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Gustavo Petro aseguró que la selva amazónica es víctima de la "adicción" a la cocaína en los países desarrollados

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Foto: Organización de Naciones Unidas

En Perspectiva · La Mesa de Análisis Internacional – Parte 1 21.09.2022

En su primera intervención ante la Asamblea de las Naciones Unidas, el nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció el fracaso de la guerra antidrogas y llamó a los países del hemisferio norte a cambiar su modelo de desarrollo basado “en la compulsión ilimitada del tener y el consumir”, que lleva a la adicción a la cocaína y otras sustancias, y, al mismo tiempo, a la adicción al carbón y al petróleo, que, a su vez, promueven el cambio climático.

Dirigiéndose a los países receptores de las drogas, Petro enfatizó que la estrategia empleada hasta ahora, iniciada a comienzos de la década de 1970, solo deja cientos de miles de muertos en Norteamérica y, en el resto del continente, prisiones hacinadas.

"Han aumentado los consumos mortales, de drogas suaves han pasado a las más duras, se ha producido un genocidio en mi continente y en mi país, han condenado a las cárceles a millones de personas", señaló el primer presidente de izquierda de Colombia, principal productor mundial de cocaína.

Por otro lado, Petro denunció que la selva amazónica es víctima de la "adicción" de las potencias por la cocaína, a causa de la deforestación para plantar en ella hojas de coca y también por la utilización de químicos para destruir esos cultivos.

"¿Qué es más venenoso para la humanidad: la cocaína, el carbón o el petróleo?”, se preguntó, y luego respondió: “El dictamen del poder ha ordenado que la cocaína es el veneno y debe ser perseguida, así ella solo cause mínimas muertes por sobredosis. En cambio, el carbón y el petróleo deben ser protegidos, así su uso pueda extinguir a toda la humanidad". "Yo les demando desde aquí, desde mi Latinoamérica herida, acabar con la irracional guerra contra las drogas", dijo Petro.

"Disminuir el consumo de drogas no necesita de guerras, necesita que todos construyamos una mejor sociedad: una sociedad más solidaria, más afectuosa, donde la intensidad de la vida salve de las adicciones y de las nuevas esclavitudes". "¿Quieren menos drogas?", se preguntó, "piensen en menos ganancias y en más amores. Piensen en un ejercicio racional del poder".

Y a partir de esa sentencia, realizó quizás la acusación más dura de su alocución: "Nosotros les servimos para excusar los vacíos y las soledades de su propia sociedad, que los llevan a vivir en medio de las burbujas de las drogas. Les ocultamos sus problemas que se niegan a reformar". "Mejor es declararle la guerra a la selva, a sus plantas, a sus gentes", sentenció, con un tono de ironía.

La Mesa de Análisis Internacional con Gustavo Vila, Gustavo Calvo y Leo Harari.

 

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