Por Ricardo Soca ///
En cierta época, siglos atrás, cuando eran corrientes los castigos corporales, se solía desnudar a la víctima para que sufriera el castigo sin la protección de la ropa. Azotar a alguien “a calzón quitado” significaba desnudarlo antes, una práctica que se llevaba a cabo en los casos más graves.
En la actualidad, hablar con alguien “a calzón quitado” es hacerlo con sinceridad absoluta y sin rodeos ni remilgos, sin tener cuidado por el dolor que nuestras palabras le puedan causar al interlocutor; equivale a hablar “sin pelos en la lengua”.
El uso primitivo de la expresión, aplicado al acto de ‘propinar una zurra’, aparece todavía en una crónica peruana publicada en 1938, bajo la firma de Juan A. Corrales, disponible en el corpus de la Real Academia Española: "[…] le sugirió la iniciativa de disponer que se chapara a mi hombre con el objeto de propinarle una latiguera a calzón quitado con fines terapéuticos."
***
Lengua curiosa, el blog de Ricardo Soca en EnPerspectiva.net, actualiza los martes con los secretos que albergan las palabras en su significado. El primer martes de cada mes incluye también una de sus Grageas de lenguaje.