Editorial

Marihuana: ficción y realidad

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Por Mauricio Rabuffetti ///
@maurirabuffetti

Hace algunos días, las asociaciones de farmacias de Puerto Rico pidieron al gobierno de la isla que les permitiera vender en exclusiva marihuana medicinal. El argumento principal, además de los beneficios comerciales que conlleva la venta del producto, es que esos establecimientos ya están capacitados para vender sustancias controladas. Tiene lógica el asunto.

Casi en paralelo, en Uruguay comenzamos a leer con mayor frecuencia acerca del temor que existe entre los farmacéuticos a comercializar la marihuana legal que está siendo producida bajo tutela del Estado.

En el caso de Puerto Rico se trata de marihuana con fines medicinales, recetada, mientras que en el caso uruguayo hablamos, por ahora, de marihuana con fines recreativos, que será vendida a consumidores registrados.

La negativa de muchos establecimientos locales a vender la droga se funda en el temor de los comerciantes a ser víctimas de delincuentes por tener en sus comercios ese producto, legal. El gobierno manejó alguna estrategia alternativa, como la venta en locales de cobro, una posibilidad que permitiría subsanar el principal problema que el temor de los farmacéuticos plantea al cumplimiento de la ley, esto es, que la droga, repito legal, llegue a todo el país.

El intríngulis es, se podría decir, típico del Uruguay. Una idea innovadora, con la que se puede estar de acuerdo o no, encuentra sus límites en la falta de planificación, en el temor a lo distinto y en el conservadurismo.

En primer lugar, es claro que la situación de inseguridad que se vive en el país es preocupante. Y da pie y argumento a quienes se niegan a vender marihuana en sus farmacias.

En segundo lugar, el temor no debería ser obstáculo para la aplicación de una ley que por más polémica que sea, es ley y por lo tanto debe cumplirse.

Tercero, basta seguir los comentarios en las redes sociales, o preguntarle al farmacéutico de la esquina, para descubrir que buena parte de las razones que llevan a la negativa tienen que ver con la idea de que vender marihuana en el mismo lugar en el que se expenden medicamentos, está mal.

Vale la pena recordar que en 2014 los químicos farmacéuticos consideraban que iba en contra de sus “obligaciones éticas” el “participar en la distribución de drogas para uso recreacional”, pues ellos estudiaron para que la gente tuviese “vidas más saludables”.

Como ellos, muchas personas consideran una contradicción vender marihuana en una farmacia, aunque en ese local se vendan drogas mucho más potentes.

Es una posición respetable por cierto. Pero hay que establecer que la prioridad debe ser que la ley se cumpla y que el gobierno encuentre caminos para llevarla a buen puerto.

El Uruguay está siendo mirado por todo el mundo por esta iniciativa, que de tener éxito en disminuir el consumo de droga proveniente del tráfico ilícito podría cambiar el paradigma de lucha al menos contra la marihuana de origen ilegal.

El gobierno pecó, claramente, de falta de previsión. Estas críticas a la forma en la que se venderá el cannabis surgieron desde antes de que se aprobara la ley, y por lo tanto, sobraba tiempo para tomar los recaudos necesarios. Por ejemplo, para adquirir expendedores automáticos, inviolables, que garantizaran al farmacéutico que no habría forma de que un delincuente se haga con la droga si intenta robarla.

Mientras tanto el proceso se dilata y el tiempo deja espacio a que crezcan las críticas sobre aquello que no se conoce, con el riesgo de que un proyecto que recibió aplausos en medio mundo, y que tiene 2 de sus 3 patas funcionando, termine fracasando en la más importante, que es el expendio bajo control del Estado.

Surgen así comparaciones falaciosas, como la que señala que un país que lucha contra el tabaquismo no puede estar a favor de la marihuana, un total desatino ya que no existe un “a favor de la marihuana” sino un “en contra del tráfico ilícito de marihuana”. De eso se trata en definitiva este proyecto. Y si no funciona, afortunadamente nuestra Constitución ofrece las herramientas que permiten dar marcha atrás.

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Emitido en el espacio Tiene la palabra de En Perspectiva, miércoles 31.08.2016

Sobre el autor
Mauricio Rabuffetti (1975) es periodista y columnista político. Es autor del libro José Mujica. La revolución tranquila, un ensayo publicado en 20 países. Es corresponsal de Agence France-Presse en Uruguay. Sus opiniones vertidas en este espacio son personales y no expresan la posición de los medios con los cuales colabora.

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