En Uruguay se diagnostican en promedio cinco casos por día de cáncer de mama. La alta incidencia de la enfermedad es similar a la de los países más desarrollados, pero es el primer país de América Latina que ha logrado disminuir su mortalidad, dijo a En Perspectiva la doctora Cecilia Castillo, directora de la Unidad de Mastología del Hospital de Clínicas.
EN PERSPECTIVA
Lunes 19.10.2015, hora 10.18
EMILIANO COTELO (EC) —Si ayer u hoy pasaron por la rambla a la altura de Kibon, habrán visto que el cartel que identifica a la ciudad de Montevideo aparece pintado de rosado. Esa intervención es parte de la campaña para que la gente tome conciencia sobre la prevención y el diagnóstico precoz del cáncer de mama.
Todo este mes ha estado dedicado a esta movilización, pero hoy en particular es el día internacional de la lucha contra esa enfermedad. Una enfermedad que tiene a Uruguay muy mal posicionado, está en el peor lugar del ranking en América Latina.
Vamos a profundizar en este asunto. Estamos con la doctora Cecilia Castillo, directora de la Unidad de Mastología del Hospital de Clínicas.
Empiezo consultándole por este dato que yo daba en la introducción: ¿por qué Uruguay tiene esta mala performance?, ¿cuál es el motivo: la cantidad de muertes, de diagnósticos de cáncer de mama?
CECILIA CASTILLO (CC) —Lamentablemente Uruguay tiene una muy alta incidencia de cáncer de mama, muy similar a la que existe en los países más desarrollados. Estamos en el quintil superior, -Inglaterra, Canadá, Australia, Nueva Zelanda-. Estamos ubicados dentro de ese grupo de países con muy alta incidencia. La causa exacta para esto no se conoce.
EC —¿Cómo son los números? Usted hablaba de la alta incidencia. ¿Puede reflejarla en cifras?
CC —La incidencia significa el número de casos nuevos por 100.000 habitantes en un período de tiempo y es lo que permite comparar la fuerza o la magnitud de la enfermedad en los distintos países del mundo. Obviamente que nuestra población es menor y si lo contamos en número de casos absolutos va a ser mucho menor en Uruguay que en Estados Unidos o Canadá. Una forma de comparar la fuerza de una enfermedad es ajustándolo por cada 100.000 habitantes.
Uruguay tiene una tasa de incidencia de 74 casos cada 100.000 habitantes, la de Estados Unidos es levemente superior, llega casi a 90 cada 100.000, pero estamos en el quintil superior. Todos los países del mundo se dividen de acuerdo a su tasa de incidencia y nosotros estamos justamente con los países más desarrollados.
EC —Otra manera de ver esos números: cada día cinco mujeres uruguayas son diagnosticadas con cáncer de mama.
CC —Ahí va, son 1.800 por año. Se calcula en promedio cinco casos nuevos por día. Obviamente en Estados Unidos esas cifras son más altas. Pero si comparamos las tasas de incidencia, el número de casos por cada 100.000 habitantes, la de Uruguay es muy similar a la de los países desarrollados.
¿Por qué es esto? Realmente no se conoce la causa del cáncer de mama, sí se conocen factores de riesgo que podrían estar muy ligados al estilo de vida occidental que nosotros seguramente estamos replicando en esta región, junto con Argentina, que no se queda atrás: Uruguay y Argentina están juntos en este problema de la incidencia del cáncer de mama. En general América Latina, si la consideramos en conjunto, tiene una incidencia intermedia, con países de muy baja incidencia -como puede ser Bolivia-, una mayoría con incidencia intermedia -como Brasil y Chile-, y nosotros somos la vedette. Seguramente el estilo de vida occidental [sea un factor], puede tener que ver también con la estructura de la población, el cómo está compuesta por edades -porque sabemos que el cáncer de mama aparece cuando mayor edad tiene la persona-, también la composición de las etnias y las razas, los factores ambientales… todos esos son factores que podrían estar influyendo en esta alta incidencia que tenemos.
La buena noticia, para no generar alarma, es que Uruguay es el primer país de América Latina que ha logrado disminuir la mortalidad por cáncer de mama. En los últimos 20 años las curvas de mortalidad en Uruguay vienen en descenso. Seguramente las campañas de detección precoz que tenemos y el acceso a tratamientos de buena calidad han logrado que las tasas de mortalidad vengan en descenso en nuestro país.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Yendo a eso: ¿cuánto contribuye la detección temprana para que el tratamiento sea más efectivo?, ¿qué cifras se manejan al respecto?
CC —Cuando hablamos de detección temprana hablamos de mamografía de screening, mujer asintomática que no se palpa tumor en la mama ni en la axila y se va a realizar una mamografía de control con una frecuencia que puede ser anual o bianual, hay una cobertura de aproximadamente 70 %, 80 % de la población mayor de 40 años.
RA —¿Esas son las que se hacen la mamografía con esa frecuencia que usted mencionaba?
CC —Ahí va, y en mujer asintomática, que no consulta por el tumor palpable sino que se hace ese control para prevención para diagnóstico de tumores que tienen más chance de curación y de tratamientos que sean también menos mutilantes, conservadores de la mama, menos agresivos. Eso es lo que nosotros queremos: que todas las mujeres puedan realizarse el estudio de la mamografía, más/menos ecografía, a partir de los 40 años. Algunas organizaciones dicen que es a partir de los 50 años con una frecuencia ya sea anual o bianual. Pero eso es lo que ha demostrado reducir la mortalidad por cáncer de mama en el mundo. Por eso nosotros seguimos apoyando la realización del estudio para la detección precoz.
RA —¿Y hay alguna cifra concreta respecto a, en los casos en que se detecta precozmente, qué prevalencia hay de que efectivamente sobrevivan y sobrelleven la enfermedad?
CC —Sí, en los estadios tempranos, cuando el tumor es pequeño… también influye mucho el perfil biológico del tumor, hay tumores que pueden ser pequeños pero tener alguna característica de agresividad que pueda afectar estos resultados… En general con un diagnóstico precoz la sobrevida puede llegar a cinco años en el 90 %, o sea, la mayoría de las mujeres se curan de cáncer de mama con un diagnóstico precoz.
ROSARIO CASTELLANOS (RC) —¿Y cuán informadas están las mujeres uruguayas de todo lo que nos está contando, en la medida que es fundamental para la prevención tener en cuenta que se puede prevenir y tener un diagnóstico precoz? En esa materia, ¿cómo está el nivel cultural de la mujer?
CC —Creo que es bueno, eso es lo que ha permitido en los últimos años disminuir la mortalidad en Uruguay. Me parece que hay bastante información, todavía en el ámbito público vemos llegar a alguna mujer con miedo a la consulta, que ya se palpa la tumoración de la mama y tiene tumores más grandes y más complicados de tratar, pero me parece que hay mucha información y que hay buena adherencia. Sin duda que podría ser mejor, no tenemos programas privados de screening bien organizados en Uruguay, ese es un debe, es algo más complejo de llevar a cabo que sí lo tienen los países desarrollados, por eso tienen de repente sobrevidas un poco superiores a las nuestras. Pero creo que es bueno, en ese sentido podemos estar tranquilos de que hay información.
Estamos hablando de la mamografía y la ecografía para la población de riesgo promedio, otras medidas de prevención que existen son las que denominamos la prevención primaria, porque hay factores de riesgo que se conocen para la mujer sana -que no tiene un tumor y que tiene resultados normales de la mamografía y la ecografía- tienen mucho que ver con el estilo de vida. Son conocidos los factores de riesgo relacionados con el estilo de vida: la inactividad física, la ingesta de alcohol, el uso de terapias de reemplazo hormonal en la menopausia o la obesidad en la menopausia. Por eso también ponemos énfasis en que se haga ejercicio en forma regular, en que las mujeres limiten el consumo de alcohol, que también eviten utilizar terapias de reemplazo hormonal para controlar los síntomas de la menopausia y que mantengan un buen peso, que hagan dietas saludables, con frutas y verduras. Esos cambios en los estilos de vida también podrían tener un impacto en la incidencia del cáncer de mama en Uruguay, por eso hay toda una campaña que está apoyando también la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer dirigida a estas medidas de prevención primaria para evitar que se desarrolle la enfermedad.
EC —Usted mencionó entre ellas evitar el consumo de alcohol, ¿qué quiere decir, con qué parámetros?
CC —Según los estudios epidemiológicos en cuanto al alcohol, ingerir tres tragos por semana aumentaría el riesgo de desarrollar un cáncer de mama. Es un factor de riesgo y tan solo con tres tragos en la semana, que pueden ser de cualquier tipo de alcohol -vino, licor, cerveza-, no importa, hay estudios epidemiológicos que asocian el alcoholismo con el cáncer de mama.
EC —Es muy impresionante ese dato.
CC —Es muy impresionante, sí.
EC —Prácticamente implica no beber, ¿y eso desde qué edad?
CC —El consejo es que se limite el consumo de alcohol desde edad temprana. Así como la obesidad es un factor de riesgo solo en la menopausia -en pre menopáusicas no es bueno por otras enfermedades que puedan estar asociadas, pero en cáncer de mama importa en la pos menopausia-, la ingesta de alcohol es de toda la vida. Esa es la recomendación de prevención primaria. Se puede tener un impacto en la incidencia de la enfermedad, por eso toda la campaña que se está realizando con la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer tiene que ver con eso: con realizar actividad física regular, limitar el consumo de alcohol, evitar el sobrepeso en la menopausia y también las terapias de reemplazo hormonal para aliviar los síntomas de la menopausia -hablar con el ginecólogo, buscar alternativas para tratar estos síntomas-. Para evitar enfermar obviamente que ninguna estrategia es 100 % efectiva, eso se sabe, pero los estudios muestran que estas cosas podrían ayudar a tener un impacto en la incidencia.
RA —Hay algunas preguntas de los oyentes que plantean por ejemplo si el tomar pastillas anticonceptivas puede ser un factor que aumente la posibilidad de desarrollar cáncer de mama.
CC —Estudios ya muy viejos mostraban que anticonceptivos con otras dosis de estrógeno y progesterona podrían ser un factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de mama, pero estudios más actuales con anticonceptivos que tienen dosis menores, que son los que se usan habitualmente, no se ha demostrado que se asocien a un aumento del riesgo de cáncer de mama. La recomendación es que se pueden tomar con tranquilidad.
RA —Otra pregunta: usted mencionaba el tema de los hábitos alimenticios, ¿los de los uruguayos están teniendo incidencia en la aparición de esta enfermedad? Se lo pregunto porque hay varios estudios que alertan sobre el crecimiento del consumo de grasas y alimentos ultra procesados que podrían constituir un factor…
CC —En relación a eso hay estudios sobre el consumo de grasa, de carne roja, si las frutas y verduras reducen el riesgo… Los resultados son […], no hay consenso, no hay demostración de que evitar comer carne roja o comer frutas y verduras reduzca el riesgo de cáncer de mama, no hay una relación directa. Lo que sí se sabe es que la dieta saludable es importante no solo para el cáncer de mama sino también para otras patologías. Lo que más se ha demostrado es la relación entre el sobrepeso en la menopausia, ¿y cómo se llega a tener un buen peso?, haciendo una dieta saludable, comiendo frutas y verduras, incluyendo carnes rojas no muchas veces a la semana. No es una recomendación como decir: “Hay que comer seis frutas y seis verduras”, no tanto como una relación directa sino en cuanto a evitar la obesidad, eso es lo que se sabe hoy a nivel científico.
RA —¿Y cuánto pesa el factor hereditario? Hay una idea bastante extendida de que si no se tienen antecedentes familiares…
CC —Eso no es suficiente, solo por el hecho de ser mujer y cumplir años todas tenemos riesgo. Se calcula que la mujer uruguaya tiene una expectativa de vida de 80 u 85 años y el riesgo promedio de desarrollar cáncer de mama que tenemos todas es de alrededor de 10 %.
Si se tienen antecedentes familiares puede aumentar el riesgo, pero depende mucho también de cuántos antecedentes familiares se tienen, de qué grado (si es la madre, por ejemplo, si es la bisabuela o la tatarabuela no tendría tanta influencia, no aumentaría tanto el riesgo) y también de la edad a la que los familiares tuvieron cáncer de mama (por ejemplo, si la madre tuvo cáncer de mama a los 80 años difícilmente aumente el riesgo promedio, pero si lo tuvo con menos de 60 años quizás el riesgo sea el doble del promedio). Por eso es muy importante que todas las mujeres consulten para conocer cuál es su riesgo y hacer recomendaciones de prevención que sean ajustadas al nivel de riesgo.
Incluso dentro de los antecedentes familiares hay un porcentaje muy bajito que pueden tener cáncer de mama en el contexto de la predisposición hereditaria, tan reconocida en este último tiempo por el caso de Angelina Jolie, y ahí habría que armar un árbol genealógico, requiere una consulta en una unidad onco-genética, asesoramiento y medidas de prevención que son más individualizadas.
RA —Imagino que a raíz del caso de Jolie muchas mujeres han consultado a propósito de esto, de la mastectomía preventiva. ¿En qué casos concretamente se recomienda?
CC —Solo entre 5 % y 10 % de los cánceres de mama están vinculados a una predisposición hereditaria, en el 90 % de los casos no tiene nada que ver con esto. Cuando hay varias generaciones dentro de una familia, ya sea de línea materna o paterna, con muchos casos de cáncer de mama, mujeres afectadas menores de 50 años, cáncer de mama bilateral, a veces se asocian otros tumores -como puede ser el cáncer de ovario o el melanoma-, esas mujeres requieren un asesoramiento genético. Hay una sospecha de que puedan estar estos genes -BRCA1 y BRCA2 son los más conocidos- o mutaciones de estos genes, y se pueden hacer test genéticos con una muestra en sangre. Si se confirma vienen estrategias especiales de prevención, entre las cuales se incluyen la mastectomía para aquellas mujeres que aceptan la cirugía. Para aquellas que no la aceptan hay otras, como la resonancia mamaria y el inicio del screening a edades más tempranas, incluyendo además de la mamografía la resonancia.
Obviamente que a raíz del caso de Jolie recibimos muchas más consultas y más temor, porque es muy común que alguien tenga a un familiar con cáncer de mama, pero hay que analizar bien cuántos casos hay, a qué edad se presentaron, si hay tumores asociados y si hay un grado de sospecha de poder presentar estos genes mutados para poder indicar el estudio y adoptar medidas de prevención de acuerdo a ese nivel de riesgo.
EC —¿Queda algo más para agregar que sea importante en este momento, teniendo en cuenta que está en curso esta campaña y que hoy es el Día de Lucha contra el Cáncer de Mama?
CC —Creo que lo más importante es hablar de la prevención, por suerte en Uruguay tenemos acceso a tratamientos de buena calidad, una vez que se diagnostica se trabaja mucho con equipos multidisciplinarios entonces más que de tratamientos me gusta hablar de la prevención: el alcoholismo, la actividad física, el control del peso en la menopausia, en esas cosas me parece que hay más desconocimiento y pueden realmente impactar en la incidencia. Y la recomendación de no dejar de consultar y de hacer estudios para el diagnóstico precoz como los que mencionamos.
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Transcripción: Andrea Martínez
Foto en Home: Día Internacional del Cáncer de Mama, campaña publicitaria, 19 de octubre de 2015. Crédito: Ricardo Antúnez/adhoc Fotos.