EC —¿Cómo es eso?
¿? —Básicamente hay más capacidad de apoyar empresas, más fondos, que empresas demandando esos fondos y esos proyectos. En el fondo esto termina en el factor limitante que son los recursos humanos. Creo que cualquiera de las empresas que están en la vuelta puede decir que podría trabajar más y crecer más si tuviera mayor número de recursos humanos disponibles. Ahí está la clave para el sector. Y creo que, más que pedirle al gobierno, es una cuestión de la sociedad, cómo podemos hacer como sociedad para entender que en este sector hay oportunidades y hay que favorecer que la mayor cantidad de jóvenes opten por trabajar en esto. Como decíamos hoy, ingeniería u otras profesiones u oficios.
¿? —Esos son agregados de todas estas instituciones a la propia Universidad de la República, de los cuales han egresado muchos ingenieros de los que están hoy. Obviamente siempre hay para mejorar, podemos tener muchas ideas alrededor de eso, pero el Estado también proporciona eso. Yo trabajo con mucha gente egresada de la Universidad de la República, lo cual es un aporte que creo fundamental y que ha hecho que desde los inicios estemos ingenieros uruguayos desde acá hacia el mundo. Por tanto creo que hay que seguir, siempre hay un paso más para dar.
EC —Ustedes dijeron al pasar que la inteligencia artificial hoy es aplicable a cualquier empresa, que una misma empresa puede recurrir a la inteligencia artificial de varias formas para distintas líneas de desarrollo. Lo que están diciendo es que debería haber más consultas a propósito de inteligencia artificial, que las empresas que ustedes encabezan y otras deberían ser convocadas con más frecuencia por otras empresas para que las ayuden con inteligencia artificial. Pero ¿cómo se hace si a ustedes les falta personal?
¿? —Yo iría un pasito más allá: tenemos que lograr capacitar a profesionales de otras áreas para entender lo que es posible hacer con la inteligencia artificial y también lo que no es posible hacer. Tampoco entremos en el mito de la máquina todopoderosa que todo lo puede hacer. En la medida en que logremos eso, las propias áreas van a identificar problemas; en el caso del agro, por ejemplo, que pueden resolver con esta herramienta y después buena parte del trabajo quizás hacerlo ellos desde el punto de vista más de cómo aplicar la herramienta, de dónde extraer los datos y demás, para que después desembarquen los profesionales que trabajamos en el área. Lógicamente la necesidad tiene que surgir de la propia industria.
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Transcripción: María Lilia Ltaif
