Agro

La Mesa Agropecuaria
¿Uruguay debe seguir apostando al modelo de desarrollo forestal?

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EC —Hoenir escribe desde hace años una columna semanal en Voces.

HS —¿Incorrecciones o incorrecciones políticas?

AB —Incorrecciones. La política forestal no nace en el 87, cuando se vota la ley forestal.

HS —Hay legislación anterior.

AB —Nos podemos retrotraer a muchísimo antes, podríamos decir que la primera promoción de los montes de eucaliptos asociados a la ganadería es de José Batlle y Ordóñez, que el primer gran desarrollo forestal donde se da fuerza a la Caja Bancaria, a la Caja Notarial, a lo que fue Fynsa (Forestal y Maderera del Norte) en Rivera, en Tranqueras, se da conjuntamente con otro montón de medidas de carácter desarrollista que tenía la CIDE (Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico) y que llevó adelante Wilson Ferreira Aldunate.

EC —Años 60.

AB —Años 60 y algo. Como ministro, era parte de su posición ministerial. Luego hubo una larga discusión parlamentaria –que generalmente no se conoce–, con una votación casi por unanimidad y sin demasiados argumentos en contra. El problema de la ley y en lo que hubo confrontación con la política forestal fue la reglamentación de la primera parte en la década de los 90. Ahí sí hubo cuestiones que fueron complicadas y que complicaron al sector mismo, que le generaron problemas.

EC —¿De qué estás hablando? ¿De qué zonas eran de prioridad forestal o no?

AB —Por ejemplo, los suelos de prioridad forestal, hasta cuándo un subsidio, el tipo de exoneraciones, la falta a veces de controles sobre los trabajadores forestales. Solamente un dato: en el 2005 había 4.000 trabajadores forestales en el BPS y cuando me fui de la Dirección Forestal en el 2008 había 12.000. Y no fue porque hubiera mucha forestación, sino simplemente porque se reguló más y se pusieron los ojos en ese marco.

Esto puede dar origen a diferentes tipos de acción. Yo veía la celulosa como un complemento de lo otro y no como un fin en sí misma. La realidad y los montos de inversión que se dan vienen determinando que, sin dejar de haber aserraderos, fábrica de tableros y alguna tenue promoción de alguna industria de valor agregado, en general lo que ha habido como inversión fuerte ha sido la de la celulosa. Las que hubo y las que no hubo, porque hubo muchas negociaciones con otras empresas que terminaron no poniendo la fábrica de celulosa y eso no se sabe.

RD —De hecho, la celulosa es la que ha mantenido estabilidad; los mercados de aserraderos, casas y todo eso han sido bastante más inestables.

EC —Por ejemplo, la crisis de 2008, que se generó en Estados Unidos y que tuvo al sector inmobiliario como su epicentro, terminó afectando a plantas aquí que fabricaban paneles para la construcción de casas, etcétera.

AB —Es equivocado, la pulpa no es constante, es un commodity y actúa como un commodity. El problema es que –eso que le pedimos a la lechería en esta misma Mesa– estas empresas multinacionales ya están adaptadas a esos picos de suba y de baja y trabajan en función de los promedios de esos commodities. Pero tienen variaciones, y si tendrán variaciones que los productores independientes que les venden son los reguladores del stock maderero, y les pagan según el precio internacional.

HS —Creo que una de las claves de este problema está en lo que decía Andrés recién, que había otras posibilidades en las cuales el trabajo y la incorporación de valor fueran más importantes. Esto sigue siendo una primarización de la economía, me parece que es un problema importante.

EC —Se discute mucho eso: con plantas de celulosa, ¿estamos acentuando el modelo agropecuario basado en las materias primas simplemente, en los commodities? ¿Qué dicen ustedes?

RD —Lo asimilo a cuando discutimos la soja y los procesos de otros rubros que se ven como que no tienen valor agregado. Hace 10 años de Tertulia Agropecuaria que venimos hablando de eso.

GV —No soy un experto en la materia, pero la celulosa es una materia prima en el proceso de fabricación de papel, pero para llegar a la celulosa estamos convencidos de que hay muchísimo valor agregado. No solo en el procesamiento, el gran valor agregado que hubo en los últimos años con las plantas de celulosa fue en la genética del material con que estamos forestando. Históricamente en Uruguay plantábamos un monte y pensábamos amortizarlo en tres cortes, hoy se está dando que se plantaron árboles hace 8, 10 años y después del primer corte se eliminan esos pies y se plantan nuevamente, porque la genética ha evolucionado tanto que no justifica un segundo corte.

Indudablemente, si nos dejaran elegir, capaz que habría opciones mejores. Pero era la única opción que teníamos. Y como dijo Pablo, los que vivimos en el interior no debemos dejar de reconocer que el impacto que han tenido las plantas de celulosa ha sido realmente brutal para el interior.

HS —No sé, pero se me ocurre que si uno mete miles de millones de dólares en cualquier cosa, genera impacto, es inevitable, hagas lo que hagas. Te ponés a fabricar bolitas y producís una movida impresionante. Pero lo que me preocupa de esto es cómo y por qué surgió.

EC —Estábamos en la discusión de si esto es primarización de la economía o no. Guillermo señalaba que se puede considerar a la celulosa como una materia prima, pero como parte de todo un proceso. Es como decir que una autoparte es materia prima porque después se coloca en un auto.

HS —Hay una anécdota que está en la memoria de nuestros abuelos: cuando acá se fabricaba lana, se vendía a Inglaterra y después se compraban casimires ingleses, los trajes que se hacían con lana uruguaya, entonces el enorme valor del traje estaba en la confección, y eso era lo que el Uruguay pagaba. Acá pasa lo mismo, vendemos la pasta de celulosa, que tampoco la fabrica el Uruguay, porque hay que ver el régimen tributario que tiene esto, la fabrica la empresa, la lleva al exterior y después nosotros compramos el papel.

PC —Eso que Hoenir está describiendo se llama división internacional del trabajo, que los capitalistas creemos que genera una suma que no suma cero y que genera valor. Y que dos personas haciendo cosas distintas complementarias producen más que ambas haciendo todo en la vida.

Primera cosa, si lo que se está aportando son troncos, nos estamos igualando con la soja, la carne, con prácticamente todo, todo es así. La fantasía de que agregar valor es poner la carne en una lata, la madera en un paquete de McDonald’s es ir a la sustitución de importaciones, a tratar de hacer todo, modelo que en general no funcionó en el Uruguay y tampoco funciona por ahí.

Y si junto toda la serie de argumentos en contra y escucho hablar del modelo y cuáles son las cosas que he visto que incomodan en el modelo este, es que nosotros no tomamos las decisiones, las toma una empresa privada, y que no paga impuestos. Los dos modelos que podemos estar comparando son el capitalismo y el socialismo, para llamarlos por su nombre y rapidito. Si fuera socialista habría que expropiar la planta actual de UPM para que el gobierno la empezara a explotar, y en 20 o 30 años tendríamos un nuevo AFE en esas condiciones. Si elegimos el camino capitalista no puede extrañar que los que decidan dónde invertir sean los particulares.

HS —Es una visión un poco esquemática. No creo en absoluto que fabricar papel sea ser socialista, por ejemplo.

AB —Un poco dogmático el planteo, porque además la definición de socialismo hoy está bastante más complejizada.

Algunos temas importantes vinculados a esto. En primer lugar en cuanto al valor. Si un árbol en pie vale US$ 20 o US$ 25 la tonelada –no sé en cuánto estará en este momento– y esa misma tonelada puesta en pulpa vale US$ 700, por decir una cifra, evidentemente de US$ 20 a US$ 700 algún valor agregado tiene. El problema –y ese es un problema de la economía que generalmente no discutimos– es quién se queda con el valor agregado, cómo se distribuye ese valor agregado.

Para mí no es primarización, por lo que tenemos que pelear como sociedad es por que ese valor agregado tenga una distribución social lo mejor posible. Todavía le faltan unas cuantas hectáreas para poner una planta a UPM. De todas maneras, el mayor valor que tiene la planta es el capital invertido ahí, es el valor financiero del capital. Es mucho más importante que la materia prima. Entonces, ¿quién se queda con eso?, muchas veces se queda el sector financiero. Pero este no es un problema de Uruguay, es un problema global, hoy el sector financiero internacional es hegemónico frente a otros sectores de carácter productivo. Pero esa es una discusión que trasciende esta mesa.

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