El dólar en Uruguay cerró el mes de mayo apenas por debajo de los $ 31, acumulando una baja mensual de 2,4% y en el día de ayer, la primera jornada de junio, subió, pero se mantuvo en unos $ 31.
EMILIANO COTELO (EC) —La comparación con el cierre de 2015 todavía arroja una suba porque en los primeros meses del año habíamos visto un aumento muy importante, pero parece claro que desde hace varias semanas el tipo de cambio ha consolidado una tendencia bajista en nuestro país.
¿Qué está detrás de esa baja del valor del dólar en Uruguay? ¿Cómo debe interpretarse? ¿Están cambiando las proyecciones? Estas son algunas de las preguntas que vamos a hacerle enseguida a la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Florencia, recién mencionábamos la baja del tipo de cambio vista en mayo, pero para entrar en tema quizás vale la pena comenzar por repasar brevemente lo que ha sido la evolución del dólar en estos últimos meses…
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC) —De acuerdo. En estos primeros cinco meses de 2016 hemos pasado por distintos períodos. Como mencionaba Emiliano recién la primera parte del año comenzó con una suba firme del dólar en todo el mundo, que se vio de forma muy clara en nuestro país. Después de cerrar 2015 apenas por debajo de los $ 30, el tipo de cambio tuvo un alza prácticamente ininterrumpida hasta inicios de marzo, cuando alcanzó un pico de más de $ 32,50 en la cotización interbancaria y desde ese momento, el dólar podemos decir que dejó de subir en Uruguay… Durante los meses de marzo y abril mostró cierta volatilidad, pero acumuló una baja de 3 % respecto a ese pico de $ 32,50 y en mayo, como señalaba Emiliano recién, tuvo una caída adicional de 2,4 % en el transcurso del mes. Todavía no se ha revertido totalmente el incremento visto en enero-febrero, pero estamos apenas 3 % (poco más de $ 1) por encima del valor de cierre del año pasado…
RA —¿Cómo analizan ustedes esa evolución del tipo de cambio? ¿En cuánto han incidido las tendencias internacionales y en cuánto han incidido factores locales?
FC —A ver, antes que nada, debemos admitir que la baja que está mostrando el dólar en estas últimas semanas en nuestro país no la estábamos esperando… Varias veces en el programa señalamos que ante un desempeño relativamente bueno de la economía norteamericana y con la expectativa de suba de tasas por parte de la Fed (aunque sea de forma lenta) tendíamos a prever que el dólar se iba a mantener fuerte a nivel mundial en estos años y que los fundamentos de la economía uruguaya (una economía estancada y con desequilibrios relevantes en materia de competitividad, de inflación y a nivel fiscal) planteaban un caso todavía más claro para que el dólar mantuviera una senda alcista en nuestro país.
Por lo tanto, la baja del dólar que comenzamos a ver desde marzo a esta parte en buena medida nos sorprendió y en particular nos ha resultado bastante llamativa la evolución más reciente, de estas últimas semanas de mayo.
RA —¿Por qué decís eso, Florencia? ¿Qué hace llamativa la baja del dólar vista en mayo?
FC —Básicamente me refiero a que durante marzo y abril se fueron conjugando una serie de elementos internacionales y domésticos que de alguna manera terminaron justificando un freno(o incluso cierta reversión) del aumento del tipo de cambio que veníamos viendo hasta febrero. Por un lado, a nivel internacional tuvimos durante esos meses cierto aflojamiento del dólar frente a varias referencias relevantes, sobre todo en la medida en que tras la reunión de marzo de la FED, se fue consolidando una expectativa de suba de tasas aún más lenta de la que se avizoraba sobre el cierre de 2015. Y, por otro lado, a nivel doméstico, no podemos ignorar que después de conocido el dato de inflación de febrero, cuando la inflación anual superó el 10 % por primera vez desde 2004, comenzamos a ver un giro más contractivo de la política monetaria, con tasas de interés que se ubicaron por algunas semanas en más de 15 % anual en prácticamente todos los plazos de las licitaciones de letras de regulación monetaria y al mismo tiempo con un aumento de los encajes bancarios.
Ahora, en las últimas semanas, en el transcurso de mayo, hemos vuelto a ver una mayor liquidez en la plaza local… las tasas han vuelto a bajar y estamos actualmente con tasas a 30 días entre 11 % y 12 % (y con la tasa call, de operaciones interbancarias a un día de plazo, consistentemente por debajo de 10 % desde mediados de abril). En un contexto de más liquidez esperaríamos una suba del dólar que no ocurrió… de hecho siguió bajando como comentamos antes.
RA —¿Y qué explicación hay entonces para esta debilidad del dólar en mayo?
FC —A nuestro juicio, lo que estamos viendo, probablemente, es una corrección a la baja de las expectativas de devaluación, esencialmente asociado a menores expectativas devaluatorias en la región. En Brasil, el dólar, que cotizaba en torno de R$ 4, hasta fines de febrero, tuvo una baja fuerte en marzo-abril y en mayo se mantuvo en torno de R$ 3,50 (o R$ 3,60 en las últimas jornadas) y en Argentina estamos con un descenso del dólar prácticamente ininterrumpido desde unos $ 16 a inicios de marzo a unos $ 14,30 en estas últimas jornadas…
RA —Ahora, Florencia, te cambio la pregunta entonces… ¿Por qué está bajando el dólar en la región?
FC —Siempre es difícil saberlo con certeza, pero hay algunas razones que se pueden identificar, que son diferentes en cada caso… En el caso de Brasil el ajuste fuerte que tuvo el dólar desde marzo estuvo muy incidido por elementos políticos… En la medida en que se hacía más claro que avanzaba el proceso de juicio político contra [la presidenta brasileña Dilma] Rousseff el dólar comenzó a bajar y esa reacción se vio de forma muy evidente en algunas jornadas puntuales, en que Rousseff tuvo reveses claros… Seguramente, lo que hemos estado viendo en Brasil refleja una visión general del mercado de que un gobierno tan débil políticamente como el de Rousseff difícilmente iba a poder llevar adelante las medidas de ajuste necesarias para volver a poner a Brasil en una senda de crecimiento… la expectativa de que por tanto el cambio de gobierno (aunque fuera de una forma institucionalmente cuestionable) sería en términos económicos a juicio de los mercados un elemento positivo… En nuestra opinión, de todas maneras, a la luz de los últimos datos de actividad económica en Brasil (que dan cuenta de una recesión marcada) y en vistas también de otros fundamentos macroeconómicos (como la situación fiscal y de inflación) este fortalecimiento del real nos parece que tiene un componente transitorio y que el dólar debería volver a subir en los próximos meses en Brasil.
RA —¿Y en Argentina? ¿Qué está detrás de la baja del dólar que estamos viendo en el otro país vecino?
FC —En el caso de Argentina, el cambio de gobierno trajo consigo cambios muy relevantes en el manejo macroeconómico… Y en particular estamos viendo un giro bastante más ortodoxo de la política monetaria. El Banco Central de Argentina ha anunciado un plan para ir hacia un esquema de objetivos de inflación, planteando objetivos de inflación notoriamente decrecientes para los próximos años y para eso está implementando un apriete monetario muy decidido, llevando las tasas de interés de las LEBACs (las letras emitidas por el banco central) a niveles de entre 35 % y 40 % anual… En la medida en que las expectativas de inflación están bajando mucho, en un marco de alta credibilidad en los anuncios realizados por las autoridades, esas tasas han supuesto presiones bajistas importantes sobre el tipo de cambio… Se combinan tasas altas en pesos (aunque en las últimas jornadas están bajando un poco) con mucha credibilidad de los agentes en el nuevo gobierno y en su compromiso con bajar la inflación. Ahora, al igual que comentábamos en Brasil, nosotros también tendemos a pensar que el dólar más tarde o más temprano deberá retomar una senda alcista en Argentina, porque las cifras de actividad económica más recientes nos están marcando un contexto claramente recesivo, la competitividad de Argentina sigue siendo relativamente baja (incluso pese a la devaluación de diciembre de 2015) y con una inflación alta, más allá de que se espera que tienda a bajar en los próximos meses, la competitividad seguiría bajando mucho si el tipo de cambio no sube.
RA —Entonces, Florencia, con ese diagnóstico en los países vecinos y para terminar, ¿cuáles son las proyecciones de dólar en nuestro país para los próximos meses? ¿La dinámica reciente justifica algún cambio en los pronósticos?
FC —Bien. Justamente, en virtud de la evolución vista en estas últimas semanas, nosotros en Deloitte hemos optado sí por modificar algo a la baja el pronóstico de cierre de año desde $ 37 a $ 35… Esto recoge que en el contexto regional actual podemos ver en el corto plazo una pausa (o incluso algún revés adicional) en la suba que venía mostrando el dólar en nuestro país. Ahora, en una mirada más larga, no modificamos nuestra visión de que el tipo de cambio debería mantener una senda alcista en los próximos meses… Como decía antes, el dólar debería volver a subir en los países vecinos en los próximos meses y, a nivel local, la actividad económica está estancada, la inflación está firme en niveles de más de 10 % anual y la situación de competitividad sigue siendo mala… Todos estos elementos nos hacen pensar que también en Uruguay esta reciente baja del dólar debería interpretarse como mayormente transitoria.
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Foto en Home: Dólares. Crédito: Javier Calvelo / adhoc Fotos