Por Ricardo Soca ///
Definida por el Diccionario como «mixtura de una sustancia grasa y otros ingredientes, que se emplea como cosmético o medicamento», pomada se deriva del latín poma, plural neutro de pomum ‘fruta de carozo’.
Los romanos llamaban así a las frutas de mayor tamaño, pero no a las más pequeñas —las uvas, por ejemplo—, como demuestra la frase de Ovidio: nec pomo feta nec uvis (que no dé frutas ni uvas).
En las lenguas romances, pomum y sus derivados se especializaron para denominar a la manzana, como ocurrió con el vocablo castellano poma, el francés pomme o el italiano pomello. La papa o patata se llama pomme de terre en francés y pomo de terra en italiano.
En la Italia renacentista se preparaba un cosmético con aroma de manzana, llamado pomata, muy apreciado por los franceses, quienes adaptaron su nombre como pommade y así lo difundieron al resto del mundo. Con el paso de los años, el nombre del antiguo cosmético del Renacimiento se fue extendiendo a todo tipo de ungüentos, principalmente medicinales.
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Lengua curiosa, el blog de Ricardo Soca en EnPerspectiva.net, actualiza los martes con los secretos que albergan las palabras en su significado. El primer martes de cada mes incluye también una de sus Grageas de lenguaje.