Por Ricardo Soca ///
Si el trabajo constituye para usted una tortura, sepa que esa asociación de ideas es por lo menos tan antigua como el origen de la palabra, que no proviene del latín labor, que nos dejó labor, laborable y laboratorio, sino de tripalium, que era el nombre de un temible instrumento medieval de tortura.
Tripalium ’tres palos’ es un vocablo del bajo latín del siglo VI de nuestra era, época en la cual los reos eran atados a un artefacto de ese nombre, una especie de cepo formado por tres maderos cruzados donde quedaban inmovilizados mientras se les azotaba.
De tripalium derivó inicialmente en romance tripaliare ’torturar’ y, más adelante, en castellano antiguo, trebajo ‘esfuerzo’, ‘sufrimiento’, ‘sacrificio’. En el catalán de la Edad Media, treballar significaba ‘sufrir’. En francés, entre los siglos XIII y XVI, travailler significó ‘sufrir’ y solo en el siglo XVII pasó a equivaler a ‘trabajar’. El italiano travagliare, en Dante y otros escritores de su época, significaba ‘sufrir, penar’ y hoy se emplea en esa lengua sobre todo para los dolores del parto.
El antiguo castellano trebajo evolucionó hacia trabajo, vinculándose poco a poco con la idea de ‘labor’. Lo mismo ocurrió en francés, lengua en la cual travailler pasó a significar ‘trabajar’, mientras que los ingleses le dieron la forma travel y un nuevo significado, asociándola primero a la idea de ‘viaje cansador’ y, más tarde, simplemente, a ‘viaje’.
Grageas de lenguaje
¿Cuándo se tilda la palabra se?
En dos casos: 1) cuando es flexión del modo imperativo del verbo ser. Sé un buen niño o 2) cuando es flexión del modo indicativo, tiempo presente, del verbo saber, primera persona del singular. Yo sé escribir.