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Entrevista central, miércoles 21 de diciembre: Diego Labat

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EC —¿Cómo hace el Estado uruguayo/Ancap –no sé a cuál de las dos entidades le corresponde– para que los combustibles tengan precios que resulten competitivos?

DL —Los combustibles tienen una carga fiscal muy alta.

EC —Para empezar, está la carga fiscal.

DL —De vuelta, sin querer meterme en las decisiones fiscales, que corren por cuenta del MEF, cuando uno toma decisiones acerca de sobre quién poner la carga fiscal –el Estado decide recaudar más de Imesi, menos de IVA, más de una cosa, menos de la otra–, son decisiones de política económica y uno debe mirar hasta dónde puede cargar a los combustibles sin afectar la competitividad del país. En este caso valen los combustibles, pero valen las tarifas eléctricas, vale todo. Yo hacía una cuenta ayer: estamos en el puesto 150, con un 8 % caemos al puesto 160 y quedamos en el fondo de la tabla, los países que quedan abajo son Mónaco, Hong Kong…

EC —Estamos en el puesto 160 en la tabla de precios del gasoil.

DL —Estamos en el 150, caeríamos al 160 con un 8 % de aumento. Nos quedan abajo países como Mónaco, Hong Kong, los países escandinavos. Entonces tenemos que empezar a mirar más en el largo plazo y decidir, y como país decir: acá se pueden aumentar los impuestos y acá no se puede. No hay duda de que hay que ser responsable fiscalmente, eso está fuera de discusión, yo no digo “bajen los impuestos de los combustibles”, pero quizás hay que ver qué se prioriza y dónde se pone la carga fiscal.

EC —En los precios de los combustibles hay dos temas: los impuestos, a los que usted aludía, y la empresa, Ancap, que arrastra su problemática tremenda de los últimos años. ¿Entonces?

DL —El otro deber, que entiendo que parcialmente venimos cumpliendo en el directorio de Ancap, es empezar a bajar los costos de la propia empresa. Ahí creo que se ha trabajado bien, estoy conforme con el funcionamiento del nuevo directorio, que funciona desde marzo de este año, dos directores nos integramos recién en junio, pero creo que viene funcionando razonablemente. Obviamente no todas las medidas que se han ido tomando tienen efecto inmediato. Hay medidas que primero hay que estudiarlas, analizarlas, ver qué posibilidades hay de actuar, irlas tomando y después eso tiene un cierto rezago para transformarse en números y de verdad se empiece a ahorrar. Pero notoriamente ese deber hay que hacerlo, los efectos son todavía muy bajos. Hay reducciones de costos importantes, pero todavía queda mucha tarea por hacer.

RA —¿Cómo vio algunos comentarios de su propio partido, del PN, de dirigentes del PN, que señalaban que esto era un “tarifazo”? Ayer cuando lo comentábamos con el economista Pablo Rosselli, de Deloitte, él decía: “Se puede discutir si esos precios (de las tarifas) son “demasiado altos”, si introducen distorsiones competitivas para las empresas que operan en Uruguay, si las tarifas están o no siendo utilizadas como instrumento para cubrir el déficit fiscal. Pero son discusiones –decía– que también tienen otros ingredientes, como la evolución que han tenido las tarifas en los últimos años. Y planteaba que si uno mira una perspectiva más larga, la tarifa de la nafta se encuentra actualmente 15 % por debajo de los valores de hace tres años.

DL —Sí, pero con un precio del crudo que ha caído de más de US$ 100 a US$ 50. De vuelta, yo asumí por primera vez en el directorio de Ancap en mayo de 2015, por lo cual para muchos números esa es mi comparación. Y desde ese momento cayó bastante el precio del crudo, pero Chile bajó el gasoil 18 % y Uruguay no lo bajó nada en dólares. Entonces, está bien, capaz que estamos algo más baratos en combustibles, pero probablemente podíamos estar mucho más baratos. Pero estamos pagando la cuenta de las inversiones fallidas en pórtland y de otras cosas sobre las que lamentablemente no tuvimos decisión. Son decisiones del pasado, pero que hay que cubrir y cumplir.

RA —¿Qué cálculo tiene usted? ¿Qué considera que debería ocurrir con el precio de los combustibles, teniendo en cuenta la situación económico-financiera actual de Ancap? Usted decía que 8 % capaz que no era el número que debía dar.

DL —Seguramente tenía que terminar subiendo, porque los costos de Ancap siguen estando altos. Creo que el número podía estar un poquito más abajo, pero ahí es donde juegan las necesidades fiscales.

EC —El 8 % básicamente es la inflación.

DL —Sí; de vuelta, con un crudo que en promedio está bastante más bajo que hace dos años.

EC —Lo que se resuelve de hecho es: los combustibles van a valer el año que viene lo mismo que en este, o por lo menos al principio del año que viene lo mismo que en el 2016.

DL —En pesos, sí.

EC —¿Entiende que había margen para un aumento menor?

DL —Creo que un poquito menos podía haber sido, creo que ahí se juega. Está claro que en enero de este año el Estado puso US$ 620 millones en Ancap, entonces creo que el MEF pretende que esto no vuelva a pasar, que las finanzas de Ancap empiecen a estar sanas. Eso sí se ha logrado, este año vamos a tener números positivos, después de cinco años de números negativos, con lo cual las finanzas se van a empezar a acomodar.

RA —En el primer semestre se había anunciado una ganancia de US$ 78 millones. ¿Tienen una estimación ahora?

EC —¿Se ha avanzado más? ¿Ya tiene el número?

DL —No tengo una estimación, pero notoriamente el número va a ser positivo y va a ser mayor que esos US$ 78. Es una cosa buena. De todas maneras, tenemos que medir las empresas públicas por dos cosas: por tener números positivos, porque evidentemente ninguna empresa se sostiene en el tiempo sin números positivos, y por tener tarifas competitivas. Hasta hace un año no teníamos ninguna de las dos patas; hoy tenemos la pata de los números positivos, es una buena cosa, pero seguimos teniendo tarifas que no son competitivas. Nos queda empezar a preocuparnos por bajar los costos de la empresa y eventualmente tener cuidado con los esfuerzos fiscales que se le piden, porque eso termina afectando a muchos sectores.

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EC —Los acreedores de Pluna SA van a cobrar antes de fin de año. Quedó firme ayer el acuerdo, en la justicia no hubo objeciones, US$ 66 millones van a ser repartidos entre acreedores públicos y privados. Y en la lista figura Ancap, con US$ 20 millones. ¿Soñaba Ancap con recuperar esa plata?

DL —No, no tenía eso como un dato, la empresa en principio no lo esperaba. Ya en los últimos meses sí, éramos conscientes de esto. En su momento dejó de cobrar US$ 30 millones por venta de combustibles, ahora recuperamos US$ 20 de esos US$ 30. Es una buena noticia para la empresa lograr ese recupero.

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