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Dos gigantes del entretenimiento, Netflix y Disney, están enfrentando crisis.
Son dos crisis bien distintas: la de la Walt Disney Company es política, surgida de su apoyo inicial y posterior rechazo a un proyecto de ley en el estado de Florida, donde están las instalaciones de sus parques de diversiones más famosos.
La de Netflix tiene que ver con una caída en la cantidad de suscriptores y en el precio de sus acciones, lo que llevó a la empresa a evaluar dar un golpe de timón y cambiar su estrategia de negocios. Se habla incluso de habilitar una suscripción más barata con publicidades.
Y ya que hoy por hoy hay que prestarle especial atención a estas compañías que se llevan tanto de nuestra atención, fueron las protagonistas de una nueva columna de Guerras del Streaming.
