A. Económico

Tras un 2021 récord, ¿cómo vienen las exportaciones de energía eléctrica en 2022? Análisis de la Ec. Delfina Matos (Exante)

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Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS

EMILIANO COTELO (EC): El año pasado las exportaciones de energía eléctrica superaron los US$ 500 millones, un nivel que fue casi cuatro veces más alto al pico previo registrado en 2017 y que lo convirtió en el sexto producto de exportación del país.

Luego de ese hito y considerando que es un sector que ha atravesado profundas transformaciones en las últimas décadas y que cobró gran relevancia en nuestro país, dedicaremos el espacio de análisis económico de hoy a repasar la evolución más reciente del mercado eléctrico uruguayo. Para eso estamos con la economista Delfina Matos, de Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): Las exportaciones de energía eléctrica fueron récord el año pasado. ¿Qué viene pasando con esas exportaciones en lo que va de este año?

DELFINA MATOS(DM): De acuerdo con las cifras publicadas por ADME (que es la Administración del Mercado Eléctrico, la entidad que gestiona el despacho de energía al sistema), los volúmenes exportados de energía eléctrica a la región cayeron 13% en enero-julio de este año respecto a enero-julio del año pasado. De todas formas, estamos hablando de volúmenes todavía muy altos en una perspectiva de largo plazo, de unos 970 GWh.

Lo que se destaca es el cambio de destino respecto al año pasado. En 2021 casi el 80% se había exportado a Brasil, porque ese vecino tenía una necesidad importante de cubrir su demanda local al estar atravesando una sequía muy grave. Y, por el contrario, en lo que va de este año más del 90% del total exportado fue hacia Argentina.

RA: La pregunta que me surge es: ¿estamos produciendo más electricidad para mantener niveles altos de exportaciones o es que la demanda local está siendo menor?

DM: En enero-julio de 2022 la producción nacional de energía eléctrica fue muy similar a la del mismo período de 2021, de unos 7.700 GWh. En una mirada larga, la realidad es que el consumo interno de electricidad hace muchos años que no varía de forma relevante, sino que más bien fluctúa dentro de un rango. Eso está en línea con una economía que crece relativamente poco y con avances tecnológicos que tienden a hacer más eficiente el consumo de electricidad.

Lo que en general se señala es que Uruguay tiene holgura en términos de capacidad instalada por las inversiones que hubo en el sector y, al mismo tiempo, nuestros vecinos tienen restricciones propias de generación de electricidad para abastecer su demanda. Es en ese marco que se debe entender este proceso de mayores ventas de energía a la región que estamos viendo desde hace unos años.

Antes se advertía que el desafío estaba en conseguir precios más atractivos en esos negocios de exportación, pero eso parece haber cambiado.

RA: ¿Cómo es eso? ¿Estamos vendiendo energía a precios más altos?

DM: Sí, ya desde fines de 2020 que empezamos a vender energía eléctrica a nuestros vecinos a precios más altos a lo que venía siendo habitual en años anteriores. Como para poner una referencia, desde el cierre de 2020 a la fecha se están registrando precios de venta que van desde los US$ 80 por MWh hasta niveles por encima de los US$ 200 por MWh. Cuando en años previos, salvo en casos puntuales, en general se observaban precios de venta de alrededor de US$ 50 por MWh.

Sin embargo, es importante notar que, si bien estamos viendo precios de venta más altos, los menores volúmenes exportados de energía eléctrica implicarán menores ingresos de divisas por este concepto.

RA: A ver, ¿a qué te referís concretamente con eso?

DM: En 2021 las empresas públicas en su conjunto registraron un resultado primario positivo. Eso se explicó esencialmente por un mejor desempeño a nivel del resultado primario de UTE, que reflejó justamente ganancias extraordinarias obtenidas por la exportación de energía eléctrica a Brasil.

Este año, con menores volúmenes exportados, probablemente se dará cierta reversión de esos resultados, aunque la magnitud dependerá obviamente de cuánto se termine exportando en lo que resta del año. Sobre eso, hace un tiempo trascendió que la programación energética de Brasil ya está contemplando compras de energía a Uruguay en los meses venideros. Así que puede ser que volvamos a tener algunos flujos de ventas hacia ese vecino próximamente.

RA: Está claro el punto. Ahora, volviendo a las cifras de producción nacional de energía, Uruguay hace tiempo se destaca en las comparaciones internacionales por la alta proporción de energía generada a partir de fuentes renovables. ¿Podemos actualizar esas cifras?

DM: Sí.entre 2014 y 2020 más del 90% de la energía eléctrica se produjo con fuentes renovables y en varios de esos años la proporción llegó a ser de hasta 97% y 98%.

Sin embargo, con la sequía que se observó en los últimos dos años, la generación hidroeléctrica en las represas disminuyó marcadamente y se tuvo que recurrir mucho más a la generación con fuentes tradicionales (es decir, a la térmica en base a combustibles fósiles). Por esta razón, hoy por hoy, la generación es un 87% renovable, porcentaje que está por debajo a los que recién mencionaba pero que sigue destacándose en la comparación internacional.

RA: O sea que, si bien la producción de energía este año se ha mantenido prácticamente estable, sí ha habido cambios al interior, por fuente de generación.

DM: Exacto. En lo que va de este año la generación hidroeléctrica creció 17% y volvió a posicionarse como la principal fuente de generación. De todas formas, este nivel de producción es todavía bajo en comparación con años previos, representa algo más de un 40% de la oferta nacional total versus el 60% que en promedio tuvo en años anteriores.

En contrapartida, la generación térmica en base a combustibles fósiles se redujo 9% frente al muy elevado registro de enero-julio del año pasado, por lo que igualmente permaneció en niveles históricamente altos, equivalentes al 13% del total.

RA: ¿Y qué pasó con el resto de las fuentes renovables?

DM: A diferencia de la generación hidroeléctrica, la producción de las demás fuentes renovables descendió. En particular, la generación de energía eólica cayó 10% y fue la segunda principal fuente de generación, volcando al sistema el 34% del total. La producción de energía en base a biomasa (en donde es clave la biomasa forestal) se contrajo 7%, representando 7% del total. La generación de energía solar se mantuvo estable, representando 3% del total.

RA: Ya para terminar, no quería dejar de preguntarte por los precios a los consumidores. En el contexto de fuerte aumento del precio del petróleo a nivel global, ¿qué tanto se encareció la energía eléctrica en nuestro país?

DM: El aumento significativo que tuvo el precio del petróleo en los mercados internacionales indudablemente impactó en el costo de producción de la energía eléctrica en nuestro país,y a eso se suma que se tuvo que recurrir más que en el pasado a las centrales térmicas.

El costo de generación de la última unidad a la que se debe recurrir para cubrir la demanda (lo que se conoce en la jerga como “precio spot”) comenzó el año en los niveles más altos desde 2015, entre US$ 120 y US$ 145 por MWh. En los meses más recientes este precio bajó y terminó promediando unos US$ 90/MWh en lo que va del año, un nivel que igual es 26% más alto al ya elevado registro que vimos en los primeros siete meses del año pasado.

De todos modos, es importante destacar que la suba en esa referencia no implica necesariamente un aumento de igual magnitud de las tarifas cobradas a los hogares y empresas. De hecho, tanto en el caso industrial como en el residencial las tarifas de energía eléctrica subieron solo 3% interanual en pesos en enero-julio e incluso cayeron 5% si las medimos en términos reales (descontando la inflación).

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