Por Rosanna Dellazoppa ///
El pasado 21 de noviembre se publicó en el diario oficial la Ley N° 19.000 que declara el 30 de abril de cada año como el “Día del Trabajador Rural”, estableciendo que este día será un feriado no laborable pago para aquellos trabajadores que se desempeñen en dicha actividad.
¿Quiénes están comprendidos?
De acuerdo a la definición dada por el Estatuto del Trabajador Rural, se entiende por tal a toda persona física que bajo la dirección de otra persona, ejecuta habitualmente trabajos rurales fuera de zonas urbanas, percibiendo como contraprestación una remuneración económica.
¿Cuáles son las implicancias de esta declaración?
Esta Ley declara al 30 de abril como feriado no laborable pago, para todos los trabajadores rurales.
El carácter de no laborable implica, por un lado, que en ese día existe en principio una prohibición general de trabajar, es decir que se trata de un día de descanso obligatorio.
Sin perjuicio de lo anterior, en aquellos procesos productivos que no admitan interrupción, el empleador tiene la potestad de determinar si se trabaja o no en este día.
Por su parte, la declaración de este día como feriado pago, implica que en caso de no trabajar el empleado deberá percibir su remuneración como si efectivamente hubiere trabajado, y en el caso de que sea convocado y trabaje durante el día feriado deberá percibir el doble de su remuneración diaria habitual. En caso de que el trabajador concurra a trabajar y realice horas extras, las mismas se remunerarán con un 150% de recargo sobre el valor de la hora simple en día hábil.
Adicionalmente la Ley establece que durante dicho día el Poder Ejecutivo deberá organizar y promover actividades destinadas a difundir la importancia de la labor del trabajador rural en el país.
Hasta aquí, la información que debemos conocer todos.
En esta columna quisiera reconocer a los trabajadores de este sector que es motor de la economía del país. En primer lugar, dedicándoles este espacio que me permite llegar a toda la audiencia.
En segundo lugar, quiero reconocer a todos aquellos que han elegido esta profesión como forma de vida, han honrado la naturaleza, han acompañado los desafíos de crecimiento del país aprendiendo cada vez más, adaptándose con apertura y profesionalidad, y sobre todo, con compromiso por lo propio y lo de todos. Y también, trasmitiendo a sus hijos, vecinos o pares el conocimiento adquirido en su vida sobre esta noble actividad como es el trabajo en el campo, y que, de no hacerlo, es una riqueza intangible que se pierde.
A todos ustedes -sé que algunos están escuchando-, a todos ellos a través de sus empleadores que escuchan, un cálido y sentido reconocimiento.
¡Feliz día del trabajador rural!