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El diario del lunes
Cumbre del clima: dinero o futuro

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Por Fernando Butazzoni ///

Hoy comienza en París la Cumbre del Cambio Climático, organizada por Naciones Unidas. Muchos tienen expectativas sobre los acuerdos que allí se puedan alcanzar. Otros, en cambio, son pesimistas. Algunos expertos consideran que, de cualquier manera, la solución llegará, si es que llega, demasiado tarde.

Cuando estuve en la Antártida, a comienzos de este año, la preocupación conservacionista era creciente y se manifestaba a cada paso, con una fiscalización extrema sobre cada una de las actividades que se llevaban a cabo en aquellas lejanías. Era un síntoma. El panorama resultaba un tanto sombrío: varios de los científicos que viajaron conmigo me dijeron que los cambios en aquella zona del mundo debían de ser doblemente preocupantes: porque eran globales y porque eran irreversibles.

En varios informes se mencionaban especies exóticas, tanto vegetales como animales, que habían sido introducidas de forma involuntaria por los humanos en las últimas décadas del siglo XX y que, de a poco, se aclimataron para sobrevivir. Los reportes referían la presencia de algas, líquenes y hasta gramíneas resistentes a la oscuridad y al frío del invierno polar. También se mencionaba la detección de algunos mosquitos, y el incremento sostenido de la población de pingüinos Adelaida en todas las regiones costeras del este, producto del derretimiento de los hielos.

Por otra parte, ya eran conocidas off the record las primeras conclusiones de Jane Younger, una investigadora de la Universidad de Tasmania, especializada en biología molecular, que había trabajado en el terreno estudiando el incremento en la población de pingüinos Adelaida. Ahora, justo antes de la cumbre de París, coinciden en ser publicados dos informes: el de la propia Younger, que fue dado a conocer hace nueve días, y el de Richard Jones, un científico de la Victoria University, en Wellington, Nueva Zelanda. Su trabajo vio la luz el pasado viernes. La conclusión final de ambos es la misma: hay pruebas contundentes y definitivas del derretimiento de los hielos antárticos. Y todos coinciden en que dicho proceso es más grave aún en el Ártico.

Los australianos y los neozelandeses están muy preocupados por eso, pues algunos modelos matemáticos sugieren que la licuación de la capa de hielo podría elevar el nivel de los océanos en varias decenas de metros. Esto no ocurrirá en una década ni en un siglo, pero sí probablemente en dos siglos. O sea que, dentro de 200 años, buena parte de la tierra firme del planeta estará bajo agua.

Los dos trabajos científicos no hacen más que reafirmar lo que durante años se ha sostenido desde ámbitos académicos. Se dirá que su difusión justo ahora es oportunista, pero ocurre que en la cumbre de París se enfrentarán dos grandes tendencias. Por un lado los que reclaman frenar las emisiones de gases de efecto invernadero. Por el otro los que necesitan mantener los actuales niveles de producción. Cada quien hará su lobby en París. El dilema parece ser: dinero o futuro.

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El diario del lunes es el blog de Fernando Butazzoni en EnPerspectiva.net. Como no podía ser de otra manera, actualiza todos los lunes. El próximo lunes 7, sin embargo, El diario del lunes se ausentará con aviso. El reencuentro con los lectores será el lunes 14.

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