Por Fernando Butazzoni ///
Según algunos voceros de la izquierda más conservadora, la información que se maneja actualmente sobre Venezuela está distorsionada y manipulada por la “derecha continental”, en alianza con los “medios de comunicación hegemónicos”, entre los que ha ocupado un lugar muy destacado la cadena de televisión CNN en español.
Pretenden darnos gato por liebre, dicen. La realidad es exactamente al revés. El mayor volumen de información sobre Venezuela proviene de la izquierda venezolana, alejada por cierto de cualquier discurso neoliberal o imperialista. También destacados intelectuales como Teodoro Petkoff, Javier Biardeau, Heinz Dieterich y Noam Chomsky, entre otros muchos, han contribuido a mostrar el panorama en su real dimensión: lo que allá ocurre es un desastre de grandes proporciones.
Voy a mencionar algunos ejemplos, para demostrar que a la falacia de una supuesta revolución bolivariana se le agrega ahora la falacia de una supuesta conspiración mediática orquestada por oscuros intereses geopolíticos. Todo eso es falso. La verdad está en otro lado, dentro de Venezuela.
Bandera Roja, partido político conformado por ex guerrilleros de ideología marxista leninista, ha señalado en uno de sus últimos comunicados que: “El pueblo venezolano está cansado de estafas y fraude y no se quedará pasivo ni tranquilo si las mafias gubernamentales pretenden cerrar el paso al cambio”.
El partido Socialismo y Libertad, de origen leninista y proletario, dice en un editorial titulado La debacle del chavismo que “El pueblo venezolano padece innumerables penurias. (…) Los trabajadores y el pueblo pobre estamos pagando el costo de la crisis.”
El lingüista estadounidense Noam Chomsky ha dicho en una reciente entrevista que “la tremenda corrupción y la incompetencia del país nunca lograron liberarse de la dependencia casi total de una exportación única, el petróleo.”
Y por si fuera poco, en el sitio web Aporrea, epítome del chavismo y pregonero incansable del socialismo del siglo XXI, arrecian las críticas descarnadas al actual gobierno. Uno de sus columnistas, Javier Vivas, escribe sobre lo que él llama “la muerte de la revolución bolivariana” y le trasmite “al presidente Maduro que si algo está promoviendo su gobierno sobre la población es la multiplicación de las tres C: Corrupción, Capitalismo y Consumismo, en tiempos de una espantosa crisis económica.”
No solo la derecha se opone al presidente Maduro. La mayor parte de la izquierda, dentro y fuera de Venezuela, opina lo mismo: en ese país campean la pobreza, la corrupción, la escasez, el nepotismo y una inflación de tres dígitos. La versión de que todas esas críticas son parte de una campaña desestabilizadora es tan falsa como la etiqueta de revolución bolivariana. Ya sea por pereza mental o por prejuicios ideológicos, los voceros de esa izquierda anquilosada se empeñan en sostener, con cháchara revolucionaria, la ilusión política de una estafa que es además una tragedia social.
Por último, un apunte al margen. En Uruguay resulta contradictorio que la dirección del PIT-CNT, en una nueva muestra de desconexión con la realidad, critique al secretario general de la OEA Luis Almagro por “meterse en los asuntos internos de Venezuela” y, al mismo tiempo, explicite su apoyo al Gobierno de ese país. El mensaje parece ser: no te metas si estás en contra, metete si estás a favor. Eso se llama doble discurso, o como escribiera el impar George Orwell “tener la facultad de sostener dos creencias contrarias simultáneamente”. Pero los hechos son los hechos: un gato no es una liebre, ni siquiera en Venezuela.
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El diario del lunes es el blog de Fernando Butazzoni en EnPerspectiva.net. Como no podía ser de otra manera, actualiza los lunes.