Análisis Económico

Economía mundial pierde dinamismo y FMI proyecta menor crecimiento para 2022 y 2023: Análisis de Mathías Consolandich, de Exante

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Foto: FMI

EMILIANO COTELO (EC): El Fondo Monetario Internacional publicó ayer una nueva edición de su informe de perspectivas económicas. El documento incluye, otra vez, un recorte importante en las proyecciones de crecimiento para la economía mundial. El pronóstico para este año se revisó de 3,6% en abril a 3,2% en esta oportunidad, mientras que para 2023 pasó de 3,6% a 2,9%.

¿A qué obedece este nuevo deterioro en las perspectivas de crecimiento a nivel mundial? Les proponemos conversarlo con Mathías Consolandich, de la firma Exante.

ROMINA ANDRIOLI (RA): No es la primera vez que el Fondo Monetario recorta los pronósticos de PIB en lo que va del año, ¿verdad?

MC: No, no es la primera. De hecho ya llevamos al menos tres informes consecutivos en los que el fondo rebaja las proyecciones de crecimiento para la economía mundial. Y la magnitud en la que se están haciendo estas revisiones tampoco es para nada menor.

Se pasó de esperar un crecimiento del PIB mundial de 4,4% a comienzos de este año a uno de 3,2% para 2022. Estamos hablando de una revisión a la baja de más de un punto porcentual. En tanto, para 2023 el ajuste en lo que va del año fue de algo menos de un punto, de un crecimiento de 3,8% para el promedio del año a uno de 2,9% en este último informe.

RA: Por lo que comentas entonces los ajustes vienen siendo importantes. ¿Por qué se están deteriorando tanto las perspectivas de actividad a nivel global?

MC: Digamos que los nuevos pronósticos incorporan que la economía mundial está perdiendo dinamismo a un ritmo mayor al que se preveía algún tiempo atrás.

Este deterioro de la actividad se da en un contexto en el que las políticas económicas se volvieron más restrictivas en el mundo. Por un lado y después de dos años de mucha expansividad fiscal por la pandemia, los gobiernos han ido consolidando sus cuentas públicas.

Por otro lado, los bancos centrales vienen aumentando sus tasas de interés a un ritmo mayor al que se esperaba a principios de año para combatir una inflación que resultó ser más alta y persistente de lo previsto inicialmente. Por ejemplo, ayer la Reserva Federal subió la tasa de interés a un rango de entre 2,25% y 2,50%, mientras que a comienzos de año los mercados esperaban para este momento una tasa que estuviese entre 0,5% y 0,75%. Esta suba de tasas no ocurre solo en Estados Unidos, sino que también se da en otras economías. Condiciones financieras más restrictivas tienen costos sobre el nivel de actividad.

A esto también se le suma la guerra en Ucrania, que agravó el problema de inflación (porque provocó un aumento importante en los precios de los alimentos y de los combustibles) y eso también afecta al nivel de actividad porque los hogares pierden poder de compra en la medida en que los salarios no se ajustan al mismo ritmo que la inflación. Y después también tuvimos un freno más importante de la economía de China, por su política de Covid cero.

Entonces, estos elementos están detrás de la revisión a la baja en los pronósticos para las principales economías.

RA: ¿Dónde se vieron los ajustes más importantes? ¿Qué espera el Fondo en materia de crecimiento para los distintos grupos de países?

MC: Los ajustes más importantes se dieron a nivel de las economías desarrolladas. Para estas economías consideradas en su conjunto se espera un crecimiento de 2,5% este año y de 1,4% el año próximo.

A nivel de países en este agregado el recorte de pronósticos es bien generalizado. Empeoraron en magnitud similar las perspectivas para Francia, España, el Reino Unido y Japón, para poner algunos ejemplos. La revisión más grande se vio en Alemania, donde se aguarda una expansión del PIB de 1,2% este año y de 0,8% en 2023 (frente a proyecciones previas de 2,1% y 2,7%). Acá está pesando sobre la actividad el aumento en los precios de la energía y la dependencia energética que tiene Alemania con Rusia.

Y después también ajustaron significativamente el pronóstico de PIB de Estados Unidos, de 3,7% a 2,3% para este año y de 2,3% a 1% en 2023. Hoy se van a conocer los datos oficiales de PIB del segundo trimestre, que probablemente marquen una nueva contracción de la actividad (la segunda caída trimestral consecutiva). Varios indicadores de actividad que se han venido conociendo en las últimas semanas apuntan a esa línea. Las ventas minoristas se vienen desacelerando, los de índices de PMI (que reflejan el desempeño de la actividad manufacturera yde servicios a través de la compra de insumos) no están marcando caída de la actividad pero están en los niveles más bajos desde mediados de 2020 y la confianza de los consumidores se desplomó. En este marco los mercados vienen incorporando el riesgo de que el panorama recesivo se torne más importante y se extienda durante los próximos meses.

RA: ¿Y qué pasó a nivel de las economías emergentes? ¿Acá también el deterioro en los pronósticos fue tan extendido?

MC: Cuando miramos a las economías emergentes en su conjunto, también se prevé un desempeño peor, pero el ajuste fue menor que en el caso de las economías desarrolladas y está concentrado en las peores perspectivas para India y China, que pesan mucho en este agregado.

En China la actividad se frenó en el segundo trimestre (creció solo 0,4% en términos intearnuales) por la política de Covid cero, pero los últimos indicadores de actividad vienen mejorando con la mejora en el frente sanitario y se espera que retome mayor dinamismo en lo que resta del año. En ese marco, el fondo espera que la economía crezca 3,3% este año y 4,6% en 2023. Se trata de tasas de bajas para los parámetros habituales.

Sin embargo, en el resto de los países emergentes la situación es distinta. En algunos casos no se observaron grandes cambios y en otros los pronósticos se revisaron al alza, como por ejemplo en varios países de América Latina.

RA: Repasemos esos números de nuestra región. ¿Qué se espera en términos de crecimiento para América Latina en estos años?

MC: En América Latina se espera que en conjunto el PIB crezca 3% en 2022 y 2% en 2023 (acá la revisión fue de medio punto más este año, pero medio punto menos el que viene frente a lo que estimaban en abril).

Si miramos a nuestros vecinos, el FMI mejoró las perspectivas de crecimiento para Brasil y mantuvo las de Argentina, aunque en ambos casos se aguarda un desempeño muy modesto del nivel de actividad. Para Brasil, el FMI estima que el PIB crecería 1,7% este año y 1,1% en 2023, mientras que en Argentina proyecta una expansión de 4% este año (incorporando mucho efecto arrastre del crecimiento del final de 2021) y de 3% para el año que viene. En ambos casos los pronósticos están relativamente en línea con lo que marcan las encuestas locales de expectativas de los dos países para este año pero son mayores de lo que se espera para 2023 (para Brasil las expectativas apuntan a un crecimiento de 0,5% el año que viene y para Argentina de 1,7%).

En esta oportunidad no se publicó el pronóstico que hace el Fondo Monetario sobre Uruguay. En su informe anterior se esperaba un crecimiento de 3,9% este año y de 3% para 2023. Nosotros en Exante estamos previendo un crecimiento en Uruguay de 5% para el promedio de 2022 (con el crecimiento que ya vimos en segunda parte de 2021 y en el primer trimestre de este año tenemos un efecto arrastre de más de 4%) y de 2,5% para 2023.

RA: En síntesis, ¿cómo valoran desde Exante este nuevo set de proyecciones internacionales?

MC: Digamos que estos pronósticos que comentábamos suponen un freno importante del nivel de actividad, pero no apuntan a un escenario recesivo a nivel global. Desde la perspectiva de Uruguay, nos parece que un escenario en el que la economía mundial se frena y ese freno, sin que conduzca a una recesión duradera, es suficiente para moderar la inflación internacional no es una mala noticia.

Pero el balance de riesgos parece estar muy sesgado hacia escenarios más negativos. La inflación puede resultar más persistente de lo que se tiene previsto y eso motivar a un ajuste de las tasas de interés más fuerte del que tienen descontado hoy los mercados. Un deterioro significativo en las condiciones financieras puede exacerbar los problemas de deuda en las economías emergentes. A eso se le suma la incertidumbre de la guerra en Ucrania y el riesgo de nuevos brotes de Covid en China que motiven nuevas restricciones. El Fondo maneja un escenario alternativo en el que si se materializan estos riesgos la economía mundial podría crecer 2,6% este año y 2% el año que viene, contemplando recesiones en varias economías en 2023.

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Documento relacionado: Informe del FMI

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