiosos periodistas que no tienen título. ¿Por qué no certificar eso? Nos pasó en el BPS…
EC – ¿Qué ocurría en el BPS?
EM – De los 4.500 funcionarios, 800 no habían terminado la enseñanza secundaria. Iniciamos un plan para completar la enseñanza secundaria, y nos ha ido muy bien. El plan fue hecho a medias: las horas de estudio inicialmente se financian a medias, si son cuatro horas de estudio el trabajador pone dos y el BPS le paga dos, pero si el trabajador no termina los estudios debe pagar las cuatro horas. Nos está yendo muy bien. Es más, ya hay funcionarios del BPS, algunos de ellos mayores de 50, que están entrando en la educación universitaria. ¿Por qué no hacer eso en todo el país, también con el sector privado? Uruguay necesita mejorar la calidad de su gente, de su trabajo.
Y para eso también el tema de la cultura del trabajo. Le llamamos “cultura” porque creemos que hay que arrancar desde la familia, desde la escuela.
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EC – Me quedó una duda: aquella cadena de radio y televisión tan peculiar que usted pretendía el 1.º de mayo, con representantes sindicales, empresariales, de los jubilados, del gobierno, se frustró porque el PIT-CNT no aceptó. ¿Qué sensación le dejó ese episodio?
EM – Fue un hecho menor. Ese mismo día, en el acto, el equipo del MTSS fue ampliamente reconocido por el PIT-CNT, todo el equipo del ministerio, en las alocuciones, en los saludos de la gente. Por tanto para mí ese fue un hecho menor que se suscitó y hay que seguir adelante. Mantenemos muy buenas relaciones con el PIT-CNT, con cada uno de los sindicatos, y mantenemos muy buenas relaciones con las cámaras empresariales.
EC – Quedará para otro día, en otra fecha. ¿El problema era la fecha, en todo caso? ¿La fecha tenía demasiada sensibilidad como para plantearse ese tipo de mensaje?
EM – Quizás no lo pudimos conversar bien antes. Pero reitero, para mí es un hecho absolutamente menor, creo que lo bueno es lo que sigue pasando. Además otro hecho muy trascendente, no sé si hay otro país en el mundo donde los trabajadores el 1.º de mayo tengan una cadena de radio y televisión de 8 minutos en todos los medios. Es muy importante y es muy importante mantenerlo. Como somos de los pocos países del mundo que tenemos negociación colectiva obligatoria en todos los sectores de actividad. Por tanto, creo que hay que seguir construyendo en este camino, llevamos tres meses.
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EC – Usted ha dicho que con esto de la cultura del trabajo apunta a una mayor calidad de trabajo, una mayor productividad, una mayor asiduidad. Así, en esta síntesis tan apretada, se asemeja mucho a inquietudes que han venido en los últimos tiempos del lado empresarial. Distintos voceros han dicho que se percibe una tendencia de los trabajadores más jóvenes a la indolencia, la falta de compromiso, la tarea hecha a medias, el ausentismo, una enorme facilidad para rotar de una empresa a otra sin mayores problemas de conciencia. ¿Viene de ahí esta inquietud?
EM – Primero quería cerrar un capítulo anterior, el del diálogo social permanente que mantenemos. En estos tres meses de gestión que cumplimos en estas horas hemos tenido entrevistas con más de 250 organizaciones sociales –empresariales, sindicales– en todo el país. Por ejemplo, el director del Interior del ministerio, Jorge Mesa, ex secretario general del Sunca, los primeros 70 días de gestión se recorrió los 19 departamentos, conversó con las oficinas del ministerio –que tenemos que fortalecer y mejorar mucho en el interior del país–, con los centros comerciales, con los sindicatos locales. Señalo esto porque estamos tratando de tener políticas nacionales también en este sentido.
Esta idea de la cultura del trabajo para el desarrollo surge de varias fuentes. El documento que está publicado en la web del ministerio (mtss.gub.uy) desde el 2 de marzo, el día que asumimos –porque fue elaborado en su forma inicial colectivamente por el equipo del ministerio en los tres meses anteriores a asumir; hoy ese documento está siendo muy enriquecido en el Grupo Asesor, próximamente haremos una nueva presentación– dice que esto son dos cosas. Una, que hay que mantener y seguir desarrollando todo lo que se ha avanzado en Uruguay en trabajo decente: derechos laborales, derechos de seguridad social, con cumplimiento de derechos y obligaciones de todas las partes. Siempre hablamos de derechos y de obligaciones.
EC – Del lado empresarial dicen que tal vez en estos últimos años se puso demasiado énfasis en los derechos y se olvidó o se relegó lo de las obligaciones.
EM – También se ha avanzado mucho en eso. El proceso de formalización que ha tenido el país, por ejemplo el haber aumentado un 67% los cotizantes a la seguridad social en 10 años, no se habría logrado si no se hubiera avanzado en el cumplimiento de las obligaciones. La realidad de que Uruguay sea el país con menor porcentaje de evasión de IVA de América Latina no se habría logrado si no se hubiera avanzado en ese camino. Por tanto hay que seguir trabajando en eso, en los derechos y en las obligaciones laborales, sociales, tributarias.
EC – Quizás ese planteo apuntaba a las obligaciones de los trabajadores.
EM – Claro, y también en ese aspecto hay que seguir trabajando.
Lo otro que dice el documento es que hay que continuar con el trabajo decente y la calidad del trabajo. Entendemos que el concepto “calidad del trabajo” es más amplio, no es solo la calidad del trabajo, sino la cultura del trabajo, la calidad es un componente.
El mundo ha cambiado. Nosotros –los dos que estamos en esta mesa– nos criamos en una época cuando era más común que la gente trabajara 30 años en la misma empresa, viviera 30 años en el mismo barrio, tuviera 30 años la misma pareja. Eso cambió. Hoy una mujer que vive en el Cerro y tiene que ir a trabajar a la zona franca de camino Maldonado kilómetro 18 o que tiene que ir a trabajar de doméstica a Pocitos o a Carrasco y que tiene tres hijos no puede tener el mismo grado de cumplimiento en su trabajo, de asiduidad y de horario, si no tiene un sistema de cuidados. Por eso decimos que el sistema de cuidados es imprescindible.
Pongo los dos ejemplos, una profesional que trabaja en muy alta tecnología en la zona franca de camino Maldonado y una trabajadora doméstica que trabaja en algún barrio de Montevideo. El sistema de cuidados no es una propuesta política, es una necesidad nacional para seguirse desarrollando. Pongo mi ejemplo. Yo tengo una sola nieta, preciosa, y mi señora trabaja, yo trabajo, los padres trabajan, y a veces tenemos problemas para cuidar una nieta. Y nosotros vivimos bien, ahora yo tengo un muy buen sueldo, el mejor de mi vida, y tenemos problemas para cuidar una sola nieta. Entonces me imagino lo que le pasa a la gente que no tiene estas condiciones de vida. Por tanto el sistema de cuidados es una necesidad. Estas cosas hay que atenderlas.
Pero además hay otras cosas que son multicausales. Por ejemplo, en el mundo está probado que cuando la tasa de desempleo bajan –como felizmente ha ocurrido en el Uruguay, tenemos un desempleo de 6-7%, o, en cantidad de gente, 100.000 desocupados y 1.600.000 personas trabajando– aumenta el ausentismo, aumentan las licencias por enfermedad.
EC – ¿Aumenta el escaso apego a un lugar de trabajo, a una empresa? Se lo digo a partir de mensajes como este: “No se consigue gente que quiera realmente trabajar. Duran tres meses y hacen todo lo posible para que los echen, de modo de cobrar la liquidación. Apenas entran ya están con el libreto prendido de sus derechos, pero no el de sus responsabilidades”. Este mensaje llegó en este momento.
EM – Van a trabajar a otro lado, porque hay trabajo. Pese a algunos síntomas, hay trabajo. Es la realidad que hay que administrar. Por eso insistimos en esto de la cultura del trabajo. Porque no es que la gente se vaya para la nada, porque seguimos en 100.000 desocupados, el 6-7% son 100.000 personas, contra 1.600.000 trabajando.
Pero también es necesario formar empresarios. Y acá la satisfacción: en el diagnóstico, las cámaras empresariales y el PIT-CNT nos han dicho “sí, hay que formar trabajadores y hay que formar empresarios”. Es una muy buena noticia.
EC – Las dos partes coinciden.
EM – Sí, sin duda.
EC – Se lo pregunto porque entrevistando a dirigentes del PIT-CNT el 1.º de mayo pasado aparecía esa respuesta. Efectivamente la cultura del trabajo, “el llegar temprano, el formarnos, el ser solidario con el de al lado, eso hay que discutirlo, promoverlo –decía Fernando Pereira–, pero tiene que ir acompañado de la cultura del trabajo de los empresarios. No se les puede pedir todo a los trabajadores y pagarles 10.000 pesos de salario, no se les puede pedir rigurosidad y maltratarlos con suspensiones y sanciones”. Esa fue una de las respuestas que tuvimos.
EM – Le voy a contar algunas reflexiones que hacemos en este Grupo Asesor cuando nos reunimos. Un alto referente de la Cámara de Comercio preguntó: “Y con la plata de Inefop, ¿se pueden formar gerentes?”. Sí. Un referente de la Cámara Mercantil preguntó: “Y con la plata del Inefop, ¿se puede enseñar inglés?”. Sí, se puede enseñar inglés a los trabajadores, hoy lo estamos necesitando para que se sigan desarrollando, para atender el creciente turismo, la creciente inmigración y para muchas cosas para las que hay que aprender en inglés para seguirse desarrollando. El lenguaje de las computadoras en general está en inglés. Entonces, ¿por qué no? “¿Se puede usar dinero de Inefop para capacitar adentro de la empresa?” Sí, cómo no. Si tenemos un tambo bueno, que funciona, capaz que hay que poner alguien especializado en pedagogía, en didáctica y que el tambero o el capataz del tambo enseñen a otros el trabajo de tambo.
Esto no quiere decir que se deje de contratar una empresa capacitadora. Creemos en la necesidad de capacitación permanente, de formación permanente, con cosas que ya se vienen haciendo. Hace poco llevamos a este Grupo Asesor que integran una veintena de referentes empresariales, sindicales y académicos al profesor Wilson Netto, el presidente del Codicen, para que informara qué es lo que hoy se está haciendo para la transición y la interrelación entre educación y trabajo. Los que estábamos en esa reunión, esa veintena de personas que nos reunimos todos los meses, estamos entre la gente más informada del Uruguay, los que más acceso tenemos a los diarios, a los medios de comunicación, a internet, y sin embargo la reacción de la mayoría fue: no sabíamos que ANEP, UTU, Secundaria estaban haciendo esto. La mayoría no conocía todos los planes que hay para trabajadores en actividad, para mejorar la calidad educativa de personas adultas, para mejorar el tránsito, para ver cómo se pueden aprender cosas.
En la segunda quincena de junio vamos a anunciar las medidas que se van a implementar dentro de este programa, que buscan justamente una mayor articulación entre educación y trabajo, una educación al servicio del trabajo. Y como esto se debe desarrollar desde la familia, vamos a ver, por ejemplo, cómo promovemos los encuentros familiares de los domingos para que la gente pueda conversar.
EC – Esto puede llamar mucho la atención, ¡que el MTSS promueva el almuerzo familiar de los domingos!
EM – Fue una propuesta que nos hizo la gente del Centro Comercial de Salto.
EC – ¿En qué consistía la propuesta?
EM – Tenemos que estimular que la familia se reúna y converse. Como la gente hoy está trabajando, trabaja ocho, diez, doce horas, después va a su casa, se sienta, a veces se entretiene con internet o con la televisión y no se conversa. Entonces hay que ver cómo cultivamos esos valores de conversar. Ya hemos conversado con algunos prestigiosos empresarios a los que les ha ido muy bien en Uruguay para que den charlas sobre cómo llegaron a tener esos éxitos. Vamos a hablar con prestigiosos futbolistas para que expliquen cómo llegaron. Porque uno ve: Fulano de Tal es una estrella, gana tantos miles de dólares, se compró una casa tanto… pero ¿cuál es el sacrificio que hace todos los días para tener eso? Vamos a entrevistar a gente común, por ejemplo una maestra que viaja 50 kilómetros para ir a la escuela para atender a veces en un medio rural a 20 niños. Queremos destacar estas cosas que nos parece que son buenas. Hay muy buenas experiencias en el país.
EC – Cuando usted habla de cultura del trabajo, yo pienso, en esa línea, en algunos aspectos que me imagino que deberían formar parte de esas conversaciones familiares, de los almuerzos de los domingos. Por ejemplo, la importancia del trabajo para la realización del ser humano, el papel de cada uno en un proceso productivo. Se puede hablar hasta de solidaridad con los otros compañeros, porque si uno no hace bien lo suyo tendrá que venir otro después que complete y tape los baches, etcétera.
EM – Sin duda. Es un proceso largo, no lo vamos a lograr en estos cinco años, pero entendemos que hay que hacerlo. Estamos pensando en la enseñanza de la cultura del trabajo desde la escuela, por eso estamos en íntima relación con ANEP. Estamos pensando en lo que puede significar el hecho de ir a hablar en los centros de estudio y en los centros de trabajo sobre este tema. Conversar sobre la importancia que esto tiene. Y no pensamos solamente en campañas en los medios de comunicación, sino en ver cómo se desarrolla esto en cada lugar. Hemos encontrado un muy buen ambiente, tanto en el mundo sindical como en el mundo empresarial y en el mundo educativo para avanzar en esto.
Reitero, si Uruguay no mejora la calidad de su trabajo, se nos acotan, se nos reducen las posibilidades de desarrollo. Ahí entra el tema de la calidad, la calidad de cosas de que nos vamos enterando, de jóvenes uruguayos que son reconocidos internacionalmente por inventos que están haciendo, el hecho de que Uruguay sea de los mayores exportadores de software de América Latina. Creo que hay que destacar esas cosas, hay que realzarlas y tratar de colectivizarlas.
EC – No manejó el término “emprendedurismo”.
EM – También eso. Por ejemplo, estamos pensando en algo de lo que se ha hablado poco –quizás porque no lo hemos comunicado bien–: el nuevo Fondes. Si hiciéramos una encuesta entre la audiencia y preguntáramos qué es el Fondes, estoy seguro de que mucha gente nos diría “el Fondes es una plata para empresas que se funden, para empresas que los trabajadores tratan de recuperar”.
El nuevo Fondes que se está aprobando en estas horas –creo que hicimos un muy buen acuerdo con la bancada parlamentaria del Frente Amplio, el PIT-CNT y el gobierno– va a disponer de unos 100 millones de dólares –de plata que ya estaba, no es plata nueva–, de los cuales más o menos 50 millones van a ser destinados a las micro, pequeñas y medianas empresas del Uruguay, que son más del 90% de las empresas del Uruguay. Algunas de las decenas de miles de empresas del país van a poder acceder a ese financiamiento para subsidios, para garantías. Y la otra parte, alrededor de 30 millones, se va a destinar a la economía social, a las cooperativas y a los emprendimientos autogestionados.
Esto también es importante. Acá mismo, en este edificio, hicimos el viernes pasado un encuentro con los presidentes de los centros comerciales del interior del país, y cuando les contaba esto, no lo sabían. A veces tenemos problemas de comunicación. Ese nuevo Fondes es una apuesta a este desarrollo del país.
La nueva Ley de Empleo Juvenil innova en que por primera vez tenemos un subsidio al salario de los trabajadores. El Estado utiliza parte de los impuestos que paga la gente para subsidiar salario para que los jóvenes puedan trabajar y estudiar. En el caso de jóvenes que tengan más de un año de desempleo o que sean de sectores vulnerables ese subsidio al salario puede llegar al 80% para las mujeres y al 60% para los hombres. En los otros jóvenes de diversos sectores sociales estamos hablando de 25% de subsidio del salario.
EC – ¿Qué tiene que ver esto con la cultura del trabajo?
EM – Es una herramienta sustancial de la cultura del trabajo. Estamos apuntando a los menores de 29 años en general, en algunos casos menores de 24, y estimulando que las empresas les den trabajo y se les pague una parte con plata del Estado, de los impuestos que paga la gente. Algunas leyes anteriores establecían subsidios del tipo de exoneración de aportes a la seguridad social, acá estamos hablando de subsidio al salario, es un avance importante. En leyes anteriores las empresas tenían que tomar de un registro, de una bolsa de jóvenes que generaba el Estado; ahora las empresas van a poder decir “yo quiero que Fulano de Tal integre esto”. Si ese Fulano de Tal, ese joven, cumple los requisitos de la ley, puede ser tomado.
Además, el Estado va a subsidiar licencias por estudio y reducción de horarios de trabajo para que esos jóvenes puedan seguir estudiando. Hay una serie de medidas. Yo vi algún titular de diario que decía: “Se van a destinar los 90 millones de dólares del Inefop a la cultura del trabajo”. No es así, los 90 millones del Inefop son del Inefop. Pero el Inefop es un actor fundamental en este proceso de cultura del trabajo, es parte de esto, el empleo juvenil es parte de esto, el nuevo Fondes es parte de esto, con el fomento al emprendedurismo, a las pequeñas y medianas empresas.
También es parte de esto algo que salió hace poco, que no ha sido suficientemente difundido. Me refiero al decreto de consenso que surgió de un año de trabajo entre las cámaras empresariales del transporte de carga, las cámaras empresariales de los camioneros, el sindicato de camioneros y varios ministerios –el Ministerio de Economía, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), el MTSS–, el BPS, Aduanas y DGI. Según este decreto, si una empresa de camiones incumple normas laborales de seguridad social o tributarias, el MTOP le puede sacar el permiso de circulación. Ya hicimos actuaciones conjuntas en cinco departamentos, en 15 empresas, y encontramos importantes irregularidades. Este es un sector muy importante para el desarrollo del país, para el transporte, para la logística, y con alta evasión. El decreto que anunciamos a fines de marzo fue producto de un año de discusión entre las partes, producto de un diálogo social. Creo que esta es la forma de construir el nuevo Uruguay.
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EC – Hay una cantidad de mensajes de los oyentes muy interesantes. Por ejemplo: “Tengo 51 años, preparación administrativa, 21 años en un consultorio odontológico. Se jubila el profesional, me quedo sin trabajo. No puedo hacer cursos en Inefop porque trabajo. Tengo cultura del trabajo y no consigo nada por la edad. Vivo en el interior. Eso es otra realidad”.
EM – Sin duda es otra realidad. Estamos tratando de darles mayor flexibilidad a los cursos de Inefop y a los cursos de enseñanza curricular en ANEP. En ese aspecto estamos trabajando a demanda, queremos cambiar el funcionamiento del Inefop. En las recorridas por distintos lugares del país les estamos pidiendo a todas las cámaras empresariales que nos demanden lo que necesitan en capacitación, y a partir de ahí se va a ver la flexibilidad de los horarios.
Por ejemplo, destacaría dos casos. Uno, el Inefop hizo un acuerdo con el Secretariado Uruguayo de la Lana y en este momento se están formando 1.500 productores rurales y trabajadores rurales en las tareas relacionadas con el sector ovino del Uruguay.
Dos, hicimos un acuerdo con la Asociación Uruguaya de Organizadores de Congresos y Afines y dos organizaciones específicas de Maldonado. Porque el año que viene se inaugura en Maldonado un centro de convenciones que va a ser muy importante para el país y para la organización de eventos y congresos en el Uruguay. Va a ser una fuente de ingresos muy importante para el país y una fuente de perfeccionamiento, porque hacer congresos y seminarios ayuda al perfeccionamiento del país. Entonces hicimos ese acuerdo para empezar a formar ahora a la gente que el año que viene va a trabajar en el centro de convenciones de Maldonado.
Esto es parte de esa cosa de ver qué es lo que se precisa. Esto que plantea este señor de 51 años. Veamos cómo podemos ofrecerle determinados horarios y formas de capacitación para que pueda seguir desarrollándose. Entendemos que debe haber un sistema de formación y de capacitación permanente.
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Transcripción: María Lila Ltaif