EN PERSPECTIVA
Jueves 07.05.2015, hora 8.15
Ayer, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca [MGAP], Tabaré Aguerre, anunció medidas para atender la situación de déficit hídrico que afecta a los departamentos Maldonado, Lavalleja, Rocha, Treinta y Tres y Cerro Largo, que fueron declarados en emergencia agropecuaria.
Según el decreto del Poder Ejecutivo, esta medida se mantendrá por 90 días.
¿Cuáles son los instrumentos que se ponen en juego? ¿Cómo es la situación que se está dando en estas zonas del país? Vamos a conversar con el médico veterinario Ricardo de Izaguirre, presidente del Instituto Nacional de la Leche [Inale], que ayer compareció en la conferencia de prensa junto al ministro Aguerre.
EMILIANO COTELO: ¿Cómo es el panorama en esos departamentos que acabo de mencionar?
RICARDO DE IZAGUIRRE: El Este es una zona del país de suelos más secos, con areniscas -también existen suelos profundos-, pero sin duda esa zona del país estaba sufriendo de un déficit hídrico importante, al cual se le venía haciendo seguimiento desde el comienzo de año con un mapeo que realizan el Instituto Uruguayo de Meteorología [Inumet] y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuarias [INIA]. Este déficit hídrico no había tenido interrupciones, más allá de algunas lluvias de poca entidad, en esa zona importante en agricultura -que ya se terminó lo que era soja-, en ganadería -que es una zona muy fuerte de cría de ganado- y en establecimientos lecheros.
EC – Justamente, para algunos oyentes puede sonar raro esto de lechería en esa zona del país: no es la cuenca lechera típica, la región lechera por excelencia. Usted es productor lechero pero en Florida.
RI – Esta zona en estos cinco departamentos participan 250 productores, de esos unos 30 son queseros y el resto remitentes, como COMELE [Cooperativa Lechera de Melo], la cooperativa de Melo, que es la más antigua del país, casualmente…
EC – ¡Qué buen dato!, no lo tenía.
RI – Si, es una cooperativa que con orgullo ellos la definen como la más antigua. Los demás son remitentes a Conaprole. O sea que es un abordaje que para nosotros se realiza en forma bastante continua, porque precisamente el Inale tiene dos abordajes.
Uno es con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto [OPP] y está enfocado precisamente en COMELE, a los productores de esa gremial de remitentes a esa empresa y los localizados en Cerro Largo, apoyando el campo de recría y a los productores puntuales que se acojan a este proyecto de desarrollo.
El otro es un proyecto con la Facultad de Agronomía, la Asociación Nacional de Productores de Leche y el INIA, con el cual se permite la transferencia de tecnologías precisamente a zonas no tradicionales. Incluye desde el litoral oeste –Salto-, la zona del norte del país -Tacuarembó, Rivera-, esta zona de Cerro Largo, Treinta y Tres y Maldonado, abordando por qué no se produce en esa zona, donde sin duda hay riquezas de suelos, quizás lo que no existe es una tradición de producción de leche. Nos parecía que era bueno que en esas zonas hubiera también un abordaje para ver cuál es la tecnología que más se adecúa ahí.
EC – Como usted mencionó, el déficit hídrico en esa zona del país afecta a distintas producciones agropecuarias. Ya que estamos hablando con el presidente del Inale, ¿por qué no nos detenemos en estos que veníamos mencionando, los productores lecheros? ¿Puede dar algunos ejemplos de cómo la falta de agua complica esa actividad en particular?
RI – Esa es una zona más bien de producción estival, los inviernos son muy duros y el trabajo en pasturas está referido precisamente a cultivos de verano y de invierno, ya que las especies forrajeras permanentes tienen mayor sufrimiento. Se está buscando qué adaptaciones puedan realizarse a ese tipo de territorio para poder hacer más continua la producción y tener pasturas de más largo aliento.
EC – Las pasturas terminan siendo el alimento de las vacas lecheras, ¿verdad?
RI – Para el sector lechero, que es exportador en su 70%, el producir en base a pasturas es la clave de nuestra competitividad, por lo cual el encontrar un mecanismo que en esa zona permita que la rotación de cultivos sea la adecuada, nos permite mejorar la competitividad de ese productor. Si solamente nos mantenemos a cultivos anuales y a concentrados, los costos suben, sin duda.
EC – Entonces, cuando falta el agua, ¿qué ocurre?
RI – Cuando falta agua, como sucedió en este momento, las pasturas que tenían los productores prácticamente se secaron, hay que hacerles una renovación y hacer cultivos anuales para salir de esta situación, que sin duda va a demorar, porque ahora vienen los fríos. Yo no voy a decir que una seca de otoño es el peor escenario, porque la mayor producción de pasto es en primavera-verano, pero sí que pega muy fuerte. La época de siembra, en la que se plantan las avenas, los cultivos para invierno, seguramente con las lluvias que ahora están viniendo, con menos intensidad pero se está moviendo, va a tener su resultado ya pasado el invierno. O sea que durante estos tres meses, en los cuales se decreta la emergencia agropecuaria, sin duda se consideran meses en los cuales la pastura no va a tener un crecimiento adecuado.
EC – Entonces, ¿cuáles son las medidas, qué tipo de apoyo van a recibir los productores lecheros de esa zona?
RI – Los productores queseros van a mantener las mismas características que el productor de carne, va a tener raciones, tienen un comportamiento de pastoreo más de campo natural y de ración que el productor de leche.
Al productor de leche buscamos mantenerle las dos situaciones. La suplementación de su ganado, igual que el ganado de carne pero seguramente con más volumen de concentrado y más específico, porque el productor lechero sabe ya cómo combinar los productos, diariamente da ración, no es algo que haga esporádicamente, tiene una mecánica de hacerlo y le es fácil introducirlo en su esquema. Por otro lado mantenerle el esquema forrajero, hay un préstamo indicado para mantener los cultivos, para reimplantar o realizar cultivos invernales.
EC – Si entiendo bien, estamos hablando de dos instrumentos: por un lado se le entrega ración y por otro se le financia los cultivos forrajeros.
RI – Exacto, el de raciones con un año de gracia y un año en el que se paga y el de cultivos se va a pagar en 24 cuotas.
EC – ¿Hay ración suficiente como para hacer esta distribución?
RI – Si, este es un momento en el cual por suerte Argentina, y el país también, tiene volúmenes de raciones importantes. No obstante lo cual, hubo la previsión suficiente en el caso de los lecheros por el lado de Prolesa [Productores de Leche S.A.], y también en el caso de ganadería, de tener algunos actores que actúen precisamente como para no inflacionar el precio de granos en este momento. Enviaríamos un mal mensaje si aumentáramos el costo de los concentrados, cuando designamos una zona de emergencia no olvidamos que zonas aledañas u otras zonas del país también pueden estar sufriendo y no pretendemos desequilibrar la situación del mercado de granos.
EC – Estas medidas que estamos hablando van acompañadas de capacitación técnica de manejo, ¿cómo es esto?
RI – En el caso de los predios de ganado de carne nos parecía que era importante que el productor cuando diera ración supiera qué condiciones tiene y que a su vez la fuera introduciendo en su mecánica de trabajo, que la pudiera usar en la suplementación de concentrados en momentos de crisis, independiente de esta, viendo esta crisis como una oportunidad de introducir tecnología de trabajo para los períodos en los que no necesariamente haya una crisis. Las crisis naturales siempre se producen en nuestro país. Eso significa que si yo de pronto no quiero que las vacas pierdan kilos o mantener su estatus corporal para una buena parición pueda utilizar el concentrado, que pueda hacer un detecto precoz y dé concentrado. En las vaquillonas que quiero engordar puedo utilizar ese concentrado estratégicamente en el momento, para lo cual habrá que tener comederos y una logística. Y además introducir en el caso del ganado en carne el diagnóstico de preñez, eso nos pareció bien importante para saber el productor qué animal ha gestado y es al que le va a dar ese alimento. Esto le va a permitir medidas de manejo adecuadas y que se desarrolle la tecnología en esos predios. Precisamente se busca que esto sea, además de un apoyo en la crisis, sea un apoyo tecnológico que introduzca tecnología en esos predios de cría ganadera.
EC – ¿Y qué productores son los que pueden recibir este tipo de asistencia a partir de la declaración de emergencia agropecuaria?
RI – Son destinatarios aquellos productores familiares, los que tienen menos de 500 hectáreas. Para lechería debe reunir otras condiciones, como que el dueño del establecimiento esté a no más de 50 kilómetros, la relación entre mano de obra familiar y asalariada. En este caso estos requisitos los cumplen todos estos 200 productores, aunque hay algunos que están fuera del sistema, que pertenecen a otras empresas de mayor volumen. Por otro lado, que hayan estado al día con sus cuentas respecto al apoyo que se realizó en 2010, que se haya pagado o que se comience un sistema de pagos de las deudas contraídas en ese momento.
EC – ¿Cómo se financia todo este paquete de medias para estos departamentos?
RI – Omití decir que también va a haber apoyo financieros para aquellos productores hasta 1.250 hectáreas, que no incluye todo este paquete del que estamos hablando pero sí un apoyo financiero por el lado del Banco República.
EC – ¿Cómo es eso?
RI – Para productores ganaderos también hay un apoyo para hacer un escalón a aquellos productores de entre 500 hectáreas 1.250 hectáreas, que es la articulación de una línea de crédito por intermedio del Banco República, para que también ese tipo de productores puedan tener no ya una ayuda directa del Fondo de Emergencia pero sí una línea de créditos adecuada a esta situación.
EC – Usted acaba de mencionar el Fondo de Emergencia, ¿allí justamente están los recursos que se están utilizando?
RI – El Fondo de Emergencia va a actuar sobre los productores de menos de 500 hectáreas, los familiares, y les va a permitir amortiguar los intereses y mantener esta situación de la que hablábamos: un año de gracia y después pagarlo, ya sea en un año, o en dos en el caso de los cultivos de lechería.
EC – ¿Cómo está constituido ese fondo?
RI – Es un fondo que se generó en 2008 con una ley específica precisamente para estos eventos que suceden en nuestro clima en los distintos aspectos de producciones ganaderas y agrícolas.
EC – ¿Es un fondo que da y sobra para esta situación en la que estamos?
RI – Si se administra, porque no nos olvidemos que esto puede suceder en otros momentos. Lo que sí podemos decir, lo que buscamos dar como mensaje y por eso hacemos hincapié en eso, es que si bien la ayuda es importante, lo más importante es la situación financiera del productor: el conseguir un dinero sin ninguna garantía, simplemente a sola firma y el sacarlo del momento, incluso consiguiéndole raciones y haciendo toda esa mecánica necesaria para conseguirlo. Esto es lo suficientemente importante como para que el productor después pague ese apoyo que tuvo y lo pueda reformular cosa que, cuando sea necesario, puedan acogerse otros productores.
EC – ¿Ustedes prevén que sea necesario implementar más medidas que abarquen a otros productores u otras zonas del país?
RI – Por ahora se observa que se ha normalizado. Teníamos problemas en la zona norte del país -Artigas, Tacuarembó- y las lluvias del fin de semana fueron muy buenas; en el litoral oeste, el del rio Uruguay, ha llovido muy bien, o sea que por esas zonas estamos bien. Hay algunas zonas en el centro con alguna dificultad, pero tenemos esperanzas de que esto vaya siendo superado.