Por Fernando Butazzoni ///
Si algún argumento extra necesitaban los partidarios de reformar la Caja Militar (además de los cientos de millones de dólares que cuesta anualmente), el mismo les fue dado graciosamente la semana pasada por el propio Centro Militar, institución firmante de un comunicado que al Gobierno en general, y al ministerio de Economía en particular, les cae como anillo al dedo, tanto que algún malpensado podría leer ese documento con cierta suspicacia.
En el escrito, al que se le ha dado abundante difusión, los señores oficiales(r) que integran la organización social llamada “Centro Militar” reflexionan con profundidad acerca del sacrificio que implica la carrera de las armas y las obligaciones y deberes del soldado, pero lo hacen desde una premisa falsa, que es además la coartada para la elaboración de un comunicado claramente denigratorio.
Dicha premisa indica que “se le quiere hacer creer a la población que la situación de la Caja Militar es la gran responsable del déficit fiscal”. En realidad, pareciera que los redactores del libelo de marras le quisieron hacer creer a la población que el tal comunicado era necesario, y para ello atribuyeron al Gobierno una intención sibilina.
Luego de enumerar algunas de las causas del abultado déficit de la Caja Militar, todas ellas de larga data, el escrito de los señores oficiales(r) abunda en consideraciones políticas de distinto tenor, las que pierden toda fuerza por la ya mencionada atribución de intencionalidad y por un lenguaje que, exprofeso, nos retrotrae a las malas épocas.
Así, encontramos en dicho alegato las consabidas menciones al “errático camino” del Gobierno, al “ataque frontal” que sufre la “institución militar”, a los “viejos servidores” y, por supuesto, a quienes “están regando con su sangre” la incapacidad de los políticos, jueces y fiscales.
La debilidad intrínseca del comunicado estriba en sus consideraciones políticas, ya que parece claro que quienes actualmente gobiernan el Uruguay no tienen las mismas orientaciones que los señores oficiales(r) que redactaron el documento. Una respuesta sencilla sería: esperen a las próximas elecciones y voten por quien mejor represente sus intereses.
Pero también de eso se ataja el comunicado. En el último párrafo del mismo se señala: “Para finalizar informamos que este Centro Militar realizará todas las acciones necesarias para defender a la Institución Militar de estas políticas discriminatorias y estigmatizantes”.
¿Cómo debe interpretarse dicha declaración de intenciones? Los militares retirados deberían ser conscientes de que algunas frases, con determinadas firmas, tienen connotaciones especialmente negativas. Un gesto razonable, el de defender los intereses de sus asociados, se vuelve así un formidable argumento en contra. Astori de parabienes.
Entre tanta retórica castrense, además, en el comunicado se olvidaron de mencionar a la patria, cosa que también llama la atención.
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