Por Carol Milkewitz ///
La Noche de la Nostalgia es ese momento del año en que los viejos rejuvenecen y los jóvenes se vuelven 80 años más viejos. Pero, sobre todo, La Noche de la Nostalgia es la noche por excelencia en la que salen los que nunca salen en su vida. Por tanto, estás condenado a pagar una entrada carísima para compartir la celebración con gente que es un aburrimiento. Con compartir me refiero a pecharlos para robarles el taxi.
Apenas arranca agosto los supermercados empiezan con ofertas nunca vistas y te tratan de vender lo que les quedó del año anterior: pelucas afro, máscaras del carnaval de Venecia, CDs con hits de los 60, DVDs con recitales de los 70. ¿Por qué no piensan en los que trabajamos el 25? ¡Algo útil les pido! Tapones de oídos, pantuflas, pastillas para dormir al vecino.
Si te pusiste en pareja hace poco, la situación se vuelve complicada. ¿Qué nostalgia van a compartir, si llevan dos meses juntos? La Noche de la Nostalgia debería ser La Noche de la Llamada al Ex. Las campañas de Unasev serían distintas: en vez de "este 24 no te des vuelta" sería "este 24 no vuelvas", o "si bebe, no conduzca hacia la casa de él".
Lo hermoso de la Noche de la Nostalgia es que nos identifica. Muchos se quejan de conmemorar festividades de otras culturas, como Halloween o San Patricio. Esto es bien nuestro, bien de acá, es esa noche del año en que nos juntamos todos los uruguayos a escuchar música extranjera.
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¿Por qué a mí? es el blog de humor de Carol Milkewitz. Actualiza los viernes.
