Transcripciones

Entrevista del 25 de setiembre de 2024: Francisco Gross

Facebook Twitter Whatsapp Telegram

Audio y video de la entrevista en este link

***

Entrevista con el ingeniero Francisco Gross, director técnico del Proyecto Arazatí.

EN PERSPECTIVA
Miércoles 25.09.2024

EMILIANO COTELO (EC) —El futuro del Proyecto Neptuno está desde junio pasado en manos de la justicia, luego de que el juez Alejandro Recarey ordenara no innovar en su ejecución. Ahora debe pronunciarse un tribunal de apelaciones.

Mientras tanto, esta obra, que el gobierno considera fundamental para garantizar el abastecimiento de agua potable en el área metropolitana, sigue abriendo debates, controversias, en que participan expertos, vecinos y grupos ambientalistas.

En el proyecto se prevé que un consorcio privado construya y opere una planta potabilizadora de agua del Río de la Plata que se instalaría en la zona de Arazatí, en el departamento de San José.

Este lunes entrevistamos aquí En Perspectiva al ingeniero civil Danilo Ríos, que fue gerente general de OSE de 2006 a 2015, pero además es un experto en este tema. Ríos, entre otras cosas, cuestionó el lugar elegido porque allí el agua tiene niveles de salinidad y otros problemas de calidad que no estuvieron previstos inicialmente y han ido complejizando y encareciendo el sistema. Para el ingeniero Ríos, lo prioritario hoy es que OSE cuente con una fuente alternativa de agua bruta de calidad y eso se conseguiría construyendo la represa de Casupá, a un costo sensiblemente menor.

En paralelo, productores y vecinos de la zona cercana al proyecto manifiestan su preocupación por el monorrelleno previsto donde se van a depositar los residuos químicos de la potabilización, pero además por el denominado pólder, un reservorio de agua que, según ellos, afectará la calidad de la tierra en una zona caracterizada por varias actividades productivas.

¿Qué responden las empresas que impulsaron este proyecto?

Lo conversamos con el ingeniero Francisco Gross, director técnico del Proyecto Arazatí.

Una pregunta general: ¿cómo ha visto la polémica que se ha armado en torno a Neptuno/Arazatí?

FRANCISCO GROSS (FG) —Me parece muy saludable el debate de ideas sanas en la medida en que a todos nos anime el propósito final de asegurar al sistema Montevideo una fuente de agua segura, sana, eficiente. Creo en el sentido de la buena fe. Pero me parece que tal vez, en ese debate, no se estén manejando todas las informaciones que permiten tener la cabal y objetiva calificación de los distintos proyectos. Lo que sí es importante, y me parece positivo, es que urge tomar decisiones y definiciones. El sistema de abastecimiento de agua potable de Montevideo y toda el área metropolitana, que abarca buena parte de los departamentos de Canelones, propiamente Montevideo y potencialmente el sur de San José, está dependiendo de una única fuente, una única planta potabilizadora y tres aductoras, que están en el límite de su capacidad y son susceptibles de vulnerabilidades enormes.

Acabamos de pasar un episodio en marzo de este año en que estuvimos a un tris de quedarnos sin servicio por varios días por la creciente en Aguas Corrientes, que estuvo a cinco centímetros –hay fotos–, las salas de bombeo con material eléctrico, donde hay 30 megavatios de potencia, estuvieron rodeadas. OSE es el principal consumidor de UTE, la subestación de transformación estuvo totalmente rodeada de agua, trabajando en condiciones inseguras. Fruto del esfuerzo del personal y de la dirección para mantener el servicio, Montevideo está no solo dependiendo con insuficiencias en fuente y en definitiva en capacidad de producción, que ya está al límite. Hoy la demanda en verano, 700.000 metros cúbicos/día, iguala la capacidad de producción y aducción. Faltan claramente, como lo demostró el episodio de sequía, fuentes suficientes para abastecer con agua bruta ese tema. La vulnerabilidad intrínseca del sistema por depender de una única fuente la demuestra cada uno de estos episodios. Nos hemos comprado todos los créditos, Dios ha sido benévolo con nosotros.

EC —Con lo que usted mencionaba a propósito de marzo pasado, pone el foco en la otra parte de la vulnerabilidad. Hemos discutido mucho de la vulnerabilidad de contar con una única fuente de agua en la cuenca del río Santa Lucía, pero usted pone el acento en que tener una única planta potabilizadora también es un problema: qué pasa si esa se para, por ejemplo, porque se inunda la planta.

FG —Exacto. Eso estuvo a punto de suceder, estuvimos a cinco centímetros, literal. Ve la foto con muros construidos en bolsas de arena, con tierra para hacerlo impermeable. Fue una circunstancia dramática. La semana pasada hubo una rotura en la cuarta línea de bombeo, que en términos macro es un tercio del abastecimiento, y quedó resentida toda la zona este del sistema. Entonces el sistema está muy vulnerable, funciona en base a un esfuerzo fenomenal de funcionarios, de organización, para contemplar esos extremos.

EC —Sin decirlo expresamente, usted ya estaba contestando al planteo que hacía el ingeniero Danilo Ríos en cuanto a que hoy la prioridad debería ser Casupá. Por ejemplo la represa de Casupá, porque sería para OSE tener una segunda fuente de agua bruta de buena calidad. Él decía que tener una potabilizadora adicional, una planta potabilizadora, podría venir después. Usted implícitamente está diciendo que no, que este proyecto tiene la ventaja de que va por los dos lados.

FG —Con mucho respeto a mi estimadísimo colega Danilo Ríos, a quien aprecio personalmente y reconozco profesionalmente como un excelente técnico, con toda una historia compartida tanto en la docencia en la Facultad de Ingeniería como en buena medida en las distintas instancias de trabajo en OSE, me permito discrepar en forma fundamental porque por el ejemplo que acabo de referir los puntos sensibles y vulnerables que tiene el sistema no son solo la fuente, sino también la capacidad de producción, que ya está al límite, en verano producimos y consumimos 700.000 metros cúbicos por día. Ante una falla como esta por un incidente de creciente –pudo ser un incidente de calidad en el agua bruta o cualquier otro imponderable– es imprescindible ya tener una planta. Y obviamente, si tengo otra planta, necesito la séptima aductora –la tubería que transporta el agua tratada en la planta hasta el sistema–. La solución tiene que ser necesariamente conjugada de los tres componentes: fuente, planta y tubería de transporte.

EC —Repasemos en qué consiste el Proyecto Neptuno, las características principales de esta infraestructura que tendría su base en la costa del departamento de San José entre Arazatí y boca del Cufré, unos 80-90 kilómetros al oeste de Montevideo.

FG —Son 74 kilómetros, más o menos; depende del punto de origen. Decimos 80 porque se conecta en un punto relativamente al oeste del sistema. Pero si fueran 80 kilómetros nos vamos a la plaza Cagancha.

EC —Los componentes son: 1) toma de agua bruta y planta potabilizadora; 2) reservorio artificial de agua del río o pólder; 3) monorrelleno para depositar los lodos que deja el proceso de potabilización, y 4) tuberías aductoras para conectar la planta potabilizadora con la red de bombeo.

FG —Exactamente.

EC —La obra tiene la capacidad de suministrar a la capital más de 200.000 metros cúbicos de agua por día, a efectos de complementar la producción de la planta de Aguas Corrientes. O sea, agregaría casi un tercio de esa producción y la demanda pico actuales.

FG —Exacto.

EC —En el acuerdo, OSE paga por disponibilidad de esta infraestructura, no quiere decir que la vaya a estar usando siempre al 100 % de su potencial. ¿Agrega algún detalle más?

FG —Sobre ese punto, la opera OSE. Aquí ha estado en tela de juicio el tema del mandato constitucional, en este caso los funcionarios que van a producir el agua son funcionarios de la empresa OSE.

EC —El proyecto surgió de una iniciativa privada presentada por el Consorcio Aguas de Montevideo integrado por Saceem, Berkes, Ciemsa y Fast, pasó por una licitación según la normativa vigente en esta materia y ahora está pendiente la firma del contrato, que a su vez depende de lo que resuelva el tribunal de apelaciones. El esquema financiero es: la inversión la realizan los privados, que se encargan además del diseño, construcción, financiamiento y mantenimiento; OSE estará a cargo de la operación y pagará durante 17 años y medio una cuota de unos 50 millones de dólares anuales.

FG —Exactamente; 45 millones corresponden a lo que sería el pago por […], y 5 millones al mantenimiento y a todo lo que es la energía del suministro de agua bruta puesta a la entrada de la planta para que luego OSE realice todo el proceso de tratamiento y el bombeo a la red.

EC —Acá aparecía uno de los cuestionamientos, esa cifra mensual. El ingeniero Ríos cuestionaba este esquema de financiamiento, sostenía que OSE tiene una capacidad de inversión anual de unos 70 millones de dólares y tener que afrontar este pago durante 17 años y medio limitaría al organismo de manera muy fuerte en su capacidad de realizar otro tipo de inversiones que son necesarias, para empezar, fuera de la zona metropolitana, pero incluso en la red de la zona metropolitana.

FG —No es mi materia opinar sobre la parte financiera de la administración, que tiene todo su cuerpo técnico en materia financiera y ha hecho sus estudios. El propio estudio de factibilidad incluyó un capítulo con distintas modalidades y cómo eso impactaba, y OSE fue ajustando y adecuando, instruyendo a los agentes del estudio para encontrar una fórmula que cupiese dentro de sus capacidades financieras. Entiendo que eso está debidamente atendido y a ello se pueden remitir, las personas autorizadas a responder el tema son seguramente las autoridades de OSE.

EC —Claramente. Lo mencionaba porque era un elemento que aparecía en la entrevista con el ingeniero Ríos.

FG —Me consta que eso fue especialmente estudiado también durante el proceso de desarrollo del estudio de factibilidad técnico-económica. El capítulo económico-financiero incluyó verificar la capacidad del contratante, en este caso OSE en esta modalidad, de hacer frente a las erogaciones sin detrimento de su capacidad de invertir en el resto del sistema.

***

EC —Veamos algunas de las críticas que aparecían en la entrevista con el ingeniero Ríos. Una era a propósito de la calidad del agua bruta en el lugar elegido para la toma de agua del Río de la Plata. Ríos afirma que en 2020, cuando OSE aceptó la iniciativa privada, en esta se proponía “construir una nueva toma de agua bruta libre de salinidad en las cercanías de puerto Arazatí”. Pero después, con el avance del proyecto, se comprobó que en ese punto el agua del Río de la Plata no siempre es dulce. Cuando se instaló una sonda en ese punto se empezó a ver que había agua salada en ciertos días y períodos, tanto es así –y este dato es fuerte– que a comienzos del 2023 hubo tres meses seguidos de agua salada en ese punto, 86 días concretamente, y en el total del año 2023 hubo 110 días de salinidad. ¿Qué responde?

FG —Por partes. Como tú bien dijiste, hay que ser riguroso en la interpretación, es captación de agua libre de salinidad, es tomar en los momentos en que el agua es dulce, la planta no desaliniza. El tema es la proporción de tiempo y cómo eso se conjuga con el abastecimiento de agua al sistema.

EC —”Construir una nueva toma de agua bruta libre de salinidad”.

FG —Claro, para poder, en función de la calidad del agua bruta, hacer la captación. De hecho así está previsto, no está previsto en ningún momento extraer agua salada.

EC —Esa es la interpretación de la frase.

FG —Se sabía que había episodios de baja frecuencia desde la década del 70 y que ese es el lugar donde se produce la brusca caída de episodios de salinidad. Hay un gráfico muy característico de cómo si uno viaja desde el este hacia Colonia, va con la salinidad del agua del océano y a la altura de Kiyú, unos 15-20 kilómetros antes, se produce una brusca caída que en Arazatí genera frecuencias de salinidad en el entorno de ocho días al año. El 98 % de los días en término medio el agua es dulce en Arazatí. Y luego baja asintóticamente –en términos matemáticos, porque no hay nada absoluto– la frecuencia en la oportunidad de esos episodios de intrusión salina hacia el oeste.

Entonces, el punto elegido –que no es novedoso, ya lo advertía el estudio del 70, fue corroborado en estudios de OSE de 2004-2005, luego un estudio de […] de 2008-2010– reúne una serie de ventajas especiales. Es el punto más próximo donde se produce esa mínima salinidad; en frecuencia, 98 % del tiempo el agua allí es dulce; si yo proceso los datos, como hicimos con la sonda multiparámetro instalada con la Facultad de Ingeniería que registra datos continuos desde el 2021 hasta la fecha, en los períodos en que la salinidad está debajo de 250 miligramos por litro de cloruros, que es el límite admisible para agua potable, la salinidad media de ese período o mediana está en 30. O sea un décimo. O sea que el agua es sustancialmente dulce, más allá de otros atributos de muy buena calidad a los que me quiero referir después. En ese contexto y con todo ese antecedente, y en el contexto de alta vulnerabilidad del sistema al depender de una única fuente –cosa que ya había sido valorada y razonablemente–, se matan dos pájaros con un solo tiro a fuente. No podemos despreciar una fuente tan amplia como el Río de la Plata, con esta limitante, que se puede salvar.

EC —El ingeniero Ríos consideraba que ese 2 % de salinidad en el año, esos ocho días, ya es una condición inhabilitante, que cuestiona el proyecto. Vamos a escucharlo.

(Audio Danilo Ríos.)

Ya ahí tenemos un problema, porque vamos a elegir una fuente para Montevideo que va a durar muchos años, va a complementar la fuente que tenemos actual, y ya partimos asumiendo por parte del consorcio que vamos a tener 98 % del tiempo agua buena, pero un 2 % no. Y eso son ocho días al año, que para la elección de una fuente yo me preguntaría si no existe alguna otra que sea el 100 % del tiempo una fuente razonable, que cumpla con las normas.

(Fin audio.)

EC —¿Qué dice usted?

FG —Primero, esta instancia del 2 % se sustancia, se resuelve, de una manera relativamente sencilla con un embalse de reserva de agua bruta que permite perfectamente sortear episodios de altísima frecuencia en términos de recurrencia, el famoso pólder diseñado para eventos de duración de entre 50 y 100 años, que es lo que resultó de los estudios para tener la garantía de un abastecimiento continuo. Para facilitar el análisis, el pólder con este episodio de salinidad es lo mismo que la reserva de paso Severino o eventualmente un Casupá a la condición de estiaje –caudales bajos en el río–. Con ese criterio –con todo el respeto al ingeniero Ríos–, yo diría que no podría contar con la fuente de agua Santa Lucía –imaginemos antes de construir paso Severino– porque en los momentos de estiaje, que son mucho más que el 2 %, el caudal que consume Montevideo, estos 700.000 metros cúbicos/día, 8 metros cúbicos/segundo, durante el verano, en ausencia de lluvias, son unos 2-3 metros cúbicos/segundo. La diferencia, esos 6 metros cúbicos/segundo, los aporta paso Severino. Esto es lo mismo, yo tengo una garantía, una batería para salvar estos episodios que en términos medios son de muy baja recurrencia. Y esto no es una artimaña, como se mencionó el otro día –artimaña tiene una condición peyorativa–, esto es ingenio. La ingeniería nos demanda soluciones ingeniosas para salvar las dificultades que nos presenta la naturaleza en su variabilidad.

EC —Es un gran lago artificial que ocupa 240 hectáreas con capacidad de 15 millones de metros cúbicos.

FG —Exacto.

EC —El mero hecho que se decidiera agregar el pólder, que no estaba previsto inicialmente, ¿no implicó que el proyecto se encareciera debido a que se eligió ese punto de la costa para la toma de agua?

FG —En su momento se vio este esquema como un elemento complementario que permitiera que paso Severino estuviera más holgado. En la medida en que al sistema entraban 200.000 metros cúbicos/día, se evitaba tener que usar la reserva, o se reducía la demanda de la reserva. Con buen criterio –y ahí quiero reivindicar que este estudio de factibilidad cuando comenzó a desarrollarse en el año 2021 contó con una contraparte técnica de OSE que se fue perfeccionando, como todo estudio de factibilidad– OSE dijo: “yo necesito una fuente independiente que me permita garantizar el 100 % del tiempo”. Lo fijó como condición, y a partir de ahí se buscó la mejor solución que conjugara la capacidad propia de la fuente del Río de la Plata con ese 98 % con la reserva, que en términos relativos es mínimo. La relación volumen de la reserva que me da la garantía del 100 % del abastecimiento de los 200.000 que requiere por ejemplo el sistema Santa Lucía para dar seguridad en el abastecimiento cuantitativo es de menor eficiencia, en virtud de la amplísima disponibilidad de agua bruta dulce en el Río de la Plata en ese lugar.

EC —De todos modos implicó complejizar y encarecer el proyecto.

FG —Obviamente, en aras de ganar una seguridad adicional.

EC —¿Cuánto implica el pólder?

FG —Unos 20 millones de dólares, entre un 8 % y un 10 % de la inversión. El otro día yo comentaba que es como tener una rueda auxiliar y un auto que pueda trabajar independiente. Invierto 300 millones, ¿voy a invertir 20 millones menos y tener la vulnerabilidad de que en algún momento del año no tenga esa capacidad por la salinidad? Y advierto: hoy, en buen criterio, el pólder, más allá de darle seguridad al sistema, es respaldo y de hecho agrega capacidad que reduce demanda de la reserva en paso Severino, actúa también como un complemento en la oferta. Con Arazatí el sistema Montevideo tendría 900.000 metros/día firmes, seguros. Hoy tiene 700.000, y si no construyo el pólder no puedo garantizar que el 6 de enero o el 28 de diciembre, que son los días de más consumo –fin de diciembre principalmente–, esa capacidad de abastecimiento, fuera de cualquier incidente.

EC —Además de la discusión a propósito del costo y de la complejización que implica para el proyecto, el pólder es motivo de otra discusión, la discusión sobre su impacto en la zona, el impacto ambiental, la eventual contaminación.

***

EC —Francisco Gross es ingeniero especializado en abastecimiento de agua potable y saneamiento y director técnico del Proyecto Neptuno.

***

EC —El pólder: para salvar el inconveniente de los días de salinidad que presenta el agua en la zona de Arazatí, se agregó, cerca de la nueva planta, la construcción de esa reserva de agua dulce llamada pólder. El geólogo Guillermo Popelka ha propuesto en estos días la posibilidad de utilizar como refuerzo en este caso de abastecimiento el agua del acuífero aluvial, que ha insistido tanto en que existe en la cuenca del Santa Lucía en las cercanías de la planta de Aguas Corrientes. “Ir a ese recurso evitaría construir el pólder, con toda la polémica que este en sí mismo genera”. ¿Qué dice usted?

FG —La posibilidad de tener un recurso adicional en el acuífero subálveo del Santa Lucía es muy plausible, pero necesita ser muy estudiada en tanto efectivamente consolidar la disponibilidad de ese recurso y sus condiciones de recarga. Estamos hablando de algo que implica estudios de mediano y largo plazo. Hoy por hoy esto es un conjugado con la planta que es de disponibilidad inmediata. Curiosamente se da en el lugar elegido una conformación topográfica del terreno que permite una muy eficiente reserva con la menor ocupación relativa de área. Por ejemplo, si yo comparo con paso Severino y con Casupá, aquí se demandan 14 hectáreas por cada millón de metros cúbicos, 15 millones; 240 dividido 15 me da unas 14 hectáreas por millón de metros cúbicos, cuando Casupá requiere 30 hectáreas por millón y paso Severino está en el orden de 15-20 hectáreas. Entonces estamos hablando de un esquema muy eficiente que se da en una conjugación topográfica más elevada de la planta, que permite hacer una serie de juegos muy positivos desde el punto de vista técnico que garantizan la mejor seguridad operativa. Aquí estamos jugando con seguridad, cómo le damos agua segura a Montevideo el 100 % del tiempo.

EC —El pólder tiene objeciones de otro tipo, por el lado de vecinos y productores de rincón del Pino, la zona que se vería afectada, la zona cercana al proyecto. El productor Diego Bonino, que integra ese grupo, dijo hablando con Búsqueda: “Es un lago de 15 millones de metros cúbicos que no represa agua de lluvia, porque se construye en la altura en una cuchilla, se llena con agua eutrófica, con valores anormales de nitratos y fósforo del Río de la Plata. Va a tener un talud de 6,5 kilómetros de tierra que si se llega a romper implicará que desaparezcan 700 hectáreas en los campos aledaños, no quedaría nada, ni los animales, y pondría en riesgo incluso la vida humana de las familias que viven en la zona”. Y agregó: “Ya se sabe que el pólder afectará la napa freática, porque el imponer ese volumen y presión de agua arriba hace que la napa se eleve, afectando en forma negativa la capacidad productiva natural de esos suelos, que son todos de alta productividad”. Hay dos grandes temores, dos grandes preocupaciones.

FG —Hay una serie de inexactitudes que voy a intentar contestar. Primero, en cuanto a la calidad de agua del pólder, se llena con agua del Río de la Plata, pero es la mejor agua. Reivindico la calidad del agua del Río de la Plata en base a parámetros medidos. Ahí se mencionan nitratos, pero el agua del Río de la Plata no tiene nitrógeno, los niveles de nitrógeno total, nitratos, nitritos y amonio, están por debajo de 500 microgramos por litro. No hay cuerpo de agua en el interior que tenga esa condición de calidad. Entonces lejos estaríamos de eso. Por supuesto, no va a tener cloruros porque por esencia en los momentos de extracción la mediana de cloruros que va a tener el agua del pólder va a ser de 30 miligramos por litro, un décimo del umbral de agua potable. Lejos podría haber afectación. Entonces no hay material contaminante en el agua del pólder, va a ser un agua de excelente calidad, que obviamente va a ser continuamente renovada y va a pasar a la planta, entonces lejos de haber dificultades con eso.

Segundo, esa reserva se ubica arriba de la formación Libertad, está entre 10 y 20 metros de arcillas muy consolidadas con muy baja permeabilidad, entonces los niveles de infiltración a través de esa capa de arcilla que se ubica por encima del acuífero Raigón, sí más arenoso…

EC —Ese es el temor, la contaminación del acuífero Raigón.

FG —Se hicieron 90 ensayos, toda una cuadrícula en las 240 hectáreas, y eso da niveles de permeabilidad de entre 0,2 y 0,8 milímetros por día. El pliego fijaba como condición que fuera menos de 2 milímetros por día. Estamos hablando de niveles muy bajos. Entonces, no tengo elemento contaminante y no tengo capacidad de infiltrar, los niveles de simulación de cuánto podrían oscilar los niveles freáticos están en valores de 5-10 % de la oscilación natural, estamos hablando de 50-60 centímetros de oscilación adicional en las inmediaciones del pólder, hacia el sur –todo eso está simulado, está disponible en el material presentado en Medio Ambiente–. Y eso naturalmente oscila por lluvias entre 0 y 4 metros. Entonces descarto cualquier tipo de afectación a la capacidad agronómica de los suelos o contaminación del acuífero Raigón.

EC —¿Y la posibilidad de que el pólder a su vez termine teniendo cianobacterias?

FG —También está analizado en el estudio ambiental el contexto que propicia la condición de cianobacterias. No quiere decir que no haya posibilidades de desarrollo, pero están totalmente controladas y en función de los niveles de fósforo del Río de la Plata está razonablemente valorado el contexto; hay hasta una calificación según los patrones de IQA de la […] brasileña, también nacionales, en cuanto a que esta es un agua de razonable a buena.

EC —Estaba también el temor de que se rompa la barrera, el terraplén de tierra de 6,5 kilómetros de largo.

FG —No podemos ser tan catastrofistas, también se puede romper la represa de paso Severino y se pueden romper Rincón del Bonete, Palmar… Estamos hablando de un dique de tierra natural que tiene en su punto más alto unos 14-15 metros, con todas las garantías de diseño, de construcción. Nada que no se haya ya construido en el país y que no esté funcionando a satisfacción. Incluso no vamos a tener fenómenos de avenidas, de vertederos por excedencias.

EC —¿Cómo es eso?

FG —Toda presa que interrumpe un curso de agua tiene un sector presa y un sector vertedero para las crecientes milenarias. Acá no hay crecientes milenarias que puedan generar algo, porque el pólder no tiene cuenca propia.

EC —No está la posibilidad de que le venga más agua.

FG —No más que la que uno abastece a través del bombeo o el agua de lluvia. De hecho no tiene ese tipo de riesgo.

EC —[…] le da más fortaleza al terraplén.

FG —Exactamente.

EC —La otra queja de vecinos y productores de rincón del Pino tiene que ver con el monorrelleno donde se van a depositar los desechos químicos del proceso de potabilización. Este productor Bonino advirtió: “Cualquier derrame o filtración del monorrelleno, que puede pasar, en vez de salir inmediatamente al Río de la Plata, quedará en una cuenca interior del acuífero Raigón y tendrá un recorrido mayor. Por tanto, el potencial de contaminación es mayor si se ubica en la cuenca interior frente a una posible ubicación en zonas más cercanas al Río de la Plata”.

FG —Eso está debidamente estudiado. Primero, no estamos hablando de relleno, estamos hablando de rellenos no tóxicos, así está calificado según la normativa nacional. Hay una caracterización de los tipos de lodos de agua potable que en altísima proporción son arcillas y como elemento introducido el aluminio, fruto del coagulante que se utiliza en la planta de agua, no estamos hablando de ningún material especial.

EC —Está el antecedente de los lodos de la planta de Aguas Corrientes, todo un problema.

FG —Es un tema que aún no está resuelto y está entrando al humedal. No digo que no haya efectos ambientales, pero producto de una entrega que principalmente está dada por la cantidad de sólidos en suspensión que se agregan al curso de agua. Esta planta trata todos los lodos, se extraen del agua, se tratan, se deshidratan y se confinan. El monorrelleno es el destino final; primero está sobre una capa aislada del fondo, donde se captan los llamados lixiviados, esto es, el sobrenadante que sale de ese proceso natural de consolidación, y eso es tratado, devuelto a la planta para su tratamiento.

EC —¿Los lodos en sí qué destino tienen?

FG —Se van rellenando, con el tiempo se van consolidando. Hay toda una estrategia de cobertura, se van a generar unos túmulos, luego carpeta vegetal y se reconvierte. Simplemente va a haber una sobreelevación de tres metros a razón de tres hectáreas por año en esa zona que va a estar a destinada a eso. Y todo el material que drena por debajo, que es un lixiviado que está caracterizado, que no tiene elementos tóxicos, es captado y tratado. No hay riesgo de que infiltre.

EC —Esos montículos que se van a ir generando estarán ubicados dentro del predio que se reserva a estos efectos, que forma parte del complejo. Porque habíamos dicho 240 hectáreas del pólder y aparte 100 hectáreas más.

FG —Hay unas 100 hectáreas como área bruta con reservas laterales. De hecho 40-50 hectáreas son las previstas para unos 30-40 años. Lo que no quiere decir que después ese material no pueda ser reaprovechado y aumentado en su capacidad en la propia área, porque en definitiva se consolida y termina siendo incorporado al terreno. Es devolverle a la tierra lo que provino de ella.

EC —Pero no se va a utilizar, ese material no se va a utilizar con otro fin.

FG —Siempre existe la posibilidad si hubiera una utilidad económica; en otro lado se ha estudiado la posibilidad de hacer cerámica o lo que fuera, porque en definitiva son materiales arcillosos. Pero hay que tener una solución aunque no haya un destino económico o una aplicación de ese tipo. Podemos hablar de países europeos con esta tecnología, no estamos inventando nada, es la tecnología consolidada madura que existe para el destino de estos lodos.

***

EC —Hay una cantidad de mensajes de oyentes. Uno pregunta: “¿Y los bromuros?”. Hablemos de ese punto, que apareció en la entrevista con el ingeniero Danilo Ríos. Vamos a un análisis más a fondo de la calidad del agua. Nos detuvimos al principio en la salinidad, si tiene o no, cuántos días al año. Veamos otras características del agua en esa zona del Río de la Plata.

***

EC —Hemos hablado de varios puntos. Le propongo que volvamos a la calidad del agua. Tocamos ese capítulo al principio a raíz de los episodios de salinidad que se dan en el agua del Río de la Plata en ese lugar. Veamos ahora el tema bromuros, que plantean algunos oyentes. El ingeniero Ríos cuestionaba que en el punto elegido para la toma el agua presenta bromuros y decía que ese componente hace que se generen los famosos trihalometanos una vez que el agua es potabilizada con ozono y cloro. Indicaba que el año pasado, con la crisis que hubo en el abastecimiento de agua, los niveles de trihalometanos, que son cancerígenos, terminaron superando en el servicio de OSE las recomendaciones internacionales de la Organización Mundial de la Salud, justamente porque se estaba tomando agua del río aguas abajo de la planta de Aguas Corrientes y estaban incidiendo los bromuros del agua que venía del Río de la Plata. El ingeniero Ríos agregaba: “el ozono, al mezclarse con los bromuros, genera trihalometanos y también bromatos, otro componente cancerígeno”. ¿Qué dice usted a propósito de esta inquietud?

FG —Vamos por partes. Primero, bromuros en el agua del Río de la Plata. Los bromuros se encuentran en una relación 1 a 300 con los cloruros, por cada 300 partes de cloruro en agua de mar hay una parte de bromuros. El agua que se pretende captar en Arazatí es un agua libre de salinidad, estamos hablando de cloruros máximos 250 y el protocolo de extracción prevé trabajar con el 50 %, extraer agua del Río de la Plata por debajo de 125 miligramos por litro de cloruro. Quiere decir que el máximo –si divido entre 300– va a ser 0,3-0,4 miligramos por litro de cloruro. Un valor muy bajo.

Pero a su vez –por allí se dijo que no había determinaciones; hay determinaciones hechas tanto por OSE como por la propia empresa promotora del estudio– la sonda multiparámetro registra en forma continua los cloruros, conductividad, salinidad, bromuros. Entonces perfectamente calibra –esto es una relación estequiométrica, en cualquier lugar del océano uno dice 1-300, ese es el axioma–. Si yo hago el análisis estadístico de los cloruros en la hipótesis de extracción por debajo de 125 miligramos por litro, tengo la media de extracción. El 98 % del tiempo los cloruros van a estar debajo de 40, por lo tanto los bromuros dividido 300, van a estar entre 0,1 y 0,15, valores muy bajos. De hecho, todos los muestreos que hemos hecho en Arazatí han dado menos de 0,1 de bromuros. Con esos niveles de bromuros no hay ningún riesgo, hasta 1 no hay ningún riesgo. Cuando se hace referencia a los episodios de incremento de los trihalometanos en el sistema Montevideo, estamos hablando de bromuros que llegaron a 4 o 5 miligramos por litro, 40 veces más de lo que estamos previendo.

EC —¿Cómo se entiende la diferencia?

FG —Era cuando había cloruros… 700 dividido 300 da 2, 3…

EC —Pero la influencia era debida justamente a que el agua tenía un componente Rio de la Plata.

FG —Claro, pero era un componente salado, no era el agua que se va a extraer en Arazatí. Estamos hablando de 60 kilómetros aguas abajo, en el Santa Lucía, ya del otro lado de lo que es la frontera salina del Río de la Plata. Estamos hablando de dos aguas, tomar agua de mar, salobre o mezclada, y de agua netamente dulce debajo de 125 de cloruro. Entones dejemos de lado los bromuros, no existen como tales, no hay riesgo de formación de bromatos, y vamos a los trihalometanos. El elemento clave para su formación es la materia orgánica disuelta. El trihalometano se produce en la reacción que ocurre en la desinfección del agua tratada en la planta, en el tanque de desinfección donde se provee de cloro para que el sistema no se contamine hasta el punto de distribución distante 70, 80 kilómetros, el último usuario de la red, el agua tiene que estar preservada, por eso tiene que haber un residual de cloro. El tema es que si hay materia orgánica disuelta, con o sin bromuro, se da esa reacción y forma ese complejo trihalometano que está limitado por la norma y que tiene potencial de riesgo de sustancias cancerígenas.

En este caso, además de no tener bromuros –lo descarto absolutamente, lo corroboran los datos y lo que acabo de decir en cuanto a la relación con los cloruros–, de la ausencia total de bromuros a nivel de límite de detección, 0,1, 40 veces menos de lo que se detectó en el episodio de salinidad en Aguas Corrientes, los niveles de materia orgánica disuelta en el Río de la Plata son muy bajos, debajo de 3 miligramos por litro. Eso lo registra la sonda en forma muy estable a lo largo de cuatro años, coincidiendo con determinaciones efectivas de carbón orgánico disuelto; para dar una idea, es del orden de la mitad de lo que hay en el sistema del Santa Lucía. Y a su vez, la planta va a tener una unidad de tratamiento que es la tecnología que se considera mejor práctica mundial, reconocida por la Agencia Ambiental Americana, por la agencia europea, que es la interozonización: al agua luego de clarificada se le aplica un oxidante que es el ozono –el oxidante por excelencia–; entonces no obstante tener muy bajo contenido de materia orgánica, 3, se lo anula con la aplicación de ozono. Se proyecta que los niveles de trihalometanos que va a tener el agua tratada en Arazatí van a estar en el entorno de un décimo del máximo admisible de la norma uruguaya, entre 11 y 40 microgramos por litro, cuando se admite en el orden de 200. Entonces el agua claramente va a mejorar el sistema, descarto absolutamente cualquier riesgo asociado a trihalometanos o a bromatos en función de la ausencia de bromuros.

EC —El ingeniero Ríos confiaba en la tecnología que se prevé en el proyecto para tratar aguas complejas, pero después hacía este paralelismo: “Uno puede tener un buen paraguas para hacer frente a una lluvia, pero tener un buen paraguas para vivir debajo de la lluvia es un poco complicado”.

FG —Ahí vuelvo a las proporciones. Dato mata relato, vamos a la información, existe una muy rica información, se ha sumado todo el bagaje de información disponible hasta el comienzo de los estudios en el 2021 y la sonda multiparámetro fue un éxito, tenemos tres años y medio de determinaciones continuas. En particular el fenómeno de materia orgánica está totalmente controlado, el fenómeno de cloruros y bromuros está controlado en forma continua, y los fenómenos de algas, las famosas cianobacterias…

EC —¿Qué pasa? Ese es otro riesgo en esa zona.

FG —La sonda multiparámetro mide en forma continua un parámetro que es la fluorescencia a la clorofila A, que está asociado a la presencia de material algal.

EC —Ríos señalaba: “Hay estudios hechos por la academia y por científicos uruguayos que apuntan a que esa zona, la de Arazatí, es un punto crítico por la persistencia de cianobacterias”.

FG —Voy a los datos y no al relato. Todos esos estudios han sido tenidos en cuenta, pero son estudios puntuales y de circunstancias. No los voy a calificar, fueron tenidos en cuenta y así está reflejado en los estudios ambientales, en los estudios de caracterización y justificación del proyecto. Voy a la cuantificación: si yo analizo la calidad del agua con la sonda continua a través del parámetro clorofila, me da que el 98 % del tiempo los niveles de clorofila están debajo de 50 y el 95 % debajo de 30 microgramos por litro, por lo que son consideradas aguas buenas, muy buenas o excelentes según […], según […] de Brasil, según parámetro IQA y comparadas con los análisis que hace Dinama, que reporta en los estudios que publica cada dos años de la calidad de los cuerpos de agua del interior país. Hablar de 95 %, 98 % es hablar de excelente. Esta instancia de interozonización y tratamiento especial –proceso que la OSE ya está disponiendo para ejecutar en laguna del Sauce, que es el segundo sistema mayor también pasible de manejar con aguas eutróficas, y en la propia Aguas Corrientes– es para tratar el agua en ese 2 % adicional y dar total garantía en caso de florecimientos, que de todas maneras se manejan perfecto. Yo tengo el misil para atacar cualquier episodio excepcional, no es continuo, es 2 % del tiempo.

EC —¿Cuánto tiempo de vigencia tiene esta planta? ¿Por cuántos años se la va a utilizar?

FG —Estas plantas tienen una vida útil de 50 años.

EC —Ahí viene la imagen del paraguas: está muy bien para bancar una lluvia, dos lluvias, el tema es si uno va a vivir siempre con el paraguas. ¿Qué se puede avizorar, qué se puede pensar si se mira en un plazo largo a propósito de todo este funcionamiento tal cual usted lo estaba definiendo?

FG —Estos procesos son muy robustos…

EC —Usted está defendiendo la calidad del agua a muerte, pero ¿no pueden darse cambios en el futuro?

FG —Nada hace pensar… Hay un estudio muy interesante hecho en la universidad de Argentina de cómo opera el corrimiento de la frontera salina, y estamos hablando de un corrimiento de dos kilómetros aguas arriba. Eso no estaría afectando, estamos a unos 15, 20 kilómetros en niveles medios de esa línea de frontera donde se hace brusca la subida. Estamos tranquilos en cuanto a salinidad.

Y en cuanto a fenómenos de ocurrencia de cianobacterias, los florecimientos algales son la concurrencia de efectos de temperatura, transparencia para la penetración de luz solar, en un contexto de disponibilidad de fósforo, principalmente, que es el alimento determinante. La propia turbiedad normalmente actúa como un limitante porque la zona de penetración de la luz no es más de 70, 80 centímetros. Con eso seguramente tengamos que convivir, y en términos de frecuencia, los episodios significativos de florecimiento algal están en menos de 2 % del tiempo. Para ese 2 % tengo más que un paraguas, tengo una cobertura mucho mejor, que es el instrumento de la interozonización y la biofiltración, que mata varios pájaros de un tiro: resuelve el problema de las algas, un eventual riesgo de toxinas tanto cianotoxinas como metabolitos de olor y sabor –lo que sufrimos en el 2013–, la geosmina y lo que fuera, y nos previene de tener materia orgánica disuelta. Esa herramienta es consensuada, esto no cayó en un paracaídas, ha sido un trabajo con una fuerte coparticipación de los equipos técnicos de OSE, está avalado por ellos y es la misma tecnología que está siendo implantada en laguna del Sauce, la planta que abastece Maldonado y Punta del Este, y para el sistema Montevideo en Aguas Corrientes.

EC —Lo que queda claro es que es un sistema complejo, lleno de variables, lleno de ajustes, de correcciones y cambios que hay que hacer según cómo se den las circunstancias.

FG —Una planta como esta es una fábrica de agua. Y el tema del ozono es un sistema muy sencillo.

EC —Pero la pregunta vuelve a ser: ¿no había una alternativa que resolviera las dos cosas con menos dificultades, con agua más pura, más dulce y sin todos estos detalles que hemos tenido que estar discutiendo esta mañana; concretamente, una alternativa que jugara con la cuenca del río Santa Lucía, por ejemplo en base a la represa de Casupá y una potabilizadora?

FG —Si hablamos del Santa Lucía, estamos hablando del riesgo fuente, tenemos que buscar otra fuente alternativa al Santa Lucía, porque en definitiva hay un tránsito por una única vía principal que es el Santa Lucía Grande hasta Aguas Corrientes. Sería otra planta. Pero seríamos siempre susceptibles del riesgo climático, porque estamos hablando de una hidrología y una climatología características. Aquí estamos separando climatologías, el régimen hidrológico del Río de la Plata es muy distinto al del Santa Lucía, y hay un tema de costo-eficiencia. Tenemos un mar de agua dulce al lado, yo reivindico el Río de la Plata, no lo estigmaticemos, es una fuente notable en cantidad y en calidad. Acabo de comentar datos de su calidad, si lo comparamos con los patrones que edita y promueve el Ministerio de Ambiente cada dos años es comparable y mejor, el agua del Río de la Plata en Arazatí es mejor que el agua del Santa Lucía, lo puedo verificar.

EC —Esa información es fuerte.

FG —Es fuerte, y la digo y puedo demostrarlo. Están los datos, esto no es relato, esto es dato. Con esas condiciones, ¿cómo vamos a despreciar una fuente que es la misma fuente, en distinto lugar, que toma Buenos Aires, que toma Colonia, que toma Juan Lacaze? Es muy fuerte. No podemos vivir de espalas al Río de la Plata.

Tenemos la esperanza de que podamos llegar a un buen puerto y Montevideo disponga de la mejor solución para asegurar un buen abastecimiento de agua.

***

Transcripción: María Lila Ltaif

Comentarios