Juicio político a Carolina Cosse: comisión del Senado dio inicio al proceso
Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
La Comisión de Constitución y Legislación del Senado dio inicio el martes, con los votos del oficialismo, al proceso de juicio político a la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse.
Los parlamentarios dieron este paso a partir de un pedido que ingresó el pasado 31 de octubre por una acción promovida por ediles de la oposición departamental, que se respalda en, según argumentan, las reiteradas negativas de la intendenta a responder los pedidos de informes que se le efectuaron.
La comisión del Senado decidió darle vista a Cosse de todas las actuaciones que se han llevado a cabo sobre el tema. Ahora la jefa comunal tendrá la oportunidad de hacer los descargos correspondientes, personalmente o por escrito. Una vez cumplida esa etapa, los legisladores deberán definir si avanzan con el proceso o archivan el planteo de los ediles.
Cosse sostuvo ayer que la propuesta de juicio político es una “barbaridad para la democracia”.
“Esta es una acción que no es aislada. En las elecciones departamentales toda la coalición me atacó, incluso ministros del gobierno que ya estaba instalado. La presente administración de Antel intentó generar una opereta política judicializando algo a través de una pseudo auditoría. Y se agrega esto, que es algo totalmente fuera de lugar, porque in la intendencia ni yo hemos cometido una falta legal ni, por supuesto, violado ningún aspecto de la Constitución”
En caso de que el asunto llegue al plenario del Senado, el oficialismo no cuenta con los votos para destituir a Cosse. Para eso, según el artículo 296 de la Constitución, se requieren 2/3 del total de componentes de la cámara, o sea, 22 senadores, cuando el oficialismo tiene 17.
El inicio del proceso generó discrepancias dentro de la coalición de gobierno. El diputado Felipe Schipani, del sector colorado Ciudadanos, consideró que continuar con esta instancia es “un error garrafal” y una medida “desproporcionada” que lo único que logra es “victimizar” a Cosse. “Se dejó de hablar del despilfarro del concierto de Lali y volvimos a la victimización sobre el juicio político. Si no ponemos cabeza, va a ser difícil un cambio en Montevideo”, agregó Schipani.
La Tertulia de los Jueves con Martín Couto, Diego Irazábal, Gloria Robaina y Esteban Valenti.
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3 Comentarios
¿Cuándo se volvió legítimo decir peyorativamente de alguien que tiene actitudes masculinas? ¿Cuándo se decidió que existen individuos que tienen un pecado de nacimiento que los condena a personificar el mal, independientemente de su individualidad y de lo que hagan? En la época en que yo me formé políticamente eso se llamaba discriminación y prejuicio y era un razonamiento inválido de muy mal recuerdo, además, porque el antisemitismo se basó en el mismo tipo de razonamientos.
Hoy en día se ha legitimado exclusivamente para esa cosa abominable que se da en llamar «la masculinidad» y creemos que eso es un mecanismo de justicia tendiente a cobrarse vengando una deuda histórica. Y yendo por ahí se supone que queremos llegar a la igualdad entre hombres y mujeres. Por el momento, creo que con esa estigmatización desembozada de lo masculino estamos cada día más lejos de una sociedad de iguales y cada vez más cerca de los pogromos. Las condiciones para ello de subjetividad se van generando de a poco.
Breve ejercicio de abogado de la «diabla»
Cosse, la reina, la despilfarradora, la soberbia, la que ataca, y así lo que si no es campaña de demolición, por lo menos es de erosión y acoso.
Mirando hacia atrás, ella con su estilo, estilo que profundiza y amplía y progresa, llegó a presidir ANTEL, a Ministra de Industria y Energía, a Senadora y ahora a Intendenta, quizás vaya por más porque mal no le fue y lo que alcanzó lo alcanzó desde la independencia sin asentarse en un sector político sino negociando.
Por el mismo razonamiento y para denostarla se la asocia con la imagen de Cristina Fernández K, Cristina tiene en su haber una senaturía, dos presidencias ¿acaso busque la tercera? y actual vicepresidenta; de nuevo, tampoco le fue mal a la otra señora.
No va al congreso de Intendentes, no voy a enumerar pasantías, al que defenestró a Argimón, al nepótico y otros integrantes del club de Tobi…
No va a la Junta, Junta donde después de negociar y acordar el manido préstamo del BID, bajó el verticalazo negativo y cerrado.
Junta donde Ediles tuiteros un día si y otro también hacen alharaca, no ya sobre algunos tópicos sino sobre todo todito sea o no veraz lo que postulan indignados, entonces ¿para qué iría, para que ignotos individuos busquen notoriedad colgándose de sus polleras?
Raffo que talentea mas de lo que estudia y hace, no es para nada tonta, abandonó el rol infértil de jugar a ser sombra, hizo bien, rinde ser el perro, no la garrapata.
La lapidación constante a Cosse le está haciendo una montañita cada vez más alta donde ella pueda elevarse.
Por no alargarme remato con algunas preguntas:
¿Y si Carolina ve cosas estratégicas que otros no ven o no quieren ver?
¿Y si ella quiere hacer cosas que otros no quieren o no se animan?
¿Y si suma gente que aunque del todo no la entienda, pero la percibe y la intuye como cambio, esa cosa que provoca?
¿Y si los parámetros de campaña y liderazgo están modificándose en la conducta del electorado?
Desconozco las respuestas, creo pertinentes las preguntas.
Por cierto, sobre la cuestión de fondo. Creo que el juicio político sólo puede tener dos salidas: la destitución o la absolución. En este caso todo parece indicar que la destitución no es una posibilidad, así que no tendrá consecuencias. Todo esto es ruido preelectoral, porque ya estamos en plena campaña. La derecha quiere demonizar a Cosse, abrirle «expedientes» que siembren la duda sobre su honestidad y apego a la ley. Ese personaje que la derecha a construido llamado («la faraona») lo van alimentando así, de a poco,con cosas que aunque queden en la nada, generan subjetividad.
Por otra parte, Cosse en este contexto social tiene a favor el hecho de ser mujer. Eso le permite afirmar que la acosan por ser mujer y no por razones políticas, lo cual descalifica a sus adversarios por uin vicio de forma. Cada quien va a jugar su partido en esto. Los que la quieren descalificar diciendo que es «una faraona» y los que la defienden esgrimirán seguramente que es una víctima del «patriarcado».
Personalmente no creo en la faraona ni en el patriarcado. La veo como una política ejecutiva, hábil para plantear las reglas de juego y sacar a la oposición del juego que sabe hacer y con un perfil un poco más estatista que la media del FA. Esto último pone furiosa a la derecha y hace dudar a buena parte de la izquierda, mucho más volcada a hacer un capitalismo asistencialista que un capitalismo de Estado. También es una persona que aprendió rápido. Parca al declarar, ha ido aprendiendo a devolver los golpes sin perder su impronta de parquedad. Esa parquedad muchas veces descoloca al que busca alimentarse de las respuestas del adversario para enredarlo en su propia trama.
Todavía recuerdo que en una de las primeras entrevistas que le hicieron camino a la interna presidencial, le preguntaron si ella consideraba que el ser mujer era un diferencial. Respondió categórica «no» y explicó que en su trabajo había trabajado siempre a la par de los hombres y que nunca había sentido una diferencia. El tiempo pasó, Cosse cambió su discurso y el concierto del otro día la muestran surfeando la «marea violeta» como nadie. Probablemente esa habilidad para aprender rápido y «apearse» y adaptarse al pensamiento dominante sin dejar de tener su agenda estatista moleste mucho afuera y genere cierta envidia (que nunca es sana) en sus propias filas. El asunto es que le pegan desde afuera y la fortalecen y en la interna del FA ya es la candidata a vencer.