Galgomundo

Gracias al galgo Montevideo agoniza, solo fotografías por un día

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FOTO: Galgomundo

Se pudo haber llamado como el nombre del disco de Mateo, que después del obelisco estaba bueno para juntarse y luego abrir las puertas del estadio que puede haber cumplido 100 o siempre los tuvo por su nombre.

Todo por el parque, hasta llegar a la segunda fuente. El Velódromo, con la forma que tiene, llenarlo de silencio y traigan sus celulares con auriculares, para elegir uno de los escenarios donde hay música. Todo por la rambla, tambores de un lado y por el otro. Una sola canción al salir y llegar a la playa chica, la del último tren pasaba el martes, por más que sea eso en feriado y día hábil después.

Está claro que cuando se juntan todos los tambores te abrazan, alguien solo con esa compañía, aunque puede agregar su banda eléctrica a los tambores, eso nunca fue un problema en esta ciudad, en todo el bendito país, más la fusa, los vecinos y el resto de la música de la tierra. Excelente lugar para ver música en vivo donde la otra vez hubo un festival, que enseñaba de la ciudad y de cómo cuidarla y varias muestras de lo que pasa en el campo, a otras velocidades y los tiempos de trap, están cambiando.

Qué caro el boleto del diferencial rápido a mi trabajo sin llegar tarde, cuando la santa de la música juega, pinta, se baña, come (sano dice mi mamá, una ensalada de lechuga, tomate y cebolla). ¿Cuántos puestos que venden choclo en las playas? ¿Por qué no toda la parte de las playas, con puestos donde conseguir agua, y hasta pescado frito? Digo que, de la plaza Cagancha, salían galgos, y qué bueno poder pagar una fortuna y abrir las puertas del cine Plaza y Central.

Ya que estamos en los asuntos del sonido, que sean eléctricos y cuidadosos al manejar, y que solo sean parecidos a tranvías por los sonidos del silencio, que se ven interrumpidos nada más que por toda la música de este país, en las horas impares una que diga o hable o cuente algo de Montevideo un locutor. La información del artista, de la banda, del grupo, del stand, de la cultura, de las artes bellas, como querido diario. Este martes no pasaba un tren por 18, solo esos que van rumbo a los 100 años, acompañan esos y el resto de los colores de los que nos llevan y nos traen cuando no vamos en el más antiguo de todos, el queridísimo once, y son ruedas en una silla o andadores para ir por la vereda, que sigan estando esos, y que no sea tan imposible, pero al mismo tiempo posible transitar, por la Reconquista de la Ciudad Vieja que solo incluye una vuelta por Buenos Aires y la otra que desemboca a J. Lindolfo Cuestas.

No puedo hacer esto muy largo, por suerte puede haber 300 festejos más, creo que por acá en Galgomundo, si tenemos suerte vamos a ir a buscar, casi 300 canciones de Montevideo y alrededores varios, living, comedor, estudio donde sea, escenario donde pinte, y el resto de todos los departamentos de la música de Mis madrugadas. Todo música de este bendito país, como bien supo decir uno que también podemos celebrar que tantas veces levantó la copa de grapa miel y dijo un saludo a esos ocho que no pudieron estar (dejaron de estar disponibles en la tierra) y los que no pudieron venir no se sabe bien por qué, pero no hay apuro.

Siempre todo puede estar mejor, como siempre puede haber algo que festejar. Hay una, por ejemplo, Montevideo Agoniza, dijeron Los Traidores, lo cierto es que está viva, patea y más le vale sepa bailar a todo trapo, murga, trap, batucada, los tiempos están cambiando y que te haga eso que dijo Jaime, el viento, más el tiempo está después y todas las calles y no calles en las que vivan, hayan vivido o estado de pasos montevideanos en libros, montevideanas las historias.

Viva la radio,

Saludos cordiales.

El galgo.

P.D. solo fotografías y notas de voz con canción montevideana al galgo phone: 098-478196

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