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El diario del lunes
Represión y oportunismo

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Por Fernando Butazzoni ///

Hay quienes comparan la desocupación del edificio del Codicen con los incidentes ocurridos en el Hospital Filtro en 1994. Otros van más lejos y recuerdan las manifestaciones del 68 en la resistencia al pachecato. Si no fuera tan grosero podría resultar divertido: es como comparar a Irma Leites con Rosa Luxemburgo.

Lo cierto es que muchos se lo creyeron, pese a las evidencias en contrario y a los años transcurridos entre aquellos episodios y estos sucesos. La manija tiene sus cultores, del mismo modo que la provocación tiene sus especialistas. Los que ahora hablan de represión lo hacen con oportunismo y, peor todavía, con irresponsabilidad.

En ese juego de semejanzas forzadas, el edificio del Codicen fue durante varios días la trinchera desde la cual los estudiantes, muchos de ellos menores de edad, creyeron combatir la insensibilidad del gobierno, la terquedad economicista del malvado Astori y sus secuaces, las injusticias de la carrera docente en Secundaria y hasta la distribución de los recursos disponibles en el ámbito educativo.

Hubo auditorio: varios legisladores hablaron con ellos y les dijeron que la plataforma de la ocupación estaba buena, que le dieran para adelante y que, si llegaba la orden de desocupar, ellos estarían allí para garantizar que todo se hiciera de forma pacífica.

Como se aprecia, esos estudiantes no fueron los principales actores del golpe publicitario en las puertas del Codicen; resultaron ser piezas funcionales a una movida en la que hubo otros participantes con intereses diversos. Es necesario, entonces, detenerse en este punto y establecer con claridad las responsabilidades políticas de fondo.

Algunas son obvias: la Plenaria Memoria y Justicia estaba ahí, el sindicato del taxi estaba ahí, y algunos otros grupos que se han quedado calladitos también estaban ahí. Con diferentes grados de retórica, esos grupos han dado su interpretación política de los hechos.

Pero hubo otras responsabilidades menos evidentes, relacionadas con la postura que algunas organizaciones han mantenido respecto al presupuesto, a los fondos para la educación y a las movilizaciones en torno a esos temas. La manija del 6 % no es gratis, y eso deberían haberlo sabido quienes alentaron de diversas formas la ocupación del Codicen.

Parece ilógico que sectores políticos con representación parlamentaria, que forman parte de la bancada de gobierno y que contribuyeron con sus votos a la victoria de Tabaré Vázquez en las pasadas elecciones nacionales, utilicen el doble discurso y borren con el codo lo que habían escrito en la campaña electoral con la mano. Al oportunismo de los agitadores del momento debe agregarse entonces el oportunismo de quienes pretenden ser gobierno y oposición al mismo tiempo.

El panorama es bien distinto al de hace un año. A estas alturas, con la crisis regional golpeando a nuestra puerta y con la amenaza de que el Brasil entero se nos caiga encima, la ley de Presupuesto que se discute en el Parlamento debería llamarnos a todos a la reflexión: es justamente ese proyecto de ley el que está en la raíz de los episodios ocurridos en el Codicen.

Es cierto que el proyecto presupuestal no es la Biblia, pero casi. Por lo menos así tendría que ser para los legisladores del Frente Amplio. Al futuro hay que desafiarlo con responsabilidad. Resulta fácil volantear billetes desde una tribuna. Lo difícil es enfrentar después las consecuencias.

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El diario del lunes es el blog de Fernando Butazzoni en EnPerspectiva.net. Como no podía ser de otra manera, actualiza los lunes.

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