En enero la actividad de la industria manufacturera aumentó 0,5 % en la comparación con el mismo mes de 2015. Sin embargo, ese crecimiento leve tuvo una contribución clave de la refinería de Ancap. De hecho, sin considerar la actividad de la refinería, la producción manufacturera se contrajo 4,8 % en la misma comparación.
Análisis económico
Martes 15.03.2016
EMILIANO COTELO (EC) —Les proponemos analizar con más detalle el desempeño que está mostrando la industria manufacturera en este comienzo de año y conversar de las perspectivas para adelante, con la economista Florencia Carriquiry de la consultora Deloitte.
Florencia, recién comentaba que en enero la producción industrial tuvo un leve crecimiento, pero que sin considerar la refinería sufrió una caída, de casi 5 % ¿Cómo analizan ustedes estas cifras que el INE dio a conocer ayer?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC) —La primera conclusión es que se trató de un dato muy malo para la producción manufacturera. Como adelantabas recién, la actividad manufacturera creció levemente pero a instancias exclusivamente de una mayor actividad de la refinería, que tuvo una expansión muy fuerte, de más de 34 % frente a enero de 2015… Además, si bien el efecto de la celulosa se moderó sustancialmente en los últimos meses, porque estamos comparando ya con un mes de planta de Montes del Plata plenamente operativa, igualmente la producción de celulosa tuvo una contribución positiva, porque creció casi 7 % frente a enero de 2015. Y, finalmente, otra rama de peso importante, como la producción de alimentos diversos (que como siempre aclaramos refleja esencialmente la actividad de la planta de concentrados de Pepsico en Colonia) también tuvo una contribución positiva en el dato del mes… Concretamente y tal como se viene viendo desde hace varios meses la rama de alimentos diversos tuvo un incremento significativo en enero, de 14 % en la misma comparación.
Con lo cual, lo que en Deloitte denominamos “núcleo de la industria manufacturera”, que excluye a esas tres ramas (la fabricación de celulosa, la de alimentos diversos y la refinería), tuvo un desempeño bastante peor que la industria total. Y como comentamos otras veces, este indicador de núcleo a nuestro juicio refleja de mejor manera lo que está sucediendo con la industria en términos más generales, al no contemplar el impacto de esas tres ramas que esencialmente es el de cuatro muy grandes empresas (como son la refinería de Ancap, UPM, Montes del Plata y Pepsico) y que muchas veces, por comportamientos puntuales, distorsionan la señal del indicador general de producción industrial publicado por el INE.
EC —¿Cómo evolucionó concretamente el “núcleo de la industria” en enero?
FC —El núcleo de la industria cayó casi 10 % frente a enero de 2015…Tuvo la caída más importante desde mediados de 2009 (en plena crisis internacional).
De hecho, este indicador viene mostrando un desempeño pobre desde hace varios meses y está en los menores niveles en más de cinco años.
EC —Y al interior de ese “núcleo industrial” ¿qué conclusiones se pueden sacar si se hace una mirada a nivel de rama? ¿Cuán generalizada es esa caída de la actividad manufacturera?
FC —La contracción de la actividad industrial está siendo muy generalizada. Hay algunas ramas que están teniendo desempeños particularmente malos, como la industria pesquera, la industria del caucho, algunas ramas metalúrgicas y metalmecánicas y la industria automotriz (por mencionar algunos de los casos más relevantes), pero la tónica de caída es general. Nosotros en Deloitte elaboramos un indicador que llamamos de difusión del crecimiento industrial, que mide el porcentaje de ramas que crecen frente a los niveles de un año atrás. Ese indicador se ubicó por debajo de 30 % en enero… Con lo cual, estamos diciendo que aproximadamente sólo una de cada cuatro de las ramas que releva el INE mantuvo tasas de crecimiento positivas en el inicio de este año…
Pero además, Emiliano, esto se condice con una contracción muy significativa del empleo industrial… Las horas trabajadas se ubicaron en enero 11 % por debajo de los niveles de un año atrás y están en los menores registros desde inicios de los años 2000… De hecho la industria ha venido destruyendo empleo de forma sistemática en los últimos años, pero el ritmo de caída de las horas trabajadas se ha hecho notoriamente más intenso desde mediados de 2014.
EC —¿Cómo analizan en Deloitte ese comportamiento de la industria? ¿Qué factores están por detrás de la caída de la actividad y del empleo industrial?
FC —Son varios elementos que impactan en las distintas ramas industriales, pero en términos generales estamos frente a un deterioro muy claro del escenario económico, tanto externo como interno. En el caso de las ramas más exportadoras se está sintiendo el impacto de un enlentecimiento de la demanda externa y de una caída fuerte de los precios de venta, que hasta el momento no ha sido compensado por un ajuste comparable a nivel de los costos… En otras palabras, se está sintiendo la falta de competitividad. Si bien el dólar está subiendo significativamente en Uruguay, todavía seguimos estando caros frente a algunos clientes y competidores relevantes… en particular frente a Brasil.
Y para las ramas de inserción regional, la situación es particularmente complicada porque estamos con una situación de recesión en ambos países vecinos, con una competitividad frente a Brasil históricamente mala y perdiendo también competitividad con Argentina en el último tiempo, después de la devaluación del peso argentino de fines del año pasado. La buena noticia en este sentido es el aflojamiento de las restricciones a las importaciones por parte del Gobierno de Macri, que para algunas ramas puntuales puede estar suponiendo un alivio relevante.
EC —¿Y qué sucede con las ramas más orientadas al mercado doméstico?
FC —Las ramas más destinadas al mercado interno también sufren de un enlentecimiento de la demanda, porque el consumo mostró un freno claro el año pasado y la inversión está en franca contracción. Además, como comentamos otras veces, la falta de competitividad no sólo afecta al sector exportador… Con la actual relación de precios frente a Brasil y Argentina, para muchos sectores la competencia de importados desde los países vecinos se hace más intensa…
EC —Entonces, Florencia, con este escenario, ¿cómo están viendo las perspectivas para la industria manufacturera?
FC —En el escenario externo e interno que recién comentábamos nos parece que las perspectivas para la industria manufacturera son malas en términos generales. Nosotros estamos esperando a que se publiquen las cifras de PBI del cierre de 2015 para actualizar nuestros pronósticos de crecimiento económico en general y por sector, pero ya sin un impulso tan fuerte de la producción de celulosa (como tuvimos en 2015) esperamos una caída de la industria manufacturera este año.
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Foto en Home: Polo Tecnológico del Cerro (Archivo). Crédito: Javier Calvelo/adhoc Fotos.