EMILIANO COTELO (EC):
El Instituto Nacional de Estadística publicó ayer nuevas cifras del mercado de trabajo, correspondientes a diciembre de 2020. El boletín del INE marcó esta vez una baja de la tasa de desempleo en el último mes del año pasado, hasta un 10,5% de la Población Económicamente Activa.
¿Cómo se explica este descenso en la tasa de desempleo en el actual contexto económico? ¿Qué está pasando con otros indicadores del mercado laboral? ¿Qué perspectivas pueden manejarse para los próximos meses? Para recorrer estas preguntas, estamos en diálogo con la economista Tamara Schandy, socia de EXANTE.
ROMINA ANDRIOLI (RA): – Tamara, comencemos repasando estos números que publicó ayer el INE. ¿Cómo analizan ustedes esta caída de la tasa de desempleo en diciembre? ¿Estuvo en línea con lo esperado o se podría decir que, de alguna forma, el dato trajo una sorpresa positiva?
TAMARA SCHANDY (TS):
Como decía Emiliano recién, la tasa de desempleo cerró el año en 10,5% de la Población Económicamente Activa, bajando en cuatro décimas con respecto a noviembre. Con este dato, estamos hablando de una tasa de desempleo prácticamente igual a la de febrero (para tomar la última referencia previa al COVID)…
Ahora, creo que no diría que el dato fue una sorpresa positiva. En diciembre bajó el desempleo, pero también tuvimos puntualmente una caída en el empleo: la tasa de empleo en el mes bajó una décima (hasta 54,9% de la población en edad de trabajar) y eso de hecho supuso una pausa en una lenta pero progresiva recuperación que se venía viendo desde el piso de abril. Lo que pasó en el mes es que esa baja en el empleo fue amortiguada por un descenso más fuerte en la tasa de actividad (que es un indicador que también contempla a las personas que buscan empleo) y por eso tuvimos una menor tasa de desempleo.
De hecho, agrego que el INE está informando ahora también indicadores de transición de la gente dentro del mercado de trabajo… Y esas nuevas estadísticas muestran que en diciembre hubo menos creación bruta de empleo que en meses anteriores y que, si descontamos a los que perdieron el trabajo, la creación neta de empleo fue prácticamente nula.
En los tres meses anteriores veníamos viendo una creación neta de unos 10-15 mil empleos por mes… estrictamente unos 10-15 ocupados más por mes. En diciembre, reitero, esa recuperación se frenó.
Por eso, en una perspectiva general, nuestra visión es que no fue un dato bueno. La tasa de empleo de hecho cerró el año en niveles tan bajos como la que tenía el país en 2006, unos quince años atrás.
RA: – ¿De cuántas personas estamos hablando? ¿Cuántos puestos de trabajo se perdieron este año?
TS: – Entre marzo y abril se perdieron unos 120.000 empleos en la economía. Luego hubo una recuperación paulatina, pero parcial. Entre mayo y diciembre los datos del INE marcan que se recuperaron casi unos 86.000 empleos desde ese piso… Eso nos deja con que al cierre del año pasado estábamos con 35.000 ocupados menos que en febrero.
Pero es importante tener en cuenta que el mercado de trabajo tiene estacionalidad (el empleo suele ser más alto sobre fin de año por mayor ocupación en algunos sectores, típicamente vinculados al turismo y al comercio en las fiestas). Ese efecto estacional probablemente fue menos relevante este año con la pandemia, pero existe. Si tomamos la comparación diciembre 2020 – diciembre 2019 para ser más precisos en el cálculo, estamos con una caída de casi 73.000 ocupados. Si tomamos el promedio del año, para despejar además el ruido mensual propio de la encuesta, 2020 habría tenido unos 60.000 ocupados menos que 2019.
En cualquier caso, son números muy grandes. Y además hay que recordar que Uruguay ya había perdido unos 50.000 empleos entre 2015 y 2019 (años en que la economía se frenó, después del fin del boom de los commodities). El COVID supuso una pérdida adicional sobre un mercado de trabajo que ya venía destruyendo empleos. Cerramos 2020 con una caída acumulada de más de 100.000 ocupados respecto al pico de empleo de 2014.
RA: – Desde que comenzó la pandemia, los reportes del INE están incluyendo también algunos indicadores sobre ausentismo, teletrabajo y otras dimensiones interesantes en esta nueva realidad del mercado. ¿Podemos comentar brevemente qué mostraron esos indicadores complementarios sobre el cierre de 2020?
TS: – Claro. Uno de los indicadores que estamos mirando con bastante atención es la proporción de ocupados ausentes, que son aquellas personas que no trabajaron en la última semana pero que mantienen un vínculo con su puesto de trabajo (y que, por ende, igual computan para las estadísticas dentro de los ocupados). La razón más frecuente de ausencia son las licencias, pero también hay otras razones como “poco trabajo”, “suspensión”, “conflicto laboral” o estar amparado por seguro de desempleo en los casos en que la causal no es despido. También aparece como una razón explicita en la encuesta del INE la “suspensión o cuarentena por COVID”.
Con esa definición, el INE señaló que en diciembre los ocupados temporalmente ausentes representaron un 7% del total de ocupados. Es un porcentaje notoriamente menor al que se vio en los peores momentos de la crisis sanitaria (esa proporción llegó a promediar 24% en abril), pero igual implicó un aumento frente a los meses previos (en octubre y noviembre estuvo unas décimas por debajo de 6%). Aquí también pueden estar incidiendo temas estacionales, pero lamentablemente estos datos no están disponibles para años anteriores.
RA: – En cualquier caso, este aumento de los ocupados ausentes es consistente con el aumento de contagios de COVID que hubo en diciembre, ¿verdad?
TS: – Claro. Y justamente en ese sentido el INE también reportó una mayor incidencia del teletrabajo, que subió en diciembre por tercer mes consecutivo. De hecho, en diciembre un 11,3% de los ocupados declararon al INE que estaban teletrabajando. Ese porcentaje había alcanzado un máximo de 19% en abril, pero había llegado a caer hasta 7,5% en octubre.
El otro indicador “alternativo” o complementario que me parece que vale la pena destacar es que los que el INE llama “inactivos disponibles para trabajar” suman más de 67.000 personas. Esas son personas que no se consideran desocupados porque estrictamente no están buscando trabajo, pero son personas que teóricamente estarían disponibles para trabajar y no lo están haciendo. En la apertura de esa categoría se ve claramente que hay muchos “desalentados” por la coyuntura de pandemia. Un 15% declaró explícitamente que no buscó trabajo por la pandemia. Otro porcentaje similar dijo que no lo hizo porque buscó antes y no encontró…
Estos son datos que sugieren que la tasa de actividad todavía está atípicamente baja. Eso le pone un sesgo a la baja a la tasa de desempleo y por eso hacía tanto énfasis al principio en que para nosotros la clave está en mirar el indicador de empleo.
RA: – Ya como para ir cerrando, ¿qué perspectivas manejan para el mercado laboral en 2021?
TS: – Comentábamos la semana pasada en el programa que en el primer tramo del año seguramente vamos a estar viendo los efectos de una actividad turística extraordinariamente reducida… Sin embargo, para el resto del año y en la medida en que gradualmente la economía mirada en su conjunto vaya creciendo, esperamos que haya una recuperación del mercado de trabajo adicional a la que vimos en el segundo semestre del año pasado.
Reitero en cualquier caso que nuestro diagnóstico en EXANTE es que el empleo va a ir de atrás respecto a la reactivación de la actividad económica, que es algo que se está viendo en otras partes del mundo. Está por verse qué señal da el gobierno con las pautas salariales para la próxima ronda de negociación colectiva y si despliega medidas específicas para apuntalar el empleo, pero en nuestro escenario base estamos manejando una tasa de desempleo por arriba de 10% y niveles de empleo que para fines de 2021 todavía no habrían retornado a los que había al cierre de 2019, previo al shock del COVID.
RA: – Eso significa que los ingresos de los hogares y su capacidad de gasto tampoco retomaría los niveles pre-COVID, ¿verdad? Porque tampoco hay una expectativa de que el menor empleo se compense con mejora del salario real…
TS: – Sí. Esperamos cierta recomposición adicional del ingreso medio de los hogares, en línea con la tendencia que vienen marcando los datos más recientes y con esa expectativa de que el empleo se recupere algo más, pero sin retomar los niveles pre-pandemia. Recordemos que en 2020 hubo una caída del salario real promedio del sector privado de 2,3% en 2020. Con caída del empleo y caída del salario real, los ingresos de los hogares bajaron 7% en el promedio del año, algo más en el interior que en Montevideo. Es muy improbable que eso se revierta completamente en 2021.