EC —Estados Unidos está plantado…
RD —Está todo sembrado.
GV —Es hemisferio norte, nosotros tenemos plantados los cultivos de invierno, Estados Unidos tiene plantados los cultivos de verano. De aquí para adelante el mercado va a leer todas las semanas qué esté pasando con el clima de Estados Unidos. Si el clima de Estados Unidos es favorable, el serrucho hará hacia abajo, y al revés.
ANDRÉS BERTERRECHE (AB) —En primer lugar, yo vengo sosteniendo una tesis de que hay un conflicto dentro del propio sistema capitalista, y esto lo demuestra fervientemente. Hay una contradicción entre el capitalismo productivo y el capitalismo meramente especulativo cuando este tipo de productos se transforman exclusivamente en efectos de la especulación financiera. Eso es complicado. Al Uruguay hasta le puede llegar a servir, porque puede aumentar, porque permite las cosas a futuro, pero también le trae tremendas complicaciones por la propia variabilidad y artificialidad que genera eso.
Siempre recuerdo la anécdota que me hacía mi padre sobre la época de la hiperinflación alemana previa a la Segunda Guerra Mundial, cuando la mejor inversión era comprar un tanque de arenques para volverlo a vender, y así sucesivamente. El problema es que el último, que era el que se quería comer los arenques, cuando abría el tanque estaban todos los arenques podridos. A un precio bárbaro, sí, pero los arenques ya no servían.
Eso puede estar pasando con alguna parte del sistema productivo a nivel global. Porque antes era claro, la lana bajaba o subía, según el stock que tenía Australia, se fijaba más o menos así y esas eran las expectativas que se tenían. Después estaban los problemas de clima circunstanciales.
Pero ahora hay otro problema. Los británicos deciden salirse y hay un nerviosismo en la gente que compra pero que a lo mejor ni siquiera consume soja. Es complicado. No sé lo que puede llegar a pasar si gana Donald Trump en Estados Unidos. Los agricultores nacionales saben de la variabilidad, pero no pueden saber de la geopolítica circunstancial, con las variaciones que hay además, porque hay muchas cosas que se cuentan cada 10 años, cada cinco años, cada tres años, y es imposible preverlas.
EC —El propio brexit. En los días previos se tendía a pensar que no salía.
AB —Es que nadie apostaba demasiadas fichas, y salió. Y a partir de eso hay movimientos en los precios de la soja. Esto puede ser buenísimo para los que se dedican a la borra del café, al tarot, a las ciencias ocultas, pero desde el punto de vista de tratar científicamente una empresa o una producción, realmente dificulta.
PABLO CARRASCO (PC) —Es muy compleja la mezcla de especulación y producción. Por suerte en el caso de la carne eso no funciona así, es mucho más primario: hay gente que quiere comer más carne y hay escasa oferta y sube.
En cuanto a esto del cruce de este cisne negro, el brexit, me parece que sensatamente es muy difícil que alguien nos cuente primero para dónde va, y yo lo dividiría en tres escenarios. Acá se divorciaron dos, puede ser una catástrofe de uno, una catástrofe del otro o puede no ser catástrofe para ninguno y en ese caso estaríamos en el mundo actual.
En el caso de que todo siga igual yo tengo una sensación global –pero es mucho más intuitiva que lo que de repente nos puede aportar Gabriel– de que lo peor de aquella crisis de precios ya pasó, que no tenemos seguramente demasiadas expectativas de que siga subiendo y estamos muy cerquita de un precio nivel.
EC —¿Lo podés repetir?
PC —Tengo una visión de que en el caso de que este cisne negro se eche en el nido y volvamos al mundo que teníamos antes del viernes, es bastante claro que lo peor de los precios de la soja y los commodities en general pasó…
EC —Pasó hace tiempo ya.
PC —Un par de meses, no mucho más que eso. Y tampoco veo hacia delante, salvo tragedias climáticas, que todavía no se sabe. Hoy los cultivos americanos están en los mejores estados que se recuerden, es decir que tiene que pasar algo serio para que esto cambie, y por esa razón yo tampoco veo hacia delante posibilidades de un precio mayor. Estamos muy cerquita de lo que va a ser el precio por varios meses.
EC —Y con este precio, ¿qué pasa con la agricultura en Uruguay?
GV —Sin duda cambian los números.
EC —¿Para qué lado?
GV —A favor. En las crisis uno tiene que aprender y acomodar un poco los zapallos en el carro. Cuando la soja venía subiendo, subiendo y subiendo todos nos convertimos en ineficientes porque lo que hacía el negocio era el volumen de área. La crisis nos llevó a reducir el área, restringirnos a áreas más productivas, a reducir costos. Si seguimos con los pies en la tierra, con esas cosas que corregimos en la crisis y tomamos los valores actuales indudablemente el resultado económico va a mejorar.
RD —Siempre considerando que hay separar propietario y arrendatario. ¿Cómo ha influido el costo de la renta?
EC —Cuando Rossanna dice renta, ojo que habla del alquiler de la tierra. Todo el tiempo hablamos de renta en otro sentido; el IRPF es otra cosa, es la renta concebida como ganancia. Acá renta es alquiler.
RD —Lo que tienen que pagar por el alquiler de la tierra.
EC —La renta, el alquiler de la tierra se había disparado muy alto cuando los precios de la soja estuvieron por las nubes. ¿Qué estaba pasando últimamente?
PC —Los alquileres de la tierra se racionalizaron bastante, cambió la forma de encararlos. Hace dos, tres años teníamos alquileres fijos en dólares, como quien alquila un apartamento en Montevideo; así se alquilaban los campos en muchos casos, aislándose totalmente de la producción. Eso no es correcto porque si uno tiene una buena producción puede realmente pagar más, y si la producción es mala, si el precio es malo, si pasa algo en el medio, no debería poder pagar tanto. La consecuencia de eso fue la muy mala situación que pasamos el año pasado y este año. Hizo fue se reacomodaran los zapallos en el carro, como dice el dicho, que se renovaran rentas, que se acomodaran rentas que seguían vigentes.
RD —Se pasa de dólares a kilos.
PC —Se pasó mucho de dólares a kilos y en algunos casos también se volvió a la vieja medianería de hace 30 años, que era porcentaje del rendimiento del campo. Ahí el dueño del campo juega el partido, no solo en el rendimiento del cultivo, sino en el precio también.
GV —Y se ve además porcentaje sobre la renta del negocio, sobre el resultado económico también porcentaje.
