Video: Netflix
Por Eduardo Rivero ///
En el espectáculo norteamericano todo suele comenzar en Broadway, el micromundo teatral que ocupa unas pocas manzanas en el Midtown Manhattan, New York, y que desde comienzos del siglo XX es fabricante de éxitos y de estrellas. Quien lo logra en Broadway, tiene el camino allanado para hacerlo en Hollywood. Los éxitos de Broadway -por citar algunos, The Sound of Music, My Fair Lady, Cabaret, Mamma mia– fueron siempre éxito seguro en Hollywood, y quienes se convierten en estrellas del teatro neoyorquino son muy pronto figuras del séptimo arte. Es una fórmula histórica y se diría que infalible.
También para Barbra Streisand todo comenzó en Broadway. Allí, en el Winter Garden Theatre, protagonizó en 1963 la obra que la convirtió en estrella: Funny Girl.
Aquella “chica judía de Brooklyn” -como se define hasta hoy- no demasiado alta, no demasiado bella, y casi totalmente desconocida, se convirtió a partir de aquella obra en la más exitosa cantante femenina en la historia de los EEUU; en una reconocida y laureada actriz, en estrella de Hollywood; en autora y directora de películas y en un auténtico ícono cultural norteamericano. Si el lector quiere comprobar, una vez más, la razón de ese sitial único, puede disfrutar de un show en vivo monumental que Netflix está exhibiendo desde hace algunas semanas: Barbra: The Music, The Mem’ries, The Magic! . Tomen nota de esta recomendación, me lo agradecerán.
Más allá de sus eventuales coqueteos con el pop, el rock y el jazz, Barbra sigue siendo, por sobre todas las cosas, una cantante de Broadway. Es decir, cultora de ese género ultra melódico, algo grandilocuente y siempre fascinante que proponen las partituras de las grandes piezas musicales. Allí se mueve como pez en el agua y no tiene igual. Aún hoy sigue sin tener igual. Aún a los 74 años, cuando se grabó este recital llevado a cabo en Miami a fines de 2016.
La Streisand siempre fue carisma puro. No importó que fuera baja, que tuviese una nariz prominente o que no fuera una gran bailarina. Siempre exhibió un don de comunicación absoluto, una inmensa simpatía, un sentido del humor sin fisuras y, claro, una prodigiosa voz. Por sobre todo su voz, una de las más bellas que este mundo ha conocido. De las más bellas y de las más perfectas a nivel técnico, ya que domina todos los recursos que el canto puede demandar.
Es, antes que nada, la voz de un ángel. Y todavía exhibe, sin que el tiempo parezca haber hecho la menor mella en sus cuerdas vocales, sus legendarios agudos largos que culminan en un vibrato cortito asombroso. Su dominio de la dinámica es tan perfecto que resulta conmovedor. A través de una intuición única, gradúa el volumen y la expresividad de la voz yendo del susurro más sensual al fortíssimo más potente; en el tema del rango dinámico no hay otra como ella.
El show que exhibe Netflix vuelve a mostrar esa absoluta vigencia, pero también su notable acting, su simpatía, su clase, su dinamismo en escena, sus célebres introducciones habladas cargadas de humor siguen igual. Su sonrisa plena de intención sigue seduciendo, en perfecta combinación con sus ojos enormemente celestes que parecen brillar a cada segundo, mostrando que ese animal escénico que es la Streisand disfruta de lo que hace más allá de un resultado económico que a esta altura hace décadas ha dejado de preocuparla. Barbra sale a escena y se acabó el partido. El público sencillamente enloquece, como bien se observa en este video, memorable desde todo punto de vista.
Todos los clásicos de su repertorio están aquí, viajando en su voz, en una tremenda banda y en tres cantantes de apoyo magníficas: The Way We Were, Evergreen, You Don’t Bring me Flowers, Don’t Rain On My Parade, Happy Days are Here Again y, claro, la bellísima People. El espectáculo se divide en dos actos -con cambio de vestuario incluido- y tiene bloques temáticos imperdibles, como los minutos dedicados a los temas de sus viejas películas con exhibición de escenas en pantalla gigante, o la proyección de escenas del making de su último y excepcional disco, Encore: Movie Partners Sing Broadway, que es otra recomendación que me permito hacer. Se trata de un disco de dúos donde quienes tienen el honor de cantar junto a Barbra no son cantantes sino actores de Hollywood, que dicho sea de paso cantan fantásticamente como Jamie Foxx, Patrick Wilson, Chris Pine, Alec Baldwin, Hugh Jackman, Antonio Banderas o la simpatiquísima Melissa McCarthy.
Renglón aparte merecen, tanto en el show de televisión como en el disco, dos bellísimos dúos: uno de ellos con la imagen en pantalla del desaparecido actor y cantante Anthony Newley, en Who Can I Turn To, y el otro en escena en Miami con Jamie Foxx, quien la rompe totalmente en una clásica melodía de The Sound of Music (La novicia rebelde), Climb Ev’ry Mountain.
Barbara Jane Streisand nació el 24 de abril de 1942 en Brooklyn, esa suerte de barrio-ciudad que enfrenta a la isla de Manhattan, de donde también son originarios Woody Allen, Barry Manilow, Lou Reed y Lenny Kravitz, entre muchos otros artistas destacadísimos.
A partir de su consagración en Broadway con Funny Girl, Barbra ganó dos Oscar y diez Grammy, se convirtió en la cantante femenina más vendedora de discos de todos los tiempos, con 75 millones en EEUU y unos 150 millones a nivel mundial. Treinta y cuatro álbumes suyos han sido top ten en los rankings, once de ellos número uno -incluyendo el recientemente editado- y es la única cantante que ha tenido al menos un número uno durante las últimas seis décadas. Una curiosidad sobre su carrera es que su mánager, Martin Erlichman, viene trabajando junto a ella desde el comienzo, hace más de medio siglo.
En el cine ha tenido enormes éxitos, como The Way We Were (Nuestros años felices), The Owl and the Pusssycat (El búho y la gatita), What’s Up, Doc? (¿Que pasa doctor? ), A Star is Born (Nace una estrella) y, muy especialmente, Yentl, película escrita, producida, dirigida y protagonizada por Barbra, en un caso único.
La edad parece no afectarla ni siquiera mínimamente y sigue llena de proyectos, entre los que se destaca un esperado libro autobiográfico de inminente edición.
Sigan mi consejo: vean el recital de Miami que ofrece Netflix. Disfruten y asómbrense. Hay Streisand para rato.
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Urquiza esq. Abbey Road es el blog musical de Eduardo Rivero en EnPerspectiva.net. Actualiza los miércoles.