Entrevista con Jorge Menéndez, subsecretario de Defensa Nacional.
EN PERSPECTIVA
Viernes 16.10.2015, hora 8.18
EMILIANO COTELO (EC) —El presupuesto del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) fue esta semana un verdadero parteaguas en el oficialismo.
Tres diputados, Darío Pérez, Sergio Mier y Víctor Semproni, quebraron la unidad de acción del Frente Amplio (FA) al negarse a votar un artículo del proyecto de presupuesto que eliminaba el 50 % de las vacantes de soldados de primera en las Fuerzas Armadas. Esa reducción de vacantes permitía financiar aumentos de sueldos para los grados más bajos del personal subalterno.
La medida quedó, por ahora, afuera del presupuesto. Pero la discusión no está cerrada. Algunos dirigentes del FA ya se comprometieron a encontrar recursos para concretar los incrementos salariales en la segunda etapa del trámite, en la Cámara de Senadores.
El miércoles pasado entrevistamos en En Perspectiva a uno de los legisladores “rebeldes”, Víctor Semproni, y conocimos sus argumentos para plantarse en la negativa.
Hoy recibimos al doctor Jorge Menéndez, subsecretario de Defensa Nacional, con quien vamos a conversar sobre el mismo tema.
Vayamos al origen, ¿cómo surgió este artículo? ¿Fue una propuesta del propio MDN o se generó en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que es otra posibilidad?
JORGE MENÉNDEZ (JM) —En primer lugar este Presupuesto Nacional es un presupuesto nuestro, del MDN. Si bien podemos tener algún tipo de discrepancia con el encare en cuanto al origen de los fondos para solventar este aumento tan necesario para el personal subalterno.
EC —¿Qué quiere decir que puede tener “alguna discrepancia”?
JM —En un primer momento no hicimos la propuesta de solventar esto que aporta el Estado a partir de la supresión de vacantes.
EC —¿Quién hizo esa propuesta?
JM —Esa propuesta obviamente la hizo Economía, pero desde el momento que nosotros firmamos el presupuesto, es nuestro presupuesto. O sea que nosotros fuimos a defender este presupuesto al Parlamento nacional.
Nosotros tenemos como objetivo mejorar la calidad del salario del personal subalterno, que es el personal peor pago de la Administración Pública. Un soldado gana $ 11.900 líquido, un salario que a veces recibe algún tipo de compensación desde el punto de vista social o por compensaciones por la labor en sí, pero que es totalmente insuficiente para llevar adelante una vida digna.
Al soldado se le van a aumentar $ 1.500, a un universo de alrededor de 13.500 funcionarios que están en esta categoría. Se va a solventar mediante el aporte de las arcas centrales de $ 256 millones y reasignaciones del propio ministerio de $ 143 millones. Desde enero del año 2016, de aprobarse el presupuesto, el MDN tendría que ir eliminando el 50 % de las vacantes hasta llegar a ese valor de $ 256 millones que nos aporta centralmente el Estado.
EC —Ese es el mecanismo, esa parte de $ 256 millones se obtiene con la reducción del 50 % de las vacantes en el grado de soldado de primera. ¿No había otra forma?
JM —Se discutieron otra serie de formas, esa fue la que se adoptó. En este momento estamos tratando de encontrar otro camino, porque de eso se trata. El objetivo es mejorar desde el punto de vista salarial a estos funcionarios públicos que están recibiendo este salario totalmente insuficiente. Estamos buscando, para nosotros no es un tema cerrado. Esto tiene dos caminos: o insistir sobre lo mismo, porque en el Senado es posible lograr las mayorías, o encontrar un camino alternativo que habilite a dejar conformes a quienes estuvimos a favor de esta medida y a aquellos que estuvieron en contra. Porque no tengo la menor duda de que el objetivo de estos legisladores que son nuestros compañeros es generar ese aumento salarial. Pero obviamente hubo cuestiones que les rechinaron y no fueron de su satisfacción.
EC —Veamos algunos de los argumentos de quienes estuvieron en contra.
ROMINA ANDRIOLI (RA) —Por ejemplo, el diputado Víctor Semproni dijo que en caso de reducir la cantidad de efectivos militares, “hay que hacerlo con razonabilidad, profesionalidad”, y consideró que el artículo como estaba planteado era “arbitrario”. ¿Qué responde usted?
JM —Ese artículo deja en el final de su redacción al MEF y al MDN actuando en conjunto la posibilidad de ver dónde y cómo se realiza esa disminución.
EC —La última frase dice: “El procedimiento para la determinación de la cantidad de vacantes mensuales a suprimir y los créditos correspondientes a ser disminuidos se establecerán entre el Ministerio de Defensa Nacional y el Ministerio de Economía y Finanzas”.
JM —Es una puerta que queda abierta, que permite valorar momento y lugar donde realizar las vacantes.
EC —De todos modos, hay algo que sí estaba resuelto, que venía en el artículo: se trataba de reducir vacantes de soldados de primera. Y allí nomás Semproni hacía una pregunta: “¿Por qué esas vacantes se suprimen en soldados de primera? Son las personas a las cuales recurrimos cuando hay necesidades, en beneficio de la sociedad”.
JM —Desde el punto de vista conceptual no estoy en contra de lo que establece Semproni, pero, como integrante del Ejecutivo, debo manejarme con un criterio de ética colectiva, de ética de gobierno, de ética de partido. Dejar mi pensamiento personal por esa función en general de la cual dependo por ser subsecretario de Estado.
Por lo tanto este fue el mecanismo que se encontró. Pero nosotros vamos a encontrar otros mecanismos en el Senado de la República. Vamos a encontrar otras líneas.
EC —Semproni hablaba de un estudio a fondo de los objetivos y del tamaño de las Fuerzas Armadas que el gobierno quiere. Decía: “Vamos a ver por ejemplo cuántos efectivos necesita para cumplir con esos objetivos. Si tiene muchos se los sacamos y si tiene pocos se los aumentamos, pero no disminuir al barrer la integración de las Fuerzas Armadas cuando tenemos, por ejemplo, que la Armada tendrá la obligación de cumplir nuevas misiones, como proteger la regasificadora, los pozos que se hagan en busca de hidrocarburos y la riqueza ictícola del país. En ese caso probablemente tengamos que agregar personal. Hagamos un estudio serio, de repente en algún lugar sobra y podemos trasladar para otro lado”. ¿Ese estudio se está haciendo?
JM —Ese estudio se está haciendo. De cualquier manera, yo tengo el concepto de que valorar la defensa nacional en base a números no es lo adecuado. Cuando uno piensa en defensa, que es una función esencial, indelegable y permanente del Estado –esto fue aceptado por todos los partidos políticos en la Ley Marco de Defensa–, debe pensarla con otro criterio, no con criterio de números. O sea, ver la generación de esfuerzos por capacidades en base a las necesidades del país y no en base a los lineamientos presupuestales del gobierno de turno.
Tenemos que pensar con una cabeza mucho más amplia, con un criterio mucho más aggiornado a las circunstancias del país para dar respuesta a una realidad que es totalmente cambiante en el mundo de hoy.
EC —De todos modos, hay instalada en la sociedad la sensación de que tenemos unas Fuerzas Armadas sobredimensionadas. En la izquierda en particular, cuántos sectores del FA levantan ese discurso.
JM —Totalmente de acuerdo. Creo que existe un pensamiento muy anquilosado desde el punto de vista de la conceptualización de la defensa también en ciertos sectores de la izquierda. Por lo tanto no me hago responsable de ello. Yo pienso en la defensa como un área esencial del Estado, de fundamental importancia, no solo para la defensa de la soberanía y la independencia, la integridad territorial, sino también para el bienestar presente y futuro de nuestra población, en una misión que está determinada por la propia ley. Para trabajar en ello tenemos que tener una cantidad de personal, una cantidad de medios, que esté aggiornada a la realidad y con un criterio de mejoramiento desde el punto de vista técnico que sin duda debe realizarse.
Pienso que la dimensión de nuestra fuerza no es algo que tengamos que ver en un presupuesto, sino en base a una política de defensa nacional que ya está aprobada por decreto y a una política militar de defensa en la que en este momento estamos trabajando a nivel del Ejecutivo nacional. Eso determinará qué dimensión de fuerzas requerimos, qué despliegue, para qué, para qué queremos la defensa en nuestro relacionamiento internacional. Si estamos en relación con lo que determina nuestra Cancillería, nuestra permanencia hoy en el Consejo de Seguridad, si vamos a tener misiones de paz, qué expectativas tenemos de la actividad antártica, qué expectativa tenemos del funcionamiento en nuestra región. Eso tiene que ver con la dimensión de nuestras fuerzas, no solo lo que pueda asignarse en un presupuesto para este inciso.
EC —Pero hay otro enfoque más que se superpone con ese que usted venía desarrollando: el papel que las Fuerzas Armadas cumplen como… ¿seguro de paro?, como colchón, contención de tipo social ante determinadas circunstancias críticas que ocurren en barrios de Montevideo o en ciudades del interior. De eso también hablaba Semproni, a propósito de que si se iban a reducir vacantes de soldado había que tener ojo dónde, no hacerlo al barrer. Decía: “Hay lugares en los que, producto de que en lo ocupacional hay demanda de trabajo, existen dificultades para llenar esas vacantes de soldados, pero en otros lugares no es así”. Y ponía un ejemplo concreto: “En Colonia, donde se han cerrado plantas industrializadoras de leche, hacen cola para ingresar a las Fuerzas Armadas, porque entre no tener ningún salario y tener uno muy bajo la gente busca resolver su problema laboral por ese lado”.
JM —Yo prefiero totalmente un funcionario –aunque sea en este caso mal pago– dependiente del Estado y de nuestro MDN a que sea una persona sin posibilidades laborales, que no trabaja. Yo soy del interior y sé de la importancia que tienen para la sociedad las unidades desplegadas a lo largo y ancho de nuestro país.
EC —Usted es de Durazno.
JM —Durazno. Sé de la importancia que allí tienen por ejemplo el regimiento Galarza nº 2 de Caballería y también la Brigada Aérea nº 2, para la atención de las emergencias, las inundaciones permanentes y cíclicas que se dan en nuestra ciudad, el relacionamiento con las escuelas, con los liceos, en una serie de actividades que llevan adelante nuestras unidades a lo largo y ancho del país. Para atender sequías, incendios, al servicio del Ministerio de Ganadería, con el Mides (Ministerio de Desarrollo Social), en una actividad permanente en el plan Invierno Seguro. Las horas hombre que aporta el MDN al Estado son de fundamental importancia.
También en lo que tiene que ver con las guardias carcelarias. En el año 97 se nos pidió como excepción, para poder acompañar la actividad que realizaba el Ministerio del Interior en guardias carcelarias, hacer esa guardia perimetral. Eso vino aparentemente para quedarse, nosotros deseamos trasladarlo a quien debe realizar la tarea, pero allí se desempeñan más de 600 funcionarios en la guardia perimetral de ocho centros de reclusión.
EC —Indirectamente está diciendo que esta lectura de las Fuerzas Armadas como resguardo en materia de empleo para personas básicamente jóvenes que no tienen otra opción laboral no es del todo artificial. Porque la primera interpretación es que entonces no son Fuerzas Armadas, es un seguro de paro nomás.
JM —Son tareas subsidiarias.
EC —¿Usted dice que en todos esos casos hay una función, efectivamente?
JM —Hay una función. El artículo 2 de la Ley Marco de Defensa lo establece así, “propender al bienestar presente y futuro de la población”. Esto fue aprobado por todos los partidos políticos. Y esas actividades de carácter subsidiario, si bien creo que lo esencial debe ser la defensa de la soberanía y la independencia de nuestro país, son parte de las misiones de nuestras Fuerzas Armadas y nuestro MDN.
De cualquier manera, pienso que cuando se habla de disminución de vacantes, debemos pensar también que el Estado debe asumir cierto tipo de tareas que eventualmente puede realizar en forma transitoria el MDN. O sea que el Estado también deberá proveer esas funciones a los organismos que desde el punto de vista de su jurisdicción, de la esencia de su función, deben realizarlas.
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EC —Mientras la polémica por este artículo comenzaba a crecer, tomó estado público un documento del Ejército que advertía que para el Estado es más caro mantener a un joven que no estudia ni trabaja que a un soldado. El Mides luego desmintió el informe. ¿Qué opinión le merece esa comparación?
JM —Es un estudio realizado por el Ejército nacional, no es un estudio realizado por el MDN. Por otra parte, existen números del propio Mides que son diferentes de estos. Desde el punto de vista conceptual debemos quedarnos, no de repente con las cifras finales, que pueden tener algún tipo de divergencia, sino con que para el país es mucho más importante que esta gente esté integrada a la actividad pública –porque no solo es el salario lo que importa, que es un salario muy bajo–, a una función del Estado, desde el punto de vista de su actividad, desde el punto de vista social, desde el punto de vista cultural.
Esas personas cuando ingresan a la Administración Pública por esta ventanilla, Ejército nacional, Fuerza Aérea, etc., tienen una instrucción que demanda no menos de cuatro meses para un soldado de primera desde el punto de vista general, y para un funcionamiento específico alrededor de nueve meses. Lo cual implica una formación y una capacitación que esta persona, si fuera un determinado ni-ni, no adquiría, o eventualmente si quedara en la calle, no tendría sentido. O sea que importa el salario, importa su integración social en el circuito laboral, pero también importa la tarea que realiza, que es en función de la sociedad. Creo que ese es el concepto que debemos manejar, y no solamente los valores, que emanan del propio Ejército, que pueden ser reales o pueden tener alguna diferencia con lo elaborado por el Mides.
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EC —Una de las preocupaciones a propósito de esa supresión de vacantes era el impacto que podía tener llevando al cierre de algunas unidades militares. Se mencionaron ejemplos concretos.
JM —Sí, es cierto, se mencionaron algunos ejemplos concretos. El cierre de las unidades no debe hacerse por el tema del dinero presupuestal. El despliegue en nuestro país tiene que tener unas características mucho más serias que evaluar con un criterio de almacenero –con el respeto que merece–, desde el punto de vista económico, cuánto tengo para hacer determinado tipo de tareas. Debe evaluarse con un criterio político-estratégico.
El despliegue en nuestro país viene de muchos años, de 1904, de las guerras internas. Luego se transformó, durante el período dictatorial, con un repliegue de efectivos y de alguna unidad desde las zonas fronterizas a la zona metropolitana, donde estaba el enemigo interno. Hoy, con otro criterio, en el MDN y en acuerdo con las Fuerzas, estamos tratando, por distintas circunstancias, de mejorar y reforzar nuestras zonas fronterizas.
Pensar el despliegue de unidades desde un punto de vista de carácter presupuestal no es lo que acordamos en el MDN. Cada una de esas decisiones tendrá que tener el acuerdo del nivel político-estratégico, que está en el MDN en acuerdo con las distintas fuerzas. O sea que ese criterio que se manejó no es un criterio sustentable para poder llegar a las decisiones que se tomaron a nivel parlamentario.
EC —Otra de las discusiones sobre la eventual reducción de esas vacantes venía por el lado de las misiones de paz.
RA —Uruguay ha ofrecido ampliar su participación en las misiones de paz, ofreció hasta 250 soldados más, además de perros adiestrados para detectar explosivos, una aeronave para transporte de carga y pasajeros y 12 lanchas de patrullaje. Con esta eventual supresión de vacantes, ¿se habría estado en condiciones igual de poner a disposición de las misiones de paz el personal que solicita la ONU?
JM —Este personal que eventualmente solicite la ONU –no tenemos un planteo concreto aún– y que nuestro presidente ofreció en la última reunión en las Naciones Unidas está sustentado por consultas realizadas a las propias Fuerzas Armadas. Nosotros fuimos a decir cosas no inconsultas, sino previamente evaluadas. Y estamos en condiciones en este momento –hay que recordar que el personal que va es voluntario– de compadecer ese ofrecimiento que se realizó, sin lugar a dudas.
EC —Incluso si se operaba esta reducción de las vacantes en el grado de soldado.
JM —Se generarían sacrificios…
EC —Porque el Ejército manejó que de los 8.000 soldados de primera que hay hoy unos 1.200 están en misiones de paz en el exterior. Por lo tanto, si se bajaban en 50 % las vacantes del grado de soldado de primera, quedarían unos 5.700 efectivos en el país.
JM —En el MDN tenemos otros números…
EC —Eso sin aumentar la presencia de cascos azules, simplemente con lo de hoy.
JM —Tenemos otros números. De cualquier manera, la supresión de vacantes no se iba a hacer desde el vamos, sería un proceso que tiene que ver con el término de los contratos de los soldados de primera. Los soldados de primera tienen contrato, y en la medida en que fueran cayendo se suprimiría el 50 %. Pero es un criterio que deberíamos manejar con el MEF, como ya queda establecido. Nosotros estamos en condiciones de solventar esa necesidad que nos plantearía eventualmente Naciones Unidas. Es un compromiso que asumió Uruguay y que estamos en condición de aportar.
EC —Incluso si se aprueba la reducción.
JM —Incluso si se aprueba ese tipo de reducción. También tenemos que recordar que va a haber una disminución, pensamos que para el año 2016, por lo que sería el cierre de la misión en Haití.
EC —Claro, eso ya está resuelto.
JM —Para el 2016, se está aprobando el nuevo mandato.
EC —Este análisis que hemos hecho creo que era imprescindible, pero se centró en una disposición que ya no existe, que murió, que se intentó sacar adelante y fracasó. Entonces, ¿hay una alternativa para efectivamente aumentar los salarios de los escalones más bajos del personal subalterno?
JM —Sí, estamos en conversaciones con el MEF, el objetivo es mejorar la calidad salarial de estos funcionarios, ese es uno de los objetivos básicos. Obviamente, en pro de lo que pueda ser la eficiencia de estas tratativas, no vamos a hacer manejo público de ellas. Tenemos dos líneas de acción, o insistir en lo mismo desde el punto de vista parlamentario en esta nueva cámara…
EC —No parece lo más conveniente. En el Senado podría salir esta decisión, porque los sectores que no la acompañaron en Diputados no tienen representación en la Cámara Alta. Pero después el proyecto tiene que volver a Diputados.
JM —Exactamente. Pero de repente podría cambiarse desde el punto de vista gramatical la expresión de algunos artículos de modo que esta supresión de vacantes no significara una imposición sino una posibilidad. Hay que recordar que en el presupuesto del año 2010 se generó la posibilidad de supresión de hasta 6.500 vacantes, en un hecho que ocurrió para mejoras desde el punto de vista salarial de los funcionarios del MDN. O sea que esto no es una innovación.
EC —En ese momento esa disposición pasó y no hubo un debate como este.
JM —No hubo un debate como este. Y se disminuyeron más vacantes que las que están previstas ahora. Y también en otros presupuestos, en el del 90, durante el gobierno del doctor Lacalle, también ocurrió. O sea que esto hay que mirarlo con calma, en un concepto mucho más amplio, que es la disminución en sí. Y vamos a trabajar, en estos 45 días que tiene el Senado de la República, para lograr el objetivo de mejorar el salario y dar satisfacción desde el punto de vista parlamentario a una bancada que se preocupa por esto. Es bueno que se preocupen en positivo, o a veces en negativo.
EC —Veamos lo que plantean los oyentes como otra posibilidad.
RA —Hay varios que van por la misma línea. Preguntan por qué no se reducen cargos de oficiales. Walter de Florida dice: “Con el sueldo de un coronel, ¿cuántas personas del personal subalterno podrían recibir una mayor retribución, un aumento?”.
JM —Lo que pasa es que la organización del MDN y de las fuerzas es una organización de carácter piramidal, requiere la existencia de determinados oficiales para determinada cantidad de personal subalterno. No es unos contra otros, no es una supresión en base una no supresión. Esto hay que mirarlo con un criterio mucho más técnico de lo que pueda pensarse en un primer momento. La existencia de determinada cantidad de oficiales se hace en base a una pirámide de funcionamiento y de organización propia de lo que son el Ejército nacional, la Fuerza Aérea y la Armada Nacional. No se hace según criterios de carácter aleatorio, sino de carácter técnico, que son los que establecen determinada cantidad de grados, determinada cantidad de funcionarios en ese grado y que hace a la existencia de una fuerza en su conjunto.
EC —En resumen, ¿con los números que tienen las Fuerzas Armadas uruguayas la cantidad de oficiales está bien? ¿No se puede bajar?
JM —Eso hay que hacerlo con otro criterio. Se actúa por generación de fuerza en base a misiones. De pronto sí, capaz que tendríamos que tener una fuerza más pequeña, pero eso se hace a partir de otro tipo de estudio, no del estudio de la supresión de vacantes ni con un criterio de carácter presupuestal. Se hace en base a criterios que tienen que ver con el despliegue, con las misiones a cumplir, con el funcionamiento de las fuerzas.
EC —Pero ¿está previsto bajar la cantidad de oficiales en algún momento?
JM —Está previsto un redimensionamiento en base a los criterios que debemos tener.
EC —¿Para cuándo?
JM —En eso se está trabajando, en eso estamos trabajando desde hace bastante tiempo. Yo debería preguntarme: hoy día, ¿es necesaria la cantidad de funcionarios que tenemos en el MDN? ¿Es necesaria la cantidad de armas que existen en el MDN? ¿Son necesarias dos fuerzas aéreas dentro del propio MDN y otra más en el Ministerio del Interior? Son estudios conjuntos que deben realizarse en base a la generación de fuerza de acuerdo a los requerimientos de las misiones a cumplir.
EC —Hablando del presupuesto de las Fuerzas Armadas, hay por lo menos dos aspectos más que tendríamos que tratar.
RA —Cuando se discutió la supresión de vacantes también hubo críticas de la oposición por la falta de recursos incrementales en general para las Fuerzas Armadas. Por ejemplo, el senador nacionalista Gustavo Penadés recordó que no hay combustible para que un barco navegue más de una vez por mes en el mar territorial, que el Ejército no tiene capacidad de controlar el contrabando en la frontera y que la aviación naval no puede hacer una evacuación aeromédica… ¿Comparte este diagnóstico?
JM —Comparto el hecho de que nosotros en el MDN quisiéramos muchos más recursos para la defensa. Pero el presupuesto es global y tenemos lo que el gobierno puede asignar a esta área. Yo también podría preguntarle al senador Penadés de qué área del gobierno central quiere bajar recursos, porque los recursos son finitos. ¿Quiere bajarlos de la enseñanza? ¿Quiere bajarlos del Ministerio de Industria para asignárselos a Defensa? Ese es un criterio que cada gobierno [define] en base a su programa; este programa que estamos llevando adelante es el que aprobó la gente. Nuestro ministerio no es uno de los ministerios privilegiados desde el punto de vista presupuestal. Sabemos que la seguridad, que la educación, el tema de la logística son privilegiados. El nuestro no, el nuestro ha bajado permanentemente desde el año 1985 hasta ahora. Hoy tenemos un 0,95 % del PBI nacional destinado a defensa y un 3,65 % del gasto total del presupuesto nacional para la defensa. Eso es lo que se votó, lo que el pueblo uruguayo votó y lo que nosotros estamos llevando adelante.
RA —Pero ¿efectivamente este tipo de actividades se están viendo afectadas? ¿Usted comparte en lo práctico estas apreciaciones que hacía el senador Penadés?
JM —Tienen una valoración relativa. No hay que verlo desde un punto de vista maximalista como lo plantea el senador Penadés. Nosotros llevamos adelante una serie de funciones, con mucho sacrificio, de repente no con las mejores plataformas logísticas desde el punto de vista naval, pero podemos llevar adelante una serie de actividades, se cumple con la función para la cual hemos sido asignados por el Estado.
EC —En cuanto a equipamiento, el MDN prevé una compra de armamento por US$ 500 millones que no fue incluida en el presupuesto. Y el ministro Fernández Huidobro dijo que los recursos se podían obtener de un “remate público” de bienes ociosos del Estado. ¿Ya está resuelto esto? ¿Están identificados esos inmuebles?
JM —En el MDN tenemos una identificación de inmuebles y la hemos elevado al Ejecutivo nacional. Yo no podría determinar si son ociosos o no, pero son inmuebles, son valores que el Estado tiene y que con un criterio global determinará cuál es su utilización, cuáles son los fondos que irán a incrementarse y cuál será la utilización futura.
Nosotros tenemos como escenario la necesidad de una inversión muy importante. No quiere decir que esa inversión se haga globalmente, de una, sino que puede hacerse de forma incremental. Necesitamos plataformas marítimas para atender las 350.000 millas que tendremos dentro de muy poco tiempo, la actividad off shore, y también necesitamos interceptores desde el punto de vista aéreo para las nuevas amenazas que existen. Eso no quiere decir que vayamos a generar una inversión que desde el punto de vista presupuestal no se puede hacer. Hemos elevado estas necesidades al Sistema Nacional de Inversión Pública que maneja la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, y tal vez, en el momento adecuado del Estado, de repente no pensando en un solo gobierno, sino con un criterio de Estado, en acuerdo con los partidos políticos, podamos hacer esa gran inversión que nuestro país necesita.
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Transcripción: María Lila Ltaif