Sofía, la capital de Bulgaria, tiene una población de 1,2 millones de habitantes. Esto no es lo único que la hace muy similar a Montevideo, aunque parezca en principio un delirio esta afirmación. Con Montevideo comparte curiosas semejanzas que la hacen de alguna manera familiar a nuestros ojos, a pesar de los océanos, mares, culturas y eras que nos separan.
Por Alfredo Ghierra ///
Me tocó vivir en Sofía durante los duros años de la crisis de 2002 que asoló al Uruguay y expulsó a la última gran oleada de emigrantes uruguayos hacia el mundo. Los motivos de tan exótico destino no vienen al caso en el espacio de esta nota, pero sí algunas experiencias que, vividas por ambas ciudades, se convierten en buenos ejemplos para comparar, compartir y aprender.
Sofía tiene un gran parque con hermosos árboles y monumentos de la era soviética, el Borisova Gradina o Jardín de Boris, por el rey Boris III de Bulgaria, que alberga el Estadio Nacional Vasil Nevsky. Semejante a nuestro Parque de los Aliados y su Estadio Centenario. La Universidad de Sofía ocupa un lugar preponderante en la trama de la ciudad y en la vida académica del país, al igual que nuestra Universidad de la República se yergue como el edificio mas importante del Cordón en Montevideo.
Cierta escala de ambas ciudades es asimilable, aunque muchos edificios sofiotas son exentos, no como la mayoría de las edificaciones montevideanas, que están hechas entre medianeras. Pero cierto estilo de los años 40 a 60 en la construcción civil es completamente familiar para nosotros, con sus esquemas venidos del movimiento Moderno, los revoques en cemento gris, los balcones geométricos, las rejas decorativas con motivos racionales. Incluso la manía de que cada propietario cambia a piacere el cerramiento de su balcón, o pinta su parte de fachada del color que mas le gusta, sin prestar atención al conjunto; o la colocación de aires acondicionados y antenas sin pensar en el diseño del edificio… bueno, eso también nos une con los sofiotas.
Demoré 14 años en volver a Sofía y lo hice hace pocos meses este mismo año. Los cambios que había sufrido la ciudad eran menos de los que yo imaginaba, pero algunos ciertamente fueron bastante espectaculares.
Para empezar, el metro se extiende ahora hasta el aeropuerto, y hace sentir la falta, para los que vivimos en Montevideo, de un medio de transporte similar para unir Carrasco con el centro de la ciudad. En la estación multimodal subterránea que queda bajo una plaza que enfrenta a la antigua sede del Partido Comunista Búlgaro, en pleno centro de la ciudad, las obras de ampliación de la red vial dejaron al descubierto el mismísimo lugar donde, en tiempos de la Sérdica romana (ese era el nombre latino de la ciudad), se cruzaban el cardo y el decumanus, los ejes norte-sur y este-oeste respectivamente, que marcaban el centro de todas las ciudades romanas. Debido a esto, todo el trazado de la nueva línea de metro tuvo que ser re diseñado, creándose además una zona arqueológica abierta a los visitantes.
Pero me quiero detener en un espacio de la ciudad que tiene un parecido mas que físico con la avenida 18 de Julio de Montevideo, que es el Bulevar Vitosha. Si bien 18 de Julio es una avenida más rica, más alta incluso, con sus torres y cúpulas, ambas comparten el hecho de ser un paseo de compras y un marco de referencia en la mente de los ciudadanos. Es en el Bulevar Vitosha donde ocurrió la transformación mas atrevida y exitosa entre la Sofía que yo conocí y la del presente.
Porque Sofía también cambió, en estos 15 años, al igual que Montevideo, en lo que tiene que ver con los hábitos de consumo de sus habitantes. Varios centros comerciales fueron construidos en la última década fuera de la trama urbana central de la ciudad, desbancando así a la vieja costumbre de ir de compras al centro. El comercio de calle venía sufriendo la merma de consumidores año tras año, y la imagen, tan conocida para nosotros, de innumerables locales comerciales cerrados y en abandono empezó a ser lo más recordable del Bulevar Vitosha.
En 2013 se iniciaron las obras de remodelación, peatonalizándose el tramo entre el Parque del Sur y la Iglesia de San Nedelya. Un tranvía eléctrico la circula por su eje central, mientras que todas las cafeterías y restaurantes han avanzado sobre las aceras y parte de la calzada con sus terrazas bulliciosas. Esto ha traído como consecuencia el regreso del público a la zona, con la consecuencia inmediata que se observa en la instalación de innumerables nuevas tiendas de ropa, de esas que están también en los centros comerciales, pero que aquí ofrecen, además de sus productos, la posibilidad de un agradable paseo al aire libre entre árboles, fuentes, bancos, quioscos de flores, terrazas, músicos ambulantes y la posibilidad de admirar, a la luz del día o durante la noche, las fachadas recicladas de sus elegantes edificios.
Hace pocas semanas, la Intendencia de Montevideo anunció la puesta en marcha de un proyecto similar para 18 de Julio. Es parte de la propuesta que el arquitecto Jan Ghel y su estudio, junto a un equipo en Montevideo, llevó adelante luego de realizar un relevamiento urbano con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo y de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República. De mas está decir que mucho nos gustaría ver a nuestra principal avenida convertida otra vez en el centro cívico de calidad que supo ser. Los tiempos han cambiado, es evidente que hoy, frente a los desafíos de hacerla atractiva y darle un diferencial en relación a otras áreas comerciales, la peatonalización es una idea excelente.
Sólo espero que este no sea un diagnóstico más que primero se aplaude y rápidamente se archiva. Hacer un cambio de estas dimensiones no es sencillo, pero se puede empezar por cambios reversibles antes de iniciar obras costosas. Peatonalización segmentada por días y horarios, mobiliario urbano móvil para esas ocasiones… cualquier acción será bienvenida antes que la inacción que tan tristemente nos caracteriza.
Les puedo asegurar que Sofía y Montevideo se parecen mas de lo que uno se podría imaginar, pero sobretodo se parecen bastante en la idiosincrasia de sus habitantes, con sus pro y sus contra, y ni siquiera esto impidió a los sofiotas dar el salto y transformar uno de sus símbolos en una nueva realidad. ¡Me animaría a imitarlos a partir de mañana!
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Nueva Troya es el blog de Alfredo Ghierra sobre la ciudad de Montevideo y su patrimonio arquitectónico. Actualiza el sábado en forma quincenal.
Fotos: El Bulevar Vitosha, convertido en una peatonal. Crédito: Alfredo Ghierra.