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Entrevista central, jueves 5 de noviembre: Julio Bocca

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Entrevista con el maestro Julio Bocca, director del Ballet Nacional del Sodre.

Vea el video de la entrevista

EN PERSPECTIVA
Jueves 05.11.2015, hora 8.19

EMILIANO COTELO (EC) —¿Una serie de números puede describir la verdadera dimensión de un fenómeno cultural?

Hagamos el intento. El año pasado, más de 75.000 personas vieron los espectáculos que produjo el Ballet Nacional del Sodre (BNS) solamente en el Auditorio Nacional Adela Reta. En mayo de este año, se pusieron a la venta 10.000 entradas para las funciones de Giselle y se acabaron en solo dos días; se agregaron otras dos funciones, que también agotaron. En los últimos cinco años, más de 500.000 personas vieron al BNS, si sumamos sus presentaciones en Uruguay y en el exterior.

Se trata, a esta altura, de una revolución, que se inició en marzo de 2010 cuando el maestro argentino Julio Bocca aceptó dirigir una compañía que entonces arrastraba muchos problemas.

En este 2015, el BNS cumple 80 años, y lo hace en plena forma, con un esplendor inédito en su historia.

Vamos a adelantarnos a las dos galas de festejo, previstas para el 23 y 24 de este mes, vamos a conversar con el maestro Julio Bocca.

El sábado pasado, en Buenos Aires, el BNS, contigo al frente, se presentó al aire libre, durante La Noche de los Museos, frente a un público de 15.000 personas. ¿Qué sentiste esa noche?

JULIO BOCCA (JB) —Fue maravilloso. Me trajo muchos recuerdos de lo que hacía en Argentina, hacer funciones al aire libre, gratuitas.

EC —Tu despedida fue aquel espectáculo en el Obelisco en el que hubo 300.000 personas, en diciembre de 2007.

JB —Fue una forma de que ellos pudieran disfrutar de eso también, de que los bailarines pudieran entender un poco lo que uno había hecho en Argentina, sobre todo con la danza. Que pudieran vibrar con esas emociones que el público al aire libre te da, porque están viendo el espectáculo de pie, no están sentaditos acomodados, están de pie, esperando, vienen temprano para conseguir mejor ubicación; y los bailarines tuvieron que sufrir porque hacía frío, viento. Pero cuando salís al escenario es una energía maravillosa. Fue increíble no solo volver a Buenos Aires, sino la respuesta del público, el cariño que le brindó a la compañía, los aplausos. La función fue muy linda, fue compartida con el Ballet del San Martín, que dirige Mauricio Wainrot, y era el fin de la gira que veníamos haciendo, habíamos llegado unos días antes de una gira por México, Tailandia e Israel, entonces fue un cierre muy especial para todos.

ROSARIO CASTELLANOS (RC) —Yo estaba en Buenos Aires y me sorprendió a la mañana siguiente al abrir el diario La Nación encontrar dos páginas enteras dedicadas a la presentación del cuerpo de baile del Sodre, con unos elogios comparativos con la actuación en el Colón que supongo que los habrán llenado de orgullo. Se hablaba además de que comenzaste con una clase abierta pública. Así que fue completísimo el espectáculo.

JB —La clase es la que siempre hacemos antes.

RC —¡Pero la vio todo el mundo!

JB —La vio todo el mundo y fue compartida, la hicieron las dos compañías. Aparte yo vi la tapa del diario que salió anunciado el Ballet del Sodre, y que la cultura y el ballet salgan en tapa en los diarios también es emocionante.

EC —Repasando las notas de La Nación, me impresionó una que se publicó este lunes, que te presenta como “el hacedor de milagros”. El título es: “Julio Bocca está repitiendo en Uruguay, al frente del Ballet Nacional, lo que ya había hecho aquí: popularizar el ballet clásico”. Tomo como base ese título, ese enfoque, para preguntarte qué relación ves entre lo que conseguiste en tu país, como bailarín, y lo que estás cosechando acá, en esta otra etapa como director.

JB —Lo que relaciono es esa cantidad de gente que se está volcado a ver el Ballet. Este año también hicimos 21 funciones en el interior, en las que hubo más de 9.000 espectadores, hicimos funciones para las escuelas primarias. Creo que lo que uno quiso desde niño, que esto fuera para todos, se está dando, se dio allá por suerte y se está dando acá. Acá dentro de la sociedad ya está aceptado y querido el ballet, por suerte. Este año hicimos el espectáculo contemporáneo con [Juan] Campodónico y había a veces gente muy joven; vino uno con una patineta. Era maravilloso, esas cosas me fascinan, que venga el público como es habitualmente a ver un espectáculo de ballet, a sentarse a un teatro, a su teatro, y disfrutar una cosa de ballet. Creo que eso se logró, [se nota en] la cantidad de entradas que se venden, la gente siempre responde. No con tanto milagro; con trabajo también.

EC —Volviendo a los números, la nota de La Nación destaca que tú has logrado que el ballet penetrara en el público uruguayo con una fuerza proporcionalmente mucho mayor que la que tiene en Argentina. “El año pasado, el Ballet del Colón anunció 37 funciones en su sala. Mientras tanto, el Ballet del Sodre hizo 52 funciones en su sala”. ¿Tú hacés esas comparaciones?

JB —No, no me pongo a comparar. Sí trato de que cada vez podamos tener más funciones. Sé que tienen pocas funciones en el Teatro Colón, pero al ser un teatro lírico siempre la ópera y los conciertos están primero, antes que el ballet. Lo que sucede acá es algo milagroso, es muy raro, es como en la Ópera de París o el Royal, o mismo el Bolshói, el ballet es muy fuerte, entonces podemos tener esa cantidad de funciones. Quizás cuando la ópera empiece a tener su peso tengamos que pelearnos más para competir, pero es genial que podamos hacer esa cantidad de funciones. Podríamos llegar a hacer un poco más funciones, pero tampoco tanto, no me gustaría agobiar a la gente, sino que siempre se quede con ganas de volver.

***

EC —Hablemos de las giras. Yo decía que el fin de semana pasado el BNS hizo esa presentación al aire libre con tanto éxito en La Noche de los Museos, pero ese espectáculo fue parte de las giras por el exterior que ha hecho este año el Ballet, sumadas a la gira por los departamentos del interior del Uruguay. ¿Cómo es la dinámica de las giras? ¿Qué utilidad tienen? ¿Cómo las viven ustedes?

JB —Primero, la utilidad es llevar el ballet a la gente. Este año aparte por primera vez se hizo Giselle completo, lo hicimos en Paysandú y Salto. Fue maravilloso ir con toda la producción; entraban camiones, parecía de esos grupos de rock que llegan con esas cosas.

EC —Para eso Se necesita tener teatros con las condiciones adecuadas. Eso ahora se da en Paysandú y en Salto.

JB —Exactamente, los de Paysandú y Salto son dos teatros que tienen las condiciones y sobre todo las medidas adecuadas para acomodar la producción de Giselle como se hace aquí. También la cantidad de bailarines, fue casi toda la compañía, y una cantidad de técnicos para ambientar y hacer las funciones. Fue maravilloso. También hicimos funciones para las escuelas.

RC —¡Escuelas rurales, además!

JB —Exactamente, escuelas rurales. Se les brindó una función entera de Giselle. También es llegar a un mundo adonde quizás no llegan muchas cosas y sobre todo esta clase de espectáculos. Luego se siguió la gira con otro programa, con parte del programa que hacíamos acá y una suite de [Don] Quijote que armamos, que es la que llevamos para la gira internacional.

Con las giras internacionales estamos buscando llegar más afuera, que la compañía se posicione. Vienen siendo todas buenas, pero este año como que la compañía ya está puesta en un lugar. Terminamos de hacer las funciones en Israel y nos volvieron a llamar, el empresario quiere llevarnos a Italia, a España. En Tailandia terminaron y ya nos invitaron para el 2018… Ya empieza la pelota a rodar, se van enganchando las cosas para que haya una continuidad en el trabajo que se ha venido haciendo. Por supuesto nos queda mucho más, porque la idea no es conformarse con eso, sino llegar a un nivel en el cual alguna vez se diga: la Ópera de París, el Covent Garden [la Royal Opera House de Londres], el Bolshói, el Sodre… Que una compañía latina pueda estar dentro de eso sería maravilloso.

EC —Julio Bocca dice esta frase y mueve las manos, va colocando al mismo nivel todos esos elencos.

JB —Yo siempre bailo cuando hablo, me muevo mucho, uso mucho las manos, es parte de lo mío. Lástima que no lo vean del otro lado.

EC —Algunos sí, los que están viendo por Internet te están observando.

RC —Me parece interesante el crecimiento de la compañía, porque más allá del rigor que le ha impuesto Julio, ha logrado un equipo de trabajo que apenas hablás con cualquiera de ellos te das cuenta de que existe esa sensación de cuerpo. Lo notable es que todos los años hacés una audición y cada vez viene más gente y de lugares más distantes. Hay un plus que agrega el hecho de que Julio Bocca sea el que convoca que no se puede desconocer.

JB —No lo desconozco, pero también el repertorio, la forma de trabajar. Porque los bailarines van comentando en sus páginas, en sus cosas, cómo se trabaja en el repertorio que se está haciendo, los maestros que vienen, la cantidad de funciones que se tienen, los viajes que se tienen. Todo eso hace que a otros bailarines de otras zonas les interese trabajar acá.

EC —Vamos a aclarar qué son las audiciones.

JB —Audición es lo que uno hace todos los años para renovar, cambiar y mejorar el nivel de la compañía. Yo tomo una clase, que es lo que hacemos desde que empezamos a estudiar ballet, desde los 8 años, lo que seguimos haciendo para calentar el cuerpo para después empezar los ensayos y es lo que tomo para ver cómo está de físico, la musicalidad, si es artista, cómo se presenta, qué salto tiene, qué línea, qué giro. Este año le pedí a Martín Inthamoussú que nos acompañara para dar una combinación de contemporáneos, se les toma contemporáneo, para ver si realmente tienen facilidades, porque en las compañías en este momento en todas partes del mundo tenés que estar preparado para las dos cosas. Y tenemos una clase que da Paulo Aguiar, que es director de la Escuela Nacional [de Danza], sobre partenaire, para ver cómo maneja a la bailarina, si tiene fuerza, si no tiene.

EC —Esas son las pruebas a las que son sometidos quienes se presentan a la audición, que vienen de distintas partes del mundo, es abierto totalmente.

JB —Vienen de distintas partes del mundo, es abierto. A veces es complicado, no son baratos los pasajes para llegar hasta acá, y a veces hay gente de China, de Rusia, entonces a veces me mandan un link para ver cómo son y yo les digo si pueden venir. Hacemos una prueba, quizás de dos, tres meses, para ver en comparación con la compañía, porque a veces uno ve fotos o videítos y es todo maravilloso, pero después lo comparás con la compañía y el nivel es menor o es igual, entonces tampoco.

EC —¿En qué proporciones entre uruguayos y extranjeros está compuesto hoy el elenco?

JB —El 57 % son uruguayos y el resto son extranjeros. Me puso muy feliz este año que la audición de los chicos de la Escuela fuera muy superior a la de otros años. Eso me dio la facilidad de incorporar ya a un chico y a una chica de la Escuela y ver el nivel que está teniendo la Escuela. Me da una alegría y una tranquilidad, porque la idea es que los bailarines de la Escuela, que están estudiando, puedan entrar a la compañía. Por supuesto tienen que tener el nivel que uno exige en la compañía.

RC —Ahí también hay una mano de Bocca. ¿Por qué digo eso? Porque en esta renovación permanente, en la que además el ingreso es de gente jovencísima, que empieza en muchos casos a brillar en los escenarios, también resultó que otros que hace más años estaban han tenido que apartarse del escenario. Y tú les has dado un lugar importante para seguir vinculados al ballet. Tenés una mano derecha en Sofía Sajac, que fue una de las lindas bailarinas que tuvimos, y Paulo Aguiar está en este momento al frente de la Escuela, un solista que en su momento tuvo su técnica y la está volcando. No me extraña que haya mejorado la Escuela de Danza, es parte de lo que tú estabas buscando.

JB —Es parte de lo que uno estaba buscando y uno estaba pidiendo que pasara. Junto con la Escuela el año pasado trajimos un curso del American Ballet para que hicieran los maestros, no los alumnos sino los maestros; mis asistentes del BNS, más los maestros de la Escuela, y también invitamos un maestro de cada departamento del interior. El curso es de nueve días, de 9 de la mañana a 5 de la tarde, y cuando termina tienen que dar examen oral, escrito y práctico y tienen que superar el 75 % para poder continuar y transmitir lo que se ha hecho. El año pasado el curso fue maravilloso, de 40 maestros solo cuatro no pasaron, no está mal.

Es muy bueno para ellos, sobre todo es bueno que los maestros también tengan esa mentalidad de abrir y de incorporar cosas nuevas. El mundo siempre va cambiando, se va mejorando o se va intercomunicando en las formas de enseñanza. Por algo el Bolshói lleva maestros americanos; siempre fue al revés, siempre sacábamos los rusos. Ahora es al revés, porque hay una globalización también en la forma de enseñar y es lo que se busca. Entonces es bueno que el maestro esté abierto a cambiar, a aceptar que hay otras formas y que se necesitan para estar dentro del mundo.

EC —¿Cómo son los contratos de los bailarines?

JB —Los contratos son anuales, como siempre desde que yo estoy, se van renovando…

RC —O no, eso es lo interesante.

JB —O no, depende de su performance. Esta es una carrera que depende de vos también, no solo de los maestros, que podemos enseñar, hablar, dar posibilidades, pero también depende de ellos, es su carrera. Y a veces no todos están en la forma en que tendrían que estar y no se les renueva el contrato. Pero se les avisa con tiempo, se les dan posibilidades de audicionar en el último período en otros lados, para que no queden a fin de año sin nada. Y después de pasar el primer año ya entran en el sistema de despido, tienen todas las facilidades, aguinaldo, vacacional, licencia, todo…

EC —Es un elenco de 70 bailarines.

JB —Son 69.

EC —¿Y cuál es tu balance a esta altura, con todo este proceso de cinco años?

JB —Es maravilloso…

EC —¿Es ya el nivel que estás buscando? ¿Cuánto falta?

JB —Está en el nivel que yo quiero para empezar a buscar. Yo soy muy exigente y voy a ser exigente hasta el último día. Lo fui con mi carrera, no hay un nivel, un parate, siempre tenés para dar más. Veo que en la compañía ellos mismos han entendido cuándo hay diversión, cuándo hay trabajo, cómo separar, con qué rapidez se necesita aprender las cosas, con qué dedicación, con qué disciplina. Ha crecido muchísimo en eso, el nivel ha crecido muchísimo. En esta audición también, el año que viene se va a incorporar mejor nivel de lo que tenemos. Creo que es bueno para todos, porque al que no tiene ese nivel le exige ponerse a ese nivel, no quedarse y estar cómodo.

RC —Otro aspecto que también es parte de la formación de este cuerpo de baile es la oportunidad que le das a mucha gente al no haber categorías establecidas, que siempre la primera bailarina sea única, el primer bailarín… Yo he visto varios elencos, he visto que le has dado la oportunidad de estar en papeles protagónicos a mucha gente en cada una de las funciones. Supongo que esa es una forma de alentar que los jóvenes sueñen con que en una función les va a tocar hacer de Romeo.

JB —Todos tienen la misma posibilidad, depende de cada uno cómo aprovecharla. Este año vamos a hacer Romeo y Julieta ahora a fin de año, y como me dieron la libertad de armar un reparto e ir enseñando antes de que viniera el repositor, para que cuando viniera pudiera trabajar en otros detalles, no en enseñar los pasos, hice un listado de posibles Julietas, posibles Romeos, según lo que el coreógrafo buscaba, pedía. Pero después vino el repositor y fue quien eligió.

RC —¿Ya está acá?

JB —Sí. Todas tuvieron un día con él para mostrarse. Esto es acá, es esa hora que tenés con él, entonces… [vende] mucho. Hubo cambios con respecto a lo que yo había puesto, va a haber una nueva bailarina que va a hacer de Julieta, que es Nina [Queiroz], que será su primer rol protagónico. Es lo que es, todos tienen esa posibilidad, depende de cada uno.

EC —Teniendo en cuenta estas pinceladas que ibas dando, con las preguntas nuestras, a propósito de cómo ha evolucionado el BNS, en qué estado está, cuáles son las expectativas, lo que viene a continuación es saber cuáles son tus planes.

JB —Mis planes…

EC —¿Por cuánto tiempo más vas a seguir como director del BNS?

JB —Estoy bien, estoy feliz, estoy contento. Como dije, el Ballet me está dando una alegría que me está dando la energía como para tirarme más para el que para el no. Pero tengo una balanza con diferentes cosas, formas de comportamientos internos; a veces es como que hay que volver a empezar, a explicar. Como que volvés a organizarte y después volvés a desorganizarte…

EC —¿A qué estás aludiendo ahí? ¿Al cambio de gobierno? Con un cambio de gobierno incluso dentro de la misma fuerza política ¿hay detalles que hay que poner en marcha otra vez?

JB —Dentro de la institución a veces hay decisiones políticas que nadie quiere tomar, o si las están tomando llevan mucho tiempo. Yo quiero hacer todo ahora, con el Ballet en cinco años mirá lo que se hizo. Se pueden hacer esos cambios que se necesitan, el Ballet está como en una isla.

EC —¿Qué cambios?

JB —¡En eso no me voy a meter!

EC —¿En qué condiciones estás dispuesto a continuar como director?

JB —Yo te digo lo que me está pasando internamente, lo estoy balanceando y eso va a quedar internamente.

EC —Hay oyentes preocupados… “Ojalá que no nos deje Bocca, es un orgullo que haya puesto el Ballet uruguayo donde está. Un ejemplo de lo que logra la responsabilidad, el rigor profesional y el amor a su profesión”, dice María.

JB —Gracias. Pero lo importante es que en la compañía ya hay una base. Como le dije a un grupo, el motor son ellos, no es uno, el motor son ellos mismos. La idea es que vayan absorbiendo eso y tomen esa responsabilidad. La idea es que, pase quien pase, el Ballet siga estando, no es que si uno está va a estar y si uno se va no está. Hay que tratar de que no pase eso, el trabajo es de ellos. La gente ahora está yendo a ver al Ballet, saben que yo estoy, pero van a ver el Ballet, van a ver las producciones que se hacen, van a ver un auditorio maravilloso. Si uno no está eso tiene que seguir estando fuerte y tiene que seguir teniendo el apoyo que venimos teniendo para que no se pierda. Aparte tenés un auditorio que si no vive, si no tiene vida, va a ser un búnker enorme tratando de mantenerse con un costo infernal. Entonces está bien, uno es uno que va adelante tirando y empujando rocas, saltando y abriendo puertas, pero ahora ya esa base está, la compañía está, está firme, está fuerte, está presente, ya son una compañía profesional, pueden salir a cualquier parte del mundo y llevar bien el nombre. Eso también es importante, que ya le den la confianza a la compañía que se merece.

EC —Me queda claro que estás en conversaciones, que hay negociaciones de las cuales va a depender tu plan a futuro.

JB —Sí, estamos en eso.

EC —¿Cuándo se clarifica todo?

JB —Tiene que ser muy pronto porque ya termina el año.

***

EC —En cuanto a los espectáculos que están programados para celebrar los 80 años, lo más inmediato es una gala especial, 23 y 24 de noviembre. La idea, creo, es mostrar allí todo lo que ha hecho el BNS en estos cinco años.

JB —Sí, la idea es hacer un pequeño popurrí, no de todas las obras, porque es imposible, y porque tampoco me gustan los espectáculos tan largos, pero sí mostrar la diversidad que ha trabajado el Ballet, con coreógrafos como [Nacho] Duato, [Jiří] Kylián, [Willism] Forsythe, [Natalia] Makárova con [La] Bayadera, o Giselle, Lago [El Lago de los Cisnes], [Don] Quijote, Martín Inthamoussú, [Antony] Tudor, hay una variedad bastante importante que se va a mostrar en el escenario. La idea también es hacer todos los cambios escenográficos que podamos a la vista, para que también puedan ver un poco lo que pasa detrás del escenario. Y estamos trayendo tres invitados, una pareja del Teatro Colón, una parea del Ballet de San Pablo y un solista de la Municipal de Chile.

RC —Además incluiste a la Escuela Nacional de Danza.

JB —En el comienzo va a desfilar la Escuela Nacional de Danza, porque es el futuro.

EC —¿Cómo es el desfile? ¿Qué quiere decir eso?

JB —Es un desfile que la Escuela ya ha hecho, siempre lo hace en sus espectáculos de fin de año. Es simplemente una presentación de todos, desde el más chiquito hasta el más grande, caminando con una mazurca; es como una demostración de la cantidad de alumnos que hay. Y simplemente con caminar ya se nota la postura del bailarín o del futuro bailarín. Es emocionante ver a esos nenitos, y sobre todo para ellos estar en el auditorio desfilando va a estar bueno.

EC —¿Tú vas a estar arriba del escenario?

JB —Voy a estar corriendo… Sí, voy a estar, aparte se está preparando un video sobre los 80 años. Ayer en la conferencia de prensa presentamos también un video sobre valores, que se hizo con bailarines, para mandar a las escuelas primarias y secundarias –y poner quizás en las ceibalitas– sobre lo que es el compañerismo, el trabajo, la disciplina.

RC —Para hacer hincapié en qué valores se pueden demostrar a partir de la disciplina que significa llegar a ser un bailarín estrella.

JB —Tenés los valores de la disciplina, del comer bien, del compañerismo, del orden, de la continuidad del trabajo. Es un día en la vida de un bailarín, en la vida de un ser humano: levantarte, viajar en autobús, a tal hora parar a comer, no perder esa hora para no desbalancear tu cuerpo, un montón de cosas relacionadas con el ballet. La idea es que esos valores que a veces se pierden estén presentes también con la danza, poder relacionar y que los chicos vayan incorporando la danza como algo más cotidiano.

EC —En diciembre, para cerrar el año de festejos, van a presentar Romeo y Julieta. ¿Qué características tendrá ese espectáculo?

JB —Ese espectáculo es una de las grandes producciones que muy pocas compañías en el mundo tienen. Para mí es una de las mejores coreografías de Romeo y Julieta, de este gran coreógrafo inglés Kenneth MacMillan. Yo siempre pensé que esa coreografía había sido creada para Margot Fonteyn y [Rudolf] Nureyev, pero no, fue creada para Lynn Seymur, que era su musa, pero como el board del Royal Ballet quería que la estrenaran Margot y Nureyev, la estrenaron ellos. Esas cosas de chusmerío que también hay en la danza y es de 1965.

RC —Es bueno decir que es del siglo pasado, era un neoclásico con cierta contemporaneidad, no es el clásico más antiguo ni mucho menos.

JB —Pero tiene una vigencia increíble. Aparte al bailarín –lo he dicho muchas veces, para mí ha sido uno de los roles favoritos y que me ha identificado mucho– le da la posibilidad de crecer, de respirar, de vibrar, de bailar, de disfrutar. Musicalmente es maravilloso, coreográficamente como está ahí, puesto todo lo que es la escenografía, el vestuario, la coreografía, la música, también para la orquesta va a ser un desafío, será la primera vez que hace el ballet completo, un ballet de casi dos horas 45 minutos…

RC —Prokófiev.

JB —Prokófiev. Creo que va a ser maravilloso. Aparte se está haciendo la producción, todo lo que es vestuario, escenografía, utilería, tocados, todo se está haciendo en el Auditorio. Es algo que no siempre permiten hacer, porque a veces hay convenios con otras compañías, o al no conocer a la compañía no saben cómo va a funcionar, entonces la repositora o la que tiene los derechos no quiere arriesgarse. Sin embargo dio la posibilidad.

EC —Esa es una decisión que toma quien tiene los derechos.

JB —Exactamente.

EC —Eso habla bien del nivel que está alcanzando el Auditorio del Sodre en esas otras disciplinas, por ejemplo la escenografía.

JB —Exactamente. Los talleres están trabajando maravillosamente, están creciendo. Llevé a Gary, que es el respositor que vino a ver cómo van los telones pintados. Es maravilloso. Aparte tiene cantidad de cambios, tiene seis escenas en el primer acto. Es impresionante lo que se está haciendo. Tuvimos que mandar todo a Inglaterra para que se le diera el visto bueno, y no hubo nada en contra, al contrario, estaba todo bien. Así que muy feliz. Se va a levantar el telón y van a ver una producción increíble, creo que va a ser lo más grande que haya tenido el Auditorio en cuanto al Ballet.

RC —A mí me sorprendió que para el padre de Julieta hayas elegido un actor de primera como es Levón, un actorazo de la Comedia Nacional.

JB —Porque es un personaje más actoral que bailado y me pareció lindo también tener de otros cuerpos integrantes en los festejos de los 80 años.

RC —Y otra disciplina.

JB —Y que aporte toda su experiencia como actor, porque Romeo y Julieta es una obra muy teatral. Ahí está luchando con los pasos de baile que tiene que hacer, pero es maravilloso. Aparte lo van a estar acompañando Sofía Sajac, María Inés Camou, que van a estar ­­­haciendo la madre, Marlene Lago que va a estar haciendo la niñera, Julio Minetti también va a estar haciendo de padre.

RC —Son todos bailarines que ocuparon esos 80 años anteriores del cuerpo de baile, como pasó en Giselle.

JB —Exacto. Así que feliz, yo por lo menos, muy feliz.

***

EC —Después te paso los mensajes de los oyentes, o buena parte de los mensajes de los oyentes…

JB —¡Los buenos!

EC —Están llenos de cariño, de reconocimiento, algunos de inquietud, con la esperanza de que efectivamente sigas… Elijo este, que viene del barrio Lavalleja de Montevideo, del Movimiento Tacurú, y dice: “Los esperamos por el barrio Lavalleja, que necesita urgente un cambio cultural”. ¿Está previsto algo así? ¿El BNS puede ir a un barrio como este?

JB —Sí, ¿por qué no? Tenemos que ver las disponibilidades. Pero sí, estamos siempre tratando de ir a un montón de lados. Vamos desde Bella Unión a todo el país.

EC —Pero ¿dentro de Montevideo también cabe esa alternativa?

RC —Tiene un muy buen gimnasio, por ejemplo.

JB —Tendríamos que ver. Si está dentro de Montevideo se me complica porque tenemos el Auditorio. ¿A cuántos kilómetros está?

EC —Está cerca.

RC —Es un barrio marginal, sería muy bueno ir.

JB —Quizás se pueda hacer algo llevándolo más a la parte educativa, algo al mediodía, algo de conexión más directa.

RC —Una clase.

JB —Eso sí estaría bueno. Después pasámelo, si no, me voy a olvidar.

Vea el video de la entrevista

***

Transcripción: María Lila Ltaif

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