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Entrevista central, martes 6 de diciembre: Jorge Díaz

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EC —Entre otras cosas le hacía estas preguntas por comentarios como los que hizo el presidente de la República, Tabaré Vázquez. Después de la violencia que derivó en la suspensión del último clásico, Vázquez, que se encontraba en España, habló sobre este caso, sobre este panorama, utilizando términos que sorprendieron a muchos.

(Audio Tabaré Vázquez)

Hay que tomar medidas. Yo espero, deseo fervientemente que la justicia aplique la ley en su máximo nivel de castigo a quienes están actuando de esta manera en los espectáculos deportivos. La justicia tiene que hacerlo con diligencia, con celeridad y con severidad.

(Fin audio)

EC —¿Cómo observó estas declaraciones?

JD —Como una manifestación de deseo.

EC —¿Como una intervención?

JD —No. Quienes ocupamos responsabilidades de esta magnitud estamos preparados, tenemos que estarlo, para soportar cualquier tipo de presión, venga de donde venga, o cualquier tipo de intención de dirigirnos la mano en la dirección incorrecta. En una sociedad democrática todo el mundo puede expresar libremente su opinión y el presidente de la República por supuesto que lo hace libremente.

Nosotros ante los hechos ocurridos el domingo teníamos dos situaciones claras. En primer lugar, una investigación puntual, que arrancó sobre los hechos específicos del domingo, que iniciaron el doctor Iribarne y el fiscal Juan Gómez. Ahí se empezó, sobre todo en base a las filmaciones, a publicaciones en las redes y a la información policial que se tenía en ese momento, a actuar sobre los hechos puntuales que habían ocurrido en ese momento en la tribuna.

Paralelamente había una investigación que se venía llevando adelante con el doctor Gilberto Rodríguez y el doctor Valetti, con escuchas telefónicas, con el objetivo claro de identificar a determinados líderes de las barras bravas y específicamente apostando a descabezar a esas barras bravas, apostando a esos líderes específicamente. Era una investigación que venía en el tiempo, veníamos reuniendo elementos que nos permitieran, llegado el momento, “reventar” la operación, es decir, proceder a la detención de los autores y, con las escuchas telefónicas más las pruebas materiales, judicializar la investigación.

Lo que la Fiscalía encontró el día martes, en una reunión que tuvo el doctor Rodríguez con la gente de Inteligencia, fue que aquella investigación que se venía llevando, de mediano y largo plazo, tenía importancia y se concretizaba con los hechos puntuales ocurridos el domingo. Es decir, muchas de las hipótesis de investigación que se venían manejando en la investigación llevada adelante por el doctor Valetti y el doctor Rodríguez se confirmaban con los hechos ocurridos el domingo.

EC —Esa explicación permite hilvanar unas actuaciones con otras, unos pronunciamientos con otros, unos procesamientos con otros, cuando fueron apareciendo de manera desordenada. Incluso de manera desconcertante, porque al principio las actuaciones judiciales se centraron en personas muy periféricas, que no eran los líderes, no eran los que habían encabezado esa rebelión, esa asonada.

JD —Los fiscales que participaron en el asunto tenían una estrategia, y muchas veces esa estrategia se va concretizando en la medida de las posibilidades, es decir, las primeras detenciones fueron las de esas personas periféricas que en realidad no estaban directamente vinculadas con la barra brava o con los líderes de la barra. El hecho de que se detenga primero a personas que cometieron delitos de receptación y luego a la persona que comete un delito de homicidio muy especialmente agravado en grado de tentativa no depende de la Fiscalía sino de la actuación policial. El orden quizás haya llevado un poco a la confusión. Pero en todo momento acá hubo un hilo conductor, que apuntaba en primer lugar a “pegarle” a todo lo que se moviera. Es decir, apostar a los desmanes que se habían cometido en la tribuna, a los que se cometieron fuera del Estadio y a los autores intelectuales de estos hechos. Lo dijimos desde el primer día: esto es organizado y queremos a los responsables de los actos materiales y a los autores intelectuales de los hechos. Y por ellos fuimos. En un orden, con una estrategia, con una teoría del caso que tenía la Fiscalía, que se termina concretizando en los hechos.

Cuando uno tiene una escucha y un proceso de investigación mediante interceptaciones telefónicas, seguimientos y demás, uno va elaborando una teoría del caso, que luego tiene que probar. Los desmanes del clásico le permitieron a esta investigación concretizar y reunir los elementos de prueba. Porque en ese momento hablaron todos.

EC —Está bien, pero en la forma como se encaró estas actuaciones judiciales, pienso del lado de los fiscales, ¿incidió de alguna manera un planteo público como este que escuchábamos recién hecho por el presidente de la República?

JD —No, francamente no.

EC —Porque lo que se vio fue mano dura. Vayamos al caso particular, que ya aludimos, ese que llamó tanto la atención: 48 horas después de los incidentes fueron procesadas por el delitos de receptación varias personas jóvenes que habían aparecido en fotos en la tribuna Ámsterdam consumiendo latas de refrescos o botellas de bebidas que eran fruto del saqueo que se había realizado a los puestos de venta de alimentos allí. No solo se les tipificó ese delito, receptación, sino que además se les dictó prisión preventiva. Sonó como un exceso. ¿Entonces?

JD —Esa es una cuestión sobre la cual no me puedo pronunciar personalmente porque hay un fiscal, que es independiente, que está interviniendo en el caso y él entendió que tenía que solicitar eso. Ahí yo no puedo, no quiero, ni debo meterme.

EC —El doctor Juan Gómez dio su explicación cuando lo entrevistamos aquí en En Perspectiva. ¿Cómo se lo ve desde la dependencia que usted encabeza?

JD —No sé en qué momento el presidente Vázquez hizo esas declaraciones. Sí le puedo asegurar que el lunes de mañana, en ocasión de la firma de un convenio entre el Poder Judicial, el Ministerio del Interior, el Poder Ejecutivo y la Fiscalía General de la Nación para la implementación del Código, yo personalmente dije: “esto es una organización, estos hechos están organizados y hay que tener tolerancia cero con esto”. Y le puedo asegurar que mis palabras de ese día fueron dichas sin haber escuchado lo que dijo antes o después el presidente Vázquez.

EC —De nuevo le pregunto: tolerancia cero, dicho por usted, el fiscal de Corte y procurador general de la nación, ¿es un lineamiento a los fiscales?

JD —Son hechos graves.

EC —Pero ¿es un lineamiento a los fiscales?

JD —Es por lo menos una manifestación de deseo del jefe de la institución de que se actúe con firmeza y convicción en estos hechos.

EC —Y si se llega a que a un joven, 20, 30 años, se lo procesa con prisión por el delito de receptación, ¿no se pasa de rosca la cosa?, ¿no se lo está empujando de algún modo a la delincuencia? Las cárceles uruguayas hoy terminan siendo muchas veces eso, escuelas de delito, se “obliga” a la persona a convivir con pesos pesados.

JD —Entiendo su persistencia en la pregunta relacionada con la medida cautelar dispuesta respecto de los primeros procesados. Entienda mi imposibilidad jurídica de contestarle esa pregunta cuando hay un fiscal que intervino en el caso y cuando eventualmente mediante los recursos tengo que llegar a pronunciarme más adelante.

Creo que lo importante –no digo que esto no sea importante– es que acá hay una trama, hay que ubicar estos hechos en un determinado contexto del cual me gustaría hablar, porque hay una consideración que hay que tener clara. Se ha hablado mucho, hay mucho ruido en torno a todo esto, pero acá hay que tener claro que el fútbol, más allá de que sea una pasión de multitudes, como les gusta decir a los periodistas deportivos, es un espectáculo público organizado por un privado. Por ende, ese privado es el responsable de la organización del evento y de que el evento se desarrolle con total normalidad.

Este marco jurídico tiene distintas consecuencias. La primera consecuencia es el tema del derecho de admisión, quién ejerce o no el derecho de admisión. Hemos planteado que, como en la ley no existe una regulación general del derecho de admisión, nos parece que un aporte que puede hacer el Poder Legislativo es dictar una ley que regule claramente el derecho de admisión. Hay autores que entienden que se deriva del derecho de propiedad, pero para que no haya dudas de que el derecho de admisión existe y puede ser aplicado tiene que ser regulado. Obviamente, el derecho de admisión lo aplica el organizador… Esa es la primera cosa.

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