Con el director Juan Ignacio Fernández Hoppe, quien estrena su segundo largometraje, «El retrato de mi padre»
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José Miguel Onaindia con el director, montajista y guionista Juan Ignacio Fernández Hoppe. Después de “Las flores de mi familia”, su premiado primer largometraje, vuelve a las salas con el documental «El retrato de mi padre», que se presentará durante la segunda edición del DocMontevideo el próximo 5 de octubre. Su última película trata la relación del director con su padre, quién fue encontrado muerto en la playa con psicofármacos entre sus cosas cuando Juan Ignacio Fernández Hoppe tenía ocho años.
«Para hacer esta película tuve que prestarle la cámara a ese niño de 8 años que no creyó del todo que su padre había muerto, porque la muerte es cosa de adultos. Solo ese niño podía creer que retratar a su padre era una especie de juego de encastre de piezas. Si me esfuerzo lo suficiente, si logro filmar sus pertenencias de tal o cual modo, si filmo la playa donde lo encontraron ahogado, o si escuchamos su música, o qué tal si consigo que mi madre confiese lo inconfesable. En definitiva, si reúno todas las piezas necesarias, lo voy a lograr: podré traerlo de vuelta a la vida. Pero no funciona de esa manera. Porque los objetos son mudos, los expedientes nunca dicen toda la verdad y los testimonios siempre son insuficientes», explica el director.
