A. Económico

¿Cómo se encuentra la economía brasileña en el inicio de 2017?

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En el día de ayer, el Banco Central de Brasil volvió a recortar de forma significativa y por segunda vez en el año, la tasa Selic, de referencia para la política monetaria en este país vecino. En concreto, la autoridad monetaria brasileña redujo en 75 puntos básicos esta tasa de interés, dejándola en 12,25%, el menor valor desde febrero de 2015. Con este movimiento, desde que se comenzó con el ciclo de flexibilización monetaria en octubre del año pasado, la tasa Selic bajó en 2 puntos porcentuales.

¿Cómo se analizan estos movimientos por parte del Banco Central de Brasil? ¿Qué implicancias pueden tener para Uruguay? Lo conversamos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

Emiliano Cotelo (EC) Florencia, como adelantaba recién, ayer el Banco Central de Brasil volvió a recortar la tasa de interés de referencia y lo hizo de forma significativa, en 75 pbs. ¿Cómo vieron esta noticia? ¿Estaba en la línea de lo esperado?

Florencia Carriquiry (FC) Sí. Esencialmente se aguardaba una baja nuevamente significativa de la tasa Selic…Luego de que el Banco Central sorprendiera al mercado en enero con un recorte de 75 pbs, que en aquel momento fue mayor a a lo esperado, había analistas que incluso señalaban que el recorte esta vez podía ser de hasta 100 pbs pero tras conocerse un avance de la inflación quincenal que fue relativamente elevado se reforzó la expectativa de un recorte de 75 pbs, que igualmente como decía es una baja muy significativa.

Y, además, las expectativas que releva el Banco Central de Brasil apuntan a bajas adicionales importantes en los próximos meses.

EC – ¿Cuáles son las expectativas concretamente, Florencia?

FC – Las expectativas de mercado, según el relevamiento que realiza el Banco Central de Brasil, están apuntando actualmente a una tasa Selic cerrando 2017 en 9,5% anual. Eso supone recortes adicionales de 275 puntos desde los niveles actuales de 12,25% y dejaría a la tasa de referencia en el menor nivel desde noviembre de 2013.

EC – Está claro que estamos hablando de un ciclo de recorte de tasas de interés muy significativo… ¿Cómo se analiza esa flexibilización monetaria que está llevando adelante el Banco Central de Brasil? ¿Cuáles son las razones detrás de estos movimientos de la tasa de interés en el país vecino?

FC – Esencialmente, esta flexibilización monetaria se enmarca en un panorama macroeconómico que sigue siendo muy complejo,  en particular, en lo que hace a la actividad económica.

Hace pocos días se conoció un nuevo dato del Indicador Mensual de Actividad Económica, correspondiente al mes de diciembre de 2016, que volvió a decepcionar. Las cifras de octubre y noviembre venían señalizando una relativa estabilización de la actividad económica y sembraban la esperanza de que la economía podía finalmente haber encontrado su piso y que 2016 podía cerrar ya con señales más claras de reactivación, pero las cifras de diciembre volvieron a mostrar una caída frente a noviembre… fue una caída ligera, de 0,3%, pero fue una caída al fin. Y con ese último dato, el último trimestre del año cerró con una caída de 0,4% frente al trimestre inmediato previo y en el conjunto del año se habría registrado una caída de 4,3%. Habrá que esperar si las cifras oficiales de PBI (que tienden a evolucionar en línea, pero no exactamente igual que este indicador mensual) confirman esa evolución, pero en cualquier caso parecería que Brasil no termina de afirmar una reactivación.

Incluso, a nivel de otros indicadores parciales de actividad económica, hay señales mixtas… la industria y los servicios tuvieron cierto repunte sobre el cierre de 2016, pero el indicador de ventas minoristas también decepcionó en diciembre.

EC – ¿A la luz de estos datos, se mantienen las expectativas de recuperación en este 2017?

FC – Sí. Pese a esas cifras decepcionantes en diciembre, por el momento se mantienen las perspectivas de crecimiento en 2017, aunque es claro que desde setiembre del año pasado a estas fechas las expectativas se corrigieron mucho a la baja. En mediana, los analistas que responden la encuesta del Banco Central de Brasil están aguardando hoy por hoy un crecimiento del PBI de 0,5% este año, cuando en setiembre (sólo cinco meses atrás) se esperaba una expansión de más de 1% en el promedio de 2017.

Y, por otro lado, Emiliano, a este panorama en el plano de la actividad económica se agrega que la inflación ha venido moderándose notoriamente desde inicios de 2016… y eso refuerza el caso para una flexibilización monetaria como la que estamos viendo en estos últimos meses…

Hay que tener presente que durante 2015 y buena parte de 2016 Brasil venía enfrentando un panorama muy recesivo pero al mismo tiempo tenía a la inflación en niveles elevados, de más de 9% (y con un pico de 10,7% en enero del año pasado)… niveles muy superiores al objetivo de la autoridad monetaria, que tiene una meta puntual de 4,5%, con un rango de +- 1,5%. Hoy la situación deja notoriamente más holguras en este frente.

EC – ¿Podemos mencionar las principales cifras en ese sentido? ¿Cómo ha sido la evolución de la inflación en Brasil en estos últimos meses?

FC – A ver. Como decía recién, desde febrero la inflación ha venido bajando claramente. Desde aquellos niveles pico de casi 11% anual en enero, la inflación bajó a 6,3% al cierre de 2016 y las expectativas apuntan a que la inflación bajaría algo más este año. Concretamente, la mediana del último relevamiento del Banco Central apunta a una inflación en 4,4% para el cierre de este año.

EC – Ahora, Florencia, llama la atención que pese a que la economía sigue sin consolidar una recuperación y pese a esta baja fuerte de las tasas de interés que estamos viendo y que se aguarda que continúe en próximos meses, el dólar en Brasil no está subiendo… Incluso, en las últimas semanas el tipo de cambio bajó bastante y está nuevamente en torno de R$ 3,10. ¿Cómo analizan ustedes esta evolución cambiaria?

FC – Es cierto. Es una evolución bastante rara desde ese punto de vista. El dólar bajó 5% en lo que va de 2017… En parte esto se enmarca en un contexto de debilitamiento del dólar a nivel global, que después del aumento fuerte que había mostrado post-Trump, ha tendido a depreciarse frente a la mayoría de las monedas del mundo en lo que va del año.  Y a esto se agrega que, como decíamos recién, pese a que los datos más recientes siguen sin ser buenos, las expectativas en torno a Brasil se mantienen relativamente favorables para 2017 y para los años siguientes.

En este marco, las expectativas cambiarias se han venido corrigiendo a la baja en las últimas semanas. Según la última encuesta del Banco Central de Brasil la mayoría de los analistas espera un dólar en torno a R$ 3,30 para el cierre del año.

EC – ¿Cómo nos deja parados esta evolución más reciente del dólar en Brasil y las expectativas cambiarias actuales en términos de nuestra competitividad con este vecino?

FC – Si tomamos los tipos de cambio de ayer, de $ 28,39 en Uruguay y de R$ 3,08 en Brasil, tenemos un tipo de cambio real bilateral que es aproximadamente 25% inferior a la media histórica… y con pronósticos de un dólar en $ 31,50 en Uruguay y en R$ 3,30 en Brasil al cierre del año, quedaríamos aún más de 20% por debajo del promedio histórico. No es una paridad tan deteriorada como la que llegamos a ver a finales de 2015, pero igualmente es una brecha de competitividad muy importante.

Y, además, Emiliano, a nuestro juicio Uruguay enfrenta riesgos de mayor deterioro en este frente.

EC – ¿Por qué decís eso, Florencia? ¿A qué riesgos te estás refiriendo concretamente?

FC – Me refiero a que, como comentaba al inicio, en el contexto actual Brasil tiene un espacio muy significativo para procesar bajas fuertes de las tasas de interés. El mercado ya está aguardando una flexibilización monetaria significativa para lo que resta de 2017, pero si la actividad económica sigue sin dar señales claras de recuperación, tampoco podemos descartar que veamos un ritmo de recorte de la Selic aún más agresivo… De ser así, esto podría derivar en un tipo de cambio más alto de lo esperado en Brasil y, por lo tanto, podría suponer riesgos de un mayor deterioro de nuestra competitividad bilateral. Por supuesto que en esto también jugará la evolución cambiaria y la política monetaria a nivel local, pero es evidente que los grados de libertad del Banco Central en Uruguay son menores que los que tiene su par brasileño. Es notorio que la inflación en nuestro país también viene cediendo, pero aún está fuera del rango objetivo… Habría que ver eventualmente llegado el momento que se termina privilegiando por parte de la política económica… si la preocupación por la competitividad o por lograr que la inflación finalmente ingrese en el rango objetivo.

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