Por Rafael Mandressi ///
@RMandressi
La Mesa de En Perspectiva del viernes pasado fue especial. Especialmente interesante, y diría también especialmente importante fue el tema que ocupó sus dos primeros tramos, con la presencia, como invitado, de Benjamín Nahum, a quien debemos la reintroducción en la discusión pública de un asunto que merece toda la atención que pueda prestársele.
“Los uruguayos vamos a desaparecer”: esa fue la frase elegida para titular una entrevista que Benjamín Nahum concedió al suplemento cultural del diario El País hace un par de semanas. La frase, que cumple con todos los requisitos para pasar a la categoría de título periodístico, traduce sin duda más una preocupación que un pronóstico, tal como dejó en claro, según me parece, la conversación en La Mesa de este viernes. No se trata, en lo fundamental, de avizorar la eventual extinción futura de los uruguayos, sino de poner el ojo en la demografía. Esa es –me permito interpretarlo– la invitación que hace el profesor Nahum: darles a los aspectos demográficos el lugar decisivo que les cabe ocupar a la hora de hacerse preguntas sobre las sociedades y de intentar responderlas.
El envejecimiento de la población, la distribución de los habitantes en el territorio, las migraciones, las tasas de natalidad y de fecundidad, sus dinámicas en el tiempo, no solo remiten a los números que dan cuenta de su magnitud y de su evolución, sino a comportamientos colectivos, a la estructura que a través de ellos adquiere un grupo humano en un período determinado, a la conformación de muchos de los rasgos sociales y culturales de una comunidad. En la historia de Uruguay, en particular, pocos fenómenos han sido más determinantes que un hecho demográfico de gran envergadura como la inmigración masiva de la segunda mitad del siglo XIX. Llegado el siglo XX, poco quedaba de la sociedad anterior que no hubiese sido profundamente transformado por lo que se llamó el “aluvión”.
No era para menos, y sabemos de esto en buena medida gracias a Benjamín Nahum y José Pedro Barrán. En su libro El Uruguay del Novecientos, Nahum y Barrán analizan los datos del censo de 1908, que muestran que entre los 30 y los 59 años, los extranjeros eran más de un tercio de la población, porcentaje que trepaba a más de 70 % entre los mayores de 65 años. La síntesis de Barrán y Nahum es elocuente: los “ancianos extranjeros eran seguramente los abuelos de los padres uruguayos de edad joven, y el escaso 30 % de uruguayos abuelos ocultaba a los bisabuelos extranjeros de los poquísimos uruguayos que podían decir en 1908 que tenían un abuelo uruguayo”. (*) Los uruguayos no habían desaparecido, pero sí había desaparecido, en cierto sentido, el Uruguay previo a esas oleadas migratorias.
No parece probable que algo semejante se repita en el corto ni, tal vez, en el mediano plazo. Sin embargo, la cuestión migratoria no puede dejarse a un lado si los temas demográficos han de ser debatidos, y no en balde estuvo centralmente presente en La Mesa del viernes pasado. ¿Por qué vinieron los que vinieron? ¿Por qué se han ido y se van los que dejan el Uruguay? ¿Es razonable imaginar que Uruguay quedará al margen por siempre jamás de los grandes movimientos de población contemporáneos? Y, por último ¿qué hacer al respecto, siempre y cuando se quiera hacer algo?
No está de más decirse, en cualquier caso, que si se llegara a producir algún flujo inmigratorio de cierta entidad, no será proveniente de los mismos lugares que en el pasado, sino de otras regiones del mundo, algunas más cercanas, otras más alejadas, y que si algo así ocurre, el Uruguay volverá a cambiar, quizá también profundamente. Para que un cambio así siga produciendo uruguayos, habrá que recordar, llegado el momento, de qué manera los produjo el Uruguay del Novecientos; por ejemplo, convirtiendo a los extranjeros en ciudadanos al cabo de tres años, como pasó con ese inmigrante turco que llegó a los 17 años y terminó siendo el padre de Benjamín Nahum.
(*) Nota: José Pedro Barrán y Benjamín Nahum, Batlle, los estancieros y el Imperio británico, tomo I: El Uruguay del Novecientos, Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 1979, 2ª edición, 1990, p. 102.
Mesa relacionada: Debatimos con Benjamín Nahum sobre la viabilidad de Uruguay
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Emitido en el espacio Tiene la palabra de En Perspectiva, lunes 20.02.2017
Sobre el autor
Rafael Mandressi (Montevideo, 1966) es doctor en Filosofía por la Universidad de París VIII, historiador y escritor. Desde 2003 reside en París, donde es investigador en el Centro Nacional de Investigación Científica, director adjunto del Centro Alexandre-Koyré de historia de la ciencia y docente en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales. Es colaborador de En Perspectiva desde 1995.