El tema de los llamados “Cincuentones” está desde hace tiempo en el debate político. Los “Cincuentones” vienen alegando que la reforma de la seguridad social de 1996 tenedrá un impacto muy negativo en el valor de sus jubilaciones.
Emiliano Cotelo (EC) —En ese contexto, el Poder Ejecutivo acaba de enviar días atrás un proyecto de ley al Parlamento, que permite la desafiliación de las AFAPs de aquellas personas que al presente tienen entre 50 y 59 años… El proyecto no está libre de polémicas y nos pareció oportuno dedicarle nuestro espacio de análisis económico de hoy… El diálogo es con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
Romina Andrioli (RA) —Si te parece, Pablo, comencemos recordando brevemente de qué se trata el problema de los “Cincuentones”.
Pablo Rosselli (PR) —Aclaremos en primer lugar que en algunas explicaciones y conclusiones nos vamos a apoyar en un trabajo del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Udelar, elaborado por los economistas Alvaro Forteza y Ianina Rossi… El trabajo se llama La jubilación de los "cincuentones" y está fácilmente disponible en la web.
El tema es así… La reforma de 1996 estableció un régimen de Seguridad Social de dos pilares: un pilar solidario o de reparto (que es el pilar que siempre tuvo la seguridad social) y un nuevo pilar de ahorro individual (en el que cada trabajador aporta a una AFAP). Los “cincuentones” son personas que entonces tenían entre 30 y 40 años… fueron los primeros en entrar obligatoriamente al nuevo régimen… Y ahora alegan que el cambio de régimen les generó un perjuicio.
RA —De acuerdo Pablo, pero vayamos a ese punto… Como decías ellos alegan que al entrar en el nuevo régimen efectivamente se vieron perjudicados… ¿Esto es así realmente? ¿Ves válido su reclamo?
PR —En realidad, la casuística en materia de cálculo de las jubilaciones es enorme… Pero lo que los cincuentones alegan es que personas con una trayectoria laboral y de aportes muy similares entre sí pueden terminar recibiendo jubilaciones muy diferentes según se jubilen por el régimen anterior o por el nuevo régimen… Como decía recién la casuística es enorme pero hay muchos casos en lo efectivamente eso puede suceder…
RA —Expliquemos entonces aunque sea brevemente por qué pasa eso, por qué en muchos casos efectivamente sí pueden verse perjudicados…
PR —Es muy difícil de explicar en detalle con pocas palabras, pero en el trabajo que mencionaba está muy bien explicado, con abundantes ejemplos.
El tema de fondo está en el tratamiento que reciben los aportes realizados al BPS antes de 1996… Las personas que realizaron aportes importantes antes de 1996 son las que típicamente pueden verse perjudicadas por la reforma de un modo injusto en el sentido de que terminan con una jubilación menor que alguien que hizo los mismos aportes pero que terminó jubilándose por el régimen anterior… La clave está en que el BPS no reconoce los aportes realizados antes de 1996 para el cómputo de la parte de la jubilación que se obtiene del pilar solidario… Hay una discusión acerca de si el BPS está interpretando bien o mal la ley de 1996 pero el problema radica en eso.
RA —¿Quiénes son los más afectados por esto? En una serie de tweets que publicabas el fin de semana advertías que no todos los cincuentones se ven igual de afectados…
PR —Es cierto… Este problema no afecta a todos los cincuentones… Los afectados suelen tener ingresos de entre $ 50.000 y $ 145.000 por mes… se trata de personas de ingresos medios o relativamente altos. A su vez, entre personas que tengan ingresos similares, no todos se ven igual de afectados… En realidad el perjuicio tiende a ser mayor en los más "veteranos", que tienen menos tiempo para ahorrar en la AFAP y compensar la pérdida que supone el tratamiento de los aportes previos al 96… Los más veteranos en general realizaron más aportes importantes antes de 1996… En cambio, los más jóvenes, en general realizaron menos aportes antes de 1996 y tienen más tiempo para ahorrar en las AFAP.
Por lo tanto, no todos los cincuentones se vieron injustamente perjudicados ni todos los cincuentones tienen el mismo impacto… importa mucho la edad… Por la misma razón, el problema tiende a ser menor si las personas postergan algunos años su jubilación.
RA —¿Y qué rol juegan las AFAP en todo este problema? Te lo pregunto porque entre los detractores del sistema en general se involucra a las AFAP en este tema…
PR —Creo que entre los analistas y especialistas en seguridad social hay en general bastante consenso de que el perjuicio que sufrieron algunos cincuentones no tiene nada que ver con las AFAP… Como decía recién, el perjuicio se deriva de que el BPS o la ley de 1996 no les reconoció los aportes previos a la reforma.
Atender el reclamo de cincuentones no requería, entonces, determinar un mecanismo de desafiliación de las AFAP como hace el proyecto de ley… Alcanzaba con reconocerle a los cincuentones los aportes previos a 1996, ya sea a través de un mecanismo individual (teniendo en cuenta la aportación efectiva de cada persona) o con un mecanismo general de corrección de este problema, contemplando que el problema tiende a ser mucho mayor en una persona de 59 años (que por muy poquito quedó comprendido en el nuevo régimen) que en una persona de 50 años (que solo tenía 30 cuando se aprobó la ley).
RA —¿Cuál es tu opinión en relación a este proyecto de ley? Había varias críticas en esos tweets que publicaste durante el fin de semana…
PR —Es cierto… Esta es una valoración personal pero creo que a este proyecto le corresponden varias críticas. En relación al diseño, no era necesario permitir la desafiliación de las AFAP. En segundo lugar, las personas comprendidas por este proyecto de ley son aparentemente unas 200.000, cuando el problema de los cincuentones que se deriva del no reconocimiento de aportes comprende probablemente a unas 30.000 personas… Este proyecto va mucho más allá… Obviamente las personas podrán elegir cambiarse de régimen, si entienden que ese cambio les es favorable pero esencialmente lo que estamos haciendo es permitirle elegir a muchas personas entre dos opciones para que tomen la mejor para ellos pero la más cara para el resto de la sociedad… Para ponerlo en palabras simples, le estamos preguntando a mucha gente si prefiere una jubilación mayor o menor sin razón alguna… ¿Vamos a mantener esa pregunta con las siguientes generaciones?
Otro problema de diseño tiene que ver con el hecho de que le estamos ofreciendo exactamente la misma solución para uno de 59 que para uno de 50… Es evidente que es nos expone como sociedad a que los cuarentones veteranos pronto aleguen que les ha ido peor que a los cincuentones… por la razón que sea… Y ya reclamarán también los que ya se jubilaron con el nuevo régimen…
Llevamos ya varios cambios en el régimen de seguridad social que conducen a una sucesiva expansión del costo del sistema… Parecería que estamos progresivamente revirtiendo la reforma del 96 que era buena pero sobre todo necesaria… y lo sigue siendo… Y el costo de este proyecto puede ser muy importante…
RA —¿A cuánto podría ascender ese costo? Te lo pregunto porque ese es un aspecto que no se ha comentado ni discutido tanto…
PR —El Gobierno no presentó una estimación de costos, aunque estimaciones de República AFAP indican que el costo de este cambio podría ubicarse en unos US$ 2.500 millones (repartidos a lo largo del tiempo… Se trataría de mucho dinero…
Entonces, en mi opinión, este proyecto no resuelve de buen modo el problema… Tiene varios problemas de diseño; puede ser muy costoso y, esto último es más una valoración política que económica, envía señales muy equivocadas a la población en relación a la problemática de la seguridad social.
RA —¿Por qué decís eso último, Pablo?
PR —La decisión de permitir la desafiliación de las AFAP cuando eso nada tiene que ver con el origen del problema es una solución que rinde tributo a una visión contraria al ahorro individual.
El problema es que por suerte cada vez vivimos más, cada vez hay más pasivos por cada activo que paga impuestos para sostener la seguridad social… En este mundo, trasmitir la idea de que el Estado se hará siempre cargo de todas las jubilaciones y que no es necesario que las personas ahorren para su futuro es sencillamente una promesa incumplible… Quienes cuestionan el pilar de ahorro individual en los hechos están señalando que piensan que en la vejez todos viviremos de los ingresos que nos dará el Estado a través de las jubilaciones, con independencia de cuánto vivamos.
La otra señal profundamente negativa que a mi juicio envía este proyecto del modo en que es discutida y tratada la problemática de la seguridad social es que se ignora que con estos proyectos no se crea riqueza… solamente se la redistribuye… El mayor costo de la seguridad social que tendremos por este proyecto será pagado por los jóvenes y niños, que tendrán que pagar más impuestos para costear las jubilaciones de sus padres y abuelos… Para hacer las cosas peor, la evidencia empírica en Uruguay muestra que la pobreza se concentra en jóvenes y niños y que la pobreza es muy baja en las poblaciones de mayor edad… Este cambio es uno más, de muchos, que implica transferir recursos de los jóvenes a los adultos y de los pobres a los no pobres… Este proyecto corrige una posible injusticia con algunos cincuentones de ingresos medios y altos a expensas de cargar todavía más a las generaciones más jóvenes… Es obviamente una opción política posible, pero me parece extraordinariamente injusta.
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Enlace externo
La jubilación de los “cincuentones”, de Álvaro Forteza y Ianina Rossi, formato PDF, en el sitio web de la Facultad de Ciencias Sociales de la Udelar