Por Fernando Butazzoni ///
El paro general de la semana pasada volvió a mostrar una contradicción importante en el seno de las fuerzas del progresismo uruguayo. Por un lado, algunos sectores del Frente Amplio apoyaron de manera explícita la medida de paro, como el Partido Comunista y el Partido por la Victoria del Pueblo. Por otro lado, los sectores más afines a la actual conducción del gobierno expresaron sus discrepancias y marcaron sus diferencias.
El PIT-CNT, que convocó al paro general, que lo evaluó positivamente, que calculó en un millón el número de adherentes a la medida, y que auguró una conflictividad gigantesca para el segundo semestre de este año si no se modifican las actuales pautas salariales, tiene integrados en su dirección a destacados militantes de la izquierda. En todo caso, ellos se definen como “progresistas”.
La pregunta es entonces dónde está la brecha, la zanja que separa a unos de otros. Es verdad que hay diferencias históricas significativas, pero también es cierto que unos y otros se han comprometido, en reiteración real, a trabajar y forjar la unidad de todo el movimiento sindical uruguayo. Por cierto que hasta ahora no lo han logrado.
Lo que subyace en el fondo de estos corcoveos es una diferencia de interpretación en cuanto a la realidad. Donde unos ven las uvas verdes, otros ven al zorro que merodea. Eso por lo menos se desprende de la “Plataforma” con la que se convocó al paro, que más bien parece una carta a los Reyes Magos. Resumida: 1) En defensa de los puestos de trabajo y la inversión pública. 2) Modificación de las pautas salariales en sector público y privado priorizando los salarios más sumergidos. 3) Rechazo al ajuste fiscal propuesto por el Gobierno entendiendo que recae sobre el trabajo y no sobre el capital. 4) Rechazo a los recortes y postergación en la Rendición de Cuentas. 5) Por una Seguridad Social sin AFAPs, solución para los “Cincuentones”. 6) Por una negociación real de cara a la Rendición de Cuentas.
Por desgracia la realidad es lo que es, y eso no tiene levante. La situación económica del Uruguay, del Mercosur y del mundo en general es un tanto precaria, los desequilibrios son notorios, los precios de los productos que exportamos han caído y la incertidumbre reina tanto en EEUU como en Europa, para no hablar de nuestros vecinos, Brasil y Argentina, envueltos en gravísimas crisis sociales, políticas y económicas, donde está en cuestión la moral política de los gobernantes.
Y en EEUU, ¿ganará Donald Trump? Y la Europa próspera, ¿podrá enfrentar con éxito la salida de Gran Bretaña de la Unión? ¿Otros países seguirán el mismo camino? ¿Cómo impacta todo eso en nuestra vida cotidiana?
Son preguntas razonables, que no parecen estar en la agenda de quienes resolvieron convocar al paro general. Sin embargo, esas consideraciones necesariamente deben estar en la reflexión tanto táctica como estratégica del Gobierno. Y las respuestas a estas preguntas, cuando se está en el Gobierno, generan hechos políticos, sociales y económicos. La Rendición de Cuentas enviada por el gobierno al Parlamento contó con el aval expreso del Frente Amplio. Sin embargo, para sorpresa de muchos, ahora resulta que esa Rendición deberá ser revisada y eventualmente modificada.
Hay una pulseada, sin duda. Una pulseada por parcelas de poder, por chacras y chacritas. Por minutos de televisión y por cantidad de menciones en Twitter. Pero también hay dos concepciones bien distintas acerca de la sociedad, del desarrollo de la vida social y del destino del Uruguay como nación. Una y otra vez las urnas han hablado al respecto. Pero para algunos, ese idioma ha perdido actualidad.
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El diario del lunes es el blog de Fernando Butazzoni en EnPerspectiva.net. Con esta columna da comienzo a unas breves vacaciones. El reencuentro con los lectores será el próximo lunes 8 de agosto.