
Eliminatorias Mundialistas Uruguay-Venezuela
Por Homero Fernández
Martes 10.06.2025
Para el Mundial de Alemania 2006 Uruguay recibió a Venezuela. El equipo de Richard Páez sumaba 6 puntos. Uruguay tenía 7. Lo que ocurrió en el Centenario le costó la cabeza al entrenador de la Celeste.
La camioneta del ayudante de campo de Juan Ramón Carrasco trató de hacerse espacio entre la multitud de fanáticos envueltos en la bandera uruguaya que se habían quedado para esperar su salida del Estadio Centenario y no precisamente para saludarlo.
Era el 31 de marzo de 2004 y Uruguay, dirigido entonces por Carrasco, acababa de caer derrotado por Venezuela en la quinta fecha de las eliminatorias para el Mundial de Alemania 2006.
Una derrota inesperada y humillante por 3 a 0 por parte de una selección venezolana que venía de ganar a Colombia y Bolivia.
La primera victoria de Venezuela contra Uruguay había sido en el marco de las eliminatorias para el Mundial de Corea- Japón, en 2001, por 2 a 0. Un partido jugado en Maracaibo donde los héroes fueron Ruberth Morán y Alexander Rondón.
La Celeste, dirigida por Víctor Púa tuvo que llegar al Mundial por vía del repechaje y fue eliminado en la primera ronda.
El futbol ofensivo que pregonaba Carrasco convocó a los uruguayos al Estadio Centenario aquella noche de marzo con la esperanza de ver a sus delanteros propinar una goleada a los dirigidos por Richard Páez, quien también había sido el autor intelectual de la primera victoria histórica de Maracaibo.
El potencial charrúa se nutría de jugadores como Álvaro Recoba, Martín Ligüera, Javier Chevantón, Diego Forlán y Walter Pandiani.
Pero en la cancha, desde el silbato inicial, se vio a una Venezuela plantada con mucha personalidad y con juego atildado de toque, desmarque y velocidad.
No había complejos esa noche, por lo menos de parte de los visitantes.
A los 19 minutos llegó la primera e inesperada estocada con el gol de Gabriel Urdaneta. Herido en su orgullo, Uruguay replicó, pero faltó afinar la puntería porque dos pelotas pegaron en los palos aumentando la frustración.
Al cuarto de hora del segundo tiempo el entrenador Vinotinto hizo dos cambios para apostar al contragolpe y uno de ellos le dio el mejor resultado. Dos minutos después de entrar, Héctor “el Turbo” González conseguía el segundo gol.
La tribuna uruguaya se ponía nerviosa y la presión llegaba a los jugadores celestes que no podían creer lo que pasaba.
Luego, a cada toque de la selección visitante los aficionados coreaban “oleee”.
El capitán venezolano Luis Vera rememoraría luego que “en pleno partido se veía la angustia del jugador uruguayo porque se pensaban invencibles frente a nosotros y nunca se imaginaban que pudieran ir perdiendo.
Estaban muy confundidos, se veían a las caras, consternados. No lo creían”.
Cuando faltaban 13 minutos para el final, Juan Arango puso el último clavo en el ataúd y selló el “Centenariazo” venezolano.
Uruguay 0, Venezuela 3.
“Por primera vez en mi vida quise que un partido terminase cuanto antes. Hemos fallado a años de historia de este estadio donde a nadie se le había hecho fácil ganar”, declaró Juan Ramón Carrasco tras la humillación.
Poco tiempo después del resultado se supo que un factor anímico había alimentado el buen fútbol que ya practicaba Venezuela.
El día del partido se publicó en la prensa montevideana un anuncio de una compañía de televisión por cable.
A toda página, el anuncio mostraba la cancha de un futbolito donde había 11 jugadores con camiseta celeste pero no había jugadores rivales. “Venezuela no existís”, decía el slogan.
“Yo utilicé ese aviso el día de mi charla técnica. Coloqué la página en la pizarra donde marcaba la estrategia para el partido. La puse para lograr en mis jugadores una motivación especial. Para mí fue un detonante emocional para ese partido y lo logramos”, contaría el estratega Richard Páez.
Aquella noche de marzo fue la última de Carrasco en la selección. Después vendría Jorge Fossati. La Celeste alcanzaría el repechaje contra Australia y sería eliminada por penales quedando afuera de otro mundial.
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