Lacalle Pou pidió al ministro de Transporte que nuevos radares de control de velocidad no sean “fuente de recaudación”
Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS
El Ministerio de Transporte (MTOP) estrenó esta semana el Centro de Sistemas Inteligentes de Tránsito, desde donde se supervisarán los 100 nuevos radares de control de velocidad máxima de circulación.
Esos dispositivos, que quedaron operativos ayer, rotarán inicialmente entre 112 ubicaciones, de un total de 177 que definió el MTOP a partir de su historial de riesgos.
Además, se estableció un tope de velocidad de 75 kilómetros por hora en la ruta Interblanearia entre Montevideo hasta Parque del Plata, donde termina la zona más urbanizada.
Ayer, en entrevista aquí En Perspectiva, el ministro José Luis Falero explicaba que las nuevas medidas forman parte del plan nacional 2020-2025 que también incluye numerosas obras de infraestructura que se están ejecutando, y luego agregaba:
«Se identificó que más allá de las obras de infraestructura que mencioné, había 177 puntos más que tenían dificultades y donde habían siniestros de tránsito. Esos 177 no pudimos cumplirlos, pero la idea es que quizás con los 100 que instalamos la gente empiece a entender que donde están esos datos estadísticos de gravedad hay un conductor que no cumple con la cartelería. Esto lo que está haciendo es decirle al conductor “acá hay una cartelería que no se está respetando y lamentablemente genera accidentes en muchos casos fatales con lesionados graves”. Tenemos datos muy preocupantes».
Esas noticias despertaron críticas de varios dirigentes del Partido Nacional, como el senador Sebastián Da Silva y el diputado Rodrigo Blás, que cuestionaron el énfasis en los radres y las multas y reclamaron otro tipo de soluciones, y el diputado de Cabildo Abierto Álvaro Perrone, que en las semanas previas ya había objetado la proliferación de radares y el monto de las sanciones.
Ayer, el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, entró en el debate cuando convocó al ministro Falero y le pidió especialmente que estos radares no se conviertan en “fuente de recaudación”.
A la salida de Torre Ejecutiva, Falero explicó el planteo en rueda de prensa:
«Tenemos que tener el cuidado de que no se transforme esto en una fuente de recaudación, que no es el objetivo. Por ese motivo nos pidió que analizáramos bien en profundidad estos primeros 30 días para que aquel infractor que excede en forma desmedida y reiterada es una cosa, pero que tengamos precaución para que eso que la primera sea una notificación, lo podamos revisar, modificar alguna velocidad si así se entiende oportuno».
La Mesa de los Miércoles con Teresa Herrera, Agustín Iturralde, Desirée Pagliarini y Óscar Sarlo.
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5 Comentarios
Y un poco todavía me sorprende, menos ahora por la reiteración y otra vez en el programa la pelota de los radares a la casa de doña Maria, otro episodio de la zaga de «rápidos y furiosos»
Da Silva, Blas y Perrone como Moe, Larry y Curly pero sin gracia ninguna ¿por qué llegamos a hablar de esto que no es otra cosa que una cuestión que debería resolverse técnicamente?
Y el Ministro Falero fue llamado ¿disciplinado? por -nada menos- que el mismísimo Presidente.
Bueno, parece que nuestro país se desliza entre acogedoras espumas tibias y entonces hay que poner algo en la cartelera para que no nos falte polémica y coloquios y al fin, entretenimiento.
Pero no, no es así, existe necesidad y dolor también, hay tremenda migraña y vamos a la peluquería para lucir a la moda, moda que para peor, encima incomoda.
En un país de gente disciplinada los radares recaudan muy poco. Apenas algún descuido, pero nadie disciplinado y obediente va consciente en exceso de velocidad. Si los radares recaudan, entonces es que se precisan. Cuanto más recaudan, más radares hay que poner. Se precisa que nadie sepa dónde están, porque sinó es muy fácil violar la la ley: se viaja en exceso de velocidad en todos lados, menos donde está el radar. Es el efecto panóptico, indispensable para disciplinar a la gente.
En lugar de pedirle a Falero que los radares no tengan un fin recaudatorio, el presidente se perdió la oportunidad de decirle a la población que no le den un vintén al Estado por los radares. «Ayúdennos a no recaudar, conduzcan como deben en todo tiempo y lugar y les garantizamos cero multa».
No, señor. Cualquier medida relativa a la organización y control del tránsito tiene que ser preventiva. Tiene que decir bien claro que en este tramo hay radar, te tienes que portar bien o te cae multa. Escondidos, no evitan el potencial accidente. Esos equipos existen, o deberían existir, para salvar vidas, no para castigar culpables. El muerto o lesionado grave permanente no lo arreglan las multas.
Estimado,
Lo dije y expliqué porqué su visión no educa: «Se precisa que nadie sepa dónde están, porque sinó es muy fácil violar la la ley: se viaja en exceso de velocidad en todos lados, menos donde está el radar». No vi que usted levantara esta objeción, que por otra parte es de sentido común y cualquiera que anda en la calle la ve. Cuando usted viaja hacia el este y pasa la entrada de Laguna del Sauce, a partir de ahí tiene que viajar a una máxima de 60km/h hasta la loma de la ballena, donde empieza un tramo corto de 75km/h y luego baja enseguida a 60km/h de nuevo hasta la entrada de Punta del Este. Fíjese lo que hacen los conductores, si no es que usted también lo hace: aminoran donde está el radar anunciado y luego aceleran de nuevo. ¿Para qué queremos el radar? ¿Para que los vehículos recorran 200m a la velocidad correcta? ¿No será un poco costoso para el beneficio que da? ¿En qué educa eso a un conductor que recorre cientos de km en exceso de velocidad? Para mi es una hipocresía contraponer la recaudación a la educación.
Con la gente indisciplinada sólo el efecto panóptico funciona. Con la gente obediente y disciplinada, basta un cartelito cada tanto para que no se olviden, porque jamás tienen la voluntad de transgredir. El punto es ese: quebrar la voluntad de transgredir, que es la que reivindica orgullosamente Da Silva, por ejemplo.
La verdad, su conclusión me parece acertada