EC —En los últimos años, Paraguay se ha transformado en un destino atractivo para inversores uruguayos de diferentes rubros, entre ellos los vinculados a la actividad agropecuaria. En el gobierno son conscientes del interés que despierta este socio del Mercosur, tanto que el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, señaló días atrás que muchos empresarios le han planteado la idea de cerrar sus puertas aquí y abrirlas en Paraguay.
La economía de ese país viene dando un salto gigantesco. En la última década el PBI aumentó a un promedio de 5 % anual y este año el crecimiento andará en el 3,5 %, una tasa levemente inferior a la previa, pero la más alta prevista en los países de nuestro bloque. El agro en particular aparece como el sector más fuerte, con 18,5 % del PBI.
Ustedes querían discutir esto. ¿Qué pasa? ¿Qué es lo que ha hecho a los empresarios uruguayos dirigirse a Paraguay?
GV —Yo conozco varia gente que ha invertido, me tomé el trabajo de averiguar y nosotros podemos plantear dos negocios, uno inmobiliario, comprar y vender, y uno productivo. Cuando uno analiza el inmobiliario, en Paraguay en los últimos 10 años algo que valía 100 hoy vale 500, se multiplicó por cinco, pero cuando miramos el negocio agropecuario en Uruguay la secuencia fue más o menos la misma. Y en el productivo nos sorprende que todos nos digan que los números en el mejor de los casos están igual que los ganaderos en Uruguay.
Entonces, primer punto, no fue necesariamente una decisión de oportunidad inmobiliaria ni productiva, porque en Uruguay tienen los mismos resultados. Posiblemente haya otras cosas.
EC —Cuando se inició esa corriente de inversiones uruguayas en Paraguay sí había una ventaja enorme en materia de precios.
GV —Claro, lo que acá en Uruguay costaba 1.000 allá costaba 100.
EC —Había que invertirle, pero igual la diferencia se notaba.
GV —Pero lo que valía 100 hoy vale 500 y lo que valía 1.000, acá vale 5.000. Entonces creo que hay que buscar por otro lado.
AB —Lo que hubo, es una realidad, es un aumento de inversión extranjera directa en Uruguay sobre algunos factores de producción –más allá de que no estoy seguro de que la compra de la tierra sea inversión por sí misma, solamente cambio de titularidad–, descalzado con Paraguay, entonces acá se vendía a 1.000 y en Paraguay se compraba a 300, y muchos productores ganaderos vendieron acá y compraron allá, ese fue el negocio.
EC —Ojo que la hectárea a US$ 300 en Paraguay no era equivalente a una hectárea en Uruguay, había que invertirle mucho, porque eran tierras selváticas.
HR —Sí, y también se vendía la madera que estaba sobre la tierra, se sacaban ciertas cosas.
EC —Pero igual había margen, había una diferencia grande.
HR —Los que tomaron esa decisión no la tomaron a ciegas, la tomaron porque tenían la información necesaria. Buena parte de los que invirtieron en Paraguay lo hicieron porque era lo mismo que había pasado antes acá y eso les permitió hacer sí, primero, un negocio inmobiliario, que después además transformaron en productivo.
CA —Un tema de inversión inmobiliaria, pero hay que ver que es un país que tenía un potencial muy importante. Están tomando la selva, que acá no existía, por eso también todo el potencial que ese país tiene para crecer. A nivel de lechería sigue lento, sigue creciendo, pero no tanto porque les pega mucho el tema climático, que a nosotros nos favorece. Todo lo que va hacia el sur favorece a la lechería.
EC —Los oyentes hacen sus aportes. Por ejemplo, Diego dice: “En Paraguay IVA 10 %, IRPF 10 %, IRAE 10 %”.
AB —Pobreza, 50 %.
EC —“SECRETO BANCARIO SE RESPETA A RAJATABLA PARA DEPÓSITOS, REGLAS DE JUEGO NO CAMBIAN CADA DOS AÑOS. NO LE DEN MÁS VUELTAS, ESAS SON LAS RAZONES”.
CA —Estoy de acuerdo.
RD —Todo con mayúsculas, además.
EC —Muy terminante. Pero a continuación hay otro mensaje que dice: “Paraguay tiene bajos impuestos, sí, pero no hay amparo social ni reglas claras”.
AB —Mortalidad infantil, 50 %.
CA —¿De qué Paraguay vamos a hablar? A Paraguay lo divide el río Paraguay, y hay un Paraguay que está superpoblado, que es el de la parte oriental, donde está el 90 % de la población, y la parte izquierda, de la que estamos hablando, el Chaco, que es la zona selvática, es la que están colonizando los uruguayos. Se estima que hoy hay dos millones de hectáreas en manos de uruguayos, lo cual me preocupa, porque habría preferido que esos productores se hubieran quedado en el país. Hay productores y hay técnicos uruguayos que están yendo, técnicos jóvenes, que me habría gustado que se quedaran en el país para dar lo mejor de ellos.
¿De qué Paraguay estamos hablando? ¿Del Paraguay que tiene una precipitación de 1.800 a 1.200 hasta el río Paraguay o del Paraguay seco, que es donde están lidiando estos grupos y estos compatriotas? A su vez, a pesar de que no tienen agua, tienen el mejor reservorio acuífero en la zona noreste de Paraguay, a 100 metros tienen agua dulce para los ganados. El problema de Paraguay más que nada es un tema de costos, van porque es un buen negocio, porque compraron a 300, le ponen 500 para sacar la foresta –está regulado, no es esa fantasía de que están destruyendo la selva–, y en esa área se está produciendo. Un país que hace 40 años tenía la misma población que Uruguay hoy tiene el doble, creando un mercado interno. Hoy están exportando a los mismos mercados de carne y a paso agigantado hay dos Paraguay, un Paraguay pobre, un Paraguay guaranítico, y un Paraguay rico, del cual no se puede hablar sin hablar también del fenómeno menonita.
