Entrevista con el doctor Julio Trostchansky, presidente del Sindicato Médico del Uruguay.
EN PERSPECTIVA
Miércoles 16.09.2015, hora 8.26
ROMINA ANDRIOLI (RA) —“En ASSE deciden exponer al caos a la salud pública, a recursos humanos con contratos precarios, no se implementan cargos de alta dedicación, no hay calidad.”
Este preocupante diagnóstico sobre los servicios de salud que brinda el Estado fue hecho días atrás por el presidente del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), Julio Trostchansky, en su cuenta de la red social Twitter.
Hace meses que esa gremial médica mantiene una tensa relación con el Poder Ejecutivo por los aumentos salariales y la implementación de una serie de reformas que, entiende, mejorarán la atención de los pacientes.
Pero como consideran que no hay voluntad de diálogo en el gobierno, este miércoles, jueves y viernes los médicos afiliados al SMU están realizando un paro total en los hospitales públicos.
¿Cuáles son las reformas impostergables que necesita el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS)? ¿Qué impactos tendrá sobre los usuarios?
De estos y otros temas vamos a conversar con el presidente del SMU, Julio Trostchansky.
La plataforma del SMU, además de reclamos salariales, plantea la necesidad de impulsar una serie de reformas para mejorar la atención médica, principalmente en el sector público. Me gustaría detenerme en esas reformas primero y luego en su impacto en la calidad de atención a los usuarios. Especialmente ustedes están haciendo énfasis en profundizar la implementación de los llamados cargos de alta dedicación médica. ¿Qué son estos cargos de alta atención médica y qué beneficios le traerían al usuario?
JULIO TROSTCHANSKY (JT) —Los cargos de alta dedicación son cargos destinados a médicos con una carga horaria y una dedicación preferencial a una institución, con la posibilidad de atender en todos los aspectos que hacen al proceso asistencial. Es un médico que está fidelizado a una institución, lo que le permite al usuario un acceso rápido a ese médico, porque está un tiempo prolongado en una misma institución, y además le permite acceder a ese médico a lo largo de todo el proceso.
Hoy concurrimos a una emergencia y nos ve un médico que nos indica un tratamiento; en policlínica nos va a ver un médico distinto del que nos vio inicialmente en la puerta de emergencia, y si ingresamos internados al sanatorio, el médico que nos ve es un médico diferente del que nos vio en la puerta y del que nos va a seguir en la evolución.
Se trata de generar procesos asistenciales que sigan todo el proceso de salud y de recuperación y que generen profesionales fidelizados con la institución e instituciones fidelizadas con los profesionales, de manera que haya una simbiosis entre ellos, que en la práctica se va a ver en tiempos de espera más cortos y en procesos asistenciales de mayor seguridad y calidad, porque hay un seguimiento correcto de los pacientes. Se va a ver en la posibilidad de que ese médico, instalado en esa institución, pueda dedicarse también a actividades no asistenciales como la educación médica continua y actualizarse en sus conocimientos y en las herramientas diagnósticas que hoy hay que tener, y por tanto podrá brindar procesos asistenciales de mayor seguridad. Y va a tener sobre todo la posibilidad de generar asistencia de la manera que hay que hacerla: de una manera segura, confiable, con la menor posibilidad de errores y en condiciones más favorables aquellas en las que hoy se desarrolla el proceso asistencial, que está fragmentado. Fragmentado para el médico pero también para el usuario.
RA —En la práctica, ¿qué carga horaria significaría para el médico, cuánto es el mínimo que se estima en cada institución? ¿Y qué significaría en materia de retribución?
JT —En materia de carga horaria existen dos variantes en los cargos de alta dedicación, pueden ser de 40 o de 48 horas semanales distribuidas a lo largo de la semana laboral y con diferentes cargas en policlínica, en puerta de emergencia o en sala de internación, según la especialidad. Hay un marco general y después hay especificidades para cada una de las especialidades que ingresan en este tipo de cargo.
En términos salariales estamos hablando de salarios que actualmente llegan a los $ 180.000 para esos cargos. Por lo tanto hay una parte salarial que estimula a ingresar a este tipo de cargos, pero además estimula buscando concentrar el trabajo de los médicos. Los médicos hoy tienen un formato de trabajo que todos conocen, a veces asimilable a lo que pasa en la educación [secundaria] y fragmentado en su función. Con estos cargos se intenta generar un proceso de unificación, ir abandonando el multiempleo, que les hace mal al paciente y al médico también –esto obviamente tiene un beneficio para el profesional, no es solo para la sociedad y para el usuario– y generar condiciones de mejor calidad asistencial.
RA —Estos cargos de alta dedicación se acordaron en el año 2012, y ya se han implementado unos 700 entre el ámbito público y el privado. Porque ustedes reclaman este tipo de cargos para ambos sectores.
JT —Exacto, ese es otro de los beneficios de la implementación de estos cargos de alta dedicación. La inestabilidad en materia de recursos humanos en el sistema se debe en parte a las condiciones diferentes que existen en el sector público y el sector privado. Por tanto hay un trasiego permanente de personal –no solo médico, también no médico– desde el sector menos favorable en cuanto a condiciones laborales hacia el que está en mejores condiciones, habitualmente del sector público al sector privado. Los cargos de alta dedicación tienen un mismo formato de trabajo y ejercicio profesional y un mismo formato de remuneración en ambos sectores.
RA —Esos $ 180.000 son para ambos sectores.
JT —Exacto. Por lo tanto también se comienza a generar ese tipo de solución para la estabilidad. Lamentablemente en el sector público se ha visto demorada la implementación de estos cargos. Mientras que el sector mutual los ha adquirido rápidamente, ha entendido lo que significan estratégicamente estos cargos para sus instituciones y ha generado más de 700 de esos 750 cargos, el sector público, el sector de ASSE, el sector que a nuestro entender tiene hoy los mayores problemas en materia de recursos humanos y en materia de cobertura de recursos humanos, por decisiones políticas, por burocracia interna, por la ineficacia y la ineficiencia que la gestión pública todavía mantiene en algunos lugares, no ha acompañado este proceso. Ese es uno de los temas que generan conflicto hoy con el actual directorio.
RA —¿Cuántos cargos de alta dedicación se estima que debería haber en el ámbito de ASSE? ¿A cuántos aspiran llegar?
JT —Por lo menos hoy deberían existir unos 120, 130 cargos de alta dedicación, y en enero se tendría que llamar un número similar. Eso está muy lejos de lo que hoy es, y realmente nos preocupa, porque ASSE hoy es una institución en crisis con sus recursos humanos. Ustedes lo ven habitualmente un día sí y otro también en las noticias, faltan especialistas en el interior del país, faltan especialistas en los centros asistenciales, incluso en los de Montevideo; los tiempos de espera son prolongados para acceder a determinados estudios o técnicas diagnósticas en el sector público, el tema de los recursos humanos genera distorsiones y demoras prolongadas.
Así se trabaja en el mundo en el mundo en materia de salud, con profesionales dedicados preferencialmente a una institución para que los procesos asistenciales se den de manera correcta y el profesional esté a disposición y disponible para la institución. Por eso no entendemos por qué el sector público no ha generado las condiciones para que esto se profundice. Como decimos, es una institución en crisis con sus recursos humanos, por tanto debería tomar las herramientas estratégicas de manera más rápida de lo que lo hace.
RA —Aquí en la capital puede ser más fácil de implementar estos cargos de alta dedicación. ¿No prevén que en el interior pueda ser distinta la situación, en cuanto a su distribución?
JT —No, porque entendemos que es una de las cosas que podrían favorecer la radicación de profesionales en el interior. A su vez es uno de los elementos que entendemos que pueden favorecer la complementación de servicios. En el interior del país los cargos de alta dedicación perfectamente pueden ser abordados desde un punto de vista sistémico, no separados por el efector público o el efector mutual. Generar cargos que cumplan funciones en ambas instituciones y brinden su ejercicio profesional a ambas instituciones. De ese modo se superaría algo que es evidente en nuestro país, sobre todo en el interior, la duplicación, porque la mayoría de las veces hay un efector público y un efector mutual. Y en Montevideo más que se duplican servicios y estructuras, lo que muchas veces genera estructuras sin personal o personal sin estructura. Por tanto los cargos de alta dedicación también vienen a dar la posibilidad de generar un espacio en el cual sector público y sector privado, fundamentalmente en el interior, complementen servicios profesionales y disminuya esa escasez que tenemos todavía en materia de recursos humanos.
RA —Y tender cada vez más a ese Sistema Nacional Integrado de Salud.
JT —Es la idea. Ahora se discute mucho sobre la utilización de los dineros públicos, sobre la prudencia que hay que tener en materia presupuestal. La lógica indica que debe integrarse cada vez más. La lógica indica que no es posible que cada institución tenga su infraestructura y disponga de su personal para atender a veces un número de pacientes que desde el punto de vista de la relación costo-beneficio no es adecuado. Mientras otras instituciones tienen una estructura que no soporta, no da para atender a todos sus pacientes, porque son más de los que deberían atenderse. Cuando uno ve eso, tiene que entender que hay estructuras que deben implementarse en un solo centro o en dos centros para todo el sistema, para generar un proceso asistencial de mayor eficiencia que el actual y cuidar los dineros públicos de los que tanto se habla.
Son cosas lógicas. Creo que tenemos que dejar de discutir lo obvio. Y hay cosas que son obvias, creo que hay que dejar de discutir la generación de centros de referencia, la concentración de actividades y de recursos humanos en espacios físicos, y la no duplicación, triplicación o más.
RA —Estos planteos que usted y el SMU vienen haciendo han traído también un fuerte diferendo con las Sociedades Anestésico-Quirúrgicas (SAQ). De hecho, en las últimas semanas usted ha sufrido amenazas antisemitas y ha llamado la atención sobre la secuencia temporal de los hechos y su vinculación con estos planteos que está haciendo el sindicato. ¿Cómo fue esa secuencia de amenazas que recibió?
JT —Por supuesto que yo no puedo señalar ni acusar a nadie, en el sentido de no incurrir en asignarle una intención a alguien sin poder demostrarlo. Además, si bien tenemos diferencias con las SAQ, estamos convencidos de que el 99 % de nuestros colegas anestesistas y cirujanos comparten los valores profesionales que defendemos en el SMU.
Con respecto a la pregunta, hubo una secuencia temporal de hechos que están analizando e investigando la policía y la justicia para ver si tienen relación con estos procesos. En definitiva creo que sí, que intentaban atacar este proceso de cargos de alta dedicación en las especialidades anestésico-quirúrgicas, y también aparecían en el contexto de esta discusión con las autoridades sanitarias del sector público.
Primero apareció una amenaza antisemita escrita en mi coche. A los pocos días apareció una carta dirigida a mí por correo postal que llegó al SMU, con nuevas agresiones raciales y antisemitas, xenófobas. A las 48 horas de llegado este correo con agresiones comienza a circular un mail que no tiene un remitente que uno pueda reconocer, un mail anónimo, oscuro, sin una identificación clara, en el que se me intenta difamar a mí personalmente, pero fundamentalmente se intenta atacar al SMU. Y a las 48 horas de aparecido ese mail, aparece un comunicado de las SAQ que llamativamente refiere a ese mail anónimo –digo llamativo porque cuando nos manejamos entre profesionales, si uno tiene dudas sobre alguna de las cuestiones vinculadas al proceder de los colegas, más que tomar un mail que no da la cara ni anuncia su remitente, habría sido preferible concurrir o preguntarnos directamente o preguntarle al SMU– en el que ponen en duda la veracidad de las amenazas que había recibido, en un hecho considero lamentable.
RA —Concretamente, decía que usted se “victimizaba”.
JT —Sí. Sería asimilable a que hubiera un caso de violencia doméstica y le pegaran a una mujer, a un niño, y alguien dijera que esa niña o ese niño o esa mujer se victimizaron. Es un hecho por lo menos no deseable que se enfatice de la forma que se enfatiza en ese comunicado.
Por otra parte ese comunicado termina atacando los cargos de alta dedicación, y creo que eso es lo que realmente se está intentando atacar. No se está intentando atacar al SMU ni a Julio Trostchansky, sino al proceso que hemos emprendido de cargos de alta dedicación en el sector quirúrgico, que ya es una realidad.
RA —¿Cómo se relaciona esta situación con los cargos de alta dedicación? Hasta ahora el sector anestésico-quirúrgico no entraba en estos cargos de alta dedicación, esos cargos estaban en medicina interna, pediatría, medicina familiar y medicina comunitaria, CTI. Usted dice que al extender estos cargos a la actividad anestésico-quirúrgica se está tocando un foco de poder, porque los cargos de alta dedicación les topearían el salario a los anestésico-quirúrgicos, impidiéndoles cobrar por acto médico.
JT —Antes una aclaración: esa secuencia temporal de hechos no me llama la atención a mí, sino que les llama la atención a quienes están investigando este tema. Confío en que la actuación policial y de la justicia va a resolver cuáles son las conexiones que hay entre ellos e incluso con las denuncias que hacíamos en ASSE, que también pueden tener alguna relación con ello.
Con respecto a la pregunta, este proceso de cambio debe extenderse ahora al resto de las especialidades. Se ha venido haciendo en medicina general, en medicina interna, en cuidados intensivos, se ha aprobado recientemente en psiquiatría, en nefrología, está aprobado también para ginecología, y hace poco se propuso en los ámbitos de negociación colectiva la posibilidad de extenderlo a algunas especialidades quirúrgicas, entre ellas la cirugía general.
Además es una propuesta que el propio SMU hizo hace unos meses a la comisión directiva de la Asociación de Cirugía General. Hicimos una propuesta de cargos de alta dedicación. Por lo tanto es un hecho que la discusión sobre esos cargos está arriba de la mesa para esta especialidad.
Decimos que este proceso puede tocar intereses porque hoy por hoy, y de acuerdo a los datos que manejamos nosotros –que son los que maneja el Ministerio de Salud Pública (MSP), son datos públicos–, la implementación de estos cargos de alta dedicación significaría que el 80 % de los cirujanos que hoy ejercen su profesión pasarían a tener un mejor salario. Pero además podrían pasar a tener mejores condiciones de ejercicio profesional, al generarse condiciones que hoy no tienen, como la de ejercer propiamente la profesión.
Para un cirujano ejercer su profesión, además de ver a sus pacientes, es realizar la cirugía. Eso hoy, por lo que ha sido y por lo que es el funcionamiento salarial, en el que lo que se prioriza es el pago del acto médico, quienes operan en cirugía general son un porcentaje menor de los cirujanos, la gran mayoría de los cirujanos hacen el proceso previo, el proceso de diagnóstico. Cualquier paciente que se haya atendido en una mutualista y haya tenido que ser operado en cirugía general habrá visto que quien atiende en la puerta de emergencia es un cirujano, que realiza el diagnóstico y le manda los exámenes, y después quien opera es otro cirujano que está afuera de retén, que además es el que va a cobrar esa parte variable del suelo que significa el acto médico, que en términos proporcionales es la mayor parte del sueldo. Por lo tanto hay una acumulación salarial en 20 % de los cirujanos que hoy trabajan, que acumulan casi el 60 % de la masa salarial, pero que además acumulan el ejercicio profesional de la cirugía.
La cirugía es una profesión en la cual hay que mantener ciertas destrezas y habilidades, y para eso hay que tener un número no menor de 120, 150 procedimientos quirúrgicos al año. El sistema actual genera que un porcentaje importante de cirujanos no lleguen a ese número, además de las repercusiones que eso tiene en materia económica. Por eso decimos que este proceso de cargos de alta dedicación tiene beneficios para el cirujano en material salarial, en materia de ejercicio profesional, y para el usuario, porque acerca al profesional con todos los aspectos que mencionaba al principio.
Y sí, se tocan algunos intereses y algunos espacios de poder, porque en el formato de trabajo actual hay una relación muy estrecha entre el acceso a los cargos en el sector mutual y la carrera académica en el sector de facultad. Y hoy quien define la mayor parte de las veces la entrada o la progresión desde el punto de vista académico y por lo tanto en el sector mutual es el mismo grupo de colegas, ese 20 % que concentra más del 60 % de la masa salarial. Por lo tanto hay ahí una estructura de poder, una estructura jerárquica muy difícil de romper, y que hace difícil incluso que muchos colegas puedan alzar la voz o plantear sus diferencias porque las consecuencias pueden ser muy complejas.
RA —Estos cargos de alta dedicación terminarían con esas parcelas de poder tanto en materia salarial como de carrera profesional.
JT —Exacto, porque se genera un espacio al cual se accede de una manera diferente, se accede al ejercicio profesional pleno, se accede no por obra y gracia de esa estructura piramidal o jerárquica a un salario muy bueno para lo que es el contexto de nuestro país. Por lo tanto ese poder que algunos mantienen se vería notoriamente disminuido, creo que ahí está el nudo del problema. De hecho los últimos comunicados de las SAQ han ido en el sentido de intentar denostar esta herramienta.
De todas maneras, estamos convencidos de que la Sociedad de Cirugía del Uruguay, que entiende este problema y entiende el problema que tiene, va a transitar por el camino. De hecho ha trabajado en la propuesta que le hemos hecho, ha trabajado en el tema de los cargos de alta dedicación; creo que más tarde o más temprano va a encolumnarse detrás de esto, porque tiene claros los beneficios, más allá de las resistencias que pueden generar, que son resistencias que hay que vencer como en cualquier proceso de cambio.
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RA —Julio Trostchansky es presidente del SMU, cirujano especializado en trauma y profesor adjunto de Emergencia en el Hospital Maciel.
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RA —Atada a la profundización de los cargos de alta dedicación está la iniciativa de crear centros de referencia para las especialidades en las que hay pocos profesionales. ¿Qué características tendrían estos centros?
JT —Los centros de referencia vienen a generar condiciones como consecuencia del volumen que atiende el centro. Para patologías de baja prevalencia, de las que aparecen pocos casos al año, es casi de Perogrullo pensar que, en vez de que haya profesionales que ven uno o dos casos por año, sería deseable juntar esas experiencias en un solo centro y generar una situación asistencial que permita lograr los mejores resultados a partir de tener acceso a más pacientes de esas características. Ese es uno de los conceptos de los centros de referencia.
Por otro lado está el que tiene que ver con los propios especialistas. Para algunas situaciones y algunas especialidades en particular se dispone de pocos especialistas porque los casos de pacientes vinculados a ellas son relativamente pocos en comparación con los vinculados a las especialidades de mayor demanda. Entonces también es lógico y casi de Perogrullo –por eso hablo de dejar de discutir lo obvio– concentrar a esos profesionales en pocos centros para no malgastar dineros y generar estructuras permanentes, estables y reproducidas en todas las instituciones para una cantidad de pacientes que a veces es muy baja.
RA —Estos centros de alta referencia atenderían indistintamente a pacientes de mutualistas y de ASSE.
JT —Justamente, hay algunas experiencias similares o que uno puede poner como similares. Los institutos de medicina altamente especializada (IMAE) se encuentran en un lugar específico, pero pueden atender pacientes de todos lados que tienen necesidad de una cirugía cardíaca, por ejemplo. El sistema le brinda la posibilidad al paciente de que elija el lugar donde se concentran recursos humanos especializados para el tratamiento de determinada patología, tanto sea del sector público como del sector privado.
Acá estamos planteando lo mismo para patologías que son poco frecuentes. Un ejemplo de centro de referencia reciente y que es una experiencia muy importante que hay que seguir mostrando es el Crenadecer (Centro de Referencia Nacional de Defectos Congénitos y Enfermedades Raras), en el BPS. La idea es generar estos centros de referencia para el sistema en general. ¿De qué sirve que una institución tenga una sala de operaciones para una especialidad de pocos especialistas si viene un paciente por semana y la institución que está a dos cuadras también tiene ese bloque quirúrgico disponible, el material, los recursos humanos, y a tres cuadras hay otra institución que tiene lo mismo para pocos pacientes? Lo lógico es juntarlos en un lugar y generar mejor proceso asistencial.
RA —¿Y cómo es vista esta iniciativa? Porque parece lógica, sí, es un tema de racionalización de recursos. ¿Qué dicen las mutualistas y las autoridades de ASSE sobre este tema?
JT —Creo que estamos encaminados en este tema. Estos temas fueron planteados en la reciente Convención Médica Nacional, que abordó el tema de la calidad, y dentro de la calidad obviamente interesan los procesos como tales y el mejor resultado, y los centros de referencia son parte de eso. Creo que el MSP lo ha tomado con el fin de llegar a un planteo de ese tipo, ASSE necesariamente va a tener que caminar hacia ese planteo, y las instituciones mutuales como tales creo que también, porque en el cambio de modelo de gestión se van a tener que plantear si quieren mantener estructuras que desde el punto de vista de la relación costo-beneficio son inadecuadas. Eso está en el marco del consejo de salarios, está planteado para ser integrado a las resoluciones y a los grupos de trabajo que definamos para los próximos años, y nuestra posición, nuestra situación es de optimismo frente a esos planteos. Por lo menos en el sector privado.
En el sector público también somos optimistas. Pero la situación no ha sido la mejor en los últimos meses en cuanto a las instancias de diálogo. Un directorio cuyo diálogo con sus recursos humanos se resume a cuatro encuentros en cuatro meses, es decir que entiende como diálogo un encuentro mensual cuando es una institución en crisis con sus recursos humanos. Una institución que no ha abierto espacios técnicos de negociación, una institución como ASSE que entendemos que no tiene un planteamiento estratégico para los próximos cinco años y por lo tanto difícilmente integre conceptos como el de los centros de referencia.
Pero siempre hay posibilidad de integrarse a un proceso que parecería ya estar en marcha en el sector mutual, de la misma manera que los cargos de alta dedicación, en lo que ASSE también había quedado rezagada. Siempre hay posibilidad de integrarse a un proceso que está en marcha, y esperemos que ASSE lo pueda hacer.
RA —En lo que refiere a la negociación salarial, en el sector privado está encaminada, se instaló una mesa de diálogo, lo que llevó a que ustedes levantaran el paro que estaba previsto desde hoy hasta el viernes. No así en el caso de ASSE. Justamente, ayer la presidenta de ASSE, Susana Muñiz, hizo un comentario a propósito del aumento de los sueldos, dijo que el salario real de los médicos en los hospitales aumentó aproximadamente 90 % entre 2007 y 2014. En ese marco, con ese incremento de sueldos que se dio en el período anterior, ¿por qué reivindican de todas formas que necesitan un incremento mayor que el que se les ha planteado?
JT —Ahí está el error de la presidenta y del directorio de ASSE. El tema nuestro no es un tema salarial. Justamente por eso no hemos podido avanzar, porque lo que hemos solicitado desde el inicio es un espacio de diálogo para definir las líneas estratégicas que entendemos que tiene que tener ASSE para poder seguir un camino.
Cuando usted tiene problemas con sus recursos humanos, cuando una institución, cuando una empresa –ASSE es la empresa más grande del sector público– tiene problemas con sus recursos humanos, no hay posibilidad de salir si no es con diálogo con esos recursos humanos. Eso no ha habido. En ese diálogo tienen que plantearse las prioridades. Eso es lo que pedimos durante estos cuatro meses: veamos cuál es la prioridad, veamos cuáles son las líneas estratégicas que se van a seguir en los próximos años para poder encaminar a ASSE hacia una situación de salud similar a la del resto del sector, sin las deficiencias que hoy tiene. Después vendrán los montos presupuestales, después vendrán las pautas salariales, y ahí podremos quedar más o menos conformes con lo que se reciba, pero con un marco de entendimiento previo habría sido más fácil.
Por eso creo que van a seguir los problemas, porque la presidenta de ASSE no entiende que difícilmente nos vayan a callar por un tema salarial. Nosotros estamos haciendo planteos de mayor fortaleza. Estamos planteando la implementación de los cargos de alta dedicación como respuesta asistencial. Estamos planteando eliminar la precariedad de los contratos con los médicos para estabilizar a los recursos humanos dentro de ASSE. Estamos planteando los centros de referencia. Estamos planteando la complementación público-privada. Eso no tiene nada que ver con los salarios. Difícilmente encontremos una salida, una solución, si el directorio de ASSE no entiende que los planteos están en las líneas estratégicas y no en lo salarial.
Ha sido bien diferente en el sector privado. Levantamos las medidas de paro en el sector privado. Y no ha sido porque hayamos alcanzado un acuerdo ni porque haya grandes avances, pero hay un espacio de diálogo que nos permite acercar posiciones. Para eso están los espacios de diálogo, para poder entender el planteo del otro y tratar de llegar a una solución o a una salida consensuada. Realmente las diferencias son muy marcadas, y nos preocupa desde el punto de vista sindical que la diferencia está generando un problema en el sector de los más vulnerables. Eso desde el punto de vista del gobierno e incluso por el perfil ideológico que tiene la presidenta de ASSE debería preocuparle mucho.
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Transcripción: María Lila Ltaif