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Entrevista del viernes 6 de noviembre de 2021: Walter Baethgen

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Audio y video de la entrevista

Viernes 05.11.2021

EMILIANO COTELO (EC) —¿Qué puede hacer el sector agropecuario uruguayo para reducir sus emisiones de metano, uno de los gases que contribuyen al calentamiento global?

En la COP-26, la Cumbre sobre el Cambio Climático que viene realizándose en Glasgow, Escocia, Uruguay y otros 100 países firmaron este martes un compromiso para reducir 30 % las emisiones de gas metano de todo el planeta para el año 2030.

A efectos de disminuir la presencia de este gas en la atmósfera, el foco está puesto más bien en el sector energético, principalmente en la producción de combustibles fósiles. Sin embargo, también puede hacer contribuciones importantes la actividad agropecuaria, el principal rubro de exportación de Uruguay.

¿Qué está haciendo nuestro país para bajar las emisiones de metano en el agro? ¿Qué falta hacer?

Vamos a conversarlo con Walter Baethgen, ingeniero agrónomo, doctor en Ciencias Ambientales, vicepresidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).

Hicimos una entrevista contigo en el mes de agosto cuando se conoció el informe más reciente del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC). Allí tocamos algunos de estos temas, pero no todos. Te propongo que empecemos repasando.

¿Cuál es el impacto del metano en el calentamiento global? Te lo consulto porque se habla menos del metano que del CO2, en estas discusiones se privilegia el CO2.

WALTER BAETHGEN (WB) —Es lógico que se privilegie en las discusiones porque es el gas que más afecta el calentamiento global, es el que más se ha venido emitiendo y además es el que se toma como unidad de referencia. Cuando uno estudia el potencial de calentamiento de cualquier gas, lo hace en referencia al CO2. Por ejemplo, el CO2 es potencial de calentamiento 1, entonces el metano es potencial de calentamiento veintipico, es veintitantas veces más capaz de calentar la atmósfera que el CO2. Aparte, la gran mayoría de las emisiones de gases con efecto invernadero son de dióxido de carbono, que tiene la particularidad de que una vez que se emite queda en la atmósfera por mil años.

EC —El dióxido de carbono tiene una permanencia larguísima en la atmósfera.

WB —Hoy estamos sufriendo los efectos del dióxido de carbono emitido a principios de la revolución industrial. Entonces ese tema es clave. Cualquier esfuerzo que se haga por reducir las emisiones y bajar el calentamiento global tiene que incluir una reducción importante de las emisiones de CO2.

Por tener esa vida tan larga, si uno cortara las emisiones de CO2 hoy, si las emisiones de CO2 pasaran a ser cero, es tanta la inercia, es tan larga su vida útil que por mucho tiempo el clima seguiría cambiando.

A diferencia de eso, el metano tiene un poder de calentamiento casi 30 veces más alto que el dióxido de carbono, absorbe mucho más calor y emite 30 veces más que el CO2, pero queda en la atmósfera de 10 a 15 años. Es una diferencia enorme.

EC —Es la diferencia más importante.

WB —Volvamos a un escenario artificial, hipotético, imaginario: si yo empiezo a bajar las emisiones netas de metano, inmediatamente enfrío la temperatura global. No es como el dióxido de carbono, que hay que esperar cientos de años para que vaya bajando la cantidad en la atmósfera. En el caso del metano, rápidamente va disminuyendo. Entonces si uno logra bajar las emisiones netas de metano va a tener un impacto inmediato en la temperatura del mundo. Eso fue lo inteligente del último informe del IPCC, porque hasta ahora no se había encarado de esa manera.

EC —Llegaste a decir que había una buena noticia, pese a que el informe era muy preocupante, decía “la trayectoria de las emisiones no va de acuerdo a lo esperado, queda relativamente poco tiempo para limitar el aumento de la temperatura”. El informe era muy dramático, pero tenía esa buena noticia.

WB —Es dramático, de verdad hay que hacer esfuerzos mucho mayores de lo que se ha venido haciendo. La buena noticia, desde el punto de vista pragmático, es una cosa que la comunidad científica y política en el mundo ya había aprendido con el Protocolo de Montreal, cuando se estaba tratando de resolver el problema de la capa de ozono que se estaba atacando con los fluorocarbonados (CFC). En ese momento, en los años 70, dijeron: tenemos que eliminar los CFC, la sustancia que se utilizaba en las heladeras, en los acondicionadores de aire, en aquellos frasquitos de aerosol. Se concentró todo el esfuerzo en un tipo de gas, y fue muy efectivo, en un par de décadas se terminó el problema de los CFC.

Acá no lo habían hecho, se hablaba de cambio climático, de CO2, de óxido nitroso, de metano. Entonces la comunidad científica, creo que con gran acierto, dijo: “lo fundamental es que bajemos el dióxido de carbono, pero para tener un impacto inmediato, bajemos el metano”. Mi preocupación en aquel momento era que en países como Uruguay eso se interpretara como que había que eliminar las vacas, la producción ganadera, porque en Uruguay el 70 % de las emisiones vienen del ganado.

EC —Hay una onda en el mundo muy agresiva hacia la producción ganadera. Que empieza por simplificar, considera que en todos los países se hace ganadería de la misma forma. Está toda esa movida, se ha puesto a la ganadería en el banquillo de los acusados.

WB —Es como si yo les echara la culpa de una cantidad de cosas a los autos. Pero ¿estamos hablando de un auto que da 4 kilómetros por litro, de un híbrido que da 30 kilómetros por litro o de un eléctrico que no tiene ninguna emisión? Decir que la culpa la tienen los autos es totalmente irrelevante, no quiere decir nada. Y decir que la culpa la tiene la producción ganadera es igual, porque hay en el mundo sistemas de producción ganadera muy distintos, hay sistemas en que llegan a un bosque tropical, pasa un buldócer, prenden fuego, liberan una cantidad de carbono que antes no estaba en la atmósfera, plantan una pastura y después producen carne. Eso contrasta con lo que hay en las pampas, el 90 % de la carne de Uruguay proviene de ecosistemas que hace por lo menos 8 millones de años que tienen herbívoros grandes pastando. Es más, si uno saca esos herbívoros grandes las pasturas se degradan. Si sacáramos los rumiantes degradaríamos uno de los ecosistemas naturales más amenazados del mundo, que son los campos naturales, en las pampas.

EC —Esa simplificación lamentablemente existe, se señala a la ganadería como gran culpable. Decías que a partir del informe de agosto del Panel Intergubernamental te surgía la preocupación de cómo se iba a reaccionar acá, cómo iba a reaccionar el gobierno.

WB —Lo que he leído hasta ahora sobre cómo ha reaccionado el gobierno me parece muy razonable.

EC —El hecho por ejemplo de haber acompañado el acuerdo del martes.

WB —Sí. En ese acuerdo del martes esos 100 se comprometen a bajar las emisiones de metano a nivel global 30 %. Hay un estudio reciente, previo a la salida del IPCC, que muestra que reducir 30 % las emisiones de metano hoy tiene costo negativo. Si las empresas de combustibles fósiles –gas natural y petróleo, sin contar el carbón– logran parar las pérdidas de metano que hoy están tirando a la atmósfera y que para ellas es un desperdicio, ganan dinero. Si son capaces de capturar ese gas y venderlo, agregarlo a sus ventas como combustible, ganan dinero. Reducir la emisión neta de metano 30 % hoy es una ganancia para las industrias de combustible. Por un lado da esperanza, quiere decir que se puede bajar, por otro lado preocupa porque uno sabe que la solución es bajar los combustibles fósiles.

EC —No debería haber más combustibles fósiles.

WB —Hacia eso tiene que ir el mundo, la descarbonización.

EC —Pero mientras sigan existiendo combustibles fósiles, mientras se siga extrayendo y produciendo a partir de combustibles fósiles, con esta reducción del 30 % de las emisiones de metano se consigue un impacto positivo en el calentamiento global.

WB —Además inmediato. Imaginate que el titular del diario dentro de un par de años fuera: “Se bajó la temperatura global del mundo en 0,… equis grados”. Por fin, todos los años tenemos panoramas espantosos, apocalípticos, se viene un desastre. Imaginate que por fin hubiera una noticia positiva.

EC —Por más que sigan produciéndose energéticos en base a combustibles fósiles, si en su producción, en su extracción, se cuidan las emisiones de metano, hay un impacto muy positivo.

WB —Inmediato. Una de las maneras de pensarlo es: esos combustibles fósiles se van a seguir extrayendo, se van a seguir utilizando; como transición inmediata por lo menos no perdamos esta cantidad de metano que estamos largando a la atmósfera. La estrategia inmediata: cortemos las pérdidas de los combustibles fósiles.

EC —En el acuerdo que se firmó el martes están Estados Unidos y la Unión Europea, que tienen alta responsabilidad en esa parte de las emisiones de metano.

WB —Por ejemplo en Texas hay un lugar con muchos pozos de petróleo que es reconocido por la cantidad de fugas de metano. Es impresionante. Eso no les sirve a las empresas petroleras, están perdiendo, están dejando de ganar. La “excusa” de esas empresas es que es muy difícil detectar las fugas, porque el metano es incoloro, inodoro. Pero eso se acaba este año porque se van a lanzar satélites con instrumentos capaces de detectar pérdidas de metano con una resolución muy alta. Vas a poder mirar una foto donde te van a mostrar “acá estás perdiendo, en esta cañería estás perdiendo, en este pozo, andá a controlar y eliminar esa pérdida”.

EC —Como contrapartida, no firmó China, no firmó Rusia, no firmó India.

WB —Ese es un problema serio. No es una sorpresa, desde que se empezó a organizar la COP había una gran animosidad. Creo que el gobierno chino pensó: “Si vamos a esta COP vamos a recibir mucho palo; negociemos por otro lado, bajemos un poco el perfil en esta COP”.

EC —China es un contaminante importante.

WB —Es el contaminante más importante. Para tener una idea del tamaño de las emisiones de China en comparación con las de Uruguay: las pérdidas de metano de las minas de carbón en China –sin contar petróleo ni gas natural– son 32 veces más altas que las de toda la ganadería de Uruguay. Ubiquémoslo en el contexto. Si toda la ganadería de Uruguay emite 700 unidades de metano, China emite por las minas de carbón 24.000. Dos cosas: una, pongamos en contexto la contribución nuestra y dos, si China, India, Rusia no se sientan a negociar, no toman acciones inmediatas, estaremos en problemas.

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EC —Mensajes de la audiencia: te dicen que la única forma de comparar China con Uruguay es medir emisiones per cápita. ¿Estás teniendo en cuenta eso?

WB —Está bien, no lo tengo en mente ahora. Pero lo del calentamiento global y las emisiones de gas con efecto invernadero es un tema planetario. Incluso si Uruguay tuviera 20 millones de personas y las emisiones fueran las mismas que tenemos hoy en términos absolutos, lo que le importa al planeta es que le estamos mandando 700 gigagramos de metano, no importa si son 3 o 10 por persona. Pero para negociar, para tomar acciones, lo que dice el oyente es verdad, es interesante considerar las emisiones per cápita.

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EC —Walter Baethgen es ingeniero agrónomo, doctor en Ciencias Ambientales por la Universidad de Virginia, que dirige el programa para América Latina y el Caribe del Instituto de Investigación para el Clima y la Sociedad de la Universidad de Columbia en Estados Unidos. Es además vicepresidente del INIA.

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EC —Veamos la posición de Uruguay en esta materia. Ayer Búsqueda informaba lo siguiente: “Si bien Uruguay era reticente a firmar el acuerdo de reducción de metano, decidió apoyarlo luego de que Argentina y Brasil resolvieran a último momento que adherían. Pese a que el país trabaja desde hace tiempo en pos de mitigar las emisiones de metano, y de hecho lo incluyó entre las metas que llevó a la COP-26, no estaba en sus planes firmar un acuerdo tan ambicioso. La resistencia disminuyó una vez que en las negociaciones quedó claro que el acuerdo imponía una meta global y no particular para cada país. En ese sentido, el ministro de Ganadería, Fernando Mattos, dijo a Búsqueda: ‘Lo importante es que el acuerdo no es vinculante, por lo que no significa que Uruguay tenga que reducir el 30 % de sus emisiones en los próximos 10 años. Se trata de reducir en forma global la suma de las emisiones de metano de todos los países suscritos’”.

Entonces, si esas son las condiciones, ¿para qué sirve este compromiso, si los países individualmente no asumen compromisos?

WB —Creo que sirve en tanto países como los de la Unión Europea y Estados Unidos están firmando. Esos son los que tienen el potencial inmediato de hacer una reducción significativa de las emisiones de metano.

Yo me haría la pregunta al revés: ¿qué mensaje estaría dando Uruguay si no firmara un tratado que dice que las emisiones globales deben bajar 30 %? Estaría diciendo: “No me importa, el tema del cambio climático no es importante para mí”. Creo que Uruguay puede firmar muy tranquilo. De vuelta, el principal problema del cambio climático, de las emisiones de gases con efecto invernadero es la generación de energía con combustibles fósiles. Y Uruguay tiene una matriz energética ejemplar. Prácticamente 100 % de la electricidad se genera con energía renovable, 50 % de la energía es renovable, entonces no tiene un gran potencial de reducir metano de combustibles fósiles.

EC —Por el lado de los combustibles fósiles Uruguay no tiene nada que hacer, no tiene prácticamente ninguna obligación.

WB —No, Uruguay tiene que salir a levantar un poco el perfil y mostrarse al mundo: “Miren lo que es nuestra matriz energética”. Hay cosas que se pueden hacer en Uruguay para reducir las emisiones de metano y son beneficiosas. No es que hay que hacer un sacrificio espantoso, que vamos a dejar de ganar, vamos a perder puestos de trabajo. Lo que hay que hacer para reducir emisiones de metano es bueno para Uruguay.

EC —Anota un oyente, Pablo: “Los ganaderos argentinos están furiosos con su gobierno porque firmó este acuerdo. Porque piensan que el objetivo de un acuerdo como este es achicar la ganadería”.

WB —Por eso es tan importante lo que estamos haciendo tú y yo hoy, es importante que la gente entienda que ese compromiso de reducir metano en un 30 % no tiene nada que ver con ningún rumiante. Hoy claramente el mensaje es para los combustibles fósiles y las minas de carbón. La única manera de reducir 30 % o más las emisiones de metano en 10 años es en combustibles fósiles y minas de carbón. Imaginate los cambios que tendrían que hacer los centenares de millones de productores agropecuarios del mundo para tener alguna reducción de metano. Olvidemos ese escenario.

EC —Según dice la Agencia Internacional de Energía, el 40 % de las emisiones mundiales de metano provienen de fuentes naturales, básicamente humedales. Eso queda a un costado. El 60 % restante es el que está ligado a actividades humanas y allí aparecen parejas agricultura y ganadería con combustibles fúsiles, 20 %, otro 12 % corresponde a residuos. Tú señalabas que en el sector combustibles fósiles se pueden obtener resultados rápidos muy fácilmente.

WB —Sin duda. Hay un concepto que es fundamental en este tema: ¿qué es lo que ha estado haciendo el hombre generando energía utilizando combustibles fósiles? Sacó carbono que estuvo enterrado por millones de años, que nunca estuvo en la atmósfera, y de golpe lo empezó a inyectar a la atmósfera. Es un carbono que no estaba, un dióxido de carbono que no estaba, un metano que no estaba. Cada año inyectó más carbono, más carbono, más carbono. Entonces un equilibrio de carbono que había en el mundo de centenares de miles de años se empieza a desequilibrar.

Hace ocho millones de años, cinco millones de años, diez mil años, ¿qué había en estas pampas? Había herbívoros comiendo pasto, ese pasto creció por fotosíntesis, hay dióxido de carbono en la atmósfera, lo toma la pastura, crece, el animal la come, la digiere y vuelve al suelo. Es el mismo carbono, no estamos inyectando carbono nuevo. Esa es la diferencia entre tener carbono nuevo que era un combustible fósil que estaba enterrado y tener un carbono que es el mismo que está dando vueltas. Por eso es tan importante lo del combustible fósil y es tan importante la descarbonización. Son agregados de carbono que no estaban en el ambiente.

EC —Volvamos a Uruguay y su producción agropecuaria.

WB —Recordemos por qué los rumiantes emiten metano: emiten metano porque tú les das un pedazo de madera y te lo convierten en alimento para el humano. Tú le das al rumiante un alimento que tiene fibra, celulosa, lignina, fibras que el ser humano no es capaz de digerir, que no es nutritivo para el ser humano, y el rumiante lo digiere y lo convierte en otras cosas con valor nutritivo. El rumiante tiene unos microorganismos en el estómago que son capaces de tomar esa fibra que es como un pedazo de madera y en ese proceso generan metano. El metano es un subproducto de la digestión de un alimento que es terriblemente difícil de digerir como la fibra.

Yo le doy a un rumiante una dieta que tiene mucha fibra, un pasto que dejo crecer muy alto, que se empieza a secar, que empieza a perder calidad nutritiva, y ese pasto va a tener más fibra, a la vaca le va a costar más digerirlo, y va a hacer que la vaca genere más metano por kilo de carne que produzca, por ternero que produzca o por litro de leche que produzca.

EC —Tú dices que si el pasto es largo es más fibroso, la parte más alta es más fibrosa.

WB —Si tú dejás que el pasto crezca demasiado –imaginate que son hojitas que están compitiendo por el mismo sol, por la misma agua–, se va a morir más tejido vegetal. Cuanto más alto está el pasto, menos calidad, más fibra.

EC —Y si el pasto es corto…

WB —Un campo natural bien manejado le da al animal una dieta de mucho más alta calidad, con menos fibra, con más proteína en términos relativos. Entonces ese animal va a consumir menos fibra, va a emitir menos metano por kilo de carne que produzca o por ternero que produzca que el animal que come forraje de mala calidad.

EC —Además de explicar por qué el rumiante produce metano, de paso diste una línea de trabajo, una mejora posible.

WB —Claro, Uruguay ya está embarcado en una mejora.

EC —El buen manejo de las pasturas.

WB —Exacto. El buen manejo de la pastura natural. Tenemos que sentirnos orgullosos de que el 90 % de la ganadería en Uruguay se produzca en ese ecosistema natural que mantenemos. No es que estamos entrando con maquinaria, rompiendo el ecosistema y plantando pastura, como se hace en Nueva Zelanda. En Nueva Zelanda se entró con maquinaria, se cambió todo el tapiz y se usan pasturas productivas, raigrás y tréboles. Uruguay es un país bastante único, el 90 % de la producción ganadera se basa en pasturas naturales.

EC —Está bueno subrayarlo y saber que ahí hay un área en la que mejorar, en la que ya se está trabajando. No es un descubrimiento, no es algo nuevo, se está trabajando. Hay que afirmar esa línea.

WB —Exacto. Además les conviene a los dos, no le estás diciendo al productor “hacé un sacrificio, producí un poco menos, gastá un poco más”. No, le estás diciendo “la mejor manera de manejar este campo natural es esta, respetando una altura para cuando entra el ganado, no dejes que baje de cierta altura para sacarlo”. Al hacer eso hacemos dos cosas: manejamos bien el campo natural, mantenemos la biodiversidad y le damos al ganado una dieta más nutritiva. Por lo tanto va a producir menos metano por kilo de carne, por ternero, por litro de leche o kilo de lana.

EC —¿Qué más se puede hacer? Tengo entendido que hay otras herramientas.

WB —Hay otras cosas. Imaginate que Uruguay es una gran estancia: en esa estancia, para producir 65 terneros precisás 100 vacas. Tenés 100 vacas que en vez de producir 90 o 100 terneros producen 65. Por una cantidad de cosas, manejo, nutrición. Eso quiere decir que de esas 100 vacas 65 te dan ternero y 35 no producen lo que se supone que tienen que producir que es un ternero, pero siguen emitiendo metano. Si logro que 80 me den un ternero la cantidad de metano que se produce en ese campo es más o menos la misma, pero voy a tener 20 terneros más. Entonces la cantidad de metano por ternero baja. Cuando me vuelvo un rodeo más eficiente, con mejor índice de parición, cuando en vez de tener 65 % de parición paso a 80 o a valores más altos, tengo un rodeo más eficiente. Y un rodeo más eficiente quiere decir menos emisiones de metano por unidad de producto.

EC —Esa es una preocupación de la ganadería uruguaya: aumentar la eficiencia del rodeo. Resulta que ahora tiene ventajas porque si se mejora en esa materia hay menos emisiones de metano.

WB —Ahí hablamos de dos cosas. Una es mejorar la nutrición, manejo de campo natural, efecto paralelo secundario mantenemos la biodiversidad, etcétera. La mejor nutrición es lo que termina haciendo que más vacas queden preñadas, que más vacas te den terneros. Está todo dentro de lo mismo, solo que cuando el resultado final es que la cantidad de emisiones de metano por producto agropecuario baja, que es lo que tenemos que hacer. Además hay cosas más novedosas.

EC —Por ejemplo, ¿se puede mejorar la alimentación, utilizar aditivos?

WB —Sí, hay cosas promisorias, se están estudiando productos en base a algas.

EC —Lo comentaban algunos oyentes en sus mensajes.

WB —Es interesante porque hace 30 o 40 años habría sido muy difícil dar suplementos a una vaca de cría o a animales que están en campo natural porque estaban sueltos. Hoy la gran mayoría de los productores en algún momento del año dan algún suplemento, tienen infraestructura para dar suplemento, al que se pueden agregar aditivos. Es más, en Uruguay había una iniciativa de dar un aditivo para reducir las emisiones de metano. Hay que hacer buena investigación, verificar qué es lo que pasa, cuánto se reducen las emisiones por kilo de producto.

EC —Por último, ¿hay algo para hacer en materia genética?

WB —De vuelta, ¿qué es el metano? El metano es una medida indirecta de la ineficiencia. Si una vaca come 10 kilos de pasto y produce 1 kilo de leche y otra vaca come 10 kilos de pasto y produce 1,5 litros de leche, esa vaca es más eficiente en convertir pasto en leche. La pregunta es: ¿esa capacidad de ser más eficiente es heredable? ¿No será una buena idea empezar a mirar cómo es la eficiencia de conversión del alimento en carne, en leche, en lana? Si hago eso, voy a tener padres que van a trasmitir esa característica a su descendencia. Si aumento la eficiencia de conversión de pasto en leche, pasto en carne, voy a reducir la cantidad de metano producida por kilo de carne, litro de leche o kilo de lana.

EC —¿Esos estudios están en curso?

WB —Eso está en marcha. La Sociedad de Criadores de Hereford tiene un acuerdo con INIA en Uruguay y tiene una central de prueba de toros donde hay un experimento que vale la pena visitar. Hay aparatos, hay instrumentos con los que se puede medir exactamente qué animal está comiendo y cuánto está comiendo en un comedero, todo automatizado. Después en base al aumento de peso del ganado uno puede estimar la eficiencia de conversión.

Además, INIA y Facultad de Agronomía tienen experimentos en donde a los animales se les pone una especie de arnés que captura el gas metano que producen a través de la nariz. Experimentos que miden qué estás comiendo, qué tipo de pasto está comiendo el animal y cuánto metano efectivamente está produciendo. O sea que en Uruguay hay una buena línea de trabajo en ese sentido, mucha información buena.

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EC —Hay una cantidad enorme de mensajes de los oyentes.

Dice Gonzalo: “La mayor eficiencia en la productividad del rodeo es un tema económico, no científico. El ganadero no es torpe ni incapaz, tiene racionalidad económica, por lo tanto aumentar el procreo no responde a iniciativas voluntaristas ni altruistas”.

Tomo este mensaje para preguntar: ¿cómo se van a implementar este tipo de acciones que permitirían que la ganadería uruguaya bajara la emisión de metano? ¿Cómo se va a hacer?, ¿con qué tipo de respaldos institucionales, gubernamentales, etcétera? ¿Cuán costoso termina siendo para el productor dar estos pasos?

WB —Uruguay ya está haciendo mucho esfuerzo. En varios proyectos se está trabajando con el INIA, con el Plan Agropecuario, con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Se está trabajando en mejorar el manejo de la pastura natural para ser más eficiente y eso a su vez resulta en menos emisiones.

Desde el año pasado cuando empecé a trabajar en el INIA me tiene casi obsesionado lo que acaba de decir Gonzalo: ¿por qué si en Uruguay hace tiempo que hay tecnologías para producir 300 kilos de carne por hectárea se siguen produciendo 80 kilos? ¿Por qué si hay tecnología para que el porcentaje de parición sea 80% Uruguay sigue teniendo 60 %? ¿Por qué hay un tipo de productor que no adopta esa tecnología? Lo vamos a estudiar en INIA. ¿Será porque tener una vaca que no da ternero es parecido a tener un novillo, entonces diversifico mi producción? Eso lo tenemos que entender. Lo que dice Gonzalo es muy válido y lo tenemos que entender mejor porque económicamente no tiene mucho sentido.

Uruguay está haciendo mucho, hay mucha generación de conocimiento y pruebas de campo, proyectos en que hay muchos productores, principalmente chicos, en los cuales se está mejorando el manejo del campo, aumentando la eficiencia de producción, y eso resulta en menores emisiones.

EC —Pero a partir de un acuerdo como el que acabamos de suscribir, de un ambiente como el que hay en el mundo, de los compromisos que el país está asumiendo en una cumbre como la COP-26, se supone que va a haber algo más organizado hacia delante.

WB —Uruguay está bien organizado en ese sentido. Tiene que mostrarse mejor al mundo. Paso buena parte de mi tiempo en Nueva York y estoy harto de ver artículos del New York Times que descubren a Uruguay, descubren las playas de Uruguay. Uruguay tiene cosas para mostrarse que son ejemplares. Tiene una matriz energética ejemplar, tiene un sistema ganadero ejemplar, que está manteniendo la biodiversidad, manteniendo un ecosistema natural, manteniendo servicios ecosistémicos. Entonces en este mundo que está tan sensibilizado con los temas ambientales, Uruguay tiene que salir a mostrarse más. Uruguay ha hecho una cantidad de esfuerzo, está haciendo, y por eso es tan importante que firme estos acuerdos. Firma un acuerdo para reducir 30 % de metano que no lo afecta en nada. Pero Uruguay tiene que dar esa señal: soy un país que está haciendo las cosas bien ambientalmente, que puede hacer las cosas mucho mejor, que está en plan de mejorar, pero además apoya estas iniciativas para bajar el metano, para mantener la forestación. El esfuerzo que tenemos que hacer como uruguayos es mostrarnos mejor al mundo.

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EC —En agricultura la contribución en cuanto a emisiones de metano es menor pero existe, por ejemplo en los cultivos de arroz.

WB —Con el arroz pasa una cosa bien interesante. Los suelos agropecuarios tienen poros, tienen aire, las raíces de todas las plantas respiran, las pasturas respiran porque el suelo es un material poroso donde entra aire, entonces las raíces respiran con el oxígeno.

Y el arroz se inunda, y cuando se inunda la chacra el agua desplaza el aire que tenían los poros y queda un ambiente anaeróbico, sin oxígeno.

EC —Ese es el trabajo habitual, el procedimiento habitual.

WB —Es lo normal. El arroz se produce inundado, en Uruguay y en la mayor parte del mundo. Entonces se cambia ese ambiente, en vez de tener un suelo poroso con aire, hay un suelo sin oxígeno y en esas condiciones hay microorganismos que viven en el suelo que son capaces de respirar, a pesar de no tener oxígeno. Respiran, usan materia orgánica, comen restos de raíces. Cuando un microorganismo aeróbico respira larga dióxido de carbono, pero estos microorganismos que respiran sin oxígeno largan metano. Entonces cómo hacemos para reducir las emisiones de metano en arroz. Primero, ¿qué porcentaje de las emisiones del Uruguay viene del arroz? Poquísimo. En Uruguay hay unas 150.000 hectáreas de arroz que para el país es espectacular como fuente de ingresos y exportación, pero desde el punto de vista ambiental, de emisiones, estamos hablando de menos del 3 %. Pero igual, ¿qué se puede hacer para mejorar? ¿Qué se puede hacer si mañana Uruguay quiere vender arroz a un mercado gourmet que dice que tiene que tener poco metano?

EC —Puede pasar, va a pasar, ese tipo de exigencias van a aparecer.

WB —Capaz que aparecen. Una cosa que puedo hacer es: en vez de tener el arroz inundado casi todo el tiempo, donde el suelo no tiene aire y los microorganismos respiran emitiendo metano, hacer riegos intermitentes: inundo el arroz, el arroz crece, después lo dreno, le saco el agua y lo vuelvo a inundar. En vez de tenerlo todo el tiempo inundado, lo tengo por períodos, en forma intermitente. Cada vez que saco el agua el suelo se vuelve a llenar de aire y los microorganismos vuelven a respirar oxígeno entonces mandan dióxido de carbono. INIA ha trabajado mucho en este tema de riego intermitente. Y se dieron cuenta de que efectivamente se puede hacer eso, las emisiones de metano bajan hasta el 50 %, pero se puede perder rendimiento. Entonces los últimos trabajos que está haciendo INIA se enfocan en cómo manejar esas estrategias de riego intermitente del arroz de manera de seguir reduciendo el metano sin sacrificar rendimiento.

EC —Esa respuesta todavía no está.

WB —Sí, ya hay trabajos que muestran que hay manera de manejar ese riego intermitente manteniendo el rendimiento. El problema grande es la escala. Si tú tenés chacras muy grandes, esto que parece tan fácil, entro el agua, saco el agua, no es fácil. Si uno está en Asia, donde las plantaciones tienen una hectárea o menos, es fácil: entra el agua, sale el agua. Pero si uno tiene una chacra de 300, 400 hectáreas, demora. Cuando uno dice lleno de agua, dreno el agua, no es una cosa que se hace en horas. Pero en el contexto de las emisiones del país el arroz emite muy poquito metano. De cualquier manera, hay potencial y ya hay conocimiento en el país para hacerlo a través de este riego intermitente que permite reducir drásticamente las emisiones sin perder rendimiento.

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EC —Como pregunta final se agregó esta que manda Edgardo: “¿El INIA tiene servicios de apoyo directo a pequeños productores?”.

WB —El INIA trabaja en todos los sistemas de producción más importantes en el Uruguay. Muchos de esos sistemas de producción están en campos de productores chicos, hay una cantidad de productores ganaderos que son productores familiares.

EC —La pregunta más general podría ser: ¿todo este conocimiento, todo este trabajo que hace el INIA de investigaciones, construcción de herramientas, nuevas tecnologías para la producción ganadera, la producción arrocera, efectivamente se difunde, llega, permea?

WB —Sí. Creo que varía según el subsector. En algunos sectores esa información fluye muy bien, el arroz es un ejemplo espectacular en ese sentido, hay una cadena aceitadita. Lo que tenemos pensado como nueva junta directiva de INIA es definir mejor cuál es nuestro público objetivo inmediato. Creo que el actor inmediato fundamental para el INIA es el agrónomo asesor, el técnico asesor. Ese técnico asesor que puede estar trabajando en una cooperativa o que hace ejercicio libre de la profesión o que trabaja como asesor de una empresa. Ese es el técnico que te puede traducir la información que genera el INIA y que además conoce la situación del productor.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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