Políticos confrontan con periodistas y medios por supuestos sesgos en la cobertura
Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
En las últimas semanas han sido noticia varios episodios en los que políticos oficialistas y opositores confrontan con periodistas y medios de comunicación por supuestos sesgos en sus coberturas.
El último caso de esta serie ocurrió el viernes, en la ExpoPrado, cuando el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, se molestó con preguntas que le hizo una periodista de TV Ciudad.
Durante una rueda de prensa, la reportera le planteó varias consultas sobre el decreto del Poder Ejecutivo que modifica normas de empaquetado y etiquetado de cigarrillos. La última fue sobre la reunión que en abril mantuvo el entonces asesor de Presidencia, Nicolás Martinelli, con directivos de la tabacalera Montepaz. Delgado contestó que no tenía «idea» acerca del aquel encuentro y el intercambio terminó. En ese momento, y cuando todavía estaban encendidos los micrófonos y las cámara el jerarca se acercó a la periodista y le dijo, entre otras cosas, “no me provoques al pedo”, «te mandan, eh”.
Posteriormente, según informó Telemundo, Delgado pidió disculpas y pidió perdón:
“Hay días mejores, días peores; cuando uno se equivoca, como nos podemos equivocar todos, hay que reconocer el error y pedir disculpas”.
Delgado no fue el único que criticó coberturas de TV Ciudad. La semana pasada, el director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior Santiago González, sostuvo que MVD, Noticias, el noticiero de la señal de la IM “tuvo intencionalidad política” cuando informó que el ex director de Secretaría de la cartera, Luis Calabria, y su familia habían recibido atención en el Hospital Policial cuando contrajeron Covid.
Unas semanas antes, la senadora nacionalista Graciela Bianchi, había tildado al director periodísitico del informativo de Tv Ciudad, Eduardo Preve, de “operador político”.
Del otro lado, el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, también protagonizó cruces con periodistas por un supuesto sesgo en la información a favor del gobierno. Hace dos semanas, en el programa “Periodistas” de Canal 5, y luego de varios planteos de uno de los conductores del espacio, Alfonso Lessa, Pereira dijo que para “debatir” sobre las políticas del gobierno prefería hacerlo con dirigentes oficialistas y no con periodistas.
Y a principios de agosto, en entrevista con Sarandí, Pereira dijo que «hace meses» considera que «los medios de comunicación están flechados”:
«Yo veo una flecha tamaño baño (…) en la forma en la que preguntan y cómo arman los paneles».
La Tertulia de los Lunes con Hernán Bonilla, Martín Bueno, Gabriel Mazzarovich y Eleonora Navatta.
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5 Comentarios
Los medios partidarios existen y existieron, tienen por característica, eso, la claridad de postularse con CLARIDAD como partidarios; la prensa escrita a diferencia de radio y televisión no usufructuan ondas públicas.
El otorgamiento discrecional de dichas ondas es de por sí, un problema de SESGO.
La prensa escrita ha perdido consumo, no así INFLUENCIA a través de la réplica en otras plataformas, por otro lado la TV mermó su audiencia y su negocio en favor del entrenimiento on line, EXCEPTO en los informativos que siguen siendo el mayor insumo masivo de acceso a las noticias; ergo, tienen el poder real de establecer AGENDA y relato: qué se resalta, qué se rebaja y qué se omite.
El contrato de ANTEL con el oligopolio privado de la TV funge como SUBSIDIO a los canales.
El resultado es la baja del riesgo a los empresarios y la suba de los límites a la libertad de expresión del periodista de a pie y sin escudo, manda el dinero y crece con fundamento la suspicacia del FAVOR.
El armado de los calientes programas de panelistas deja que desear, a mi gusto, eso del griterío de 3 o 4 contra 1 político invitado, genera de por sí, alto nivel de rispidez e insana confrontación.
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Delgado estuvo muy mal, prepoteó a la periodista desde el desprecio y la amedrentación, la pregunta formulada además de PERTINENTE, era OBVIA y cae como agravante que el entrevistado pensó que ya no había cámaras encendidas a diferencia de otros incidentes similares en que el enfrentamiento era bajo la CONCIENCIA de que los dichos iban a tener difusión.
Tampoco es un detalle que fue a una mujer, no a un reportero varón con trayectoria y porte físico.
Pidió disculpas, bien, él, que tiene aspiraciones presidenciales quedó en evidencia de estilo, pésimo estilo; una mancha en definitiva.
La prensa es libre cuando cumple su OBLIGACIÓN, cuestionar al PODER, pretender comodidad y hegemonía desde cargos de gobierno, es decidamente, anti democrático.
Dejo aquí, aunque hay bastante más para decir.
El problema de a qué se le llama independiente es de por sí discutible. Al decir que Búsqueda es un medio independiente, entonces se está asumiendo que la dependencia o no es orgánica. Búsqueda es un medio con clara filiación ideológica y no es casualidad que entre sus fundadores estuviera Ramón Díaz. ¿Es independiente Brecha? Bueno, Brecha no depende del FA y de hecho durante el gobierno del FA confrontó bastante con él. Pero Brecha tiene ideología. Ideológicamente independientes es otra cosa. Eso es bastante difícil de lograr y me resulta claro que medios con línea editorial afín a la derecha hay más que con línea editorial afín a la izquierda.
Luego está el tema de los periodistas. Justo es decir que hay medios que toleran periodistas con una clara filiación de izquierda a pesar de que la línea de la empresa es de derecha. Eso lo que dice es que al periodista se le da libertad, pero no que sea independiente, en el sentido de que es una concesión que hace el medio y que la puede cambiar el menor volantazo de su consejo directivo. Para más datos, pregunten por Preve y lo que le pasó en Canal 10, luego de que Bianchi «se encargara de él». En su momento algo similar le pasó a Breccia en Sarandí, por ejemplo.
Luego está el tema de los gobiernos y la canilla de la publicidad oficial. Eso también influye en el comportamiento de los medios, que normalmente tienen al Estado como uno de sus principales anunciantes, Han habido gobiernos que se supo que apretaban más o menos a los medios. Algunos simplemente llamaban de presidencia a contar que no les había gustado cierta cobertura o cierto comentario o a decir que cierto spot político no se debía pasar. Recordar por ejemplo el spot que se censuró por una llamada de Sanguinetti, en el que Sara Méndez en el 89 pedía que la ayudaran a encontrar a su nieto. Sanguinetti hizo bastante de esas cosas, admitido por periodistas, por publicistas y por políticos. Otros dejaron jugar más, como Jorge Batlle o Mujica. Muy liberal, catador fino de democracias, defensor de la libertad, pero depende de para qué se usen esas libertades.
¿Qué se le puede pedir a los periodistas? Bueno, ante todo que sean honestos. Que si llevan agua para su molino, lo hagan con honestidad. ¿Qué se le puede pedir a los medios? Que admitan su línea editorial o que dejen participar a diferentes voces de diferentes discursos. Una de las razones por las que sigo este medio es porque veo siempre un esfuerzo deliberado por presentar diferentes discursos, sin intentar levantarles centros a unos y acorralar, ridiculizar ni impedir que defiendan sus opiniones a otros. No sé qué votan Cotelo o Andreoli, pero entiendo que en su trabajo no influyen. Uno tiene la oportunidad de ver la mejor versión de todos los políticos, al mismo tiempo que se les hacen preguntas relevantes e inteligentes. Pero bueno, medios como este hay dos o tres en el espectro radial y creo que a esta altura en la TV no queda ni uno.
Después hay otro problema y es que los políticos se exponen demasiado a improvisar. En lugar de hablar en conferencias de prensa, donde hay una agenda precisa y donde la formalidad permite que uno tome distancia antes de responder, se dejan poner un micrófono en cualquier situación y preguntar a quemarropa. Obviamente uno no está obligado a improvisar una respuesta a cualquier pregunta en cualquier circunstancia, pero el no tener respuestas inmediatas y contundentes a cualquier pregunta se ve y se usa como un sinónimo de debilidad argumental, falta de honestidad o de inteligencia. Creo que eso le hace mal a la política. Los políticos tendrían que armar conferencias de prensa y luego sortear en forma transparente medios a los que se les concede una pregunta y responder preguntas únicamente sobre los temas que prepararon. Otra forma de contacto con la prensa es dar entrevistas a medios serios, donde se hacen preguntas más o menos abiertas y se deja responder sin interrumpir. A mi me apena por ejemplo ver los dislates que dicen los políticos en los griteríos de las tertulias de TV, dónde el objetivo de los que están allí es desestabilizar emocionalmente al invitado para que diga cualquier cosa. Ganan audiencia por el morbo que eso provoca. Eso baja al llano a la política, quitándole la necesaria solemnidad y ponderación que debe tener alguien que tiene altas responsabilidades públicas. Zin TV por ejemplo muestra esos dislates, que son graciosos pero que uno no quisiera verlos en un jerarca, en un senador, en un diputado.
Evidentemente la respuesta de Delgado es la de alguien destemplado, que se deja llevar por las emociones. Por otro lado la pregunta era perfectamente pertinente. Si le piden que pregunte eso o no es irrelevante, porque la pregunta se justifica a sí misma. Quizá si se hubiera tomado 30 segundos para reflexionar, se hubiera limitado a decir que no tenía elementos de juicio en ese momento y listo.
Estimado Juan,
Los jerarcas andan normalmente con guardaespaldas. La idea de que con un hombre Delgado no se animaba por «porte físico» es equivocada. Primero porque depende del porte físico del hombre, desde luego. Por algo el paleosenador Da Silva está todo el tiempo anunciando que está a punto de golpear a quien lo importuna.
Parece que usted sugiere que un hombre por ser hombre, digamos si tiene el porte físico suficiente, ya podría golpear a Delgado. Por temor a esa represalia, Delgado no se habría atrevido a decir eso. En los hechos es alrevés: si la periodista le hubiera dado una bofetada a Delgado no le habría pasado nada y la sociedad la hubiera aplaudido justamente por ser mujer. Nadie se habría atrevido a ponerle una mano encima justamente por el privilegio de ser mujer, porque si en el forcejeo tiene un razguño, todos la van a pasar muy mal. Si un hombre le pone una mano encima a Delgado, le saltan encima 4 ursos que lo dejan medio mormoso. No es así la cosa, ser mujer en la sociedad sexista (el «patriarcado» si usted lo prefiere) le da inmunidad a la mujer en los espacios públicos. Felizmente la periodista no abusó de esa ventaja y todos criticamos a Delgado por lo que le dijo, que es la forma civilizada de resolver este y todos los conflictos.
Disculpe usted Leonardo, no imagino a Delgado con igual gesto y talante, frente a la misma pregunta hecha por ejemplo, Cotelo, Carballo, Pereira, Álvarez, Castro, Silva…
No puedo imaginarlo.
Saludos cordiales
Está bien Juan. Yo creo que la prueba de que hay un error de percepción es justamente este debate. Hoy día para un hombre, el confrontar públicamente con una mujer que tenga visibilidad en los medios es exponerse con certeza a que lo acusen de ejercer «violencia patriarcal». Es un poco como criticar la política exterior del Estado de Israel: exponerse con certeza a ser acusado de antisemita.
Le cuento algo: Hace un tiempo unos mexicanos hicieron un video de un supuesto «experimento social». Eran dos actores jóvenes, un hombre y una mujer, que hacían las veces de pareja discutiendo vehementemente en la calle mientras un tercero filmaba discretamente a distancia. Es importante que no había violencia física, sino sólo verbal. De modo que en ese plano ambos estaban igualados (no había deber de prestar asistencia a alguien físicamente en peligro). En un caso la mujer adoptaba una actitud verbalmente violenta, insultaba al hombre y la gente pasaba al costado sin hacer caso o a lo sumo le hacían al increpado alguna broma del tipo «¡uy! lo que le dijeron». Cuando la situación era al revés enseguida aparecían hombres que increpaban al actor y lo desafiaban a pelear, porque el machismo es eso: la mujer es débil y es «de poco hombre» pasar al lado de un hombre que destrata a una mujer y no prestarle socorro a ella, aún a riesgo de arriesgar su propia integridad física para defender a una desconocida en un pleito verbal del que no se tiene mayor información. No sé sinceramente con cuánto rigor lo hicieron, pero habiendo visto ambas situaciones en la vida real, el tipo de reacciones diferentes que generan esas dos situaciones formalmente simétricas en Uruguay es más o menos igual que en México. Me queda claro que ser mujer es una ventaja y genera una enorme solidaridad. Solidaridad producto de la moral machista, por cierto… de igualdad de géneros acá no hay nada. Pero justamente, esa desigualdad es un mecanismo de asimetrías y compensaciones, no es un mecanismo de mera opresión que en todo siempre va contra la mujer. Las mujeres tienen también su ventajas en ese sistema de desigual, sistema que yo no defiendo, por cierto. Yo prefiero la igualdad, pero radical, no selectiva. Delgado no sólo no usó un privilegio, sino que se pegó un tiro en un pié y ahí se lo ve pidiendo disculpas como pollo mojado por algo que si se lo hubiera hecho a un hombre, sería una anécdota. El célebre «no sea nabo, Néber» no generó la tormenta que genera esta impertinencia de Delgado.
Saludos cordiales.