Por Gonzalo Baroni ///
Bienvenida la discusión ideológica. Fortuna es lo que tenemos cuando alguien plantea debatir sobre educación y exoneraciones fiscales sin que se trate de una mera ecuación financiera.
El libro El fin de la historia y el último hombre, de Francis Fukuyama, afirmaba el triunfo de una visión de mundo sobre otra, y por ende el fin de las ideologías. Una tesis contaminada por la cercanía a la caída del muro de Berlín, y bastante cómoda para varios nuevos actores políticos con ánimos exclusivamente gerenciales.
En estos días, se está discutiendo en el Parlamento uruguayo la Rendición de Cuentas, documento en el cual, además de cumplir con la obligación de rendir cuentas de lo gastado el año anterior, se pueden aumentar rubros en varias de las dependencias estatales.
¿Qué es lo que nos llamó la atención este año en particular? En el artículo 6° de su propuesta inicial, el Poder Ejecutivo aplazaba aumentos presupuestales en la educación –así como en varias áreas– por $ 1.500 millones. Finalmente, luego de duras negociaciones intestinas en la fuerza de gobierno, el recorte terminó en $ 630 millones.
La explicación –o defensa– vino dada por la “consolidación fiscal” –nombre puesto al ajuste fiscal 2016 por su "padre", el Frente Amplio–. En definitiva es un ajuste numérico que cualquier gobierno en ejercicio hubiera tenido que hacer, visto que no cierran los números por la gestión de años anteriores.
Pero aquí empezaríamos con las diferencias ideológicas o, quizás, de énfasis en las promesas electorales. ¿La educación primero?
La época de rendición de cuentas es de jornadas extensas y sumamente expeditivas. Ante la inminencia de conflictos sociales y la presión de diferentes lobbies, el reacomodo de números entre organismos es moneda de cambio en comisiones de carácter público y reuniones privadas.
En una de estas últimas, se acordó retomar una propuesta de modificar la lista de instituciones habilitadas por el Ministerio de Economía para recibir fondos de donaciones con exoneración fiscal. Este beneficio es de aproximadamente el 83 % de descuento sobre IRAE e IRPF.
El cambio sería eliminando a las universidades privadas como beneficiarias.
Al parecer, nos estaríamos dando un lujo en la miseria. Teniendo al sistema educativo en crisis, evitamos que algunas de sus instituciones reciban fondos extra.
El fundamento, según sus propulsores, es ideológico. Los números fríos lo demuestran. Los $ 36,6 millones de exoneración fiscal del año anterior no alcanzan a ser el 6 % de todo lo que el Frente Amplio le recortó a la educación. Un mensaje más fuerte en lo simbólico que en el fondo del asunto.
Hay un debate sobre la educación que queremos, que se nos está escapando, y lo único que escuchamos públicamente es una contradicción enorme en el discurso del Frente Amplio. Luego de recortar $ 630 millones a la ANEP, Universidad de la República y UTEC, el partido oficialista sale con gritos a los cuatro vientos como defensor de la educación por “dejar de favorecer” a las universidades privadas. Un símbolo para su propia militancia.
En este momento tenemos una discusión ideológica forzada por la plata. Porque no alcanza la caja del gobierno. Porque no se fue prudente en momentos de auge. Y en el menos malo de los casos, por ingenuidad –consciente o no– a la hora de armar el presupuesto.
La educación uruguaya está en crisis. Existe una crisis económica y de modelo. Tenemos carencias en capital humano, ya sea porque no tenemos tantos docentes como se necesitarían, como por los magros sueldos que reciben. Las tasas de abandono en la educación media –Secundaria y ex-UTU– son alarmantes, y las explicaciones que arrojan los análisis no son en su mayoría por imposibilidad de acceso, sino por el orígen socioeconómico –no encontré una palabra menos técnica– de los alumnos y las modalidades de estudio, como marca uno de los últimos informes del INEEd y la Facultad de Ciencias Sociales.
Evidentemente en este momento estamos ante una batalla, pero no ideológica, sino comunicacional. Plantear rediscutir hacia donde van los fondos públicos en la educación, según sea público o privado, faltando 72 horas para que se apruebe la Rendición de Cuentas, es una cortina de humo.
En la prensa, en las redes sociales, en reuniones, todos hemos llegado a discutir el tema, e incluso contraponer universidad pública contra las universidades privadas.
Sin embargo, la discusión de fondo sobre la educación es otra: tener discusión.
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Sobre este blog
Ruta 26 es el blog de Gonzalo Baroni en EnPerspectiva.net. Toma su nombre de una de las principales rutas que atraviesa transversalmente al Uruguay (y que llamativamente nunca ha estado en buenas condiciones). Actualiza los miércoles.
Sobre el autor
Gonzalo Baroni nació en Montevideo, en democracia. Economista por la Universidad de la República, militante universitario y sindical, integró el Consejo de Ciencias Económicas. Funcionario de Casinos del Estado, Ministerio de Economía y Finanzas, actual presidente de la Juventud del Partido Nacional y docente de Matemáticas en Secundaria. Lector compulsivo. Hincha de Nacional. Integrante de La Mesa de En Perspectiva.