Análisis Económico

¿Está Japón finalmente volviendo a ser una economía “normal”? Análisis de Mathías Consolandich (Exante)

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Foto: Richard A. Brooks / AFP

EMILIANO COTELO (EC): ¿Está Japón finalmente convirtiéndose en una economía “normal”?

Así titulaba el Financial Times una de sus columnas centrales de esta semana, dedicada a la cuarta economía más grande del mundo.

En el transcurso de este año, Japón puso fin a una era de 15 años de tasas de interés negativas, la economía parece estar ganando algo de impulso y la bolsa rompió el récord que había alcanzado en 1989.

Nos hemos encontrado con una oportunidad histórica, única en la vida para salir de la deflación. Prometeré garantizar que los salarios aumenten a un ritmo superior a la tasa de inflación a partir del año que viene sostuvo el primer ministro de Japón, Fumio Kishida.

Con este trasfondo les proponemos salir de la coyuntura local y regional y dedicar el espacio de análisis económico de hoy a Japón. Para eso estamos en contacto con el economista Mathías Consolandich, de la consultora Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Mathías, el artículo al que hacía referencia Emiliano recordaba al economista Simon Kuznets, que ganó el premio nobel por sus trabajos sobre crecimiento económico y solía agrupar a los distintos países en cuatro categorías: desarrollados, emergentes, Argentina y Japón. El caso argentino lo seguimos de cerca y nos podemos imaginar porqué amerita una clase aparte… pero ¿Qué tan excepcional es el caso japonés?

MATHÍAS CONSOLANDICH (MC): Es un caso paradigmático el de Japón Romina, sobre el cual solemos hablar poco porque cuando miramos al contexto externo las conversaciones se centran rápidamente en otros países como Estados Unidos o China, pero Japón no deja de ser la cuarta economía más grande del mundo y si bien ha ido perdiendo peso en las últimas décadas es todavía un jugador relevante a nivel global.

Decía que el caso es sorprendente porque Japón logró ese tamaño con un crecimiento extraordinario después de la Segunda Guerra Mundial. Entre los años 60 y 80 Japón creció a una tasa promedio anual del orden de 7%. Ese crecimiento formidable, acumulado durante más de 20 años la situó como la segunda economía más grande del mundo en la época después de Estados Unidos.

Sin embargo, la historia fue bien distinta a partir de los años 90. La economía dejó de crecer y el PIB se estancó. En las últimas tres décadas la tasa de crecimiento fue siempre muy baja, inferior a 1%. Y apareció también el fenómeno de la deflación, con todos los problemas que eso trae.

RA: Vayamos por ahí, desde Uruguay estamos acostumbrados a ver inflaciones altas como algo problemático, pero ¿inflaciones bajas también son un problema para la economía?

MC: Si, tener niveles muy muy bajos de inflación también es un problema. Ahora, en el caso de Japón, lo que hemos visto durante buena parte de las dos primeras décadas del siglo XXI fue deflación, es decir, no que los precios suban muy poco, sino que directamente vimos una caída generalizada en los precios de los bienes y servicios.

Y eso termina siendo un problema porque posterga las decisiones de consumo e inversión de las familias y las empresas y genera una especie de círculo vicioso. Si los precios están bajando constantemente, en lugar de gastar hoy espero a gastar mañana cuando esté algo más barato y eso atenta contra la actividad económica.

Japón quedó atrapado en este círculo sin crecimiento y deflación durante varias décadas y la política económica no logró sacar a la economía de un modo satisfactorio de estos desequilibrios.

Y no fue por falta de intentos, desde el 2010 a esta parte la política fiscal fue muy expansiva, esperando que un shock de infraestructura y de mayor gasto público lograra reactivar la actividad y generar algo de inflación.

Y en el frente monetario se hizo algo que para la profesión era impensado algún tiempo atrás, que fue flexibilizar la política monetaria a tal punto que se llevaron las tasas de interés nominales a terreno negativo.

RA: ¿Tasas de interés negativas Mathías implica que un inversor tenía que pagar para invertir en esos títulos de deuda? Es algo poco intuitivo.

MC: Lo que paso allí es que el Banco Central llevó adelante una expansión monetaria imponente. Ya desde fines de los 90 Japón tenía tasas nominales cercanas a 0% anual.

Desde la teoría se pensaba que la política monetaria no tenía mucho más espacio de juego. Porque obviamente resulta poco intuitivo que alguien esté dispuesto a tomar deuda y pagar por ello. Pero el caso de Japón nos mostró que eso era posible y que la tasa de interés podía ser durante períodos largos “algo” negativa.

Básicamente el Banco Central les cobraba a los bancos comerciales por guardar su excedente de caja, con el objetivo de que estos presten su liquidez a familias y empresas en lugar de guardarla, eso derrama sobre el resto de las tasas del sistema financiero. Los bancos están limitados en los instrumentos en los que pueden invertir, pero una de las cosas que pueden hacer es comprar títulos de deuda pública. Eso llevó a una demanda alta en estos títulos y en definitiva puede hacer sentido aceptar tasas negativas por esas colocaciones si la alternativa es poner el dinero en el Banco Central que les cobra una penalidad, al final se terminaba eligiendo lo menos malo digamos.

Decía que las tasas pueden ser “algo” negativas porque el tema de que tan bajas pueden ser no está zanjado. Sigue siendo algo muy discutido el hecho de que tasas negativas pueden potencialmente tener consecuencias no deseadas en la economía y comprometer la estabilidad del sistema financiero. Estos temas siguen sobre la mesa, pero el caso de Japón nos mostró que tasas negativas eran posibles.

RA: Igualmente eso se terminó con la decisión de hace algunas semanas del Banco Central de aumentar la tasa de interés, ¿verdad? La prensa internacional hacia referencia a este hito como el fin de un experimento de política monetaria único en el mundo. ¿Por qué subieron las tasas ahora?

MC: Si, a fines de marzo el Banco Central fijó la tasa de política monetaria en 0,1% anual y abandonó entonces 15 años de tasas negativas.

¿Por qué ahora? Porque volvimos a tener inflación. La política monetaria expansiva de la que hablaba antes logró tasas de inflación positivas desde 2012 pero muy bajas.

Lo que en realidad vino a cambiar este escenario fue el shock de inflación que vimos en el mundo después de la pandemia. De hecho, en el último año la inflación fue del 3,3% anual, que es una tasa que está incluso por encima del objetivo de 2% que en teoría persigue el Banco Central.

Esto se está viendo como una oportunidad de salir del circulo de estancamiento y muy baja inflación en el que estaba la economía. En ese sentido y lo que de algún modo catalizó esta medida de subir la tasa fue que los sindicatos de las principales empresas en Japón acordaron un incremento salarial del 5% anual, un nivel no visto en muchas décadas.

Sin inflación y con la economía estancada los salarios en términos reales no habían aumentado en muchos años. El año pasado, el salario real era igual al que se tenía a fines de los 80. Estos acuerdos salariales generaron optimismo de que se arraiguen en los precios, por eso las autoridades están hablando de una manera positiva de un circulo virtuoso de precios y salarios.

RA: De nuevo Mathías, esto es contrario a como lo solemos ver en Uruguay, ¿verdad?

MC: Exacto, nosotros acá solemos ver eso como una potencial amenaza para la inflación. Pactar niveles de salarios nominales elevados, le pone un piso alto a la inflación. Y ese justamente es uno de los desafíos que tenemos en Uruguay. Hoy el componente no transable de la canasta del IPC, en el que los salarios son un determinante fundamental, está todavía arriba de 6% anual, mientras la inflación cayó de 4%, y eso ocurrió por una fuerte desinflación del componente transable con la caída del dólar. No es sostenible que la inflación sea baja en Uruguay con una disociación permanente de componente transable y no transable del IPC.

Pero en Japón eso se está viendo en este momento como una oportunidad… si se pactan salarios lo suficientemente altos, eso puede suponer crecimiento del salario real que por un lado que estimule la demanda, pero que además ayude a quedarse con niveles de inflación algo más altos en el futuro.

RA: Para ir cerrando entonces, ¿estamos ante un punto de inflexión para que Japón vuelve a retomar una senda de crecimiento?

MC: Es muy pronto saberlo, sin duda que estamos viendo un optimismo que no se observaba desde hace muchos años. La bolsa como comentaba Emiliano subió mucho y volvió a alcanzar los niveles de fines de los 80. Desde el frente de la actividad se está hablando de revisar los pronósticos al alza, que eran de un crecimiento del orden del 1% este año, porque entre otras cosas también estamos viendo cierto repunte de la actividad industrial.

Pero los desafíos estructurales siguen estando ahí. Una población extraordinariamente envejecida, bajos niveles de consumo, poco crecimiento económico.

Este contexto puede ser una oportunidad para que al menos la economía traccione un poco más de lo que lo hizo en las últimas décadas y eso desde el punto de vista de la economía global sin duda que es una buena noticia.

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