Por Mariana Wainstein ///
“La mitad de los estadounidenses nunca ha leído un periódico. La mitad de ellos nunca vota por presidente. Uno esperaría que fuese la misma mitad”
Gore Vidal
¿Qué podemos esperar del espectáculo político en EEUU, de aquí a las elecciones de noviembre? Observar a los dos candidatos, Hillary Clinton y Donald Trump. La construcción de sus personajes, las historias que nos quieren contar. Aguardar el show de las convenciones: ¿Superarán el presupuesto de US$ 200 millones de eventos anteriores? ¿Hablará Clint Eastwood en la convención republicana como lo hizo en 2012? ¿Qué harán los republicanos con su candidato? ¿Bajarán la cabeza ante el triunfador o habrá protestas internas relevantes?
Hillary representa el establishment del Partido Demócrata. No ofrece sorpresas en ese sentido. Pero al ser la primera mujer candidata a llegar a la Casa Blanca tiene varias historias que tejerá en una sola, para explicarnos el sentido heroico de su gesta, como mujer, como esposa de un ex presidente que resignifica su lugar en el mapa político y concretamente en la Casa Blanca si se cumple su sueño de regresar allí.
Trump es el outsider, le ganó a los candidatos que claramente representaban las opciones más tradicionales del Partido Republicano, y ahora tenemos por delante el espectáculo de verlo asumir ese poder en una convención. ¿Cambiará su personaje? ¿Cuál será la relación con la audiencia? ¿Cómo responderán los medios? ¿Habrá una teatralidad especial de parte de la sociedad en contra de las vociferaciones racistas de Trump?
El escenario se pone sus mejores galas y el show va a comenzar su último acto. Claro, después de las elecciones vendrán escenas menos espectaculares pero relevantes para el futuro de la audiencia.
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La política a escena es el blog de dramaturgia política de Mariana Wainstein. Actualiza los jueves.
