Agro

La Mesa Agropecuaria
Edición especial desde ExpoPrado celebró diez años acercando campo y ciudad

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EC —La pregunta venía a propósito de los diez años de La Mesa Agropecuaria, y no tiene por qué coincidir exactamente con la evolución de los mojones importantes en el sector.

RI —Quiero dar un poquito el contexto. Cuando hablo de este tema, en general hablo de los últimos 25 años, porque ahí sí creo que hay un cambio cualitativo de fondo, que no asocio a ninguna administración desde el punto de vista político en particular, porque en esos 25 años hubo de los tres partidos mayoritarios. El hecho es que en la década del 90 empezaron una serie de desarrollos, tanto institucionales como de consolidación de nuevos sistemas productivos y demás, que realmente le cambiaron la cara al país.

Los últimos diez años en particular son la máxima expresión de lo que ha dado en llamarse “viento de cola”. Pero, como suele ocurrir o más bien ocurre siempre, las noticias tardan unos dos años en recorrer los 100 km que separan a Montevideo de la campaña, en llegar al sector urbano, donde se toman las decisiones y donde están las decisiones políticas. Porque yo oigo a opiniones muy autorizadas decir que el punto de quiebre se dio el año pasado, en particular en setiembre, momento en que Brasil perdió el grado inversor y demás, pero estuve revisando algunas cosas escritas antes, y en el primer semestre del 2014 hacíamos revisiones del cierre del año 2013 y ya en el segundo semestre de ese año se empezaron a prender todas las luces amarillas.

Entonces en estos diez años, para resumir, ocurrió el pico de crecimiento de los precios de una serie de rubros muy importantes y de la productividad asociada a eso, y a partir de 2013, 2014, una caída también importante, bastante más resistida por la ganadería que por el resto de los rubros, y también en el momento actual la ganadería está resintiendo bastante.

GUILLERMO VILLA (GV) —Creo que estos diez años para el sector fueron bastante divertidos, bastante movidos. Desde el punto de vista de rentabilidad y de productividad veníamos de las décadas de los 80 y de los 90 con una chatura, con endeudamientos importantes, poca inversión en el sector. En esta última década, que yo también empezaría un poco antes, del 2003, 2004 para adelante fueron años muy dinámicos. Sin duda el rubro que tuvo el mayor protagonismo de los que estamos manejando en ese período fue la agricultura, fue la que tuvo mayor dinamismo, y dentro de la agricultura la soja. Atrás de eso la ganadería se tuvo que adaptar, lo que llevó también a que hubiera grandes cambios. Lamentablemente lo bueno no dura toda la vida, los tiempos buenos se empezaron a revertir hace dos, tres años y en este momento estamos empezando a pagar las consecuencias.

DANIEL LABORDE (DL) —Excepto los dos últimos años, como decían todos, en que la lechería está pasando por momentos de crisis, en lo personal la evaluación que hago es que fueron los diez mejores años en la historia de la lechería, con un incremento muy grande en la producción, del orden del 40 % en los diez años, y con años como el 2011, con incrementos anuales del 20 % en la remisión, con buenos precios. No podemos pensar la lechería en la situación actual, sino lo que pasó en los últimos diez años, e insisto en que fueron los mejores diez años de la lechería, con algún momento de crisis en 2008-2009, coincidiendo con la crisis americana de repercusión mundial. Desde el punto de vista productivo hubo incrementos importantes en la producción, aumento de las producciones de los establecimientos, de los tambos, con tecnificación las salas de ordeñe, una apuesta importante a la producción. Evidentemente los últimos dos años no acompañan, nos encontramos hoy con un sector más endeudado, notoriamente más endeudado que antes, pero creo que cuando evaluamos los diez años han sido muy buenos para el sector en general.

EC —¿Eso quiere decir que tenemos una nueva lechería en Uruguay? Por ejemplo desde el punto de vista de la incorporación de tecnología, del cuidado del medioambiente. Esos fueron avances que se dieron.

DL —Se dieron avances importantes, pero tenemos muchos deberes por hacer. En la adaptación de tecnología hay mucha cosa para avanzar, hay tambos que lograron avances muy importantes tecnológicamente, y en el cuidado del medioambiente recién en los últimos dos años empezamos a hacer los deberes como deberíamos haber hecho. Muchas veces como país perdemos los momentos de muy buena rentabilidad para hacer los cambios importantes, y después cuando nos damos cuenta de que no los hemos hecho, buscamos hacerlos en los momentos de baja rentabilidad y se hace mucho más complicada la adopción de tecnología, en especial en todo lo que es el tratamiento de efluentes, en todo lo que es la cuenca del Santa Lucía, etcétera.

RICARDO REILLY (RR) —Los amigos han resumido bastante la respuesta. Voy a agregar solo un par de cosas. El Catalán hablaba de viento de cola; gran parte de la explicación de ese viento de cola y del crecimiento agrícola del que hablaba Guillermo, de los sectores en general, es China. La aparición de ese centro de la demanda mundial de alimentos con esa fuerza explica gran parte de los procesos que ha vivido el país en los últimos tiempos. Y ese crecimiento agrícola que mencionaba Guillermo también está ligado al crecimiento que ha tenido la ganadería. Cuando digo crecimiento de la ganadería hablo de indicadores, entonces gran parte de la explicación del crecimiento de algunos indicadores que tuvo la ganadería a partir de distintas tecnologías innovadoras que se aplicaron está muy ligada también al crecimiento agrícola, por diversas razones, por las sinergias que se generan entre los rubros.

Es muy común que a uno le pregunten “¿cómo está el campo?”. Y la repuesta es difícil. Sobre todo cuando hay problemas, y hay problemas distintos en los diferentes rubros, situaciones muy complejas como la que está atravesando el sector lechero y gran parte del sector agrícola. Podemos hablar de la celulosa, que de pronto no está tan mal o está bien o tiene mejores perspectivas. Entonces tenemos que ser muy cautos cuando manejamos promedios, cuando hablamos del PBI sectorial como un todo, porque podemos estar siendo muy injustos con sectores a los que les está yendo muy mal.

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